Samsung Galaxy A51, análisis: una evolución tan correcta como justa para aspirar a superventas en 2020

Samsung reinó escaparates y catálogos de operadoras antes de que entrasen al juego de la relación calidad-precio muchas de las marcas que ahora son tan habituales como ella. Quizás por eso estamos viendo que la línea Galaxy A integra ahora a la Galaxy J y se amplía, y en esta ocasión comprobamos cómo está jugando esa carta actualmente con el análisis del Samsung Galaxy A51, que se postula como uno de sus superventas de 2020.

Esto lo decimos porque al Samsung Galaxy A50, su predecesor, no le fue nada mal en 2019 según los datos de Canalys. La fórmula es similar, habrá que ver si repite como el segundo móvil más vendido en España (según Samsung), pero en esta ocasión nos vamos a centrar en contaros qué tal nos ha parecido a nosotros este móvil de gama media.

Ficha técnica del Samsung Galaxy A51

Samsung Galaxy A51

Pantalla

Super AMOLED 6,5"
1.080 x 2.400 px

Dimensiones y peso

158,5 x 73,6 x 7,9 mm
172 g

Procesador

Octa Core (Quad 2.3GHz + Quad 1.7GHz)

RAM

4 GB

Almacenamiento

128 GB
MicroSD hasta 512 GB

Cámara frontal

32MP, F2.2

Cámara trasera

48 MP f/2.0
5 MP f/2.4 macro
12 MP f/2.2 gran angular
5 MP f/2.2 profundidad

Batería

4.000 mAh
Carga rápida 15W

Sistema operativo

Android 10
Samsung One UI 2.0

Conectividad

4G Dual SIM Wi-Fi Bluetooth
USB-C
NFC
Minijack

Otros

Sensor de huellas bajo la pantalla

Precio

239 euros

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Diseño: aire juvenil y plástico para una mayor resistencia

Las traseras de la gama Galaxy A de Samsung no pasan desapercibidas desde hace algunos años. Lo vimos con ejemplos como el Samsung Galaxy A7 (2018), cuyo módulo de cámaras además destacaba tanto por número como por tamaño.

Del mismo modo, la parte trasera de este Galaxy A51 repite tono llamativo y reflejos a lo reverso de un CD, con un arco iris metalizado que recorre la superficie si jugamos con el reflejo. El patrón geométrico es mucho más sutil en la realidad que en las imágenes oficiales, dando un toque algo distinto que gustará más según preferencias, pero que no supone ningún cambio en el tacto (las líneas no son rugosas, como podría parecer.

Lo que llama la atención desde un primer momento es lo compacto que es con respecto a modelos con paneles de 6,6 o 6,7 pulgadas aunque la diferencia a priori no parezca tanta. Los escasos 2 milímetros que mide de menos con respecto al OnePlus 7 Pro (citando un smartphone del que dispongo actualmente y tiene dimensiones parejas con otros de diagonal equivalente) se notan en el agarre, así como la diferencia de grosor, recordando casi más a un smartphone de 6 pulgadas o menos.

Altura (milímetros) Anchura (milímetros) Grosor (milímetros) Peso (gramos) Pantalla (pulgadas) Batería Superficie (cm2) Volumen (cc)
Samsung Galaxy A51 158,5 73,6 7,9 172 6,5 4.000 116,66 92,16
Samsung Galaxy A50 158,5 74,4 7,7 166 6,4 4.000 118,4 91,67
LG G8X ThinQ 159,3 75,8 8,4 192 6,4 4.000 120,75 101,43
OnePlus 7T Pro 158,4 75,8 9,1 188 6,3 4.000 120,07 109,26
iPhone 11 Pro Max 158 77,8 8,1 226 6,5 3.969 122,92 99,57
Xiaomi Mi Note 10 157,8 74,2 9,67 208 6,47 5.260 117,09 113,22
Google Pixel 4 147,1 68,8 8,2 162 5,7 2.800 101,21 82,99
Sony Xperia 10 Plus 167 73 8,3 180 6,5 3.000 121,91 101,12

Siendo casi todos igual de altos (con la marcada excepción del Sony Xperia 10 Plus y sus 21:9), el Galaxy A51 es prácticamente igual que el A50 con una pantalla ligeramente mayor, aumentando apenas de volumen al ser imperceptiblemente más ancho y grueso. El Xiaomi Mi Note 10 y el iPhone 11 Pro Max son más voluminosos, aunque con. una mayor pantalla y mayor batería respectivamente. Se trata, pues, de un móvil Android bastante "pequeño", con el permiso del Pixel 4 que juega en una liga de menor pantalla y (sobre todo) batería.

