En uno de los planos finales de 'Spider-Man. Lejos de casa', se advierte, en el fondo del encuadre, un chiste, guiño, cariño de Kevin Fiege y los suyos a los fans del Marvel Cinematic Universe (MCU). Es uno de esos muros perimetrales que rodean las obras para evitar que los peatones sufran daños por las mismas. Pero en vez de anunciar los promotores y ayuntamientos en cuestión, en este anuncio (y dura apenas segundos en el plano) se ven una línea de tiempo horizontal con tres números: 1, 2, 3. Y un lema, para dejarlo clarísimo: "No podemos aguantarnos las ganas de enseñaros qué viene ahora".
Se ha terminado la Fase 3 y se ha terminado a lo grande. Después de la apoteosis que supuso 'Endgame', Marvel cierra con la película más ligera, loca y divertida desde 'Guardianes de la Galaxia'. 'Spider-Man. Lejos de Casa' se ve con una sonrisa de principio a fin. Logra que todo este gigantesco universo se tome un Kit-Kat y aguanta una película larga, que pasa en un suspiro, con una estructura de comedia adolescente en road-trip por Europa, que no es poco mérito. Contiene, además, algunas de las mejores coreografías de acción de todo el Universo Marvel.
Después de ver 'Spider-Man. Lejos de casa', me cuesta creerme aquella máxima de Spielberg que vaticinó (aunque luego se desdijera) el fin de los superhéroes y el estallido de una burbuja que podría hacer reventar la industria. Sí, imagino que llegará el día que el Universo Marvel sufra una pájara, porque al final que las cosas salgan tan bien depende de unos individuos muy concretos con la visión creativa a largo plazo muy clara. Pero la máquina y la fórmula parece tan bien engrasada que cuesta pensar que los superhéroes (al menos los de Marvel) pasen de moda en una década. O en dos.
Un Mysterio sin misterio
Cuando me quejo del Universo Marvel, y cada vez me quejo menos, mis problemas apuntan principalmente a dos direcciones:** la falta de personalidad en la puesta en escena** y lo predecibles que resultan los guiones. Lo primero quedó resuelto con ese monumento al buen cine que es 'Endgame', con el suave travelling, a lo Ford o Spielberg, que sigue el baile de Steve Rodgers en el cierre de la cinta. Lo segundo depende y mucho del bagaje de quién se sienta en la butaca.
De una manera un tanto ridícula —estoy bastante harto de que las compañías crean que los preestrenos les dan derechos a fijar las reglas de lo que los periodistas podemos o no podemos decir—, se nos recordó que por favor no hiciéramos spoilers en nuestras reseñas y artículos. Y se nos recordó también algo que sí me dio para una reflexión más interesante, la que encabeza este epígrafe: que muchos (probablemente, la mayoría) de los espectadores de 'Spider-Man. Lejos de casa' no leen los tebeos, por lo que giros de guion que para el conossieur resultan evidentes, para el espectador medio son invisibles.
'Spider-Man. Lejos de casa' tiene varios de ellos. Pero los dos más importantes, se viene apuntando desde el tráiler, son los relativos a Mysterio, él (perdonen el mal chiste) misterioso superhéroe que se enfrenta a la amenaza junto a Spider-Man, y al multiverso. Hay incluso una frase de Mysterio que provoca el cosquillero friki del que sabe lo que hay.
"Vosotros sois de la Tierra 616 y yo provengo de la Tierra 833", dice el personaje de Jake Gyllenhaal en su primer encuentro con Peter Parker. El aficionado al tebeo sabe que Marvel, como DC, tiene un montón de versiones alternativas de su Universo que sirven, básicamente, para liarla parda en grandes eventos cosmogónicos o para encajar visiones alocadas de cualquier personaje que no tendrían cabida en la línea regular.
Pero, sabiendo que Marvel no pega puntada sin hilo, hay que detenerse en los dos números que proporciona Mysterio. 616, son, sin más, los guarismos que Marvel ha asignado a su universo principal, en el que coexisten todas las series regulares de sus héroes; lo llamativo es que, hasta ahora, se daba por oficial (como recuerda la Marvel Wiki) que el Universo Cinematográfico era la Tierra-199999, una realidad aparte dotada de su propia coherencia interna. ¿Nombrar a 616 significa que habrá cambio de vitola en quién es el universo principal? Alguna razón, seguro, habrá.
Lo de 833 resulta más friki e interesante aún. 833 fue una realidad que resultó destruida y que tuvo como único superviviente a Peter Parker. En 'Lejos de casa', ese único superviviente es Misterio. ¿A qué está jugando Marvel? Sin meternos en spoilers, imposible desvelar un gramo más de este entuerto. Pero conviene señalarlo, aunque, como dije en mi especulación de lo que vendrá ahora, creo que queda al menos un lustro para que Marvel se plantee abrir el melón del Multiverso. Antes, habrá que darle cancha a los 4 Fantásticos, X-Men, Silver-Surfer y Galactus.
Resta comentar el título en sí de este epígrafe, que está relacionado con eso que nos decía el representante de Sony de que lo evidente para nosotros pueden ser sorpresas para el público en general. Solo decir que cualquiera que haya leído los tebeos de Stan Lee y John Romita Sr. (nombrado en los agradecimientos finales) y sepa del villano de Mysterio, pues va a tener más o menos claro cuál va a ser ese primer giro de guion a la altura del segundo acto.
El resto, pues a lo más divertido, que es llevarse la sorpresa.
El legado de Stark
¿De qué va 'Lejos de casa'? ¿Cuál es el tuétano de su narración? Pues va, evidentemente, de sobreponerse al legado del héroe que marcó los pasos del protagonista, de esa sombra, espesa e inabarcable, que responde al nombre de Tony Stark. Peter Parker tiene sobre su plato asumir que, aunque su reaparición lo sigue situando como un adolescente de 16 años, su responsabilidad es la de un vengador.
Este tema es explorado con brillantez y más sutileza de la que pueda pensarse durante toda la cinta. La apertura es un magnífico homenaje a Tony con la música del Guardaespaldas de telón de fondo. Es algo que los chicos y chicas de Fiege han perfeccionado película a película: el fan-service con sentido. Es imposible ver esas imágenes fijas, acompañadas de los melódicos gritos de Whitney Houston, y no sentir el escalofrío de la pérdida por el inigualable Iron-Man, que nos dejó de la mejor manera posible en 'Endgame'.
La película es sumamente inteligente y va trufando de esta necesidad de sobreponerse a las expectativas que tienen de ti por ser hijo de quién eres durante toda la cinta. La diatriba constante de Peter Parker es si está o no a la altura, llegando hasta el punto de reinterpretar un mensaje que le dejó el testamento de Tony. Parker se autoengaña para pensar que en realidad él es mero Hermes del poder del trueno entre Tony y quién deberá asumir el legado e infinito poder (económico y tecnológico) de 'Iron Man'.
La mejor escena en este sentido sucede con Happy, un cada vez más entreñable Jon Favreau. En un momento determinado de la trama, Parker se tiene que diseñar un traje usando el famoso interfaz de hologramas de Tony Stark. La mirada que le echa Happy, cargada de ternura, mientras manipula las imágenes, vuelve a demostrar por qué el UCM está donde está. Hay un entendimiento profundo, de hondura humana, de sus personajes y temas. Y eso no se puede replicar con una mera copia del modelo episódico. Hay que sentirlo.
Acción prístina
Quiero dedicar unos pocos párrafos a lo buena que es la acción en 'Lejos de casa'. Este es el único apartado, por lo superdotados de algunos cineastas que han trabajado para la competencia, en el que DC ha ganado de tanto en tanto a Marvel. Tanto Nolan como Snyder tienen una concepción de las coreografías de acción que se salen de lo típico y que, en el caso del 'Man of Steel' de Snyder, alcanzan una apoteosis muy, muy difícil de igualar.
Pero Marvel no va manca. Ya analicé en Espinof al detalle la puesta en escena de sus dos centros de gravedad más poderosos, los hermanos Russo y Joss Whedon, que fijaron el estilo Marvel en general. Pero con esta 'Lejos de casa' creo que se ha subido un escalafón en aspectos fundamentales de cómo rodar acción.
Hace unos días, por insistente petición de mi hijo (quería ver a Venom), me tragué una vez más 'Spider-Man 3', la de Sam Raimi. Al margen de que me parece la peor de esa trilogía (se nota que a Raimi lo de Venom no le convencía nada), me fijé con atención en sus secuencias de acción. En su momento, fue** una de las películas más caras de todos los tiempos** y una de las cúspides en efectos visuales de la historia del cine.
Pues bien, aunque a veces tenemos la impresión de que las cosas apenas han variado desde 'Parque Jurásico' o 'El señor de los anillos', viendo 'Lejos de casa' me he dado cuenta del salto sideral que estamos viviendo en los matices en el último lustro. 'Lejos de casa' es la película más prístina en su uso del CGI que he visto hasta la fecha; se atreve con larguísimos planos secuencia a todas las profundidades y la acción siempre resulta de una nitidez absoluta. Uso el epíteto prístino, aunque es una palabra un tanto ridícula por lo pedante, porque exactamente ahí está la novedad. En lo cristalino que resulta cada movimiento de la coreografía.
Repasar 'Spider-Man 3' es encontrarse con los problemas que tiene el CGI en el movimiento. Funciona más o menos bien de lejos, pero se nota en las cortas distancias; e incluso en las largas. Los saltos de Blade y su enemigo en el final de la segunda entrega, esa manera de Legolas de subirse a su caballo, o los balanceos de Spider-Man en cualquiera de las de Raimi. Canta; inevitablemente, canta, y por eso se camufla la cosa con un encuadre más inestable y efectos tipo blur para emborronar la imagen.
'Lejos de casa' jamás usa esos trucos. Es más, como es consciente de lo bien que se ve se atreve a ser mucho más detallada en sus acciones. Es posible distinguir con claridad y precisión cada acrobacia de 'Spider-Man' en la batalla. Hasta el punto de que Jon Watts se puede permitir usar cuanto quiera la cámara lenta y recrearse en estos detalles. Me parece un salto hacia delante sutil, pero de enormes implicaciones para creernos el CGI sin que se rompa nuestra credulidad por extrema que sea las situación.
El manejo de los fluidos para el diseño de sus criaturas, especialmente del agua en Venecia, es también de primera división.
Hasta el infinito y...
Cuando caen los títulos de crédito de 'Lejos de casa', evidentemente tenemos una última escena postcréditos. Y, evidentemente, esta escena postcréditos es un atisbo a lo que está por venir, a eso que no pueden esperar a contarnos.
Se ve poco, pero lo poco que se ve indica que no iba desencaminado cuando dije que la space-opera jugará un papel muy relevante en la Fase 4 del Universo Marvel. Lo que más me reconforta es que Marvel ya parece directamente abocada a conectar todo su universo más allá de los guiños puntuales. Es decir, que todas las películas están flexionando e influyendo recíprocamente en todas las demás.
Este abordaje parece el más divertido y adecuado a futuro. Complica las cosas, evidentemente, porque obliga a bloquear a todos sus actores durante lustros y lustros para que el hechizo de sinergia pueda mantenerse. Pero creo que ya no hay marcha atrás para el Universo Marvel y que su ambición ha de crecer no tanto en la escala de la épica (¡cuánto más épico se puede ser ya que 'Endgame'), sino más bien en la complejidad y atrevimiento de sus arquitecturas narrativas.
Tal vez lleguemos al punto, como los eventos en los cómics, en el que necesitemos ahondar desde seis puntos de vista distintos el mismo terremoto narrativo. Algo como 'Secret Wars', evidentemente. Creo que el Universo Marvel va por aquí y creo que es una buena idea. El Universo Marvel ya no es una parcela dentro del cine de superhéroes. Es una concepción en sí misma del cine, con sus reglas y códigos, pero con la posibilidad de cambiar infinitamente de género y marco temporal. Todo cabe (del western a la sitcom) en él si sigue las reglas.
Eso sí, creo también que el resto de compañías deberían guardarse mucho de seguir imitando el modelo Marvel. Esto encaja solo porque hay unas individualidades muy concretas que lo han concebido así, para encajar a la larga distancia. Además, el cine necesita variedad, incluso en un subgénero tan sobado como el de los superhéroes. Vale más que DC se dedique a las apuestas locas y singulares que otro nuevo descalabro por tratar de replicar un modelo que no es el suyo.
'Spider-Man. Lejos de casa' demuestra, una vez más, que si Marvel triunfa es porque tiene muy claro qué es. Y aún más claro qué no es. Es una montaña rusa que vivir en compañía de unos personajes que son más amigos que otra cosa. Ni más, ni menos. Ojalá siga siéndolo por muchos años.
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