El pasado 24 de febrero, en la antesala del Mobile World Congress, Samsung anunció la familia S10. En total, tres smartphones de gama alta para seguir ocupando su puesto entre la primera división de la telefonía móvil. Hoy venimos a hablar del Galaxy S10+ que ya analizamos en Xataka y que ahora vuelve a someterse a examen tras un mes de uso.
El Galaxy S10+ es el modelo más grande y también es el único que cuenta con cámara doble delantera. En el análisis nos sorprendió su diseño, especialmente por ese frontal tan despejado que trae el agujero en pantalla como alternativa al notch. También destacó su nuevo lector de huellas ultrasónico oculto bajo la pantalla y sus cámaras, que se triplican y apuestan por el gran angular además del zoom. Así ha sido la experiencia tras convivir con él durante un mes.
Samsung Galaxy S10+ tras un mes de uso en vídeo
Un frontal espectacular requiere sacrificios
Si el Galaxy S9 apostó por una estética muy similar a la de su predecesor, con el S10+ tenemos cambios notables en la parte del diseño. Pero Samsung no introduce estos cambios como una forma de renovar la estética -de hecho, el ADN Galaxy se mantiene- sino que los cambios responden a un objetivo claro y ése es hacer que la pantalla ocupe la mayor porción del frontal posible. El cambio clave para conseguirlo es el agujero en pantalla.
Cuando vi los renders filtrados del S10+ me pareció que el agujero era muy poco estético. "Para esto, que pongan un notch" recuerdo pensar. En las primeras impresiones tuve que tragarme mis palabras y ahora, tras usarlo durante un mes, sigo pensando lo mismo, pero con matices.
El agujero no molesta en absoluto a nivel funcional, la única pega es que la barra de estado pierde la esquina derecha y resulta un tanto raro al principio que los iconos se agrupen más al centro. A nivel estético es otro tema, pero aquí podemos usar algunos trucos para minimizar su visibilidad. Por un lado podemos aplicar el modo oscuro al sistema y por otro (este es mi favorito) usar fondos de pantalla especialmente diseñados para, no esconder, sino sacarle partido y además de forma divertida.
Sigo pensando que, sobre fondo claro, el agujero es un 'pegote'; es un elemento que se introduce dentro de la pantalla y además su curvatura no queda alineada con la curva que describe la esquina de la pantalla, algo no apto para amantes del equilibrio y la simetría. ¿Es un drama? En absoluto, pero por más fondos de pantalla de Bender que pongamos o que usemos el modo oscuro, en muchas apps tenemos un fondo claro que nos recuerda que el pegote sigue ahí. Ojalá un S11 con la cámara escondida bajo la pantalla.
Hablando de pantalla, el S10+ está a la altura de lo esperado. Buen contraste, amplitud, nitidez más que de sobra y buena reproducción del color, aunque ligeramente saturado como de costumbre. Destacar también que la curvatura de los laterales sigue presente, pero se ha reducido hasta quedar casi en una característica anecdótica, lo que sin duda ayuda a evitar toques accidentales al sujetarlo.
Con respecto al diseño, sobresaliente en acabados y, sobre todo, sensación en mano. La primera vez que lo coges sorprende lo ligero que es para su tamaño y la sensación se ha mantenido todo este tiempo. No es un móvil manejable con una sola mano, pero la ligereza se agradece, igual que el hecho de que no resulte resbaladizo.
Una biometría renovada con luces y alguna sombra
Otro de los cambios más notables con respecto a la generación anterior es la desaparición del lector de huellas tradicional en favor de uno ultrasónico oculto bajo la pantalla, un cambio que ha recibido bastantes críticas por motivos como que el área es pequeña, su lentitud o falta de precisión. De hecho, Samsung lanzó una actualización que supuestamente mejoraba los problemas de reconocimiento.
Partamos de la base de que, al menos de momento, los lectores de huella bajo la pantalla no ofrecen la experiencia de uso de un lector capacitivo, y el del S10+ no es la excepción. No son tan rápidos y requieren un aprendizaje, y el S10+ no es una excepción. ¿Quiere decir esto que la experiencia es mala? No, pero tampoco es perfecta. Al lector del S10+ hay que "cogerle el truco".