De ahí que sea cómodo en mano, ya que con manos pequeñas se logra sujetar muy bien y no cansa para nada. Eso sí, resbala bastante, así que el hecho de que sea relativamente delgado va bien si se da el caso de tener que añadir una funda.

Es compacto y cómodo en mano, pero resbala bastante

Está bien construido y el hecho de que hayan optado por el plástico para la parte trasera propiciará seguramente esa ligereza en mano. Sin cristal no hay carga inalámbrica, pero a cambio tenemos una trasera que probablemente aguante mejor los golpes, estando bien construido y siendo aparentemente resistente, con la ventaja de tener menos “miedo” al apoyarlo en una superficie si no va con funda.

En cuanto a los botones físicos laterales tenemos dos buenas noticias: funcionan muy bien y no hay botón auxiliar para Bixby en cualquiera de sus formas. Lo que ofrecen a cambio es que haya varias posibilidades con el botón de encendido en relación a las funciones de Bixby, así como para apagar el teléfono.

Los botones físicos además están únicamente en un lado, dejando despejado el otro. En la base figuran el altavoz, el USB tipo-C y el jack de audio, éste último no alineado al centro (pero al menos presente).

En cuanto al frontal, la marca ha democratizado la pantalla/diseño Infinity-O con el agujero para la cámara frontal y en los Galaxy A vemos ese frontal heredado de los Samsung Galaxy Note 10. Posteriormente entraremos en detalle de cómo se asienta la interfaz con esto por arriba y la navegación de One UI, pero a primera vista es una buena aproximación al “todo pantalla” para tratarse de un móvil de gama media, con marco inferior ligeramente más grueso que el resto y lector de huellas integrado en pantalla. Eso sí, Gorilla Glass 3 (de 2013), aunque esto al tacto no se nota.

Como decíamos antes, está bien construido y cada parte está bien encajada con los bordes, sin apreciar salientes o hendiduras demasiado pronunciadas. El logo de la marca, además, está en integrado en la parte trasera de manera muy discreta y el módulo de cámaras traseras no sobresale apenas, de modo que no lo notamos al apoyar el móvil sobre la mesa.

Pantalla: 6,5 pulgadas bien aprovechadas

El Super AMOLED es desde hace años inherente a los teléfonos del fabricante surcoreano y con la corriente actual es difícil que veamos un cambio en esta pauta. Así, el Samsung Galaxy A51 tiene una pantalla Super AMOLED de 6,5 pulgadas con resolución FullHD+ de 1.080 x 2.400 píxeles, sin notch y con agujero para la cámara frontal, como decíamos más arriba.

Con unos 405 píxeles por pulgada de densidad, la nitidez es la esperada en un móvil de esta categoría y satisfactoria, sin echar de menos mayor grado de la misma. Viene bastante bien calibrada a nivel de temperatura y color, con unos blancos ligeramente cálidos (pero ni mucho menos en exceso) y un nivel de saturación adecuado y esperado en este tipo de pantalla.

Lo bueno es que si no nos lo parece lo podemos ajustar hasta cierto punto yéndonos a los ajustes de pantalla, aunque para poder regular la temperatura hay que optar por la configuración más saturada y esto es excesivo. Podremos también activar el modo oscuro, la configuración de los espacios para las apps y otras posibilidades que detallaremos en el apartado de software.

Ahora encontramos la Pantalla Edge en móviles como éste, pese a no tener la pantalla curvada a los lados (y gracias), manteniendo su cometido de ser una pestaña accesoria con accesos directos de apps, contactos, funciones o el portapapeles para abrir a conveniencia. Es personalizable y puede desactivarse, aunque tampoco llega a molestar estando plegada ya que no interfiere con la interacción de la interfaz que haya activa (aunque haya elementos en el borde como un scroll).

One UI además mantiene la pantalla ambiente, llamada Always-On, sin añadir novedades de personalización o funciones. Podemos elegir el estilo del reloj y los colores, además de poder elegir si sólo queremos verla al pulsar, pero sigue pudiendo tener muchas más funciones y el widget de música mantiene la baja sensibilidad táctil, costando más de lo que debería usarlo.

Hablando del aprovechamiento de pantalla, antes hemos comentado que la navegación “por gestos” de One UI ha sufrido una pequeña, muy pequeña, evolución. Las tres barras que se correspondían con las acciones inicio, atrás y multitarea ahora son una barra central y gestos en One UI 2. La buena noticia es que se toma la idea de ese gesto “atrás” tan cómodo que hemos visto hace tiempo en capas como EMUI o MIUI, la no tan buena es que al mantener la barra central el espacio disponible de pantalla es el mismo que con las tres barras, aunque sólo se come unos dos milímetros.

El brillo máximo no es lo suficientemente alto como para que veamos bien los contenidos a medio día, cuanto más inciden los rayos de sol y más difícil es ver el contenido. Al ajuste de brillo automático tampoco le vendría mal algo más de entrenamiento, dado que tarda bastante en reaccionar a los cambios de situación y suele necesitar que lo ajustemos a mano.

La sensibilidad táctil es correcta, si bien veremos en el apartado de software que nos puede parecer que no por el lag que a veces tiene el mismo. Pese a no ser una pantalla curva, sí podremos tener algunos toques fantasma al apoyar el dedo sobre el marco (por ejemplo, al hacer una foto).

Bien a nivel de ángulos de visión, sin que se pierda la visualización de elementos al inclinar el panel. Sí veremos los típicos reflejos de colores de los paneles AMOLED, pero no es problemático ni tampoco molesta.

Por último, hablando del agujero para las cámaras frontales, la barra de herramientas queda en 6,01 milímetros, algo menos de lo que vimos para el Honor View30 Pro y su isleta para la doble cámara frontal. Con esto, logra un despliegue y aprovechamiento de la interfaz que el OnePlus 7 Pro (su barra mide unos 6,17 milímetros, teniendo éste gestos sin tirador y módulo para la cámara frontal.

El 'PUBG' (arriba) y el 'Asphalt 8' en el Samsung Galaxy A51.

Rendimiento: una jugada con el hardware que ya va quedando demasiado justa

Samsung renovó uno de sus procesadores para la gama media actualizándolo con soporte de sensores de hasta 64 megapíxeles. En eso se basó el Exynos 9611, que vemos en este A51 y también integraba el A50, manteniendo los 4 GB de RAM.

Si bien es cierto que esta cantidad de memoria puede antojarse algo corta viendo que los 6 GB se han extendido por la gama media (como la propia Samsung ha elegido para el Galaxy A71), en realidad los 4 GB parecen suficientes para mover relativamente bien tareas exigentes como los videojuegos sin que se note demasiado o de manera continua.

Podremos ver quizás que le cuesta mover las cargadas interfaces de menús como el de ‘PUBG’, pero las partidas se suceden con normalidad. Aunque la multitarea a veces puede desplegarse algo lenta, con un lag que a veces podrá hacer que no elijamos la tarea que queramos o ésta se abra con retraso.

Este lag lo notaremos en general de manera puntual (sobre todo si estamos ejecutando apps exigentes en segundo plano como Spreaker o Spotify), aunque en parte es por un software que parece demasiado exigente a procesadores y configuraciones modestas. Lo que notaremos es que no tarda mucho en subir de temperatura al jugar, aunque tampoco es que queme o que veamos temperaturas fuera de lo habitual cuando se trata de una alta exigencia al hardware.

Temperatura en reposo (izquierda) y temperatura máxima que hemos detectado tras estar jugando (derecha).

En cuanto al resultado del A51 a los habituales tests de rendimiento, os mostramos en esta tabla los benchmarks de este móvil y de otros con una configuración similar.

