Sony Xperia 10 Plus, análisis: el móvil más "cinematográfico" de la gama media

Curiosa la respuesta de Sony a las tendencias de diseño y prestaciones que estamos viendo en la gama media de los últimos años. Lejos de los notch, las triples cámaras traseras y los lectores en pantallas lo más reciente de la marca son pantallas muy, muy alargadas, y eso hemos probado a fondo en el análisis del Sony Xperia 10 Plus.

Un terminal que se desmarca también de la moda del cristal para darnos un diseño sobrio y rectangular construido en plástico. Salpicado con un ligero toque Pixel, el hermano mayor del Sony Xperia 10 apuesta por los 21:9 para la pantalla, el lector de huellas en el lateral y una configuración interna ya conocida.

Ficha técnica del Sony Xperia 10 Plus

Xperia 10 Plus

Pantalla

LCD 6,5 pulgadas Full HD+ (21:9)

Procesador

Snapdragon 636

RAM

4 GB

Sistema operativo

Android 9.0

Almacenamiento

64 GB UFS + microSD hasta 512 GB

Conectividad

LTE

Batería

3.000 mAh (carga rápida)

Cámaras traseras

12 MP + 8 MP

Cámara frontal

8 MP

Sonido

LDAC, amplificador, audio de alta resolución DSEE HX, grabación estéreo, altavoz monoaural

Seguridad

Sensor dactilar lateral

Medidas y peso

167 mm x 73 mm x 8,3 mm / 180 gr

Precio

Desde 400 euros en Amazon

Sony Xperia 10 Plus, review en vídeo

Diseño: lograr destacar sin que decaiga el icono

Los años locos del diseño de Nokia pasaron y cierto es que el factor forma tipo barra se ha establecido sobre todo desde el empujón del primer iPhone en 2007. Pero últimamente hemos visto algunas ideas innovadoras en relación al frontal, la trasera o justamente a lo que queda entre las dos con el notch, los agujeros en la pantalla o los módulos retráctiles.

Pero Sony quizás sea el fabricante más esquivo a todas estas tendencias o propuestas, apostando por un diseño que podríamos calificar de icónico (hablando de los móviles de la marca). Eso sí, los rectángulos esta vez se prolongan y el Sony Xperia 10 Plus es más alto y menos ancho con un ratio de 21:9, diferenciándose así de los 19:9 que abundan actualmente en los diseños de móviles.

Con tanta altura, el uso de la mano es complicado incluso con el modo a una mano por software

¿Es práctico algo así en cuanto a la sujeción? Según se mire. Apostar por más altura que anchura hace que se agarre mejor (sobre todo si tenemos dedos cortos), si bien con tanta altura el uso de la mano es complicado incluso con el modo a una mano por software (habrá más contrapeso en el extremo superior al variar el centro de masa) y alcanzar los elementos de la interfaz en las posiciones más cercanas a la parte superior implicará mayor extensión o movimiento.

Al final acostumbrarse no cuesta y nos gustará más o menos según el partido que le queramos o podamos sacar a los 21:9 en cuanto a visualización y doble ventana (hablaremos más tarde de ello), pero al menos no resulta incómodo y es una opción menos ancha. Sin ser delgado, no es un móvil grueso estando en la media y la curvatura de los bordes favorece la comodidad al sujetarlo con una o dos manos.

Algo que también ayuda a que el agarre sea agradable es que el material y su acabado evitan que se resbale. Tenemos plástico en toda la parte trasera, en formato unibody que incluye los bordes, todo ello envolviendo a la pantalla con cristal Gorilla Glass 5.

Las ventajas de este aspecto: si buscamos una estética sobria y sin destellos o degradados, o bien un móvil que podamos llevar sin el miedo de que se arañe con facilidad, aquí tenemos una buena opción. Si queremos materiales más valiosos y/o carga inalámbrica, no es el gama media que nos encaja.

Otro aspecto a tener en cuenta es el de las huellas dactilares. No hay cristal, pero eso no exime de que éstas queden en la trasera con facilidad, tal y como pasaba con el Lumia 650 sin tener tampoco trasera acristalada.

Hay algunos otros puntos diferenciales que podrán gustarnos más o menos, pero que queramos o no son ciertos guiños que nos hacen viajar a un pasado no tan lejano hablando del diseño de la marca. Un ejemplo es la tapa para las ranuras de las tarjetas SIM y microSD, situadas en el lado izquierdo (mirando de frente la pantalla), algo que Sony ha incorporado de manera tradicional a sus dispositivos para salvaguardar estas hendiduras.

Tendremos que tener en cuenta que abrir esta tapa activará un reinicio automático en el terminal, así que si vamos a insertar la tarjeta SIM y/o la microSD con el móvil activo se nos cerrarían las tareas. Esta solución nos gustará más o menos a nivel estético, pero conlleva la ventaja de no tener que llevar encima el pincho para sacar la bandeja o algo así como un clip.

En la base están el altavoz principal, el USB tipo C al centro y el micrófono, más o menos alineados en el centro de la curvatura pero al prolongarse ésta más allá del semicírculo en realidad quedan un poco más cercanos a la trasera, con lo cual quizás están algo más protegidos (aunque esto pueda no gustar a quienes prefieren la simetría horizontal en este borde). En el otro lateral los botones, pero no nos vamos a encontrar un patrón nada habitual.