El mayor problema que le encuentro a día de hoy es que el área de desbloqueo es pequeña y en cuanto colocamos el dedo un poco desplazado no nos reconoce, por lo que hay que fijarse bien. Sin embargo, a nivel de sensibilidad y precisión me ha sorprendido para bien. Basta con tocar suavemente la pantalla para que nos reconozca, no hace falta presionar como sucede en otros lectores.
Además del lector de huellas, Samsung incluye otro método de desbloqueo biométrico. Se trata del desbloqueo facial, pero no es un sistema avanzado como FaceID o similares, sino un desbloqueo básico (aunque no he podido engañarlo con una foto).
Para comprobar cómo era la experiencia sólo con el lector de huellas, durante las dos primeras semanas de la prueba lo mantuve como único método de desbloqueo y he de decir estuve bastante cómoda. Sin embargo, también tengo que decir que cuando activé el desbloqueo facial la experiencia mejoró bastante. En muchos casos resulta más rápido que el lector y antes de colocar el dedo ya nos da acceso. Como en otros casos, aunque por separado tienen sus carencias, lo que me ha resultado práctico es combinar ambos sistemas.
Sin sorpresas en el rendimiento, la autonomía no tanto...
Si por algo ha destacado la serie Galaxy S desde sus inicios es por la potencia y el S10+ no es una excepción. La fluidez ha sido una constante durante todo este mes y, salvo algún bloqueo inesperado de alguna app, no ha habido alarmas en lo referente al rendimiento.
La experiencia con One UI también ha sido buena, aunque con algunos matices. Siendo fan de los modos oscuros, tengo que decir que el de Samsung está muy bien conseguido y lo he mantenido activado casi desde el principio. También me ha gustado mucho el nuevo diseño, por su minimalismo pero sobre todo porque facilita al manejo a una mano colocando los elementos más abajo. Lo que no me termina de convencer son los gestos a pantalla completa. Deslizar hacia arriba es práctico para volver a inicio o abrir la multitarea, pero no para retroceder. No es un drama y me he acabado acostumbrando, pero no me resulta intuitivo.
Y llegamos a la autonomía, un punto en el que esperaba una mejora contundente que no ha llegado. Cuando hice las primeras impresiones, lo que más me gustó fue que la batería llegara hasta 4.100 mAh en un chasis tan delgado y ligero. Sin embargo, en la práctica esos miliamperios no se han notado como esperaba.
He conseguido llegar a casa sin pasar por el enchufe todos los días, pero en días de uso intensivo con mucha cámara, redes sociales, navegación y algún juego ocasional, me ha venido muy justo. No es que dé mal resultado, pero con esa capacidad no llega al nivel de, por ejemplo, el Huawei Mate 20 Pro que sólo tiene 100 mAh más de capacidad.
Un conjunto fotográfico que apuesta por la versatilidad
Junto con el diseño, las cámaras son el otro cambio clave de esta nueva generación y aquí Samsung ofrece una configuración triple que consta de cámara de 16 megapíxeles con lente gran angular, una normal de 12 megapíxeles y una telefoto también de 12 megapíxeles.
La experiencia fotográfica durante este mes ha sido muy positiva, aunque hay matices. Lo mejor sin duda es la versatilidad que ofrece el juego de lentes y que nos permite ir de 0,5x hasta 2x (10x si tiramos de zoom digital, pero mejor evitarlo). Sin movernos del sitio podemos conseguir una gran variedad de encuadres.
El modo gran angular destaca especialmente y aporta un punto de espectacularidad a las imágenes. Como punto negativo, la deformación es bastante pronunciada, sobre todo si nos fijamos en las esquinas, pero no es algo dramático. Esta foto fue disparada en automático y el resultado es un tanto artificial, con colores ligeramente saturados y bordes 'redibujados'. En general, el HDR hace un buen trabajo rescatando sombras profundas o altas luces, pero a veces es bastante agresivo.
La app de la cámara nos permite elegir el zoom exacto que queramos, pero éstas son las posiciones que nos ofrece cada lente. De izquierda a derecha: gran angular o 0,5x, normal o 1x y telefoto o 2x. Además de la diferencia de encuadre, también hay diferencia de tamaño ya que el sensor de la lente gran angular tiene 16 megapíxeles y los otros dos 12. Sin embargo, a pesar de que la imagen es mayor, la calidad no llega al punto de los otros dos sensores. Hay que ampliar al máximo para apreciarlo, pero al hacerlo el procesado es más agresivo y aparecen acuarelas incluso con buena luz.
