Samsung tiene un as para competir en los rangos de precio intermedio, y ese as tiene nombre y apellidos. El Samsung Galaxy A55 es la definición de ese terminal que ofrece prácticamente de todo a un precio relativamente contenido. Un acabado mejor que nunca, la última versión de One UI, 8 GB de RAM de partida... desde luego, una carta de presentación envidiable.
Llevo algo más de dos semanas probando a fondo este teléfono, y tras pasar por la mesa de análisis, puedo explicarte con detenimiento cómo se comporta y qué ha logrado Samsung con este modelo aspirante a superventas. Así se comporta el Samsung Galaxy A55 tras exprimirlo a fondo.
Índice de Contenidos (6)
Ficha técnica del Samsung Galaxy A55 5G
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Samsung galaxy a55 5g |
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dimensiones y peso |
161.1 x 77.4 x 8.2mm 213g |
pantalla |
6.6 pulgadas FHD+ Pantalla Super AMOLED Tasa refresco 120Hz Vision Booster 1.000 nits |
procesador |
Samsung Exynos 1480 |
memorias |
8GB + 128GB 8GB + 256GB |
batería |
5.000mAh 25W |
cámara trasera |
50 MP principal, f/1.8, OIS 12 MP Ultra gran angular, f/2.2 5 MP cámara macro, f/2.4 |
cámara delantera |
32 MP, f/2.2 |
conectividad |
5G SA/NSA |
sistema |
Android 14 One UI 6.1 |
precio |
SAMSUNG Galaxy A55 5G 128GB con Funda Transparente, Teléfono Móvil Android, Smartphone Libre, Batería de Larga Duración, Cámara 50MP, Amarillo (Versión Española)
Diseño, pantalla y sonido
Mirando el Galaxy A55 por la parte trasera poco o nada parece haber cambiado en su parte trasera. Volvemos a estar ante un móvil acabado en cristal, con una triple cámara sin módulo como protagonista. Hasta aquí, todo sigue las líneas del año pasado, pero si nos vamos a los laterales no solo tenemos cambios respecto al modelo anterior: tenemos un móvil único.
En primer lugar, por fin se da el salto a los laterales de aluminio. Una de mis grandes quejas en la gama media es la recurrente apuesta por el plástico, una que Samsung ha dejado de lado en este modelo. Pero no es eso lo más llamativo, este teléfono esconde en su lateral derecho dos curiosas hendiduras. Estas, permiten que el teléfono sea muy ergonómico al tacto (siempre y cuando seamos diestros), y marca una clara separación del cuerpo con los botones de volumen y encendido.
Es algo muy distinto a nivel de diseño y, además, aporta valor añadido. Un win-win en toda regla. El resto de los laterales pasan a ser bastante más planos, y recuerdan más a la familia Galaxy S24 que a un móvil de menos de 500 euros. Donde no estoy tan contento es en el frontal: los biseles siguen siendo excesivos a todas luces. Es algo de lo que nos olvidaremos tras unas horas de uso, pero un esfuerzo extra para reducirlos hubiese sido clave.
La pantalla tras estos biseles es una Super AMOLED algo más grande que la que vimos el año pasado: crece hasta las 6,6 pulgadas, aunque mantiene resolución Full HD+ y 120 Hz no adaptativos (aunque en los ajustes aparezca un modo adaptativo, tan solo se mueve entre 60 y 120 Hz). El brillo máximo es de 1.000 nits, quizás uno de los puntos menos reseñables del panel. Pese a ello, en términos generales es una pantalla correcta: la calibración, algo saturada, resultará agradable al consumidor medio, y el equilibrio general del panel está bien resuelto.
Es también destacable que este teléfono tiene protección Gorilla Glass Victus+ en su frontal, todo un añadido para salvaguardar la integridad del dispositivo ante caídas. Sí que recomiendo instalar un cristal templado o algún tipo de protección plástica, ya que Samsung no la incluye de fábrica.
Para rematar el apartado de la protección, indicar que el dispositivo llega con IP67, por lo que resiste tanto el polvo como inmersiones en hasta un metro de agua dulce hasta 30 minutos. La propia Samsung apunta que no se recomiendo su uso en piscinas ni playas, y la garantía no cubre ningún tipo de daño relacionado.
Respecto al sonido, cuenta con doble altavoz estéreo, con un volumen máximo destacable y una calidad que me ha sorprendido bastante. De hecho, me atrevo a decir que es uno de los teléfono que mejor suena en su rango de precio. Hay cierta presencia de graves, el volumen máximo es muy alto, y la principal pega es que falta cierta compactación en el audio: los agudos y medios están demasiado subidos.
Pese a no ser un flagship, cuenta con compatibilidad con Dolby Atmos, con optimización automática para escena o ajustes personalizados: película, música o voz. Tenemos también un ecualizador multibanda con cinco preajustes y personalización completa, además de tecnología Adapt Sound para ajustar el sonido reproducido por los auriculares según nuestra edad.
Rendimiento, software y autonomía: una batería estelar y mucha vida útil
A nivel de rendimiento, Samsung vuelve a apostar por Exynos. En esta generación tenemos un 1480, acompañado por 8 generosos gigas de memoria RAM. En comparación a sus rivales directos de MediaTek y Qualcomm, a nivel técnico el procesador está a la altura. Aterrizando en el uso diario... simplemente cumple.
El rendimiento de este Galaxy A55 es suficiente para el día a día: las aplicaciones se mueven de forma correcta, los juegos se ejecutan sin demasiados problemas en las configuraciones medias de gráficos y no hemos tenido problemas de lag demasiado marcados (aunque sí algún que otro retardo). Sí que noto, en general, que al terminal le falta algo de electricidad, un plus de energía. De un terminal en este segmento no espero el mayor rendimiento, pero sí que busco que todo se mueva con algo más de fluidez.
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Samsung galaxy a55 |
NOTHING PHONE 2A |
POCO F5 pro |
REALME 12 PRO+ |
MOTOROLA EDGE 50 PRO |
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PROCESADOR |
Exynos 1480 |
MediaTek Dimensity 7200 Pro |
Snapdragon 7+ Gen 2 |
Snapdragon 7S Gen 2 |
Snapdragon 7 Gen 3 |
RAM |
8 GB |
12 GB |
12 GB |
12 GB |
12 GB |
GEEKBENCH 5/6 (SINGLE/MULTI) |
1.098 / 3.470 (6) |
1.141 / 2.593 (6) |
1.643 / 4.350 (6) |
953 / 2.624 (6) |
1.138 / 3.106 (6) |
3D MARK Wild Life Unlimited |
3.892 |
4.261 |
7.594 |
3.049 |
5.520 |
PCMARK WORK |
12.345 |
13.282 |
14.090 |
11.604 |
14.605 |
Es curioso cómo los números del Exynos no son para nada pobres: supera incluso al Snapdragon 7 Gen 3 en pruebas como Geekbench. Pese a ello, y contextualizando siempre con el segmento del terminal, echo en falta un plus de agilidad para sentirlo más ligero.
El lector de huellas está bien ubicado, aunque es algo problemático. No es del todo preciso y solo me ha funcionado con los dedos completamente limpios. Después de entrenar, con algo de magnesio o sudor en las manos, ha tenido problemas para el desbloqueo. Podemos complementar el desbloqueo con el sistema de reconocimiento facial 2D, no muy seguro, pero eficaz con buena luz y genial como apoyo.
En cuanto al software, tenemos la última versión de la capa de personalización de Samsung: One UI 6.1 actualizado a Android 14. Es una ROM que conocemos bien, ya que comparte buena parte de las funciones con sus hermanos mayores, los Galaxy S24. Samsung mantiene la filosofía de siempre: una ROM muy personalizada, con una importante carga de aplicaciones propias y en la que apenas es necesario instalar más que nuestras apps habituales. Sobre IA no esperes mucho: Galaxy AI no está disponible en este teléfono.
No tiene mucho bloatware, salvando apps como Facebook, Netflix o la suite de Microsoft, incluido LinkedIN. ¿La buena noticia? Todas estas aplicaciones se pueden barrer para siempre del dispositivo.
Es especialmente destacable el saber que este teléfono se actualizará durante cuatro años a las últimas versiones de Android y que recibirá parches de seguridad durante cinco años. No sabemos cómo se comportará dentro de tanto tiempo, pero el esfuerzo está hecho.
Respecto a la autonomía, los 5.000mAh son una apuesta segura. No he tenido problema alguno para superar la jornada de uso y sobrepasar las siete horas de pantalla activa. Es un móvil que fácilmente puede irse a los dos días de uso en escenarios habituales, por lo que quedo más que contento en este aspecto.
Sí que es mejorable la carga rápida, de tan solo 25W. Pese a ello, no es una cifra dramática. La batería de este teléfono se recarga en hora y media, y obtenemos el 50% en algo más de 20 minutos. Una cifra más que lógica y suficiente teniendo en cuenta el tipo de dispositivo al que nos enfrentamos.
En lo que respecta a la biometría no estoy demasiado satisfecho. El lector es algo lento y tiene una tasa de error algo más alta de la que acostumbramos a ver en 2024. Siempre podemos apostar por el reconocimiento facial 3D como complemento, pero la propuesta no convence.
Cámaras: conservador y sencillo
Aunque este teléfono parezca idéntico a los Samsung Galaxy S23 en su parte trasera, sus tres cámaras no podían ser más diferentes. La configuración es de triple sensor, pero la configuración es la siguiente:
- Cámara principal de 50 megapíxeles, apertura f/1.8, tamaño de sensor 1/1.56", OIS.
- Cámara secundaria ultra gran angular, apertura f/2.2, tamaño de sensor 1/3.06".
