Sony lo ha vuelto a hacer: la cámara que redefine el futuro de la fotografía y el vídeo
La marca nipona no solo eleva el estándar, sino que da un paso más allá en su carrera por dominar el mercado
La Sony A1 II vuelve a revolucionar el mercado fotográfico, tal como sucedió con el modelo anterior, la Sony A1 que presentaron en febrero de 2021. A finales de octubre reunieron a la prensa internacional especializada y fueron desgranando todas las características de algo que parecía un prototipo, con su nombre en clave: CX89900.
Incorpora, además del sensor apilado CMOS Exmor RS de 50,1 MP y el procesador BIONZ XR, un nuevo procesador de IA que permite, entre otras cosas, el reconocimiento de los objetos con suma precisión.
Si a esto le sumamos la pre-captura (una revolución para el fotógrafo deportivo y de naturaleza) y la estabilización de hasta 8,5 pasos en el centro, podemos decir que estamos ante una de las mejores cámaras para el fotógrafo profesional.
Añade muchas de las características de la Sony A9 III, como los 759 puntos de AF de detección de fase, que siguen activos incluso trabajando a f22. O las prestaciones videográficas como la grabación a 8K a 30 fps, en 4:2:0 10 bits… Pero vamos a ir descubriendo más cosas a lo largo del artículo.
Ficha técnica de la Sony A1 II
La Sony A1 II llega como una evolución magistral de su predecesora, perfeccionando cada detalle para ofrecer una experiencia mejorada. Esta revisión redefine lo que los fotógrafos profesionales pueden lograr. Con su sensor CMOS Exmor RS de 50,1 MP, la A1 II no solo alcanza una resolución impensable en este segmento, sino que abre un abanico de posibilidades destinado a facilitar mejores fotografías, disparadas en el momento justo. Y todo esto, procesado y almacenado con una velocidad asombrosa.
Respecto al vídeo, comparte las mismas características que el modelo anterior y que la Sony A7S III, como la grabación en 8K 30 fps. Pero añade funciones muy interesantes como la posibilidad de trabajar directamente con LUTs de vídeo y mayores opciones a la hora de estabilizar la imagen.
Sensor |
Sensor CMOS Exmor R de fotograma completo de 35 mm (35,9 x 24 mm) de 50,1 MP |
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Procesador |
BIONZ XR más uno dedicado a la IA |
AF |
Enfoque automático híbrido rápido (enfoque automático con detección de fases/enfoque automático con detección de contraste) |
Visor |
Visor electrónico (color) de 1,6 cm (tipo 0,64) con 9.437.184 puntos |
Pantalla LCD |
7,5 cm (tipo 3.0) TFT de tipo táctil |
Sensibilidad |
ISO 100-32000 (los números ISO desde ISO 50 hasta ISO 102400 pueden establecerse como rango ISO ampliado), AUTO (ISO 100-12800, se puede seleccionar el límite inferior y superior) |
Velocidad de disparo |
Obturador automático/electrónico: Captura continua: Hi+: 30 fps, alta: 20 fps; media: 15 fps, baja: 5 fps, , Obturador mecánico: Captura continua: Hi+: 10 fps, alta: 8 fps; media: 6 fps, baja: 3 fps. Pre-captura |
Estabilizador de imagen |
8,5 pasos en el centro y 7 pasos en el extremo |
Almacenamiento |
Tarjeta de memoria SD, tarjeta de memoria SDHC (compatible con UHS-I/II), tarjeta de memoria SDXC (compatible con UHS-I/II), tarjeta de memoria CFexpress tipo A |
Formatos de imagen |
JPEG (Versión DCF 2.0, Exif versión. 2.32, compatible con MPF Baseline), HEIF (compatible con MPEG-A MIAF), RAW (opción de compresión) |
Formatos de grabación |
XAVC S, XAVC HS y compresión de vídeo XAVC S: MPEG-4 AVC/H.264, XAVC HS: MPEG-H HEVC/H.265 en 8K y 4K |
Conectividad |
USB Type-C® (compatible con SuperSpeed USB de 10 Gbps [USB 3.2]); miniconector estéreo de 3,5 mm; HDMI tamaño completo Conexiones LAN 2.5GBASE-T; Terminal de sincronización para flash |
Resolución vídeo máxima |
Grabación interna 8K con profundidad de 10 bits y muestreo de color 4:2:0 al usar compresión Long GOP o All-Intra |
Batería |
NP-FZ100 |
Precio (solo cuerpo) |
7.500€ |
Diseño y ergonomía
Muy lejos parecen ya los tiempos en los que las cámaras de Sony eran espartanas en lo que respecta al diseño y ergonomía. Todavía trabajo con una Sony A7 III y sujetar esta nueva A1 II me ha llevado a los tiempos de las réflex, donde las formas curvas eran la tónica general.