No tenemos botón exclusivo para cámara (aquí Sony sí ha dicho adiós a otra marca de la casa), ni tampoco para el asistente personal como estamos viendo en otros fabricantes (y sobre todo en la alta gama). En esta ocasión han colocado el orden de los botones tal y como hemos visto en los Pixel 3 de Google (y no acaban ahí las similitudes, pero en esto ahondaremos en la parte de software) con el lector de huellas entre ellos.

A esto quizás nos cueste más acostumbrarnos que al formato de 21:9, ya que lo habitual es que el botón de encendido/bloqueo esté abajo y los de volumen arriba, y no será así en este caso. Aunque lo que empobrece algo más la experiencia es que son botones tan sutiles y discretos que cuesta encontrarlos a ciegas, por lo que al sumar esto con el orden tardaremos en acostumbrarnos al manejo, algo que no ocurre con otras disposiciones más tradicionales y extendidas.

Lo que también llama la atención es la protuberancia que forman las cámaras traseras, ya que es bastante notable. Queda centrada entre el flash y el logo del NFC, con un saliente de unos dos milímetros que sí hace tener algo más de precaución al apoyar el terminal en una superficie, si bien en ningún momento se ha visto dañado y parece mantener la resistencia que destila el móvil en general.

Altura (mm) Anchura (mm) Grosor (mm) Peso (gramos) Diagonal (pulgadas) Batería (mAh) Superficie (cm2) Volumen (cc)
Sony Xperia 10 Plus 167 73 8,3 180 6,5 3.000 121,91 101,19
Sony Xperia 10 156 68 8,4 162 6 2.870 106,08 89,11
Sony Xperia 1 167 72 8,2 180 6,5 3.330 120,24 98,59
Samsung Galaxy A50 158,5 74,7 7,7 166 6,4 4.000 118,39 91,17
Redmi Note 7 Pro 159,2 75,2 8,1 186 6,3 4.000 119,71 96,97
Honor 8x 160,4 76,6 7,8 175 6,5 3.750 122,87 95,84
Nokia X71 157,2 76,5 8 180 6,39 3.500 120,26 96,21
Moto G7 Plus 157 75,3 8,3 176 6,2 3.000 118,22 98,12

El Sony Xperia 10 Plus quizás sea uno de los móviles más altos del momento. Viéndolo junto con otros Xperia y algunos rivales no destaca por grueso o por pesado, pero sí es el más voluminoso (y no el que integra la batería más grande).

Al final no se hace nada pesado, y ayuda que sea tan cómodo en el agarre. Puede que se echen en falta ciertos materiales buscando esa sensación más cercana al lujo, pero el plástico implica más tranquilidad a la hora de descargarlo sobre una superficie y ante los arañazos.

Pantalla: diferenciándose con el formato más cinematográfico

La parte frontal se va asentando como uno de los principales ejes de innovación en el camino a lograr una pantalla infinita, sin marcos, absoluta. Intentos como la muesca, los agujeros, los módulos retráctiles o transformar la propia pantalla en la conductora del sonido del auricular son algunos caminos que estamos viendo tomar por los fabricantes y sobre todo en gama alta vemos unos porcentajes de pantalla/frontal ya casi acomodados en el 85%, pero Sony no parece colocar su gama media en ninguno de los vagones de esos trenes.

El Sony Xperia 10 Plus escapa del notch, del OLED y del 19:9. Las modas no encajan en este móvil, y lo que sí lo hace es un LCD IPS de 6,5 pulgadas con resolución FullHD+ (1.080 x 2.520 píxeles) y ratio de 21:9, envuelta por un marco que sobre todo se pronuncia en su parte superior, donde se ubican cámara frontal, auricular y LED de notificaciones, bien anchos todos.

Con un aprovechamiento del 81% tampoco queda muy atrás, sobre todo viendo que la marca no llegó al 80% hasta el Sony Xperia XZ2 en 2018, pero "falla" un poco la sensación que transmite ese marco. No obstante, la visualización es buena y especialmente en el contenido multimedia que se adapta a estas dimensiones la experiencia es agradable.

No tenemos el dato del brillo máximo de la pantalla, pero ha sido más que suficiente en las condiciones más exigentes. Eso sí, el brillo automático no funciona nada bien, quedando bajo en muchas ocasiones y teniendo que subirlo manualmente en muchas ocasiones (incluso con un nivel de iluminación muy bajo).

La resolución es suficiente para ver bien el contenido, no echando en falta detalle ni en el multimedia ni en lectura. Bien a nivel de contraste, aunque en cuanto a la sensibilidad táctil hay margen de mejora ya que hay algunos toques accidentales.

El panel viene bastante frío de fábrica y los colores apagados. Esto tiene arreglo hasta cierto punto, ya que el software propio permite ajustar el balance de blancos y la temperatura para que sea algo más cálida, aunque cabe decir que incluso el modo súper vívido da la sensación de ser el nivel normal de saturación (salvo en la visualización de fotografías).

