Para Samsung era muy tentador no probar a unir sus dos grandes "éxitos" de los últimos años: el formato phablet de 5,7 pulgadas de su Galaxy Note y lo diferente y llamativo de su reciente Galaxy S6 Edge, cuyas ventas y acogida sorprendió a la propia cúpula coreana.
En el fondo Samsung es muy especialista en eso, probar y probar hasta dar con un gran éxito, y con este Samsung Galaxy S6 Edge Plus puede haberlo conseguido. Claro que el camino no era complejo partiendo de dos excelentes terminales. En Xataka ya hemos probado a fondo el Galaxy S6 Edge+ y aquí está nuestro análisis.
Galaxy S6 Edge+, doble curva en formato phablet
Con el Galaxy S6 Edge y ahora este S6 Edge+ la compañía ha querido posicionarse no como la compañía de grandes ventas que es. Tampoco como la compañía de múltiples modelos donde elegir. ¿Como el fabricante en el que podías esperar siempre lo último en componentes y potencia bruta? Pues no. Eso va en su ADN cuando hablamos de gama alta.
Con la gama Edge Samsung ha querido ir más allá y ofrecer un terminal personal, que elijas por algo más que especificaciones. Que su feeling y apariencia te haga pensar en él incluso sin mirar lo que haya en el interior. Es justo lo que se busca con la gama premium de la que hablamos recientemente.
En el Galaxy S6 Edge+ esos detalles que marcan diferencias los encontramos en el tamaño de pantalla, el acabado en cristal y por supuesto la doble curva de la pantalla. Resulta cuanto menos curioso que haya sido arriesgando como Samsung ha conseguido destacar con dos productos en los últimos años: primero con la gama Note y este año con sus Edge. Pero los de verdad, no la primera versión de una sola curva.
Samsung Galaxy S6 Edge+, características técnicas | |
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Dimensiones físicas | 154,4 x 75,8 x 6,9 mm, 153 gramos |
Pantalla | SuperAMOLED 5,7 pulgadas |
Resolución | 1440 x 2560 píxeles (518 ppp) |
Procesador | Exynos OctaCore (64 bits y 14 nm) 4x2.1 GHz (A57) + 4x1,5 GHz (A53) // GPU Mali-T760 |
RAM | 4 GB (LPDDR4) |
Memoria | 32 / 64 GB (UFS 2.0) (no ampliable) |
Versión software | Android 5.1 con TouchWiz |
Conectividad | LTE, NFC, Bluetooth 4.1, Wi‑Fi ac, Ant+, GPS |
Extras | Sensor de huellas y de ritmo cardíaco |
Cámaras | Principal de 16 MP (f1.9) con estabilización // Vídeo UHD // Secundaria 5 MP (f1.9) |
Batería | 3000 mAh (no extraíble) Carga inalámbrica (Qi/PMA/WPC) / Carga rápida para cable y sin cable |
Precio | Desde 799 euros |
Por suerte, escoger un S6 Edge+ no es solo un acierto por diseño y sensaciones con el terminal en mano, si es que te parece una elección adecuada como iremos viendo en el análisis. Es una apuesta segura por rendimiento, cámara, pantalla y casi todo lo que se le puede pedir a un smartphone de gama alta en este 2015.
Nadie diría que es un phablet
20 gramos menos que el Note 5 y por debajo de 7 mm en grosor. Al coger el Galaxy S6 Edge+ nadie diría que estamos ante un phablet. Por pantalla sí que habría que situarlo en esa categoría reciente, pero en mano Samsung ha conseguido obrar una gran pieza.
Con 153 gramos ya nos podemos hacer una idea de que este Galaxy S6 Edge+ es muy ligero. No olvidemos que estamos hablando de una diagonal de 5,7 pulgadas. Algunos ejemplos: el iPhone 6 Plus, que nos parece bien conseguido en grosor y peso (al menos en sensación en mano) queda lejos del nuevo Edge por 20 gramos, mientras que el LG G4 está a la par y son 0,2 pulgadas menos también.