Es aparentemente más voluminosa gracias a una empuñadura ergonómica que permite sujetarla sin miedo a perderla entre las manos. Todavía te queda el dedo meñique fuera del cuerpo, pero ya no tienes esa sensación de que se te va a caer si la llevas sin correa.
De hecho, hemos tenido la suerte de probarla al lado del fotógrafo deportivo Diego Souto. Y esto es uno de los puntos que más destacó. Si tienes que fotografiar un partido o los JJOO lo único que buscas es comodidad. Y parece que Sony le ha escuchado en este punto.
Si necesitas un cuerpo más grande, como el de la Canon EOS R1 o la Nikon Z9, siempre puedes ponerle una empuñadura vertical VG-C5 que mejora la sujeción. Además, puedes ponerle dos baterías NP-FZ100, lo que aumenta su autonomía (algo de lo que hablaremos más adelante).
Como una cámara moderna que es, más parecida a un ordenador que a una cámara de carrete, tiene decenas de botones totalmente configurables con un tamaño y tacto que hacen difícil volver a los modelos más clásicos de la marca.
Durante el tiempo que estuvimos trabajando en la residencia Joaquín Blume, comprobé la importancia que tiene, según la especialidad a la que te dediques, configurar todos y cada uno de los botones.
Eso sí, aparte de lo complicado que es trabajar con un 400 mm, la curva de aprendizaje de estas cámaras es tremenda. Tengo que confesar que los siguientes días que he estado con ella he vuelto a mis orígenes y casi la dejo como viene de fábrica. Cada uno trabaja como necesita, y estas cámaras lo permiten.
El resto de la Sony A1 II es idéntico al modelo anterior. Ruedas grandes, con posibilidad de bloqueo que permiten cambiar, sin necesidad de entrar en el menú, el modo de enfoque, la sensibilidad, la compensación de exposición... Todo al alcance de la mano para conseguir el disparo que quieres ofrecer a tus clientes.
Las tarjetas de memoria, el visor y la pantalla
Estamos ante uno de los aciertos de Sony. Todos tenemos las tarjetas SD y en este modelo podemos seguir trabajando con ellas. Eso sí, si quieres trabajar deprisa no te queda más remedio que apostar por las CFexpress Tipo A.
Durante el entrenamiento de esgrima trabajé con los dos tipos de tarjeta, y el cuello de botella que provocan las SD hace que sea indispensable comprar las pequeñas CFexpress Tipo A.
Por cierto, tenemos de nuevo la batalla para ver la tarjeta que vence al final, las tipo A o las tipo B... Los fabricantes parece que no han aprendido la lección.
El visor es el mejor del mercado. No hay discusión. Es lo más parecido a trabajar con un visor óptico pero con todas las ventajas del mundo moderno. Es el mismo que llevan las Sony o las Canon de gama alta. Es un OLED de 9,44 MP que permite una visión clara y precisa.
No se puede decir lo mismo de la pantalla LCD. Un panel LCD de 3,2" y 2095K como el de su antecesora. Al menos, la pantalla de la Sony A1 II es de ángulo variable. Y permite puntos de vista inverosímiles en la fotografía, además de facilitar la grabación de vídeo.