- Cámara macro de 5 megapíxeles y apertura f/2.4, macro.
Creo que es hora de empezar a decirlo en alto: las cámaras macro no aportan valor al conjunto. Como veremos más adelante, la calidad de estos sensores de baja resolución suele ser pobre, y más allá de vestir al teléfono con una aparente triple cámara, no aportan demasiado.
La app de cámara es la clásica de Samsung, con el carrusel de modos en la parte inferior y unos ajustes bastante completos, con la posibilidad de disparar en HEIF para ahorrar algo de espacio preservando la calidad de las fotos. No tenemos integración directa con Google Lens, pero el teléfono es capaz de leer QR de forma automática, sin necesidad de tener que abrir ningún modo extra.
Los resultados durante el día son algo justos. Es una cámara suficiente para usuarios que no demanden resultados del máximo nivel: fotografías pintonas a nivel de color (más saturados de la cuenta) y bastante por encima en exposición de lo que muestra la realidad. En este ejemplo, con una fotografía tomada casi al atardecer, observamos cómo el control de las altas luces es mejorable.
En situaciones en las que hay que trabajar con luces y sombras, tenemos suficiente información en estas últimas. El teléfono tiende a reducir al máximo el ruido de la escena, por lo que podemos encontrar algunas zonas ligeramente lavadas. El balance de blancos suele ser relativamente certero, y tanto azules como verdes son premeditadamente más vívidos que, por ejemplo, naranjas o amarillos. Esto muestra que el procesado es capaz de reconocer los elementos que estamos fotografiando, para darle algo más de alegría a elementos como cielos o vegetación.
La cámara macro es testimonial y, con tan solo cinco megapíxeles, no podemos esperar una gran nitidez. Sirve apoyo para esas escenas en las que la cámara principal no logra enfocar todo lo cerca que queremos, pero esta misma función se puede lograr integrando un modo macro dentro del ultra gran angular, con una distancia de enfoque mucho más cercana que el sensor principal.
El ultra gran angular es aún más agresivo con las altas luces (acaban completamente quemadas), y sobresatura algo más los colores. Es una cámara útil para aportar versatilidad adicional al conjunto, siempre y cuando tengamos claro que es un sensor algo más débil que el principal.
Cuando cae la noche, el procesado lo da todo. A tal punto, que las fotos no son realistas. Esta fotografía no está tomada con modo noche. De hecho, es prácticamente indiferente activarlo o no: el teléfono rescata toda la luz que puede, queramos o no. Eso se acaba traduciendo en que fotografías como esta, tomadas casi a las 10 de la noche, parezcan tomadas casi por la tarde. Había mucha menos luz visible en la calle (apenas hay farolas).
Sí que me ha gustado bastante el modo retrato. El recorte es prácticamente perfecto (la mayoría de móviles en este segmento no pueden con elementos relativamente finos, como las antenas de Andy), e incluso el desenfoque es bastante natural. Siempre podemos ajustar manualmente el bokeh si queremos que no quede tan desenfocado, pero los resultados son excelentes.
El selfie sí que es algo más justo. Curiosamente, la interpretación del color es mucho más suave que la que hace la cámara trasera (fíjate que el cielo aquí es realista, en la cámara principal es mucho más saturado), aunque falta un mejor trabajo con las pieles, que aparecen bastante más cálidas de lo que deberían. No obstante, es un buen selfie, al que quizás le falta un poco de angular.
Respecto a la grabación de vídeo, tenemos 4K hasta 30 FPS. Esta cámara no tiene OIS (un tirón de orejas, dado el precio), aunque hay cierta parte de estabilización electrónica que hace que los resultados sean decentes. El vídeo es correcto, con el procesado típico de Samsung, y bastante resultón.
Samsung Galaxy A55, la opinión de Xataka
El Samsung Galaxy A55 es, ni más ni menos, lo que esperaba de él. Samsung es el ejemplo de que el continuismo funciona, y de que no tiene por qué ser algo malo repetir fórmula. No tiene el mejor rendimiento, pero es suficiente para el día a día. No tiene una pantalla 1.5K con muchos nits, pero tiene una SuperAMOLED bastante vistosa. No tiene la mejor cámara en su rango de precio, pero es solvente.
Este teléfono es una apuesta segura para todos aquellos que quieren un teléfono equilibrado, con un acabado superior a la media (recuerda más a un S23 que a un móvil de precio medio), y con hasta cinco años de actualizaciones.
7,9
A favor
- El acabado ha dado un salto adelante.
- Buen apartado de sonido.
- Un móvil muy equilibrado en términos generales.
En contra
- La cámara está muy por detrás del conjunto.
- Biseles muy marcados en la parte frontal.
- Rendimiento mejorable.
SAMSUNG Galaxy A55 5G 128GB con Funda Transparente, Teléfono Móvil Android, Smartphone Libre, Batería de Larga Duración, Cámara 50MP, Amarillo (Versión Española)
Imagen | Xataka
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El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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