Pero Samsung no se queda ahí y ofrece con este S6 Edge+ una de las mejores relaciones de pantalla-dimensiones del mercado. A continuación una tabla comparando dimensiones físicas de los principales terminales rondando las 5,5 pulgadas para comprobar de lo que ha sido capaz Samsung:
Pantalla | Peso | Grosor | Altura | Anchura | |
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Galaxy S6 Edge+ | 5,7 “ | 153 gr | 6,9 mm | 154,4 mm | 75,8 mm |
iPhone 6 Plus | 5,5 “ | 172 gr | 7,1 mm | 158,1 mm | 77,8 mm |
Moto X Style | 5,7 “ | 179 gr | 6,1-11,06 mm | 153,9 mm | 76,2 mm |
LG G4 | 5,5 “ | 155 gr | 6,3-9,8 mm | 148,9 mm | 76,1 mm |
Huawei Mate S | 5,5 “ | 156 gr | 7,2 mm | 149,8 mm | 75,3 mm |
Sony Xperia Z5 Premium | 5,5 “ | 181 gr | 7,8 mm | 154,4 mm | 76 mm |
Una puntualización importante: esas buenas cifras del Galaxy S6 Edge+ no se han conseguido realizando sacrificios en apartados importantes del terminal, y por ejemplo, la batería es de 3.000 mAh manteniendo poco peso y grosor.
Pantalla curva: un extra solo para la galería
Como pasaba con la dupla Galaxy S6 y Galaxy S6 Edge, Samsung ha creado el Galaxy S6 Edge a imagen y semejanza del Note 5 si nos ceñimos a la hoja de especificaciones principales (pantalla, procesador, memoria, cámara ...)
Que son dos terminales en cuerpo pero uno solo en alma es más que patente cuando la compañía anunció que en algunos mercados no saldría el Note 5 y la firma coreana se centraría en la promoción de la versión Edge Plus como sustituto de un terminal que ya es de los más importantes en la historia de los smartphones (hablamos de la gama Note). Entendemos que ese atrevimiento (ya hay planes de dar marcha atrás y no dejar de lado a una gama Note tan apreciada por el mercado de gama alta) se produce en aquellos mercados donde la marca ha tenido un recibimiento inesperado y muy positivo para su modelo S6 Edge.
Pero estamos hablando de Samsung y nos sorprende que su elección sea poner el foco en un solo producto cuando ha sido la marca de las opciones desde siempre. Lo sensato es pensar que tendremos Note 5 en todos (o casi todos) los grandes mercados.
Donde nos encontramos pues la diferencia sustancial es en la pantalla, que se curva en los dos laterales y le da una apariencia que no pasa desapercibida y que la gente quiere mirar y tocar. Ah, y preguntar para qué sirve. Como con los smartwatch, ojo, porque la pregunta tiene truco y hay que hacer los deberes para responder. Precisamente es en lo que nos hemos afanado en este análisis del Galaxy S6 Edge+ en Xataka, pues es el elemento clave a la hora de escoger este terminal que no tiene igual en ese aspecto en el mercado.
Disponer de una pantalla curvada en este terminal hace que directamente el smartphone gane mucho valor a nivel estético. Aunque esto no tiene por qué significar que a todo el mundo esa variación del formato clásico le acabe por convencer. En cierta manera transmite más fragilidad por lo expuesta que queda esa zona en caídas laterales donde un marco metálico que ocupe esa zona invadida por la pantalla resistirá en teoría más.