SAMSUNG GALAXY A51

SAMSUNG GALAXY A50

REALME 5

REDMI NOTE 8T

REDMI NOTE 7

HUAWEI P30 LITE

PROCESADOR

Exynos 9610

Exynos 9610

Snapdragon 665

Snapdragon 665

Snapdragon 660

Kirin 710

RAM

4 GB

4 GB

4 GB

4 GB

4 GB

4 GB

ANTUTU

158.467

146.957

161.421

170.780

142.445

131.268

PCMARK WORK

5.399

5.556

7.756

6.553

6.335

5.872

3D MARK (Sling Shot)

2.031

1.439

1.759

1.732

2.024

1.181

GEEKBENCH 5.0(single/multi)

347 / 1.338

336 / 1.187

310 / 1.329

308 / 1.341

338 / 1.361

317 / 1.282

Ver galería completa » Samsung Galaxy A51, benchmarks (5 fotos)

Software: una apariencia y servicios a la sombra del lag

Samsung sigue confiando en su propia capa de personalización, que desde 2018 se denomina One UI viendo esa renovada interfaz con “menos distracciones” y dos zonas diferenciadas de visualización y de interacción. Esos mismos espacios se conservan en One UI 2.0, la versión que vemos en este Galaxy A51 sobre Android 10.

Con estas apps viene el Samsung Galaxy A51 de fábrica, según también lo que seleccionemos en el "preload".

Es por ello que esos ajustes ya nos son familiares, viendo que se ordenan de manera intuitiva y bastante tradicional. Los de la pantalla (que hemos visto ya un poco previamente) se reparten entre los generales, los de la pantalla de bloqueo y los de personalización, viendo secciones propias para notificaciones, privacidad, nube y cuentas, funciones avanzadas, salud digital y mantenimiento (entraremos en detalle a continuación sobre ellos).

La capa viene con pocas apps añadidas más allá de las herramientas y utilidades básicas al darnos en el pre-load del sistema la opción de seleccionar su instalación. Vemos apps propias de Samsung como la Galaxy Store o Bixby además de algunas de terceros que podremos eliminar o desactivar. Eso sí, como pasaba anteriormente, aunque hayamos desactivado una de estas apps seguirá actualizándose y, voilà, aparecerá de nuevo en el cajón de apps.

Podremos desinstalar o desactivar las apps de terceros y de Google.
Las apps desactivadas mantienen su raíz y se actualizarán, volviendo a aparecer en el cajón (y a notificar). También podrán hacerlo apps que no teníamos preinstaladas (aparentemente) desde un principio, como la que vemos de traducción en la captura de la derecha.

Hablando de la distribución de las apps, de inicio viene configurado para que aparezcan en cajón, pero podemos elegir que solamente aparezcan en un escritorio único. La fuente y los iconos también vienen configurados algo grandes, pero podemos también ajustarlos para que se aproveche un poco mejor la pantalla (objetivo a priori de la estética de One UI).

En las funciones avanzadas encontramos secciones como el ajuste para el botón función (el botón físico de encendido) y las rutinas de Bixby. Para el botón podremos seleccionar una acción al pulsarlo dos veces y al mantener pulsado, y las rutinas de Bixby son programaciones de acciones para que se activen automáticamente o a petición.

Hablando de Bixby, e asistente virtual de Samsung, hemos notado que ha mejorado en la audición, aunque oírlo todo no es discriminar. De hecho, le tendremos que hablar sin tener otro sonido de fondo como podcasts o radio para que no se haga un lío al dictarle nuestra petición.

El asistente funciona con todas las apps propias, como Spotify o Google Maps. Habrá usos para los que nos pedirá la app propia, como escribir un correo, y si no nos dirá que aún no ha aprendido a usar esa app (como ocurre al pedirle que envíe un mensaje por Telegram).

Bixby además nos oye con el móvil bloqueado, si bien por seguridad nos podrá pedir que desbloqueemos antes el móvil para acometer la acción (por ejemplo, al pedirle que reproduzca algo en Spotify). El registro de voz funciona bien, pero recomendamos acercar el móvil unos 15 centímetros y no 30 como recomienda el asistente.