Lo que sí podemos echar en falta es que haya más opciones para personalizar la pantalla en cuanto a interacción y estética, así como algunas funciones que cada vez son más habituales. La pantalla se activará únicamente pulsando el botón de encendido/bloqueo, ya que no hay activación levantando el terminal ni con doble toque (y tampoco tenemos pantalla ambiente).

Los 21:9 en la práctica

"Si el cine se graba en 21:9, ¿no se tendrá mejor experiencia con una pantalla con esta proporción?" Ésa parece ser la premisa de Sony con estos móviles alargados correspondientes a su última hornada de gama media, pero aunque es un razonamiento lógico no todas las apps están adaptadas, como comentamos ya con el Xperia 10.

No todas las apps están adaptadas a los 21:9

En el caso de Netflix sí podremos disfrutar de mucho contenido en esta proporción, y la experiencia es realmente muy buena. También podremos adaptar algunos vídeos de YouTube, aunque aquí empezamos a encontrar algunas excepciones ya que es necesario que los vídeos estén en formato panorámico, ya que la alternativa es hacer el zoom que de manera habitual se hace para hacer zoom y adaptarlo a la pantalla sin marcos.

Doble pantalla en el Sony Xperia 10 Plus (arriba), un vídeo de YouTube en 4:3 y el mismo vídeo en 21:9.

Lo que también podremos encontrar son algunas apps que no se adaptan a este formato de pantalla. En otras capas de personalización encontramos una opción para forzar la ocupación del total de la pantalla, pero en este caso no existe y tendremos que quedarnos con un vacío en el caso de estas apps.

Otra de las ventajas de este formato es que al establecer la pantalla dividida (desde la multitarea y pulsando en el icono de la app, como en los Pixel) cada una de las apps tendrá más espacio que tratándose de 18 o 19 novenos. Aunque aquí también podremos encontrar apps que (aún) no soportan esto, como Instagram o Netflix.

Rendimiento: una elección demasiado ajustada

Combinación de hardware conocida la del Sony Xperia 10 Plus. Es la que vimos en el Moto G7 Plus, anunciado también este año, o en el ASUS ZenFone 5, optando así por la jugada de no añadir un procesador actualizado (y quizás así ahorrar algo más) con un Snapdragon 636 acompañado por 4 G de RAM.

Una decisión que hemos visto en anteriores ocasiones, como ese mismo G7 Plus o el Xiaomi Mi A2 (que en 2018 integraba el Snaopdragon 660 de 2017) o el Nokia 8 Sirocco (que en 2018 integraba el Snapdragon 835, de 2017) entre otros, y que no tiene por qué implicar un retroceso en lo referente a potencia y rendimiento como hemos comprobado en alguno de los móviles mencionados. Así, con el Sony Xperia 10 Plus no hemos tenido ningún problema grave a la hora de jugar o ejecutar apps exigentes a nivel de especificaciones, pero tampoco ha sido la mejor experiencia con este hardware.

Eso sí, no se salva del lag y lo notaremos puntualmente en alguna apertura o transición. No llega a ser molesto, pero llama la atención al tener una personalización de software que no parece añadir mucho más además de la estética y alguna opción extra a lo que presentaría un Android sin añadidos.

Estos *lags* se van a suceder sobre todo al ejecutar juegos con alta carga gráfica como el ‘PUBG’, costando ya navegar por sus menús

Estos lags se van a suceder sobre todo al ejecutar juegos con alta carga gráfica como el ‘PUBG’, costando ya navegar por sus menús, o al abrir a la vez apps exigentes como Spotify o la de cámara. Durante las partidas podrá haber pequeños parones, aunque no llega a impedirnos el juego.

En cuanto a la temperatura, notaremos que se incrementa tras hacer algunas fotos y vídeos o bien al ponernos a jugar. No es un exceso preocupante, pero tampoco tarda mucho en ocurrir (unos tres vídeos y unas ocho fotos variando los modos), y al menos no ocasiona que la app de cámara deje de funcionar, como sí nos pasaba en anteriores Xperia y pese a que advierte con un aviso que la aplicación puede cerrarse si se alcanza cierta temperatura.

A la izquierda, la temperatura que alcanza jugando al 'PUBG', a la derecha la temperatura usando la app de cámara.

También hemos experimentado algunos parones en el despliegue de la multitarea. En teoría los 4 GB de RAM dan para que esto no pase por otras experiencias previas, y puede ser que se deba a la optimización del software.

En todo caso, lo que podemos decir es que la fluidez no es un continuo como en otros móviles de configuración igual o equivalente. No obstante, viendo los benchmarks no hay diferencias llamativas con los que integran los mismos componentes.