Otros detalles según nuestra experiencia con el Galaxy S6 Edge+. Coger el terminal, generoso por pantalla pero no en dimensiones gracias a unos marcos muy bien logrados en la parte superior e inferior, es un poco más incómodo por la curva y el acabado en filo que hacerlo con un terminal sin esa curva. Y además, con la pantalla activa, esa anchura extra respecto al modelo S6 Edge clásico hace que en algunas situaciones activemos opciones o movamos los escritorios sin querer por esa zona de contacto extra que está demasiado cerca del lugar de agarre. Esto nos ha ocurrido más a menudo que en la prueba del S6 Edge clásico porque en 5,7 pulgadas uno realiza deslizamientos y movimientos más forzados para tratar de llegar a zonas altas o bajas de la pantalla cuando usa una sola mano. Más adelante, en la sección dedicada al software, veremos las dos soluciones que Samsung implementa en este modelo.
Unas sensación que también nos ha dejado este terminal tras una semana intensa de uso ha sido que por su mayor anchura, transmite la idea de que es menos deslizante. Es también un terminal que por el uso del cristal acaba bastante sucio por huellas o grasa con facilidad. Y no es resistente al agua, algo que lamentamos que Samsung se haya dejado por el camino en el salto al cristal para el acabado de la parte trasera.
Pero, ¿para algo servirá esa curva no? Pues me temo que no deberías esperar demasiado. Cuesta mucho encontrarle utilidad más allá de la estética. En este Edge+ mantenemos las opciones de lanzadores de contactos desde el lateral, al que se añade uno para aplicaciones. Con estos accesos directos que activamos deslizando una pestaña desde la parte superior izquierda (o derecha, porque es algo que puede configurar el usuario) podemos abrir hasta cinco aplicaciones o contactos, pero no nos parece algo que marque diferencias ni vayamos a seguir usando tras las pruebas iniciales.
Tampoco nos parece que esté bien implementado el que estos dos paneles sean accesibles desde el mismo lado y por tanto se solapen y haya que desplazar para ir de uno a otro. Además, y esto lo entendemos porque aumenta la privacidad y seguridad, pese a estar accesibles con la pantalla bloqueada, si tenemos activado el sensor de huellas, patrón o contraseña, no servirá de nada lanzar contactos o aplicaciones porque deberemos desbloquear. Vamos, que no es algo directo ni inmediato.
Las otras posibilidades son todavía más accesorias si cabe. Desde el modo de información en la curva como el reloj con la hora o fecha, hasta la iluminación de la curva de un determinado color cuando nos llama un contacto concreto. Hay gente a la que le puede parecer algo útil pero no justifica es esfuerzo en otros aspectos del día a día con la pantalla. Ojo, no al menos si no hubiera una alternativa igual de buena en todos los demás aspectos, como pasaba también con el Galaxy S6 y el S6 Edge.
Por último, las aplicaciones siguen sin sacarle partido a esa zona curva en la pantalla y resulta a veces extraño trabajar con esa variación en la apariencia del texto u opciones justo en los bordes de la pantalla. Tan solo en la reproducción de vídeo es donde uno valora la curvatura de la pantalla más allá del diseño.
La protección de cristal es Gorilla Glass 4, y nos ha dejado buenas sensaciones. En una semana es complejo valorar si resistirá bien golpes y roces, pero por ahora nos ha parecido suficiente. El marco de metal tiene un acabado excelente, pulido y suave, y en él están todas las conexiones.
En la parte inferior tenemos el puerto de auriculares, el de carga microUSB, micrófono y los orificios del altavoz. Ya en la zona superior del marco nos encontramos con un segundo micrófono y la zona para acceder a la ranura nanoSIM, para la que es necesario el uso de una herramienta.
También de metal son los controles físicos de encendido y volumen. El de encendido y bloqueo se ha colocado en la parte derecha, justo a la altura del dedo corazón, mientras que los de volumen quedan en la parte izquierda un poco más arriba y bastante accesibles. Dado que la altura del terminal ha aumentado, nos hubiera gustado tener el botón de encendido más cerca del centro del marco que de la parte superior. Además, al menos en el modelo que hemos probado, los controles de volumen nos han parecido que contaban con demasiado recorrido e incluso excesiva dureza a la hora de manejarlos.
