Actualmente los paneles OLED nos ofrecen, gracias a las propiedades de los diodos orgánicos, los negros más profundos, el contraste nativo más alto y la colorimetría más convincente. Sin embargo, aunque han bajado de precio sensiblemente y ya podemos encontrar modelos con un coste razonable, todavía no tienen precios realmente populares. Esta realidad es, precisamente, la que provoca que los televisores con panel LCD y retroiluminación LED con matriz FALD (Full Array Local Dimming) sean una alternativa muy interesante a los modelos OLED.
El televisor 4K UHD KD-55XF9005 de Sony al que dedicamos este análisis es un buen ejemplo de lo que nos ofrece esta última tecnología. De hecho, el auténtico objetivo de este análisis es comprobar en qué medida, dada la plena madurez en la que se encuentran los paneles LCD y las tecnologías de procesado de la imagen, consigue la retroiluminación FALD acercarse a las prestaciones globales de los paneles OLED en los parámetros en los que estos son, hasta ahora, «intratables»: sus negros y su contraste nativo. Empecemos nuestro análisis.
Sony 55XF90: especificaciones técnicas
Si echáis un vistazo a la tabla que tenéis debajo de estas líneas veréis que las dos características más llamativas de este televisor son su procesador de imagen 4K HDR Processor X1 Extreme, que es el mismo que utiliza Sony en sus teles OLED, y, cómo no, su retroiluminación LED por matriz FALD con atenuación local. Ambos elementos tienen, sobre el papel, una influencia decisiva en la calidad de imagen global del televisor, de ahí que merezca la pena que les prestemos atención antes de iniciar nuestro banco de pruebas.
Vamos primero con el procesador de imagen. Como comprobamos en el artículo en el que hace unos días os explicamos la importancia que tiene el procesado de las imágenes a la hora de maximizar las posibilidades del panel, sea OLED o LCD, el procesador de imagen de Sony ejecuta, entre otras funciones, tres algoritmos muy importantes. El primero de ellos, conocido como Dual Database Processing, tiene como objetivo eliminar el ruido y mejorar el detalle en tiempo real.
El segundo, Object base HDR re-master, permite al procesador analizar cada fotograma por separado para identificar los objetos que lo conforman con el propósito de aplicar una primera corrección de color y contraste individual para cada uno de ellos. Y el tercero, denominado por Sony Super Bit Mapping 4K, aplica un degradado de los colores y las luces más suave para evitar que en las escenas con mucha riqueza tonal el degradado sea visible para nuestros ojos.
El panel es solo uno de los «ingredientes» de la receta; en los televisores LCD LED también influyen decisivamente en la calidad de imagen el procesado y la tecnología utilizada para atenuar localmente la retroiluminación
En lo que concierne a la retroiluminación LED, este televisor no cuenta con diodos periféricos colocados en el marco, sino con una matriz de diodos alojada detrás del panel, y que ocupa toda su superficie. Los televisores que utilizan retroiluminación LED periférica suelen tener una hilera de diodos en el marco inferior, junto a la base del panel, que, gracias a la asistencia de unos espejos colocados en posiciones estratégicas, consiguen distribuir la luz de manera más o menos uniforme por todo el panel.
Sin embargo, la retroiluminación por matriz FALD consigue controlar la luz en un área determinada del panel con mucha más precisión gracias a la presencia de una mayor cantidad de diodos LED, que, además, están colocados detrás del panel. Esta última filosofía es similar a la que utilizan los paneles OLED, aunque los LCD con matriz FALD no pueden controlar la emisión de luz a nivel de píxel, que es la opción más precisa. Los paneles OLED sí pueden hacerlo porque la luz la emiten directamente los diodos orgánicos que conforman el panel.