Por otro lado, se mantiene Bixby Home, la pestaña de accesos directos en la pantalla de inicio (que podremos configurar o desactivar). También tenemos posibilidad de personalizar en menor grado la cortinilla de notificaciones (o panel rápido, como le llama Samsung), la cual dispone de muchas posibilidades a nivel de accesos rápidos.

Bixby Home.
La cortina de notificaciones.

La Salud digital nos muestra en qué se distribuye nuestro tiempo de uso del móvil, pudiendo establecer temporizadores para apps o activar modos de inactividad (similar a la propuesta del Modo Zen de los OnePlus). Y hablando de el tiempo que usamos para los juegos, de manera automática se activará Game Booster, una serie de herramientas para priorizar el juego entre otras tareas (si queremos) y de grabar y capturar pantalla más fácilmente.

Hay también una suite de mantenimiento en la que podemos hacer algunos ajustes para mejorar el aprovechamiento de la batería y las memorias. Es básica y relativamente útil, pero debería tener alguna posibilidad para poder desactivar ciertas alarmas (por ejemplo, las de consumo en segundo plano de una app).

En general el software es completo y suficiente, pero se echa de menos fluidez y se echa de más lag, quizás por ser una capa relativamente nueva y/o al tratarse de un móvil con un hardware modesto. Pero la experiencia es bastante peor a la que hemos tenido anteriormente con otros gamas medias de Samsung, como el Samsung Galaxy A9 (2018).

Desde un principio el software está algo sobrecargado con todos los añadidos activados de serie. Además, es una de las pocas capas que actualmente tarda algunos segundos en iniciarse tras encender el móvil (avisando al usuario), por lo que probablemente pueda optimizarse mucho más para mejorar la experiencia sobre todo en móviles modestos.

Biometría

El A51 puede lucir una espalda bastante despejada gracias a que el lector de huellas está integrado en la pantalla, y lo mismo con el frontal al estar la cámara subjetiva dentro de la pantalla. Una opción que no es la mejor en cuanto al aprovechamiento de pantalla con respecto a los módulos móviles, pero sí más ventajosa a nivel de uso del reconocimiento facial por ser más rápida.

Hablando de lo funcional, en el caso del lector de huellas creemos que puede mejorar bastante. Por algún motivo nos funciona mejor con algunos dedos que con otros y en ocasiones hemos de darnos por vencidos y tirar del método de desbloqueo tradicional si el facial tampoco funciona.

Hablando del desbloqueo por reconocimiento de rostro, podemos añadir varias apariencias (por ejemplo, con gafas) para que nos reconozca el rostro aunque cambiemos la nuestra. También podremos elegir si permanecer en la pantalla de bloqueo o no una vez desbloquea y que el reconocimiento sea más rápido, aunque con esto la seguridad es menor, pudiendo exigir que los ojos estén abiertos.

Para que actúe correctamente necesitaremos buenas condiciones de luz ambiental y que no le dé a la cámara frontal la luz directa. Actúa en baja luz e interiores, pero no en la oscuridad, y a veces le cuesta un poco reconocer la cara aún habiendo buenas condiciones, así que en general estos sistemas sí tienen margen de mejora para que la experiencia sea más cómoda.

Cámara: sin zoom óptico pero con versatilidad de sobra

En esa ficha de dominó que regenta la esquina superior derecha de la espalda del Galaxy A51 vemos cuatro cámaras traseras, con la siguiente composición:

  • Cámara principal: con un sensor de 48 megapíxeles y una lente con apertura f/2.0.
  • Gran angular de f/2.2 con un sensor de 12 megapíxeles.
  • Sensor de 5 megapíxeles para la fotografía macro
  • Sensor de 5 megapíxeles para el análisis de profundidad.

Por su parte, la cámara frontal integra un sensor de 32 megapíxeles y una lente con apertura f/2.2. El vídeo en las traseras puede ser de hasta 4K en el caso del estándar y HD a 240 frames por segundo para la cámara lenta.

App de cámara

La app de cámara en la versión 2.0 de One UI se mantiene a nivel estético y de navegación. Pestañas para los modos foto, vídeo, enfoque dinámico (modo retrato) y “más”, los cuales pueden editarse (salvo foto y vídeo) para colocarse en la interfaz principal o en esta pestaña de añadidos. En la interfaz de disparo vemos accesos directos a los ajustes, el flash, el temporizador, la proporción y la adición de efectos, con los botones directos para el gran angular y el optimizador de escenas.