Sony Xperia 10 Plus

Moto G7 Plus

ASUS Zenfone 5

Galaxy A5 2017

Xiaomi Redmi Note 5

Huawei P Smart 2019

Xiaomi Mi A2

Procesador y RAM

Snapdragon 636 + 4 GB

Snapdragon 636 + 4 GB

Snapdragon 636 + 4 GB

Exynos 7887 + 3 GB

Snapdragon 636 + 4 GB

Kirin 710 + 3 GB

Snapdragon 660 + 4 GB

AnTuTu

117.327

116.035

125.353

61.108

115.519

130.026

127.610

GeekBench (Single / Multi)

1.346 / 4.959

1.317 / 4.723

1.334 / 4.884

769 / 4097

1.334 / 4.852

1.531 / 5.149

1.626 / 4.286

PCMark Work

5.079

6.230

5.637

4.892

5.853

4.775

6.332

3DMark (Ice Storm Unlimited)

19.546

19.111

19.432

13.469

13.810

16.434

22.461

Ver galería completa » Sony Xperia 10 Plus, benchmarks (5 fotos)

En relación a la conectividad no hemos tenido ningún problema a la hora de conectar a una red WiFi, de datos, de cobertura o a un dispositivo Bluetooth. Lo único que sí nos ha llamado la atención es que el alcance de la antena WiFi es algo inferior a lo habitual, y que si bordeamos los puntos con menos alcance de la red probablemente se desconecte antes.

Software: hola, Google, ¿eres tú?

Más paralelismos con los Pixel de Google a nivel de software, aunque sin renunciar a la personalización. La estética que hemos visto de manera tradicional en los Sony permanece a nivel del diseño de los iconos, la tipografía y los ajustes, pero vemos algunas opciones que proporcionan una experiencia de uso cercana a la de Android stock hablando de navegación (que no de fluidez).

Aunque primero hablemos de las apps de fábrica y de lo que podemos hacer o no con ellas, para no perder la costumbre. El Sony Xperia 10 Plus viene con las utilidades propias habituales, como el correo o el reproductor de música y con las apps que Google obliga a instalar, pero además sugiere la instalación de apps añadidas que en versiones anteriores teníamos sin elección al arrancar el terminal.

Así nos encontramos el Sony Xperia 10 Plus de fábrica (habiendo añadido la app de realidad aumentada).

Así, ahora podemos marcar o desmarcar las casillas de las apps sugeridas (propias y de terceros) que nos presenta en esa selección durante el pre-load, pudiendo prescindir de alguna de Sony como la calculadora, alguna de Google (Documentos, Hoja de cálculo o Presentaciones) o alguna de terceros, como Amazon o Booking.

No obstante, hay alguna que escapa a esta preselección y veremos instalada desde un principio, como la de Xperia Lounge o Facebook y Netflix. Aunque si alguna no nos sirve podemos inhabilitarla o desinstalarla según caso, de modo que no tenemos que quedarnos con nada que no necesitemos.

La primera carga en general es algo lenta, así que nos tendremos que armar con algo más de paciencia para ir instalando las apps y servicios que prefiramos. En cuanto a los ajustes, vemos las categorías habituales con el añadido de Xperia Assist, siendo bastante intuitivos y deductivos y encontrando los apartados con facilidad (si no buscando a mano, usando la búsqueda propia de los ajustes).

Pero lo llamativo es eso que os comentábamos en el inicio de esta sección: la "pixelización" de los Xperia. Lo que nos encontramos es el sistema de navegación de los móviles de Google tal cual, con ese espacio inferior que alberga un botón de atrás y una barra a modo de tirador para lanzar la multitarea, Google Assistant, el cajón de apps o ir a la app abierta inmediatamente antes.

De este modo, tanto botones como navegación son parejas a las de los Pixel con Android 9 (la versión que tenemos aquí del sistema), si bien lo que también mantienen en común ambas opciones de software es que la personalización en este Sony Xperia 10 Plus es algo menor que en otras capas. El launcher en este caso sí ofrece la posibilidad de calibrar ligeramente la pantalla y algunas opciones de sonido que veremos en adelante, pero no podremos elegir la distribución de las apps (el orden sí, pero siempre en cajón y escritorio) o complementar aspectos como la pantalla de bloqueo o la interacción con la misma.

El hecho de que la personalización sea cada vez menor probablemente diese puntos positivos de cada a que la fluidez sea mayor, al menos en lo relativo al software, pero como ya hemos comentado no es el caso de este terminal. Y llama la atención al recordar otras personalizaciones de grado bajo como la de Motorola, dado que con el Moto G7 Plus sí se mantiene una fluidez constante a diferencia de en el Xperia 10 Plus y su suavizado launcher, ambos con el mismo procesador y memoria.

De este modo, en relación a las opciones que da Sony en cuanto a software, tenemos algunos añadidos propios como la barra lateral. Un tirador muy a lo Edge de los Galaxy que supone tener una serie de accesos rápidos para apps y funciones.

También vemos apartados interesantes como Xperia Assist, que buscan ser una ayuda de cara a tener el software optimizado sin necesidad de que el usuario sea de nivel avanzado o investigue el sistema en busca de las herramientas de mejora disponible. Ahí encontraremos el acceso a los modos STAMINA, que de manera histórica han formado parte de las opciones de ahorro energético de Sony, el limpiador inteligente (cierra tareas que están en desuso automáticamente) o el Cuidado de la batería, que busca prolongar la vida de la misma según cuánto tiempo dejemos cargando el móvil.

Pero se echan en falta algunas funciones que solemos ver en otras capas de personalización como hemos comentado en el apartado de pantalla, como el doble toque para despertar o sobre todo la opción para completar pantalla, dado que no todas las apps se adaptan a esta proporción y el espacio negro que queda es considerable (y afecta tanto a la estética como a la interacción).