Un sensor sobrealimentado por el procesador de IA
El sensor de hace tres años de la Sony A1 marcó un antes y un después. Y no lo han cambiado. 50 MP que genera archivos RAW sin comprimir de 100 Mb. Una auténtica barbaridad que solo es posible si todas y cada una de las partes alcanzan la excelencia.
Si te bastan los 12 bits de profundidad puedes trabajar con el RAW comprimido con pérdidas. Y los jpeg alcanzan los 30 Mp. ¿Tienen sentido estos pesos de archivo? ¿Necesitan los fotógrafos deportivos o de naturaleza 8.640 x 5.760 píxeles?
Pues creía yo que no era práctico, pero en los tiempos modernos, sí. Ya quedan lejos los días en los que solo disparaban en jpeg. La gran mayoría ya trabajan en RAW y no es un problema enviar estos archivos. Se comprimen rápidamente y enseguida están al otro lado del mundo. No podemos olvidar que esta cámara tiene un puerto Ethernet de 2,5 GB que se puede conectar a la red de los estadios modernos sin problemas.
En un partido de fútbol, el tamaño del campo permite disparar con un 400 mm, sin necesidad de cambiar de objetivo (ahorro de costes). Para fotografiar el campo contrario solo hay que recortar sin miedo a perder tamaño. Haces la foto, la envías al ordenador, la recortas en Capture One y tienes un tamaño igualmente impresionante.
Pero esto es posible por dos cosas, la calidad del sensor y la calidad del enfoque que veremos más adelante. Por ahora solo se puede probar el formato jpeg. Y como podéis ver en las pruebas de ruido, alcanzamos un paso más y permite disparar a 25600 ISO sin pestañear. Cuando tengamos el RAW, llegaremos más lejos.
Y es el mismo sensor que el de su antecesora, pero el procesador de IA empieza a notarse. Seguimos teniendo los 15 pasos de rango dinámico. Y el ruido ha disminuido casi en un paso. Además de lograr menos consumo y menos calentamiento.
Y como solo he podido trabajar con el formato jpeg, tengo que decir que la reproducción del color ha mejorado una barbaridad. Incluso con la dudosa iluminación del centro de entrenamiento, los tonos han sido perfectos. En el caso de los RAW, sabemos que esto no tiene tanta importancia.
El día a día con la Sony A1 II
He estado probando un modelo de preproducción. Solo puede mejorar con el futuro firmware 1.0. Este modelo facilita el trabajo a los profesionales por dos motivos: la pre-captura y el sistema de autoenfoque.
No es una cámara de fin de semana, no tiene sentido guardarla largo tiempo en el armario. Está pensada para la acción diaria de la fotografía de deportes, naturaleza, estudio y reportaje. Todo en uno. Y se adapta a cualquier situación con una correcta configuración.
El sistema AF
El mejor adjetivo que puedo encontrar para definirlo es que es impresionante. Las cámaras sin espejo cambiaron el panorama. Y ahora alcanzan tal nivel que es imposible que una fotografía quede desenfocada.
Todo depende de una buena configuración. Pero los 759 puntos de detección de fase apoyados por el procesador de IA hacen que todo sea más sencillo. Lo raro es hacer una fotografía sin foco.
Es capaz de enfocar al ojo de cualquier persona o animal, aunque los cierren o tengan un casco. Una vez lo captura, no lo suelta, incluso si la luz es escasa (-4 EV). Hace los mismos cálculos que la Sony A9 III con el doble de píxeles. Es decir, hace hasta 120 cálculos de seguimiento de AF/AE por segundo.
La he podido probar en entrenamientos de esgrima y en la calle. Y nunca ha fallado. También es verdad que la configuración recomendada era perfecta. Hay que ponerla en autoenfoque continuo y elegir el área de enfoque, como el Af de bloqueo para el seguimiento del deportista.
Pre-capture marca la diferencia
No soy fotógrafo deportivo, pero sé lo difícil que es captar el momento justo en el que el deportista golpea el balón. Pre-capture es una función que empieza a hacer fotografías justo antes de que aprietes el disparador. Y permite la magia.
No os podéis imaginar lo complicado que es captar el instante preciso de un deporte como la esgrima. Pues bien, con este sistema, la cámara empieza a hacer fotografías hasta un segundo antes de que tú aprietes el obturador hasta el fondo.
Y te marca con un asterisco el momento justo en el que lo hiciste... En mi caso, fue una bendición porque fui capaz de registrar las fotografías a Jorge López de Guereñu y Óscar Fernández Blanco, los dos esgrimistas que estáis viendo en este apartado. Esto marca un antes y un después. Os lo aseguro.
Trabajar en otras especialidades
Desde luego que puedes trabajar con ella en otras especialidades, como la fotografía de naturaleza, la fotografía social o incluso la fotografía de calle. Sirve prácticamente para todo. Eso sí, igual no aprovechas todo su potencial.
Los 50 Mp son perfectos para estudio o para la calle. De hecho, un día la saqué con un 35 mm, como acostumbro con mi cámara, y me sorprendió su respuesta. Es una más, sin lugar a dudas.
El sistema de estabilización de hasta 8,5 pasos congela cualquier movimiento extraño que hagas y siempre que lleves un objetivo a la altura como el Zeiss 55 mm, te llamará la atención el detalle exquisito que puede llegar a captar.
Sony A1 II y el mundo del vídeo
Las prestaciones videográficas son casi las mismas que las que podemos encontrar en los modelos más orientados a este trabajo. Si necesitamos trabajar a 8K, esta cámara lo permite. De hecho, es en el terreno que más destaca respecto al modelo anterior.
Tiene la mayoría de las características de la Sony A9 III, con algunas de las propiedades de las Venice y Burano, las cámaras de vídeo por excelencia: sistemas avanzados de estabilización, la posibilidad de grabar con LUTs, hacer fotografías durante la grabación, etc.
Eso sí, si necesitamos grabar en situaciones de poca luz, tendremos que apostar por modelos más avanzados. Pero creo que pocos necesitarán más calidad que la que ofrece a 4K: 50/60p y 4:2:2 10 bits.
Sony A1 II, la opinión de Xataka
Creo que no hay en el mercado una cámara igual a la Sony A1 II. Es el modelo más salvaje, si se me permite la expresión, que tiene Sony en su catálogo. Como decía un anuncio, la potencia sin control no tiene sentido. Y Sony la ha domado.
Un sensor de 50 MP, con archivos de hasta 100 MB, a una cadencia de 30 fps, sin que el búfer termine de llenarse, es algo que parece imposible. Si a esto le sumamos que todos y cada uno de los disparos está perfectamente enfocado, incluso con una diafragma f1,2, parece un producto de la imaginación.
Es verdad que solo unos pocos fotógrafos necesitan tanta potencia en una cámara de fotos. Pero el hecho de poder venderlo es increíble. Quizás podamos compararla con la Canon EOS R5 Mark II, o con la Nikon Z8, pero no son tan rápidas. Eso sí, la calidad de imagen es similar.
Sinceramente, no sé dónde situarla, porque tampoco se puede comparar con la Canon EOS R1, el nuevo buque insignia de la marca japonesa presentada hace poco. Es una rara avis dentro del mercado, y quizás ese pueda ser su talón de Aquiles, porque nunca sabes si la vas a aprovechar al 100%.
Ha mejorado en el enfoque automático, en el tratamiento del ruido, en la ergonomía, incluso en la duración de las baterías. Y todo con un firmware de preproducción. Solo los fotógrafos más técnicos amortizarán todas sus prestaciones.
No es una cámara para novatos. En manos de profesionales es un diamante en bruto que permite conseguir la foto, sí o sí. Ya no es importante que sepa la técnica, solo se necesita experiencia y buen ojo porque la Sony A1 II hace todo lo demás por ti.
Sony lo ha vuelto a hacer. Es una nueva categoría en la que está sola de momento. Es verdad que es cara, por 7.500€ no se la puede permitir mucha gente. Pero sabes que con ella en la mochila, todo saldrá perfecto.
Imágenes | Xataka
Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Sony. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
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