¿Qué seguimos sin encontrar? El HDR, que sigue siendo un ajuste y que con la lentitud que tiene la app se hace particularmente tedioso el uso manual del mismo. En los ajustes también vemos la posibilidad de activar el optimizador o las sugerencias de composición, pudiendo configurar la acción del botón, el formato de guardado y la corrección del gran angular o el tamaño de los vídeos en ambas cámaras.

Es una app bastante completa y coherente con las cámaras que incorpora. A destacar que pese a lo poco práctico que es el modo, es posible disparar en HDR tanto con la lente estándar como con el gran angular, y que la estabilización para el vídeo funciona tanto con 4K como con 1080p (la básica, no la superestabilización, ojo).

En Samsung sigue habiendo diferencia de clases con el modo manual. Únicamente podremos variar la ISO, el balance de blancos y la exposición, nada de poder intentar una larga exposición o jugar con el enfoque manual.

De ahí que con tal versatilidad y adecuación a las lentes sea una lástima que se abra con lag y que éste se perpetúe en cuanto queremos variar los ajustes o cambiar entre modos y lentes. Habrá que ver si en futuras versiones de software (y móviles más potentes) la experiencia es distinta.

Cámaras traseras

La fotografía del Samsung Galaxy A51 cumple de manera aceptables, sin milagros y beneficiándose mucho de una iluminación favorable (como puede ser la indirecta de día en exteriores). Queda algo por debajo de lo esperado en un móvil cuyo objetivo aparente es vencer en la gama media, con un resultado que no supera de manera clara a la competencia anteriormente presentada.

Automático.

En el modo automático vemos fotografías algo saturadas, con un detalle bien mantenido en iluminación favorable (sobre todo en exteriores, aunque si el entorno en interiores también es propicio veremos buenas instantáneas). El balance de blancos suele ser correcto y en los contraluces veremos que hay demasiado contraste y que las sombras no se gestionan bien del todo.

El HDR se nota sobre todo a nivel de contornos, haciendo una mejor interpretación de las sombras y ayudando a definir los fondos, recuperando además información de los colores. Pero puede ser algo agresivo en según que escenarios y situaciones, dejando un resultado menos realista y exacerbando contornos, descompensando la calidad final entre fondo y primeros planos sobre todo en gran angular.

Con la lente gran angular.

En interiores la nitidez es menor, aunque se logra mantener el contraste y no hay cambios en el balance de blancos o la colorimetría. Veremos que en el modo retrato sí hay unos blancos más cálidos y el resultado queda rojizo en esta situación.

Automático.
Modo de enfoque selectivo.

El gran angular tiene un resultado algo más pobre que la lente estándar a nivel de detalle y normalmente veremos que hay cambios en el balance de blancos (algo más frío, pero no sienta mal). Se defiende bien si no hay contraluces, con un resultado de noche que más o menos se equipara al disparo con la lente estándar.

De noche es donde más baja la calidad. La nitidez se esfuma y hay que ser algo más pacientes para que la desestabilización no nos juegue una mala pasada, con colores también algo apagados si la iluminación es intensa y focal.

El modo noche se trata de disparar con una exposición algo más larga, logrando algo más de exposición sin que se necesite el flash. Puede ayudar cuando la escena es muy oscura, pero el resultado es algo artificial y no hay una mejora en el detalle, que es donde debería.

Uno de los puntos a destacar es la fotografía macro. Con la lente dedicada se obtienen fotos con la mínima distancia de enfoque apurando bastante más que con el automático, mejorando el resultado con unas condiciones de iluminación favorables.

El modo retrato puede actuar en cualquier ítem, independientemente de si es persona, animal u objeto, pudiendo ajustar el grado de desenfoque (y siempre que estemos a cierta distancia, aunque también funciona si nos acercamos a menos de 1 metro, que es el mínimo). Es mejor no abusar del bokeh para que el resultado no sea muy postizo, y el recorte suele ser correcto si hay contraste con el fondo y si no es una superficie difícil, aunque de noche no actuará correctamente si no se trata de una situación bien iluminada.

Modo de enfoque selectivo.
Se puede editar el desenfoque y el efecto de luz a posteriori.

Algunos fabricantes siguen habilitando modos de cuestionable utilidad con ajustes automáticos como el caso de Samsung, viendo añadidos como el modo Comida o la optimización de escenas. Ésta última nos identifica algunos tipos de escenarios, pero el resultado suele ser inapreciable (casi compensa desactivarla y que la app trabaje algo menos).

Cámara delantera

El resultado dependerá mucho de las condiciones de luz como ocurría en las cámaras traseras, pero más en cuanto a matiz y balance de blancos que en cuanto a detalle. Bien conservada la nitidez en el primer plano, aunque hemos de tener en cuenta que si no desactivamos el ajuste de belleza que va por defecto veremos nuestro cutis sin apenas detalle (adrede).

Foto en automático.

Tal vez en interiores (o exteriores al atardecer) veamos un matiz fucsia y un balance de blancos demasiado cálido. Esto se puede corregir en parte con el editor de la propia galería, dejando así un resultado más natural y acertado.

A la izquierda la foto en automático sin editar, a la derecha con una ligera edición en la app propia.

El modo retrato suele actuar en la mayoría de situaciones, aunque el desenfoque es bastante postizo al ser plano en exceso. Eso sí, el recorte normalmente es correcto.

El modo retrato funciona también con el gran angular.

Ver galería completa » Samsung Galaxy A51, galería (37 fotos)

Vídeo

Las tomas en 4K con buena luz son más que aceptables a nivel de color, nitidez y contraste, aunque veremos de nuevo esa tendencia al magenta que apreciábamos antes en algunos casos. Posteriormente hablaremos más en detalle de la superestabilización en 1080p, pero se nota bastante con respecto a la estabilización que podemos activar por defecto en cualquier resolución, aunque sacrificando exposición.

Reacciona bien a los cambios de encuadre y a los contraluces, con una adaptación correcta del enfoque y sin que se oscurezca en exceso la imagen. La toma de audio es correcta y no es fácil tapar el micro por accidente.

De noche el resultado es bastante pobre, sobre todo si estamos en movimiento. El ruido es general incluso en planos cercanos, con muy poco detalle aunque aumentemos la resolución.

La superestabilización se nota y es recomendable si priorizamos la ausencia de temblores a la resolución, dado que sólo se crearán clips a 1080p (aunque en ajustes hayamos preestablecido 4K). Si vamos a realizar tomas andando es mejor activarla, dado que las tomas son mucho más suaves y fluidas, y sobre todo si vamos a grabar de noche ya que el resultado será mucho mejor (incluso a hacerlo en 4K), si bien habrá que tener en consideración que subexpone bastante.

La cámara superlenta es efectista y resuelve muy bien con luz indirecta en exteriores, pero sólo podemos capturar clips de duración limitada. Eso sí, trabaja independientemente de qué enfoquemos, sin necesidad de detectar movimiento.

En la cámara frontal es interesante que podamos grabar en 4K ya que veremos un aumento de detalle importante con respecto a las tomas a 1080p sobre todo en el primer plano. En general tenemos toma con una ligera sobresaturación (se nota más en magentas y verdes, menos en azules y amarillos, pero en todo caso no es exagerada), con lo cual los colores no son demasiado realistas, pero sin quedar mal.

Algo de ruido en el fondo sobre todo a 1080p y de noche. Aquí es donde más flojea, pero no queda por debajo de las expectativas.

Sonido: una asignatura que se mantiene pendiente en los A50

El sonido sale por un único altavoz en la base, como explicábamos en la parte de diseño, que comparte la base del terminal con el minijack de 3.5 milímetros. La experiencia es aceptable para tratarse de un móvil de gama media, correctamente ajustado y con un rango dinámico modesto, pero no es un móvil a seleccionar si lo que buscamos es el audio más claro y nítido.

En cuanto al volumen máximo, a la salida del altavoz se llega a los 115 decibelios, lo que se traduce como unos 80 dB ambientales. Eso sí, la distorsión a ese nivel es muy elevada y la calidad del audio cae bastante, por lo que es más recomendable dejarlo como mucho en torno al 60%.

La experiencia con auriculares mejora mucho con respecto a los altavoces

Lo positivo (y se agradece) es que tenga conector de auriculares, dando además unos intraurales con manos libres (de los que el cable se lía fácilmente, eso sí). La experiencia mejora mucho con respecto a los altavoces, sobre todo si optamos por unos supraurales cerrados para así maximizar el aislamiento.

Con auriculares tenemos mayor nitidez y calidad, también más matiz aunque el rango dinámico sigue quedándose corto. El volumen sí es igualmente suficiente, tanto en el altavoz como en el auricular.

Además, podemos mejorar la experiencia con auriculares con las opciones de software. En cuanto al optimizador UHD, podemos seleccionar si mejorar los bits o también el ancho de banda, con lo cual tendremos algo más de reverberación. Quizás también podamos obtener alguna mejoría adaptando el sonido a un perfil personalizado, que tras un test con pitidos hace algún ajuste en los tonos altos y bajos (en nuestro caso se compensa algo más la sensibilidad de algunos tonos).

Autonomía: un buen resultado sin evolución

Batería de 4.000 mAh para este móvil, manteniendo lo que vimos en el A50 y el A50s. Cabe esperar pues una experiencia parecida sobre todo al segundo, dado que el procesador es el mismo y la pantalla tiene casi la misma diagonal y resolución, si bien el software es distinto.

Lo que hemos tenido en este Galaxy A51 es una autonomía media de unas 26 horas, con unas 7 horas de pantalla. Esto se traduce en que haremos una carga cada día, prolongándose algo más si el uso es menos intenso en la jornada.

La carga se completa desde el 0% y el móvil apagado en 1 hora y 47 minutos con el cargador que se entrega con el móvil, logrando la mitad de la carga en 46 minutos. Sin carga rápida ésta se prolonga a las 2 horas y media, aproximadamente.

Como ya hemos comentado, el software provee de algunas herramientas para controlar los consumos en segundo plano que puedan repercutir en un mayor gasto de batería. También tenemos la opción de establecer el modo oscuro de manera continua, si bien no hemos apreciado cambios notorios entre un tema u otro tanto como al cambiar el uso (más multimedia, más conectividad de datos, etc.).

A la izquierda el tema estándar y a la derecha el tema oscuro.

Samsung Galaxy A51, la opinión de Xataka

Hemos tenido sensaciones encontradas con este móvil, que “por culpa” de uno de sus predecesores se nos presenta como principal arma para conquistar el mercado de la gama media. La construcción y el diseño nos seducen, pero lo que no cautiva es la experiencia con el software y la cámara.

La construcción y el diseño nos seducen, pero lo que no cautiva es la experiencia con el software y la cámara

Muy cómodo y relativamente compacto, bonito y con un frontal tan llamativo como contemporáneo. Como mucho le podemos reprochar que resbale y que el plástico no permite la carga inalámbrica, pero sí una ligereza y resistencia que puede ser prevalente a cargarlo sin cable para parte de los usuarios diana.

Sobre el papel, la apuesta con las cámaras es interesante. Pero al probarlo la versatilidad queda velada por una calidad en general, algo por debajo de lo esperado en un gama media buscado para vencer, ahora que la competencia está más potente que nunca y normalizadas la triple y la cuádruple cámara, así como los 6 GB de RAM.

Veremos si logran el mismo efecto que con su antecesor. Quizás la experiencia global pueda mejorar un poco con este móvil si One UI hace lo propio con alguna versión posterior.

8.2

Diseño 8,5
Pantalla 9
Rendimiento 8
Cámara 7,5
Software 7,75
Autonomía 8,5

A favor

  • Diseño y construcción muy buenos: da la impresión de ser más compacto de lo que realmente es.
  • Buena experiencia con la pantalla.
  • La autonomía no es de récord, pero es satisfactoria.

En contra

  • Mucho "lag", demasiado para poder competir en cuanto a fluidez y buena experiencia con la interacción.
  • El rendimiento fotográfico está por debajo de lo esperado.
  • El sonido no parece haber mejorado mucho con respecto a su antecesor.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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