Ya que hablaba de la app de cámara, comentar que la interfaz tiene la estructura habitual de carrusel, donde para movernos de un modo a otro deslizamos hacia los lados. Es una app con muchas opciones, algunas un poco escondidas como el HDR, pero en general la navegación es sencilla e intuitiva. Mención especial al modo de disparo para Instagram que nos permite tirar una foto y llevarla directamente a las stories, bastante cómodo si eres heavy user de la app.
Seguimos con la calidad de imagen, esta vez la de la cámara principal (la que tiene la lente normal). Aquí el detalle aguanta mucho mejor al sacar la lupa, aunque también ayuda que la escena sea estática y con poca profundidad como ésta. Muy bien también la reproducción del color.
Cuando cae la luz, el detalle se mantiene bastante bien en escenas favorables. Ésta en concreto fue tomada con la cámara telefoto y el resultado es muy bueno, tanto a nivel de nitidez como de reproducción del color y contraste.
No todo iban a ser fotos fáciles. El Galaxy S10+ me ha sorprendido gratamente en otros escenarios mucho más complejos, como fuegos artificiales o fuentes de luz de distintos colores. Hay pérdida de detalle si ampliamos al máximo, pero en el plano general no se aprecia. Aquí destaca sobre todo el buen trabajo de balance de blancos, consiguiendo plasmar las distintas tonalidades sin que haya dominantes que empasten el resto de la imagen.
Pero aunque los resultados de noche son buenos, aquí toca dar un tirón de orejas a Samsung por no incorporar un modo noche. No es algo de vital necesidad, pero personalmente creo que un gama alta de su talla no puede permitirse ignorar esta batalla en pleno 2019.
Pasamos al modo retrato. Poder elegir la cantidad de desenfoque sin duda es una ventaja a la hora de conseguir resultados más naturales. El recorte es bastante bueno en casi cualquier situación, incluyendo escenarios poco iluminados, aunque si el borde es muy irregular tiende a "comerse" algunas partes de la figura (por ejemplo en el pelo a la izquierda), pero aquí usar un desenfoque suave ayuda.
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Para acabar, le toca el turno a la cámara selfie. A nivel de calidad ofrece un resultado bastante bueno, aunque lógicamente no llega al nivel de las traseras y esto se acentúa más cuando cae la luz. Lo más destacable de la cámara para selfies es la posibilidad de usar el modo angular, algo que viene muy bien en retratos de grupo.
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Un mes con el Samsung Galaxy S10+
Desde sus inicios, los Galaxy S han sido una referencia inamovible dentro de la gama alta Android y los Galaxy S10 son la última apuesta para seguir conservando ese puesto. El diseño es el apartado que más me ha gustado. Al principio tenía muchas dudas acerca del agujero en pantalla pero se han disipado, aunque aquí Bender ha ayudado; el humor también sirve para los problemas de diseño, parece. Samsung ha conseguido uno de los mejores frontales del momento y un excelente trabajo de compactación, además de que transmite calidad por todas partes.
El lector de huellas ultrasónico es otro de los puntos más destacados de esta generación y que más dudas genera. Funciona mejor de lo esperado, pero sigue lejos de la que ofrecen los lectores capacitivos, aunque aquí está a la par con la competencia.
No hay ninguna queja en rendimiento y One UI ofrece una muy buena experiencia, especialmente con los últimos añadidos. También hay mejora en la autonomía, pero aquí la sensación es que no saca todo el potencial y me ha faltado ese efecto wow que anticipaban las especificaciones. Con la cámara también tengo sentimientos encontrados. Mientras que saca nota en versatilidad, no deja de ser un conjunto muy similar al del año pasado y no hay un extra de calidad. Detalles como no contar con modo noche lo alejan de la primera línea de batalla de la fotografía móvil.
El balance tras pasar un mes con el Galaxy S10+ es muy positivo en muchos niveles, y es que estamos ante uno de los terminales más completos del momento. Eso sí, el S10+ juega con la desventaja de ser uno de los primeros del año y poco a poco van llegando opciones que se adelantan en algunos aspectos. Además, estamos entrando en un momento en el que ser completo puede no ser suficiente y personalmente creo que le ha faltado dar un golpe sobre la mesa más contundente.
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