En la parte trasera la cámara sigue sobresaliendo considerablemente pero al estar situado justo en el centro, al colocar el terminal sobre una superficie plana, éste es perfectamente estable y se puede manejar sin cogerlo y sin que baile sobre la mesa, algo que no pasa con los smartphones de trasera curva.
El botón de inicio incluye el lector de huellas y justo al lado de la cámara en la parte trasera está el de ritmo cardíaco. El segundo nos parece bastante accesorio en un smartphone, pero el de huella dactilar es ya algo imprescindible en el día a día con el smartphone. Y lo es porque funciona. En este Galaxy S6 Edge+ no hace falta malabarismo digital para que nos reconozca la huella ni mucho menos deslizar. Basta colocar el dedo sobre el botón y de forma instantánea se nos reconoce la huella y quedamos identificados. Nos gustaría que esa identificación se pudiera hacer con el terminal con pantalla apagada. Sobre el pago móvil, este buen funcionamiento del lector de huellas debería proporcionar un empujón al despegue de Samsung Pay cuando por fin llegue al mercado.
Lo que no ha acabado de cerrar bien Samsung ha sido el tema del sonido. La calidad de los altavoces integrados en parte inferior no acompaña nada a las posibilidades multimedia de su pantalla, ofreciendo un sonido plano y no muy potente.
Pantalla y rendimiento: Samsung es la que manda
Si alguien se acerca a mirar tu smartphone Galaxy S6 Edge+ es completamente normal que quede ensimismado cuando enciendes la pantalla y se la muestras. La curva es atractiva y diferente, una novedad en un mercado ya muy estandarizado. Pero combinado con el panel SuperAMOLED es un imán para la vista.
Aquí no estamos hablando ya solo de resolución, donde un panel 1440p con más de 500 ppp de densidad de píxeles nos deja una pantalla sin un solo pixel distinguible. Estamos refiriéndonos a la calidad de imagen para el día a día. Y son muchas horas las que pasamos mirando la pantalla de nuestro smartphone.
Samsung nos ofrece varios modos de visualización, de los cuales recomendamos especialmente el Adaptativo o el Modo Cine, pero ya sabes que la intensidad del contraste y los colores puede ser apabullante según lo que estés visualizando en éste último.
A nivel de brillo, en el modo automático podemos alcanzar fácilmente más de 500 cd/m2, lo que junto con el alto contraste nos ayuda a una visibilidad en exteriores muy buena. Aquí a veces la curvatura de la pantalla puede causarnos incomodidades en forma de reflejos, tenlo en cuenta. Lo que sí que es perfecto es el brillo mínimo, que es la oscuridad completa. También los ángulos de visión no te casarán problema alguno para visualizar la pantalla incluso forzando posiciones.
Pero no sorprende de este Galaxy S6 Edge la calidad de su pantalla solo por lo que vemos. Samsung ha dejado tan poco espacio entre cristal y panel que es asombrosa la sensación de que incluso antes de tocar la pantalla ya se activa el icono. Es claramente el panel con mejor respuesta al tacto que hemos probado.
Además de en la pantalla, Samsung tiene otra parcela importante donde se ha colocado en posición de pole position entre fabricantes: el rendimiento. Sus chips Exynos de 14 nm han sido una solución genial para el fabricante no solo por la imagen que transmite a los rivales sino porque la jugada ha cobrado más relevancia ante los problemas de Qualcomm con sus 810 este año. En las pruebas de rendimiento los datos que obtenemos nos dejan claro que el conjunto de RAM de 4 GB de tipo LPDDR4, memoria interna UFS 2.0 y sus octacore manda en el mercado a día de hoy, obteniendo los mejores resultados del año.