Modelo | Sony KD-55XF9005 |
---|---|
Tamaño | 55 pulgadas |
Resolución | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
Tecnología del panel | LCD VA (10 bits) |
Tipo de retroiluminación | LED directo FALD (Full Array Local Dimming) |
Atenuación de la retroiluminación | Atenuación local |
Refresco nativo del panel | 120 Hz |
Procesador de imágenes | 4K HDR Processor X1 Extreme |
Mejora de claridad | 4K X-Reality PRO. Dual database processing |
Mejora del color | Asignación de color de precisión. Pantalla TRILUMINOS. Super Bit Mapping 4K HDR. Tecnología Live Colour |
HDR | HDR10, HLG |
Tecnología 3D | No |
Entradas HDMI | 4 (1 lateral/3 inferiores) |
HDCP | HDCP2.2 (para HDMI 1/2/3/4) |
HDMI-CEC | Sí |
Canal ARC por HDMI | Sí |
Puertos USB | 2 (laterales)/1 (inferior) |
Señales de vídeo admitidas | Señal HDMI: 4.096 x 2.160p (24, 50, 60 Hz), 3.840 x 2.160p (24, 25, 30, 50, 60 Hz), 1.080p (30, 50, 60 Hz), 1.080/24p, 1.080i (50, 60 Hz), 720p (30, 50, 60 Hz), 720/24p, 576p, 576i, 480p, 480i |
Modos de imagen | Vivo, Estándar, Personalizado, Cine profesional, Cine en casa, Deportes, Animación, Fotografía-Vivo, Fotografía-Estándar, Fotografía-Personalizado, Juegos y Gráficos |
Conectividad inalámbrica | WiFi 802.11a/b/g/n/ac y Bluetooth 4.1 |
Conectividad con smartphone | Chromecast integrado. Duplicado de pantalla (Miracast). Video & TV SideView (iOS/Android) |
Compatibilidad HEVC | Sí (hasta 3.840 x 2.160/60p 10 bits) |
Altavoces | 10 + 10 vatios Bass Reflex |
Formatos de sonido soportados | Dolby Digital, Dolby Digital Plus, Dolby Pulse y DTS Digital Surround |
Procesado de audio | ClearAudio+ |
Sistema operativo | Android 7.0 Nougat |
Almacenamiento interno | 16 GB |
Clasificación de nivel energético | B |
Sintonizadores DVB-T | 2 |
Dimensiones con soporte | 122,8 x 77,1 x 26,8 cm |
Peso con soporte | 19,1 Kg |
Precio | 1.556,38 euros |
Diseño y acabado: estilizado por delante, pero no tanto por detrás
El diseño de este televisor sigue las pautas marcadas tanto por los anteriores modelos de la propia Sony como por la competencia: líneas estilizadas, marcos finos y una peana poco invasiva, que, eso sí, garantiza una adecuada estabilidad del panel. Por delante, como podéis ver en las imágenes que ilustran el análisis, es atractivo. Y, en lo que concierne a los materiales utilizados en su fabricación, destaca el impecable mecanizado del aluminio del marco. El resto del chasis del televisor es mayoritariamente de plástico, aunque, eso sí, es un plástico de buena calidad que no debería tener ningún problema para soportar impertérrito el paso del tiempo.
La peana que han puesto a punto los responsables del diseño de este televisor es muy diferente a las utilizadas en anteriores modelos de Sony. Como podéis ver en las fotografías, es minimalista y muy poco invasiva, algo de agradecer porque contribuye a que ocupe menos espacio sobre la superficie en la que colocamos el televisor. Además, dota de una estabilidad bastante alta al panel, una característica importante que puede evitarnos un disgusto si, por accidente, damos un golpe al televisor en uno de los bordes del chasis. Si el conjunto no es lo suficientemente estable, podría volcar. Y esto podría tener consecuencias trágicas para el panel, de ahí que sea importante contar con una peana bien diseñada. Como podéis ver en la siguiente fotografía, la de este televisor es de aluminio y está muy bien mecanizada.
Por detrás, este televisor no es tan agraciado como por delante, aunque este detalle no es relevante a menos que lo coloquemos en un soporte de suelo y quede alojado en una zona de la habitación que permita ver el panel trasero. Su grosor, además, es algo mayor que el de otros televisores LCD LED que podemos encontrar en el mercado, tanto de la propia Sony como de la competencia. Aunque, eso sí, sus 6,9 cm están en gran medida justificados por la incorporación detrás del panel de la matriz de diodos LED FALD de la que hemos hablado en párrafos anteriores. Yo lo tengo claro: prefiero que el televisor sea un poco más grueso si esto implica que contará con un sistema de retroiluminación más preciso, y, por tanto, también con una mayor calidad de imagen.
Experiencia de uso
El sistema operativo que gobierna este televisor es Android TV, por lo que su interfaz es muy similar a la integrada en otros modelos que también apuestan por la plataforma de Google. La versión preinstalada es Android 7.0 Nougat, pero Sony confirmó en la pasada edición del CES, en la que presentó oficialmente este televisor, que la actualización a Oreo llegará próximamente. Aunque, en lo que concierne al control, opino que el sistema más rápido y práctico pasa por recurrir al mando a distancia convencional, el sistema de búsqueda y manejo por voz de Android está integrado en este televisor, por lo que sus fans no quedarán decepcionados.
Y, en lo que concierne a las aplicaciones, la mayor parte de las que deben estar, están: Netflix, YouTube, Amazon Prime Video, Movistar+, Spotify, TED, etc. Y las que aún no están disponibles probablemente lo estarán durante los próximos meses a través de Google Play.
Uno de los hándicaps de los que adolecen la mayor parte de los televisores «inteligentes» es la lentitud con la que nos permiten movernos a través de la interfaz, que, en ocasiones, llega a ser exasperante. Afortunadamente, parece que poco a poco los fabricantes se están «poniendo las pilas» y empiezan a integrar en sus propuestas SoC ARM más potentes que cada vez se parecen más a los que incorporan nuestros smartphones. Aún queda camino por recorrer en este ámbito, pero, desde luego, este televisor mueve la interfaz con mucha mayor solvencia que los primeros modelos Android TV de la marca japonesa.
Por otro lado, los menús de configuración de esta «tele» son muy similares a los de otros modelos de Sony que han pasado por nuestro laboratorio. No son los más intuitivos del mercado, pero tampoco son los más complejos. Cualquier usuario puede hacerse con ellos después de unos minutos de indagación sin demasiado esfuerzo. Eso sí, merece la pena dedicar un poco de tiempo a familiarizarse con los modos de imagen (los tenéis enumerados en la tabla de especificaciones). De todos ellos probablemente los más interesantes para buena parte de los usuarios son «cine profesional», «cine en casa» y «juegos».
Los dos primeros contemplan los ajustes idóneos para reproducir películas, aunque personalmente me quedo con «cine profesional» porque da a las imágenes un aspecto más parecido al que podemos disfrutar en las salas de exhibición, sin necesidad de que toquemos apenas nada. El modo «juegos», por su parte, es crucial activarlo si vamos a utilizar el televisor para jugar porque desactiva buena parte del procesado de las imágenes, y, gracias a esta estrategia, reduce notablemente la latencia de entrada, como veremos en la sección dedicada a nuestro banco de pruebas.
Conectividad: la que debemos exigir
Los usuarios que tienen su router colocado en otra habitación, o, al menos, lo suficientemente lejos del televisor para enlazar ambos elementos con un cable Ethernet, y prefieren no recurrir al PLC, agradecerán que esta «tele» incorpore una controladora WiFi compatible con el estándar IEEE 802.11ac. Y es que, si no podemos conectarlo por cable, esta es la mejor conexión por la que podemos decantarnos para que nuestra experiencia al utilizar cualquier app de reproducción de vídeo bajo demanda sea satisfactoria.
En lo que concierne a las conexiones físicas de A/V no tengo nada que objetar a lo que nos ofrece este televisor (aunque es posible que haya quien eche de menos una entrada SCART que le permita conectar un reproductor de vídeo antiguo o una consola de videojuegos anterior a la llegada de la alta definición). Sus cuatro entradas HDMI deberían ser suficientes para la mayor parte de los usuarios. Aunque, eso sí, es importante que tengamos en cuenta que estos enlaces no son compatibles con los mismos estándares. Esto es algo que muchos usuarios desconocen, y puede provocarles quebraderos de cabeza importantes.
Todos los conectores HDMI son compatibles con el protocolo HDCP 2.2, pero solo las entradas etiquetadas como 2 y 3 responden a la norma HDMI 2.0. Por esta razón, son las que debemos utilizar para conectar al televisor cualquier fuente que emita señales de vídeo con resolución 4K UHD y una cadencia de imágenes de 60 FPS, como, por ejemplo, una consola de videojuegos Xbox One X o PS4 Pro, que alcanzan esta calidad con algunos juegos (ojalá lo hiciesen con todos, pero me temo que están muy lejos de darnos este gustazo). Otro apunte importante: la única entrada HDMI que incorpora el canal de retorno de audio (ARC) es la 3. Tenedlo en cuenta si queréis utilizar esta prestación para enviar el sonido del televisor a vuestro equipo de audio.
Nuestro banco de pruebas
Para probar a fondo este televisor recurrí a mi habitual batería de pruebas. A pesar de su veteranía, DisplayMate y Nokia Test siguen resultando muy útiles para verificar la homogeneidad del sistema de retroiluminación LED del televisor, y también para comprobar cómo se las apaña a la hora de restituir los colores primarios. También, cómo no, le he conectado un reproductor multiformato OPPO UDP-205, un aparato de gran calidad que es capaz de leer tanto soportes Blu-ray Disc como Blu-ray 4K, así como dos consolas de videojuegos: una Xbox One y una PlayStation 4. Y rematé las pruebas reproduciendo secuencias seleccionadas de estas películas: «La llegada», «El renacido» y «Blade Runner 2049», las tres en Blu-ray 4K; además de «El caballero oscuro» y «Star Wars. Episodio VII», ambas en Blu-ray Disc.
Empecemos por lo más interesante: la matriz de retroiluminación. Como cabe esperar, el sistema FALD consigue iluminar el panel de una forma sensiblemente más homogénea que la retroiluminación periférica. Además, esta tecnología rinde mucho mejor cuando el panel debe restituir fotogramas que muestran un fondo muy oscuro y unas pocas zonas muy brillantes, como, por ejemplo, un cielo estrellado. Los televisores LCD con retroiluminación LED periférica suelen ser incapaces de ofrecer un negro profundo y unos puntos realmente brillantes en el mismo fotograma, pero las soluciones FALD ofrecen un resultado mucho más logrado.
Ya podemos empezar a extraer algunas conclusiones. Sin duda alguna, este televisor de Sony tiene los negros más profundos y el mayor nivel de detalle en sombras que he visto hasta la fecha en un televisor con panel LCD y retroiluminación LED. De hecho, durante algunas secuencias nocturnas de «El caballero oscuro» y «Star Wars. Episodio VII» creía estar delante de un televisor con panel OLED. Obviamente, sus negros no son tan profundos como los de un buen panel de este último tipo, y su contraste nativo no es tan alto, pero cuando este televisor no tiene un OLED a su lado, creedme, llega a «dar el pego» en algunos momentos. Y esto no es ninguna broma.
En lo que concierne a su colorimetría, nada que objetar. Los ingenieros de Sony han desarrollado ya varias generaciones de televisores equipados con nanocristales (una tecnología a la que la marca japonesa llama TRILUMINOS), y, además, los algoritmos Object base HDR re-master y Super Bit Mapping 4K consiguen ajustar el color con mucha precisión y aplicar degradados de color y luces muy suaves. Eso sí, para que la colorimetría de esta «tele» luzca como es debido es necesario alimentarla con una señal de vídeo de buena calidad, como la que procede de un Blu-ray Disc o un Blu-ray 4K. Aunque la verdad es que algunos contenidos con resolución 4K UHD de Netflix y YouTube también lucen a las mil maravillas.
Otra buena noticia: este televisor tiene un HDR fantástico. Aquí, una vez más, la presencia de la matriz FALD marca la diferencia frente a otros televisores con retroiluminación periférica. E, incluso, frente a otros modelos con matriz FALD que he podido poner a prueba. De Sony y de otras marcas. Basta reproducir la secuencia inicial de «El renacido», la de la batalla, para darse cuenta del elevado nivel de brillo que es capaz de generar este televisor, y también del buen trabajo que realiza la matriz de diodos LED, incluso en fotogramas desfavorables.
Pero, ¿qué sucede cuando no recibe señales de la máxima calidad que, además, no respetan la resolución nativa del panel? El escalado desde 1080p, especialmente desde los Blu-ray Disc, lo resuelve a las mil maravillas. De hecho, recupera información que, en algunos momentos, puede hacernos creer que estamos ante contenido en 4K UHD nativo. Cuando la señal de vídeo entrante tiene una resolución de 720p o, incluso, menos, el escalado no puede hacer milagros, y la calidad de imagen se resiente claramente. En cualquier caso, con películas y videojuegos a 1080p o resoluciones superiores, este televisor se siente muy, muy cómodo.
Por otro lado, también es muy convincente el trabajo realizado por el algoritmo de mejora del movimiento (al que en Sony llaman X-Motion Clarity). En este ámbito en particular es fácil percibir que, generación tras generación, los ingenieros de esta marca han ido afinando su procedimiento y consiguiendo que incluso los objetos que se desplazan rápidamente por la pantalla permanezcan nítidos. Por supuesto, el panel con refresco nativo de 120 Hz ayuda, así como el hecho de que sea de tipo VA y tenga un tiempo de respuesta reducido. Una curiosidad: una secuencia perfecta para probar cómo rinde un televisor en este apartado es la toma inicial de «Notting Hill», en la que la cámara hace un travelling al lado de los puestos de frutas y verduras. Un televisor con un buen algoritmo de mejora del movimiento debe permitirnos leer los precios de los puestos sin dificultad.
Aún nos queda un escenario de uso por analizar: los juegos. La calidad de imagen global de este televisor es, como hemos visto, muy alta, pero esto no es suficiente para disfrutar nuestros videojuegos con garantías. Si la latencia de entrada es excesiva, nuestra experiencia en muchos juegos se irá al garete, por muy buena que sea la calidad de imagen. Afortunadamente, este televisor cumple. Su latencia de entrada en los modos para cine y televisión es razonable: unos 100 ms a 1080p y 60 Hz, y de unos 80 ms a 2160p y 60 Hz. Pero cuando activamos al modo para juegos la latencia se reduce a unos mucho más interesantes 40 ms a 1080p y 60 Hz, y a 20 ms a 2160p y 60 Hz, unas cifras que sí nos permiten disfrutar con garantías, incluso, los FPS más exigentes.
Sony 55XF90: la opinión de Xataka
Este televisor es un buen ejemplo de la madurez que ha alcanzado la tecnología LCD LED. Como hemos visto en nuestro banco de pruebas, su calidad de imagen global es realmente alta. Si tuviese que mojarme y defender en qué apartados destaca más me quedaría con sus negros, su nivel de detalle en regiones oscuras y su HDR. Eso sí, no alcanza el nivel de excelencia en estos apartados de un buen televisor OLED, aunque esto no significa que no nos ofrece una experiencia muy satisfactoria con prácticamente cualquier contenido. Si la señal entrante tiene calidad, este XF90 consigue que brille.
Es evidente que esta «tele» me ha dejado un buen sabor de boca, pero, si dejamos a un lado su calidad de imagen, que es estupenda, tiene algunos puntos débiles. Uno de ellos es su relativamente reducido ángulo de visualización, que es una de las carencias de los paneles VA. Si miras las imágenes ligeramente escorado, los colores se desvirtúan más a medida que te alejas del eje central de televisor, y la calidad de imagen se resiente. Por esta razón, para disfrutarlo al 100% es importante estar sentado lo más centrado posible frente al panel.
Otra carencia, que, eso sí, comparte con la inmensa mayoría de los televisores actuales, es su sonido. No está mal para ver los programas de televisión, pero si queremos disfrutar un sonido detallado y con pegada cuando reproducimos nuestras películas, vemos deportes o jugamos con nuestros videojuegos, por ejemplo, tendremos que hacernos con una buena barra de sonido, o, mejor aún, con un equipo de cine en casa medianamente solvente. Desde un punto de vista estrictamente sonoro, a este televisor le falta detalle, claridad, impacto en el extremo grave y amplitud. Lo habitual en casi todas las «teles» de hoy en día.
Como colofón, si buscas un buen televisor y tu presupuesto no te permite hacerte con un OLED, es una buena idea que lo añadas a tu lista de candidatos. Rinde a las mil maravillas con películas, deportes y videojuegos. De hecho, me parece una opción muy sólida para ser utilizada con videojuegos, máxime si no te convencen del todo los algoritmos que han puesto a punto las marcas para evitar la retención de imágenes que pueden provocar los juegos en los paneles OLED. Un último apunte para concluir: Sony ha confirmado que lanzará una actualización del firmware que lo hará compatible con Dolby Vision. Ya tenemos una razón más para tenerlo en cuenta.
8,5
A favor
- La profundidad de sus negros
- Alto nivel de detalle en regiones oscuras
- Estupendo rendimiento del HDR
- Reducida latencia de entrada en modo «Juego» a 4K y 60 FPS
En contra
- El sonido está claramente por detrás de su calidad de imagen global
- Su ángulo de visualización es relativamente reducido por utilizar un panel VA
El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
Más información | Sony
En Xataka | Sony OLED AF8 y XF90, primeras impresiones: los televisores 4K alcanzan su madurez
Ver 32 comentarios