Tras varios años en que empresas como Fitbit o Jawbone se hacían con el dominio del segmento de los cuantificadores personales, 2014 os adelantamos que iba a ser el año en el que las grandes de la electrónica le dieran un bocado a este negocio.
La Smartband es la primera aproximación de Sony en el campo de los medidores de actividad, y la hemos estado probando durante unas semanas. En nuestro análisis a fondo de la Smartband de Sony os contamos qué nos ha parecido, qué valores es capaz de medir o dónde la situamos en el universo de este tipo de dispositivos. Empezamos.
Muy bien en diseño pero sin pantalla
Si buscas una pulsera medidora de tu actividad que no sea consciente de que la llevas colocada, tu elección debería ser la Smartband de Sony. Tan solo las últimas Fitbit (Flex o la Force que llevamos meses probando aunque no esté todavía a la venta en España) podrían hacerle sombra en comodidad de uso.
La Smartband es muy ligera (apenas 20 gramos), y cómoda de llevar. Es bastante flexible en la mayoría de su cuerpo, y su sistema de cierre por corchetes es a la vez fiable (no se nos ha abierto en semanas intensas de uso) y muy sencillo de colocar y quitar.
Es además un accesorio tremendamente discreto. Nadie podrá decir a primera vista que se trate de algo más allá de una pulsera "no tecnológica". Tan solo podemos hablar de una muy pequeña pega: el diseño es estriado, lo que nos gusta, pero puede hacer que de la sensación de mayor suciedad de la que en realidad presenta. Por lo demás, casi perfecta.
El sistema usado por Sony sigue la idea de la Flex de Fitbit. La Smartband es en realidad una pulsera de silicona con un hueco interior donde colocamos el Core o medidor de actividad. Éste es muy sencillo de poner y quitar, y no hay peligro de que se salga sin querer de la pulsera.
Con estos dos componentes por separado Sony nos da la opción de cambiar el color de la pulsera si queremos (hay hasta nueve diferentes disponibles), o más interesante, poder optar a futuros nuevos modelos de pulseras.
Lo que pese a todo no tendrá solución es la ausencia de pantalla. Las indicaciones de la Smartband se limitan a tres LED muy discretos. Y punto. Ni hora ni ningún otro tipo de información. Para todo debemos recurrir al smartphone.
Respecto al sistema de carga, es necesario sacar el Core de la pulsera para hacerlo. La buena noticia es que no hay que usar adaptadores como en otros modelos y bastará un simple cable microUSB, algo que, incluso si olvidamos en un viaje, podremos tener al alcance casi seguro.
La autonomía te llegará sin problemas a 4-5 días, es la media que hemos obtenido nosotros después de varias semanas de uso. Esa cifra está dentro de la media que obtenemos con pulseras que también incluyen conectividad bluetooth 4.0. Eso sí, ten en cuenta que si abusas de la vibración para notificaciones, la duración puede reducirse tranquilamente a 3-4 días.
La carga se realiza bastante rápida, en una media hora o así. Pero habrá que estar atento a la aplicación porque solo cuando estima que le quedan menos de 24 hora de duración nos empieza a enviar avisos.
Otro completo acierto de la pulsera de Sony tiene que ver con la conectividad. Es bluetooth 4.0 (BLE) y además NFC, por lo que siempre estará conectada a nuestro smartphone. Y para enlazarla nada más sencillo que tocar la pulsera con el smartphone y emparejarla vía NFC. Directo y sencillo.
Para poder usar no necesitarás un Xperia Z2 en concreto. Te valdrá cualquier smartphone Android que lleve ya la versión 4.4 al menos. Nosotros la hemos compatibilizado con un Galaxy S5 y ningún problema.
Por último, esta pulsera de Sony es resistente al agua y la suciedad. Tiene un perfil de protección IP58, lo que significa que podrás ducharte con ella, incluso darte un chapuzón, pero no está pensada concretamente para natación, por ejemplo, pues solo podrás sumergirla hasta 1.5 metros y durante media hora máximo.
Como pulsera cuantificadora
El principal uso para el que ha sido creada esta Smartband de Sony es la cuantificación de tu actividad diaria. Con el sensor incluido, la pulsera medirá principalmente los pasos que damos, y a partir de ahí nos indicará otros datos como calorías quemadas, distancia recorrida o minutos de actividad.
En una pulsera de este este tipo echamos mucho de menos un altímetro. No es lo habitual que sea incluido, pero nos parece que, si de motivar a movernos se tratar, el poder tener información de las plantas o elevación que cada día alcanzamos es una excelente manera de hacerlo. Para mi es una funcionalidad que debería ser igual de imprescindible que la medición de pasos.
Las mediciones que realiza la pulsera son bastante fiables. Comparándolo con los pasos que me marca una pulsera ya calibrada y un GPS, en una media de 11.000 pasos al día, la desviación media de la Smartband se ha situado en un -15%, por lo que convendría tener una manera de calibrar la pulsera.
Como os he adelantado, la ausencia de pantalla hace que prácticamente no haya información sin ayuda de nuestro smartphone. Los tres LEDs incluidos tan solo nos van a proporcionar información visual de si estamos en modo noche o día al pulsar el único botón de control.
Con ese botón podemos pasar de modo día a modo noche manteniéndolo pulsado un par de segundos. Una doble pulsación nos dejará marcar un "punto de control" en el que luego podemos indicar qué pasó.
Para saber si estamos en modo noche o día bastará una pulsación breve del botón lateral. Si las luces LEDs se mueven secuencialmente, estamos en modo día y además se iluminarán más LEDs según el estado de la batería. En caso de estar en modo noche, la iluminación será desordenada.
Lifelog, mi vida al detalle, pero de verdad
Esa información de nuestro movimiento queda integrada en la aplicación Lifelog, un auténtico diario de todo nuestro día a día ... con el smartphone.
Tenemos en primer lugar información puramente de nuestra actividad física, como los pasos dados, las calorías quemadas o tiempo de actividad (caminando o corriendo). En este caso, la pulsera pretende detectar de forma automática cuando estamos corriendo o andando, pero no acaba de ser completamente fiable, especialmente cuando realizamos otras actividades.
Que se nos permita indicar que comenzamos una actividad y marcar de cuál se trata de forma más o menos automática sería sin duda una fuente de motivación importante de cara a mantener ese previos registro de nuestro día a día que LifeLog presente ser.
Por ahora la única manera de hacerlo es marcando esos momentos con la función de Favoritos, que se puede hacer desde la pulsera o la aplicación. Al menos, si lo hacemos desde la pulsera, ese bookmark queda almacenado y posteriormente en la aplicación le podemos indicar que ese glorioso momento fue el del inicio de nuestro partido de pádel de la semana.
El resto de actividades, por llamarlas de alguna forma, que recoge LifeLog ya tienen poco o nada que ver con nuestra actividad física o movimientos. LifeLog, de forma automática, nos va dejando indicaciones y cifras en nuestro diario de el tiempo que hemos jugado con el smartphone, los mensajes o comunicaciones que hemos tenido, el tiempo de música o vídeo que hemos reproducido, libros, navegación web o las fotos que hemos tomado. Casi nada. En todos esos casos podemos marcar un objetivo, por ejemplo de tiempo de juego, y ver posteriormente si lo vamos cumpliendo con ayuda del historial.
¿Es bueno tener recogido todo lo que hacemos? Pues eso ya dependerá exclusivamente de ti.
LifeLog nos da la posibilidad de activar o no que todo se registre. Lo podemos separar por Smartband, posicionamiento o aplicaciones. Pero si quieres solo datos de tu actividad física con la Smartband, la aplicación LifeLog queda un poco grande.
En mi caso desearía tener una aplicación exclusiva que se centrase solo en la cuantificación de pasos, distancia o actividad, y no en fotos, tiempo en redes sociales o comunicaciones que realizo con mi smartphone. Ahora bien, si toda esa información te convence, LifeLog lo hace muy bien y puedes tener una línea de vida digital de lo más detallada.
Modo sueño: por fin alguien que lo ha entendido
En la medición de nuestro sueño, además de indicarlo de forma manual, podemos contar con que la aplicación Smartband entre en modo noche de forma automática. Esto se hace marcando una hora habitual en la que nos vamos a la cama, y otra a la que nos levantamos.
Sony indica que las horas de inicio y final se ajustan de forma automática en caso necesario dependiendo de nuestra actividad, y en general el sistema funciona. En nuestro caso solo nos ha fallado en noches donde, a mitad de la misma, hemos estado bastante tiempo levantados y la pulsera había dado por acabado nuestro descanso. Cosas de no incluir un modo Padres.
Aquí insistimos en que nos gusta mucho la aproximación que Sony hace del modo nocturno. En otras pulseras cuantificadoras que hemos probado anteriormente, tener que indicar manualmente cada noche cuando nos acostamos o levantamos resulta pesado, pues debes acordarte cada noche de hacerlo. Un modo como el que plantea Sony nos gusta mucho, ya que se basa en nuestra actividad para decidir que efectivamente nos hemos acostado.
La información que recoge en modo noche la Smartband es el habitual: hora en que nos vamos a la cama, hora en que nos levantamos, duración del sueño ligero, duración del sueño profundo y tiempo que estamos despiertos. Podemos además marcarle el objetivo y que nos indique cada día si hemos estado por debajo o por encima del mismo.
La fiabilidad de los datos que proporciona sobre sueño ligero y profundo, dado que se basa en nuestros movimientos cuando dormimos (en teoría cuando nos movemos menos al dormir estamos en fase de sueño profundo), son bastante exactos. Lo hemos comparado con otras dos pulseras que también miden el sueño con este sistema (Jawbone Up24 y Fitbit Force) y los datos son prácticamente idénticos.
También encontramos en las funciones de la Smartband algo que para mi es ya imprescindible en una pulsera de este tipo: la alarma por vibración. Con un motor que hemos encontrado adecuado en potencia, la pulsera vibrará cuando le indiquemos, por lo que podemos despertarnos sin molestar a quien duerme a nuestro lado. Personalmente me parece además un sistema menos "traumático" y más sereno de despertarse que un sonido de alarma clásico.
El único problema es que, dependiendo de la persona y cómo hayamos descansado, nuestro cuerpo puede acostumbrarse a esa vibración y acabar por no servirnos como despertador fiable. Mi consejo es que, si lo necesitamos, siempre pongamos la alarma clásica unos minutos después de la vibración para asegurarnos no llegar tarde donde tuviéramos que ir.
En la Smartband podemos configurar varias alarmas e indicarles qué días de la semana queremos que se repita.
Habiendo probado muchas pulseras cuantificadoras ya, no tengo dudas de que esta Smartband es la mejor y más completa en esta faceta. Tenemos por ejemplo la opción de que la pulsera actúe como aviso por vibración de la alarma del smartphone, o mucho mejor, la alarma inteligente.
Esta función me parece de lo más lógica en un modelo de pulsera cuantificadora que mide nuestro sueño. Como en el caso de la Jawbone Up, a la Smartband podemos indicarle una ventana de tiempo en la que le permitimos adelantar la hora de la alarma si con ello la pulsera considera que nos vamos a levantar más descansados.
El sistema, que puede ajustarse con un tiempo de entre 10 minutos y una hora, usará los movimientos mientras dormimos para decidir si estamos en fase de sueño profundo o ligero. Esa información la tendrá en cuenta para, dentro del margen que le hemos indicado, hacer "saltar" la alarma cuando detecte sueño ligero. En caso de que no ocurra en esa ventana de tiempo indicada, la alarma sonará puntual a la hora máxima que le habíamos indicado que queríamos que nos despertara la Smartband.
Como complemento del smartphone: una fiesta vibratoria en tu muñeca
Un extra que nos viene de serie con la Smartband es que ésta actúe de forma muy básica como complemento del smartphone. Ya te adelanto que, sin pantalla de por medio, esa funcionalidad es casi anecdótica, pero algo de provecho podemos sacarle.
Estas funciones asociadas a un smartphone son una ventaja de esta pulsera respecto a las vistas hasta ahora por marcas que no son de electrónica de consumo.
Tenemos por ejemplo la posibilidad de que la vibración de la pulsera nos avise de la llegada de notificaciones al smartphone. En la aplicación de configuración de la Smartband podemos indicarle qué aplicaciones entrarían en esos avisos, pero no podrás conocer cuando tu pulsera vibre si ha sido un mensaje de texto, la alarma para una cita o el haber alcanzado tu objetivo de pasos del día.
Este caos de vibraciones se acentúa cuando, además, le indicamos a la pulsera que también vibre en caso de una llamada entrante o para que nos avise de que nos estamos dejando el smartphone (alerta de fuera de rango).
En mi caso de uso, para que la pulsera sea algo útil como complemento del smartphone, he dejado la vibración solo para alerta de llamada entrante o de notificaciones de mi sistema de mensajería con la familia. De esta forma, si vibra, sin mirar el smartphone, ya se que me llaman o que tengo un mensaje que debo atender.
Otra funcionalidad que Sony ha incluido en su Smartband relacionada con un smartphone es la de control de determinadas aplicaciones. Ahora mismo podemos decidir controlar la reproducción de música o usar la pulsera como disparador remoto de la cámara de fotos.
Cuando escogemos alguna de estas dos aplicaciones, bastará pulsar el botón una sola vez y luego dar toques sobre la pulsera para pasar de pista o para hacer una foto. Estas opciones no están muy logradas y para tomar una foto por toques sobre la pulsera hay que afinar bastante, así que ten paciencia.
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Smartband de Sony, la opinión de Xataka
Las marcas de electrónica clásicas saben que, en el futuro próximo, la cuantificación, especialmente en el ámbito del deporte y la salud, tienen futuro. Así que todas están haciendo sus incursiones en este segmento dominado hasta ahora por empresas que han crecido desde cero con sus primeros productos.
La Smartband es una gran primera aproximación de Sony basándonos en la idea de que pretendía efectivamente acercarnos un medidor de actividad. Como tal la Smartband es muy buena gracias a la comodidad de uso, la conectividad NFC y Bluetooth, y los añadidos del modo sueño y las alarmas por vibración.
En ese aspecto echamos de menos una pantalla o algo de información sobre nuestra actividad en la pulsera, así como una aplicación de actividad separada de Lifelog. Lo de la pantalla es especialmente necesario si Sony quiere seguir derivando notificaciones del smartphone a la pulsera. De otra manera no tiene ningún sentido.
A favor
- La llevas sin notarla
- Alarmas por vibración
- Modo sueño automático
En contra
- Batería podría ser mejor
- No lleva altímetro
- Sin pantalla
La pulsera ha sido cedida para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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