La mayoría de apps se adaptan sin problemas a este formato y sin deformaciones, pero algunas otras quedarán con un hueco sin posibilidad de rellenar, o bien alguno de los formatos en particular de la app como ocurre en el caso de Instagram, que se ve bien la parte de noticias pero no las Stories. (De izquierda a derecha, Instagram, Spotify, Mi TV y PC Mark)

No hemos tenido cierres o reinicio a repentinos, y más allá de ese lag que puede entorpecer un poco la navegación el software parece ser estable aunque no nos acaba de dar esa sensación de Android casi puro pese al bajo grado de personalización. Lo único que sí nos ha fallado en alguna ocasión es la app de cámara, obligándonos a reiniciar el terminal aunque éste estuviese funcionando bien en cuanto al resto de tareas.

Biometría

Es curiosa la evolución de los sistemas biométricos de reconocimiento y desbloqueo. Si bien en la gama alta hemos visto algunos esfuerzos en lograr sistemas más seguros y completos, en paralelo también ha habido una extensión del notch en forma de “U” o gota de agua que a su vez implica un reconocimiento facial simple con la cámara subjetiva.

No es lo que hemos visto en la gama media, a la que aún no han llegado los sistemas avanzados de reconocimiento facial pero sí el lector de huellas en pantalla. Aunque en el Xperia 10 Plus no vemos ni una cosa ni otra; Sony se ha mantenido consevadora también en este sentido y únicamente tenemos un lector de huellas estándar en el lateral.

Con esta ubicación hemos estado contentos y cómodos en anteriores ocasiones, como en el Sony Xperia XZ1 Compact, con el cual experimentamos un reconocimiento y desbloqueo rapidísimos. Pero en este caso no hemos mantenido eso y la expectativa ha quedado por encima de la realidad: la lectura falla en ocasiones y ni siquiera hay una notificación vía pantalla o patrón de vibración de que no ha sido correcta.

La ubicación del lector nos parece correcta y cómoda, para dedos cortos y para ambas manos. Pero la experiencia con este sensor es muy variable, obteniendo lecturas rápidas o inefectivas sin que cambie la manera de apoyar la huella, siendo totalmente aleatorio.

Así que ya sólo por precedentes cabe pensar que aquí hay margen de mejora, bien a nivel de hardware o en cuanto al software de reconocimiento y procesamiento. Sobre todo teniendo en cuenta que las alternativas a este método son los tradicionales (patrón, PIN, etc.).

Fotografía: la doble cámara sobresale más físicamente que en resultados

A Sony, fabricante casi por excelencia de los sensores fotográficos que encontramos en las cámaras de muchos móviles actuales, le costó integrar la doble cámara trasera en comparación al resto de fabricantes, sobre todo después del empujón que supuso Apple con su iPhone 7 Plus en 2016. De hecho, esta característica llega a su gama media cuando en otras marcas vemos tres e incluso cuatro cámaras traseras, aunque más cámaras no significa siempre mejor.

¿Qué tenemos en el Xperia 10 Plus? Dos sensores Exmor RS de 12 y 8 megapíxeles, con tamaños de 1/2,8 y 1/4 pulgadas y píxeles de 1,25 y 1,12 micrómetros respectivamente. El primero monta una lente gran angular (76,3 grados) con apertura f/1,75 y el segundo con apertura f/2,4.

La doble cámara en este caso combina una lente estándar con un zoom óptico de dos aumentos, disponiendo de autoenfoque híbrido y la posibilidad de capturar en 21:9 aprovechando el ratio de la pantalla. Grabación en 4K, SteadyShot para estabilización y cámara lenta a 120 frames por segundo para este móvil en cuanto a vídeo.

Por otro lado está la cámara frontal, que dispone de un sensor de 8 megapíxeles de 1/4 pulgadas y píxeles de 1,12 micrómetros. Es una lente gran angular (84 grados) con apertura f/2.0, que dispone también de SteadyShot y modo retrato.

Hay otras características a destacar pero más relacionadas con el software, así que mejor pasar a enumerarlas y hablar de ellas un poco con nuestro habitual paseo por la app de cámara.

App de cámara

Pese a habernos encontrado con un sistema apenas transformado por las manos de Sony, el fabricante sigue confiando en la personalización de su app de cámara. De este modo, nos encontramos una interfaz que se divide en fotografía o vídeo tal y como llevamos observando desde hace años.

En la de cámara tenemos algunos accesos rápidos para el flash, el temporizador, el formato, el ajuste de temperatura y brillo, el cambio de cámara y los ajustes. Para vídeo nos aparecen el de la linterna, la temperatura/brillo, el cambio de cámaras y los ajustes.

No vemos uno para el HDR, ya que sigue siendo algo rebuscado al tener que recurrir al modo Pro, en cuya interfaz sí aparece el acceso rápido para esto. Si no queremos ajustar nada manualmente bastará con disparar con todos los parámetros en automático, sin tener que tocar nada.

Hay identificación de escenas automática, como ya habíamos visto anteriormente en la app de cámara de la compañía, y lo veremos indicado en un discreto icono que aparecerá en la esquina inferior izquierda (al agarrarlo en horizontal). Y también modo retrato para las dos cámaras, aunque en ambos casos se trata de un modo complementario como el Pro, la cámara lenta o el de realidad aumentada, a los cuales se accede con el botón MODO al lado del obturador.

La navegación no es complicada y la app va fluida teniendo en cuenta todo lo que hemos comentado antes, pero sí podría tener mejor integradas algunas herramientas como el modo retrato o el HDR. Tampoco podemos ajustar el nivel de desenfoque ni nos queda muy claro el intervalo de distancia que tolera este modo, y por otro lado en el modo manual no permite ajustar independientemente la ISO y la velocidad de obturación (elige: o una u otra).

Eso, sumado a la leve inestabilidad que hemos experimentado con ella (parece que con más incidencia al usar el vídeo y sus modos) hacen que consideremos que aquí hay trabajo que hacer, tanto en el funcionamiento como en la distribución de la interfaz. En los ajustes también se echa en falta poder activar o no la identificación de escenas (siempre activada), aunque encontramos las opciones para silenciar disparo o añadir cuadrícula que suelen ser habituales.

Cámaras traseras

Las cámaras traseras dan los resultados esperados, aceptables en la mayoría de situaciones teniendo en cuenta las características y la gama. Mantiene bien el detalle con iluminación abundante y en los primeros planos, perdiéndose bastante en interiores y media luz, y siempre tendremos la opción de disparar en 21:9.

Fotografía en modo automático.

Algo que influye en esto es el enfoque automático, ya que es bastante desobediente y quizás no se mantenga donde marcamos o donde parece indicar tras disparar. De este modo, puede que la imagen salga movida (sobre todo cuando hay menos luz y el disparo es más lento) o desenfocada.

La colorimetría no siempre será fiel a la realidad, dado que en algunas ocasiones puntuales sobresatura y el balance de blancos automático tiene un comportamiento bastante irregular. En caso de que pase lo segundo podremos disparar con el modo pro y ajustar este parámetro (pudiendo dejar todo lo demás en automático), o bien regular la temperatura desde el modo automático.

Fotografía en modo automático.

El HDR sólo será un buen aliado en contraluces. En el resto de ocasiones podrá salvar mejor los cielos de fondo, pero tiende a sobreexponer y a resaltar en exceso los bordes, y además requiere que vayamos al modo Pro para activarlo.

El modo manual o Pro no nos es tan útil como pensábamos porque no podemos ajustar por esperado la ISO y la velocidad de obturación: hemos de elegir ajustar o una u otra (y por ejemplo lo hace casi inservible para intentar mejorar un disparo nocturno). Además, con el HDR activado no permite ajustar la ISO (sí la velocidad de obturación), y si lo hacemos se desactiva el HDR.

En realidad, el desenfoque más bonito siempre será el natural, el cual podremos maximizar recurriendo al enfoque manual dentro del modo Pro.

Así, en interiores veremos que se acentúa la pérdida de detalle, pero no deja tampoco unos resultados demasiado alejados de lo esperado, sin tampoco aparecer el ruido demasiado pronto. De noche sí será muy dependiente de la luz disponible y salvará el resultado si hay iluminación media al menos, sin mucha variedad entre los resultados del modo automático, HDR y manual (intentando ajustar la ISO al máximo para reducir el ruido).

Fotografía en modo automático.

De noche además tendremos que ser algo más pacientes por dos aspectos: el enfoque (tiene vida propia) y el disparo. El tiempo de disparo será mayor y si no nos quedamos quietos durante unos segundos las fotografías saldrán movidas y/o desenfocadas.

El modo retrato es bastante irregular y tiene mucho margen de mejora, tanto en su aplicación como en el resultado

El modo retrato es bastante irregular y tiene mucho margen de mejora, tanto en su aplicación como en el resultado. No sabemos cuál es la distancia mínima (al activarlo hará zoom automáticamente), ni la máxima, ni el indicador de que el modo está listo es estable, de modo que muchas veces es cuestión más de azar que de pulso (y en ocasiones nos dice que no lo ha aplicado y sí lo hace).

En este caso nos indicaba que el *bokeh* está activo, pero no lo aplica.
Aquí nos indicaba que faltaba luz para que el *bokeh* se activase, pero al final lo aplicó igualmente.

Al menos no restringe su aplicación y podemos usarlo con cualquier objeto o ser vivo. Eso sí, exigirá mucha luz y de noche es bastante improbable que actúe. Yn cuanto al desempeño, lo dicho: sólo salvará bien los bordes si hay un contraste marcado (de color y forma) entre el objeto principal y el fondo y el desenfoque es muy artificial.

Disparo con el modo retrato.

¿Y qué ocurre con el zoom óptico? Tiene buen desempeño en general, sobre todo cuando hay luz abundante. Es bastante fácil de activar con un botón directo, que también encontraremos en la grabación con resolución FullHD.

Cámara frontal

El enfoque automático aquí es la única posibilidad, ya que el modo Pro en esta cámara sigue permitiendo únicamente ajustar exposición y balance de blancos. Aunque si queremos activar el HDR también tendremos que recurrir a él.

Con buena luz hay una buena compensación de la exposición y colores realistas, y lo que puede fallar es el enfoque. Eso sí, a poco que baje la luz nos saldrán fotografías demasiado contrastadas y con sombras muy exageradas.

El HDR debería arreglar esto compensando la exposición y ampliando el rango dinámico, pero lo que vemos son instantáneas sobreexpuestas con bordes demasiado acentuados, casi como si se tratase de un filtro de fotografía. De este modo, casi conviene olvidarse de él y disparar en automático.

Por otro lado tenemos el modo retrato, que sí ofrecerá la posibilidad de ajustar el grado de desenfoque (además de algunos retoques a nivel de cara, ojos y demás). El recorte deja que desear pero tampoco está mal, aunque el bokeh es muy postizo.

En los ajustes de la app podemos activar la opción de “piel suave” como llevamos tiempo viendo en esta app. El resultado es bastante suave, valga la redundancia, basándose en buscar esa piel sin imperfecciones.

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Vídeo

Sony es uno de los fabricantes históricos y por excelencia de cámaras de vídeo y éste es un aspecto que tratan de atender algo más, o al menos esto se percibe integrando el 4K desde hace tiempo en sus gamas medias. En este caso además esta resolución puede capturarse en formato de 21:9, aprovechándolo un poco más si solemos realizar nuestras propias grabaciones y pudiendo verlas de manera correcta posteriormente desde el propio teléfono.

La calidad dependerá, como siempre, de la resolución que elijamos y de las condiciones. En este caso de día tenemos tomas con un nivel de nitidez más que aceptable, colores fieles y buena captación del sonido (que captura en estéreo, por cierto), tanto a 4K como a 1080p.

La estabilización es electrónica (con su SteadyShot, que puede activarse o no desde los ajustes) y su acción también dependerá bastante de las condiciones. Compensará tenerla activada porque se trata de una estabilización muy suave que no da tirones y quedan giros agresivos ni mucho menos, de hecho en las tomas nocturnas quizás no percibamos que está activada. Aquí un sencillo test de comparación al desactivarla (primer vídeo) o activarla (segundo vídeo):

Podemos ver que el rango dinámico se mantiene bastante (pese a no haber visto un resultado así de notable en las fotografías) y que hay un buen balance de blancos automático. Puntualizar también que sólo en la grabación a 1080p dispondremos del botón rápido para el zoom de dos aumentos, teniéndolo que hacer con el pellizco en resoluciones mayores (lo notaréis en las tomas).

Cámara lenta a 120 frames por segundo en las cámaras traseras. El resultado es aceptable, dentro de lo que cabría esperar, incluso con luz media-baja, y la ventaja es que no tenemos limitación de grabar un clip de unos segundos, sino que es completamente manual y podemos extenderlo el tiempo que queramos, sin que dependa de si hay movimiento o no.

Para la cámara frontal tenemos vídeos de hasta 1080p. Aquí el detalle es bastante menor en fondos incluso de día, pero nada que quede fuera de las expectativas y el primer plano con buena luz lo defiende bien, quizás con algo demasiado de contraste.

De noche esta cámara sufre bastante más y lo podremos ver en las tomas que tienen muy poca luz artificial. Ahí el ruido es el protagonista absoluto, si bien se mantiene en este caso también la buena captura de audio.

Sonido: el estéreo hubiese sido la guinda perfecta

El aval de Sony en audio es considerable a tenor de los dispositivos y el apoyo en software que la compañía ha desarrollado de manera tradicional. Y lo que encontramos en el Sony Xperia 10 Plus son un altavoz en la parte inferior, jack de auriculares y algunos añadidos en los ajustes del sistema (el jack en la parte de arriba, descentrado con respecto a la curvatura, por cierto).

El móvil se defiende con un sonido aceptable, pero consideramos que se queda bastante corto en rango dinámico. Eso sí, volumen tiene de sobra llegando a los 113 decibelios sin además experimentar una pérdida de calidad notable.

Lo que quizás encajaría más en un smartphone tan aparentemente centrado en el disfrute multimedia sería una salida en estéreo con un altavoz en la parte superior, ya que tal y como está diseñada la salida en este caso está centrada en la base y no da un sonido envolvente que sí se podría lograr repartiéndola de otro modo.

Antes de comentar la experiencia con auriculares, conviene pasarnos por esas opciones de software que introducíamos antes ya que algunas de ellas pueden aplicarse por la salida por altavoz. Una de ellas es el ClearAudio+, que incrementa ligeramente la nitidez dando algo más de rango dinámico y que consideramos que conviene tenerla activada por defecto.

Podemos activar además el normalizador dinámico, que permite acortar las diferencias de volumen entre las canciones y los vídeos (notaremos que el volumen se incrementa o disminuye según como esté comparativamente un tipo de audición con otro, pero sin comprometer la calidad). También podremos toquetear el ecualizador, disponible dentro del apartado Efectos de sonido.

En cuanto a los auriculares, podremos configurar en qué grado queremos un sonido envolvente yendo también a los Efectos de sonido (los cuales no estarán activos si hemos activado ClearAudio+). Como hemos visto en anteriores ocasiones, el software facilita que podamos elegir entre los efectos de estudio (sonido más bien frontal), Club (similar al anterior pero con más reverberación) y Auditorio (con aún más eco, simulando el sonido que se obtiene en un recinto cerrado muy amplio). Si no buscamos algo muy artificial y con más matiz a este nivel, quizás prefiramos la opción de Estudio frente al ClearAudio+.

Para auriculares inalámbricos dispondremos de LDAC y soporte al aptX de Qualcomm en aquellos auriculares compatibles (dentro de Ajustes de accesorios), mientras que para auriculares con cable disponen DSEE HX (aunque podemos activarlo también sin ellos), centrado en mejorar la calidad de los archivos de música comprimidos. Lo que tenemos activando esto segundo es un sonido con mayor nitidez y algo más de rango dinámico, aunque con ello tendremos que renunciar a activar el ClearAudio+, el normalizador dinámico y los efectos de sonido.

La experiencia al final es buena, sobre todo si tiramos de auriculares. Pero echamos en falta el sonido estéreo, de modo que tirando de altavoces pueda obtenerse un sonido más envolvente y así una experiencia más inmersiva sobre todo en juegos y al ver series o películas.

Autonomía: la tranquilidad de que con una carga dé para un día entero

Hablando de datos técnicos, el Sony Xperia 10 Plus hace honor a su apellido al integrar una batería mayor que la que vimos en el Sony Xperia 10. Se trata de una pila de 3.000 miliamperios/hora, siendo un valor que per se no da la impresión de dar una autonomía superior e incluso dar la sensación de que pueda quedar algo bajo.

No obstante, pese a no destacar en este aspecto tampoco nos da una experiencia mediocre ni mucho menos. Las medias de autonomía quedan en torno al día, con unas 8 horas de pantalla. Es por ello que en este caso esos miliamperios de más con respecto al Sony Xperia 10 sí implican una diferencia sustancial en la experiencia a nivel de autonomía.

Esto se traduce en que una carga nos da para aguantar bien la jornada, sin estar demasiado pendientes de tener un enchufe o una batería externa a nuestro alcance. Si además tenemos jornadas de uso bajo, sin mucha cámara y poco multimedia (y predominancia de red WiFi) probablemente nos dure algo más de 24 horas.

Si además estamos dispuestos a renunciar a algunas funciones (actualizaciones en segundo plano, menor brillo en pantalla o sólo una serie de apps activas en el Ultra STAMINA) podemos activar alguno de los modos STAMINA. Si lo preferimos podemos tenerlo siempre activado, o bien configurar su activación para que salte automáticamente cuando quede un 15% de batería.

El tiempo de carga de 0 a 100% con el terminal apagado es de unas dos horas y 10 minutos, con el cargador de 5 voltios que se entrega con el teléfono (aunque es compatible con carga rápida hasta 18 vatios). Para ello, como os hemos comentado antes, dispone de una conexión USB tipo C en la base.

Sony Xperia 10 Plus, la opinión de Xataka

La experiencia con el Sony Xperia 10 Plus nos deja sensaciones encontradas: es un soplo de aire fresco con esos 21:9, pero echamos en falta otros aspectos que sí vemos en rivales actuales como unos marcos más reducidos o el reconocimiento facial.

El rendimiento es más o menos el esperado, pero nos queda la impresión de que hay trabajo por hacer a nivel de software para evitar el lag y complementar un poco más esa capa tan Google para que dé mejor resultado. También estaría la opción de intentarlo con un procesador más moderno en otro futuro modelo, dado que en este caso no era un chip nuevo.

Las cámaras vuelven a no destacar claramente con respecto a otros rivales en la gama media de 2018, por eso da la impresión de que tampoco va a ser el rey en este área pese al zoom óptico y la grabación en 4K. Eso sí, para los amantes del cine y el vídeo esos 21:9 pueden ser un gran aliciente y algo que de momento sólo dan de manera tan estricta y pura el Xperia 10 y el 10 Plus, quién sabe si finalmente esto calará como seña de identidad o iniciará una moda.

En batería y audio queda bastante mejor, sobre todo en el primer aspecto y en comparación con su hermano pequeño, aunque el estéreo sería un puntazo de cara a la experiencia multimedia buena que ya da. Y en resumen es un móvil muy cómodo, sobrio y relativamente completo, aunque eso sí no sale a un precio ajustado teniendo en cuenta el mercado.

8.0

Diseño 8
Pantalla 8,75
Rendimiento 7,5
Cámaras 7,5
Software 8,25
Autonomía 8

A favor

  • Los 21:9 dan una muy buena experiencia con el contenido adaptado.
  • El diseño alargado y curvo hace que se agarre cómodamente incluso con una sola mano.
  • La propuesta del software es atractiva: poca personalización, navegación tal cual la ofrece Google y algunos ajustes añadidos.

En contra

  • No tiene reconocimiento facial y el lector de huellas no da una experiencia demasiado buena.
  • Las cámaras están por debajo de las expectativas.
  • Hay un "lag" que, sin ser exagerado, al final empobrece la experiencia.

El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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