Oneplus 2 Snapdragon 810 v2.1 |
HTC One M9 Snapdragon 810 |
Samsung Galaxy S6 Exynos Octa 7420 |
Galaxy S6 Edge+ Exynos Octa 7420 |
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Antutu | 55608 | 56335 | 61050 | 70100 |
PCMARK | 4796 | 4235 | 4980 | 5235 |
3DMARK unlimited | 22100 | 22234 | 22350 | 24134 |
GFXBench 3.0 Manhattan fps (en pantalla) |
22 | 24 | 15 | 15 |
GFXBench 3.0 Manhattan fps (fuera de pantalla) |
19 | 24 | 24,7 | 24 |
GFXBench 3.0 T-Rex fps (en pantalla) |
42 | 49 | 19,1 | 29 |
GFXBench 3.0 T-Rex fps (fuera de pantalla) |
38 | 50 | 47,1 | 45 |
Con estas cifras ni juego ni cantidad desbordante de píxeles para la pantalla suponen cuello de botella alguno para obtener un rendimiento excelente en el día a día. Y ni rastro de un calentamiento excesivo ni fuera de lo esperado por mucho que le exijamos al equipo.
En memoria interna las opciones disponibles son dos: 32 o 64 GB. Aquí Samsung no juega a aprovecharse y descarta de entrada el modelo de 16 GB. En nuestro caso hemos probado el modelo del Galaxy S6 Edge de 32 GB, en el cual quedan libres de fábrica unos 24 GB. Es una cantidad decente pero no abultada, así que como no hay posibilidad de ampliación con tarjetas microSD, imágenes y vídeos (tanto para reproducción o grabados con la cámara 4K del terminal) deberán usarse con control o podríamos quedarnos pronto sin espacio interno. Hay que tener en cuenta que un vídeo de unos 30 segundos con resolución UHD grabado con el propio smartphone ya ocupa más de 200 MB. Aquí hay que recordar que este tipo de vídeos está limitado a 5 minutos de duración.
Batería de 3.000 mAh y carga rápida, buen equipo
Casi sin que nos hayamos dado cuenta y contando excepciones con los dedos de media mano, el mercado ha establecido el día de automomía como algo casi estándar. En la búsqueda de reducir grosores y pesos de terminales de gama alta al tiempo que se aumentaba la diagonal (y resolución) de la pantalla, a día de hoy la batería suele ser la gran sacrificada. Las líneas de trabajo van dirigidas más a que esa batería sea posible cargarla en muy poco tiempo, si no completamente, si al menos para superar una necesidad puntual de autonomía.
En el Galaxy S6 Edge+ la capacidad de la batería se ha fijado en 3.000 mAh, una buena cifra que era necesaria para un phablet que se va a las 5,7 pulgadas y además con resolución QHD. Y era necesario ese aumento porque nos ha permito mantener la capacidad de trabajo a nivel de usuario de uso frecuente del terminal en un día. Incluso en algunas pruebas la autonomía ha sido superior a la del S6 Edge clásico, en sintonía con otras pruebas de referencia. Lo habitual con un uso bastante intensivo del terminal ha sido llegar al final del día con un 20-25% de batería.
En este Galaxy S6 Edge+ se sigue contando con una carga rápida que nos deja la batería completa en menos de 90 minutos. Desde cero podemos llegar a tener en media hora el 25% de la batería cargada, lo que en embos casos supone una mejora pese al aumento de la capacidad.
Ese sistema de carga rápida ha llegado también a la inalámbrica, por lo que esta posibilidad de carga ya no es una anécdota (debido a la cantidad de tiempo que requiere cargar por inducción con este sistema) sino algo que podemos valorar. Es todavía más lenta que la carga rápida por cable pero mucho más factible y no el doble como pasaba hasta ahora.
Un phablet no nace, se hace
Pese a que entra en la categoría de phablet y ahí siempre hemos dicho que nos gusta que a nivel de sistema operativo se le de valor al extra de pulgadas, Samsung no varía demasiado su idea de TouchWiz sobre Android 5.1. Es una capa más ligera que la que conocimos hace años pero aun así está bastante presente, principalmente en menús de configuración.
La aportación es bastante buena cuando nos referimos al centro de notificaciones, bien pensado y con muchas posibilidades de privacidad o mostrar información cuando se lo indicamos, así como con mucha sensación de control para el usuario.
La multipantalla que vimos en el Edge S6 tiene ahora más sentido en las 5,7 pulgadas de este modelo Plus, aunque igualmente limitada a algunas aplicaciones, principalmente del sistema o de Google. Pero sin stylus, Samsung no ha llevado otras características de la gama Note a este phablet, así que no es como tal un sustituto del Note que todos conocemos.
Dicho esto, hay algunas novedades que nos han gustado mucho a nivel de software y que pretenden que el manejo del phablet con una sola mano mejore. Hay que activarlas o desactivarlas en un menú, lo que le quita atractivo, pero las dos opciones nos parecen bastante acertadas.
Una es la posibilidad de conseguir un escritorio reducido a unos dos tercios de la pantalla con solo pulsar tres veces sobre el botón de inicio. Recordad que si lo hacíamos dos veces lo que activamos es la cámara lista para disparar, otra de las grandes alegrías de los Samsung Galaxy S6.
Una vez en esta pantalla en miniatura nos podemos mover por la interfaz y opciones del phablet como si el resto de la pantalla no existiera. Es efectivamente como manejar con una sola mano un terminal de menos diagonal de pantalla, pero Samsung no ha caído en que, pese a su ayuda, las dimensiones del terminal que es lo que suele hacer menos manejable la pantalla, siguen siendo más grandes.
Más nos ha convencido el teclado reducido. En este caso como en el anterior podemos indicar mediante una flecha en qué lado queremos que se concentre o la pantalla reducida o el teclado nuevo. Y en este último caso sí que hemos agradecido tener la opción cuando hemos querido escribir mensajes o textos con una sola mano.
La mejor cámara del mercado actualmente
A la espera de poder probar a fondo las cámaras de los smartphones que nos quedan de este 2015 (Xperia Z5 y iPhone 6s entre otros), la del nuevo Galaxy S6 Edge+ confirma la idea global que nos dejó su hermano pequeño: estamos ante la mejor cámara del mercado actualmente.
Samsung ha entrelazado de forma muy acertado un sensor de buena resolución (16 megapíxeles), luminoso (f1.9), con sistema de enfoque híbrido, estabilización, grabación de vídeo UHD y todo el control para el usuario. Pero eso ya lo habíamos visto otros años en terminales de gama alta, incluso de la propia Samsung. La diferencia este año está en que el procesado de la imagen no nos elimina detalle de la imagen ni se obvian los resultados en modo apuntar y disparar.
Con el Galaxy S6 Edge+ conseguimos de forma muy fácil imágenes vibrantes, con mucho detalle, gran reproducción de color y que no sufren con escenas de amplio rango dinámico. Y todo ello con velocidad (me encanta el doble toque en botón de inicio para ponerte al instante, desde cualquier lugar del terminal, incluso bloqueado, a hacer fotos).
La toma de fotografías con el terminal es veloz tanto en el disparo (nos facilita congelar tomas solo con esa velocidad de disparo) como en el enfoque, donde incluso por el uso del sistema híbrido, en tomas macro o muy cercanas es complicado afinar y no perder el enfoque preciso. La poca profundidad de campo que se puede conseguir también complica este tipo de instantáneas, pero los resultados son magníficos.
Cuando la luz empieza a escasear es donde el Galaxy S6 Edge+ demuestra que va en serio en esto de la fotografía móvil. Con este terminal conseguimos escenas con bastante luz, focos potentes controlados, no excesivo ruido ni tampoco pérdida considerable de detalle. Al mirar lo resultados uno se da cuenta de que con la cámara del Galaxy S6 Edge+ no hay que estar alerta o excesivamente preocupado porque la escena sea nocturna ya que el resultado saldrá luminoso y sin detalles feos como un exceso de ruido o sensación de tratamiento artificial.
En contra juega que en la previsualización no tenemos tanta luz como en el resultado final, por lo que hay que confiar en la cámara y disparar a veces casi a ciegas, al menos para algunos detalles.
A nivel de interfaz, Samsung es ahora mismo de las que mejor ha combinado la sencillez para facilitar el apuntar y disparar, con dejar opciones de control al usuario. La pantalla principal nos deja la mayoría de modos a un solo toque, pero esos accesos directos no son personalizables ni podemos cambiarlos.
Ya en el menú de ajustes de la cámara tenemos las opciones para cambiar el tamaño de la imagen, el modo de vídeo, la ubicación o diferentes ajustes. Uno muy interesante es el de Rastreo AF con el que una vez marcamos en la pantalla el objeto a "perseguir" para que esté siempre enfocado, el sistema lo mantiene, aunque cuando hay mucho contraste el seguimiento se pierde en las zonas de sombra. Hay que que tener la precaución de desactivarlo una vez acabado de usar, porque no ocurre por defecto.
En el modo Pro, además de filtros, disponemos del control manual de algunos parámetros como la sensibilidad (Auto y de 100 a 800 ISO), la compensación de la exposición, el balance de blancos, la profundidad de campo (auto o de macro a panorámica) y los modos de medición (Centrado compensado, matriz y punto).
Ver galería completa » Galaxy S6 Edge Plus muestras (10 fotos)
La grabación de vídeo, con calidad máxima 4k, cumple con creces y tanto enfoque como color o exposición es siempre muy correcta.
Samsung Galaxy S6 Edge+, la nota y opinión de Xataka
¿Habéis visto los anuncios de los nuevos Galaxy de Samsung de este 2015? Las referencias de los coreanos van siempre hacia el modelo Edge, en el que han encontrado un valor (inesperado por los comentarios de sorpresa de la propia compañía) que están explotando al máximo. Un ejemplo es este Galaxy S6 Edge+, terminal que con el Note 5 comparte diagonal de pantalla y casi todas las especificaciones. Llega para complementar, aunque en algunos mercados la elección de Samsung por ahora haya sido dejar en solitario al Edge+ como referente de los phablets coreanos.
¿Y cómo le ha salido la apuesta? Pues como esperábamos teniendo la experiencia con su hermano pequeño, muy bien. A nivel técnico nada que reprocharle. Ni pantalla, ni dimensiones físicas, ni rendimiento de cámara hay pegas de consideración. De hecho en rendimiento bruto y de la cámara estamos ante el terminal más completo del año hasta ahora. Incluso en batería están un pequeño punto por delante de lo que hemos ido viendo este año dentro de esta gama, aunque en phablet siempre le exigimos más porque más autonomía es algo a lo que aspiramos cuando tomamos la decisión de ir a por un terminal de gran pantalla y dimensiones.
La única duda nos queda del lado de la doble curva. Le aporta valor a nivel estético pero poco más. No nos transmite mejor agarre ni diferenciación. Si no es algo que valores especialmente en el diseño del terminal, la pantalla curva tiene ante todo pegas en ese apartado. Pero uno coge luego el Galaxy S6 Edge+ y le parece increíble que Samsung haya conseguido un terminal de 5,7 pulgadas de cristal y metal con tan poco peso y grosor.
9,2
A favor
- Excelente grosor y peso
- Rendimiento fantástico
- Magnífica cámara de fotos
- Pantalla de gran nivel
En contra
- La batería debería ofrecer más en un phablet
- Precio alto
- Sin ranura para tarjetas microSD
- Curvatura sin funcionalidad
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Orange (aquí su tarifas para conseguirlo). Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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