Sony es una marca que nos tiene acostumbrados a, con asiduidad, ofrecer en su catálogo equipos que podemos meter en el saco de “muy deseables”. Incluso de forma inconsciente.
El Sony Vaio Z es el modelo de referencia en su catálogo de portátiles en la actualidad. Englobado en lo que podemos considerar como categoría de ultrabooks, este equipo es todo un logro en diseño y funcionalidad pero por el que hay un precio que pagar.
A continuación te ofrecemos nuestro análisis del Sony Vaio Z que hemos estado probando unas semanas.
Sony Vaio Z, espectacular por fuera y por dentro
El Sony Vaio Z enamora con solo mirarlo. No es hasta que lo ves en persona y lo sujetas con una mano que te das cuenta de lo que Sony ha logrado en su departamento de diseño e ingeniería. Al Sony Vaio Z no le hacen justicia las fotos de prensa.
Este portátil con pantalla de 13 pulgadas es muy ligero y robusto gracias al uso de la fibra de carbono en su carcasa. El peso está muy poco por encima de 1 kg (1.18 kg con batería) y el grosor, continuo y no acabado en punta como es lo habitual ahora mismo en los ultrabooks, es de 1.6 cm.
Pese a esos datos, el apartado de conexiones ha sido muy bien tratado en este equipo. En el frontal, bien aprovechado, están los indicadores de encendido, batería y conectividad inalámbrica, además de dos ranuras para tarjetas de memoria SD y Memory Stick de Sony.
En la zona lateral derecha encontramos la salida de auriculares de 3.5 mm, un puerto Ethernet con capucha, salida HDMI completa, el conector de alimentación y dos puertos USB, uno que permite la carga de dispositivos sin que el portátil esté encendido, y otro que es USB 3.0.
Para la parte izquierda queda el puerto VGA, la salida de aire de los ventiladores y un cierre Kensington de seguridad. No hay unidad óptica, pues como veremos eso queda para un carta maestra de Sony. Por último hay que hablar de la webcam, con tecnología Exmor y 1.3 millones de píxeles que nos ha gustado mucho.
En cuanto al interior, el modelo que hemos probado no escatima en recursos. Tuvimos sobre las rodillas un ordenador con un chip Intel Core i7-2620M a 2.7 Ghz, 8 GB de memoria RAM y una unidad SSD de 256 GB. Como sistema operativo venía Windows 7 Profesional de 64 bits.
Como te podrás imaginar, en funcionamiento no hay nada que reprocharle a este equipo, que es potente y permite trabajar sin complejos (en PCMark7 hemos obtenido una puntuación de 3948).
Además, es bastante silencioso y la refrigeración nos ha sorprendido por eficaz, aunque en momentos exigentes con el vídeo sí que se aprecia ruido. Lo bueno es que el aire caliente lo expulsa de forma muy eficiente y la carcasa apenas se nota ligeramente cálida en esa zona.
Y llegamos a la batería. La unidad que se incluye en el equipo que hemos probado no alcanza las siete horas que promete el fabricante pero no se aleja mucho. Aunque en algún momento, cuidando el brillo de la pantalla y no abusando de contenidos multimedia hemos llegado a las seis horas, la media más real que os podemos dar está entre cinco y cinco horas y media de autonomía.
Pantalla de alta resolución y brillante
Sony no ha escatimado tampoco recursos a la hora de ponerle pantalla a su Vaio Z. Son 13.1 pulgadas con una resolución de 1600×900 píxeles que se pueden transformar en 1.920×1200 cuando hacemos uso de la base externa. Pero no adelantemos acontecimientos.
La calidad de la pantalla es bastante buena, con brillo suficiente y colores muy vivos y espectaculares. Los ángulos de visión también nos han convencido. En cuanto al sonido, ya que estamos con el tema multimedia, funciona bajo la tecnología Dolby Home Theater v4 y se queda en bien rozando el notable, una nota muy considerable para ser un portátil.
Pasamos ahora a hablar del teclado, bastante cómodo pero no tanto como el del HP Folio 13 que analizamos la semana pasada. Nos hubiera gustado un tamaño de tecla ligeramente superior pero con unos minutos de aclimatamiento, todo queda bajo control. El teclado, como no podía ser menos, es retroiluminado.
Como curiosidad, en la parte superior del teclado, ya justo debajo de la pantalla, hay cuatro controles. Uno es un interruptor que activa o desactiva la conexión WiFi de forma directa y luego hay tres botones que parecen simples indicadores pero que al pulsarlos (parecen capacitivos) activan las funciones de asistente Vaio Care, el navegador y un tercero que podemos configurar para asignarle diferentes acciones, como por ejemplo atenuar la pantalla o bloquear el sonido.
Otro detalle que nos ha gustado es la apertura de la pantalla, que es bastante grande, y que por el sistema de anclaje, al abrirla, eleva ligeramente el portátil consiguiendo mejor refrigeración y una posición más cómoda para trabajar con el teclado.
En cuanto al trackpad, incluye textura rugosa, responde muy bien, permite gestos y hasta cuenta con un lector de huellas en su parte inferior, entre los botones izquierdo y derecho. Sin embargo, un par de centímetros a cada lado le hubieran venido de perlas. Es una parte cada vez más importante en un portátil por los gestos y manteniendo la calidad, cuanto más tamaño, mejor.
Un extra de poder para el escritorio
Si bien el Sony Vaio Z con su configuración básica ya nos parece un equipo de lo más completo, Sony le ha dado un as bajo la manga para potenciarlo todavía más cuando estamos en casa.
El Vaio Z viene con una base externa no muy grande que se conecta a la alimentación y el puerto USB 3.0 (en realidad usa la tecnología Light Peak) y nos ofrece una unidad óptica externa y el extra de una gráfica AMD Radeon HD 6650M. Su objetivo, además de incluir una unidad óptica a nuestro equipo, es ofrecer potencia gráfica cuando la necesitemos, especialmente si queremos trabajar con el Vaio Z conectado a una pantalla externa en la que podemos obtener una resolución de 1920×1200 píxeles.
La base replica las mismas conexiones que en el portátil: VGA, HDMI y dos puertos USB, uno de ellos 3.0. Para conectar a la corriente hay que usar una fuente de alimentación bastante más voluminosa que la que trae el portátil de serie.
La opinión de Xataka
El Sony Vaio Z es un veterano en esto de los equipos de calidad. La última generación se acoplaba a la ruta de los ultrabooks con un modelo extremadamente ligero y delgado, que a la vez nos deja disfrutar de una pantalla bastante espectacular.
El toque extra se lo da la base externa, idea que nos gusta porque nos permite subir el listón de un portátil ya potente cuando queremos usarlo en modo escritorio y que rinda al máximo. Eso sí, el precio a pagar es algo, y el modelo base parte de los 1.500 euros.
El portátil ha sido cedido para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas