Son varias las marcas que pretenden que un nicho de mercado muy específico, la impresión 3D, llegue a todo el mundo. La Witbox Go! es el primer intento del fabricante español BQ, con una potente división educativa y maker. Nosotros hemos probado durante unas semanas este modelo de impresora 3D doméstica para comprobar si la impresión 3D para el hogar está lista tanto a nivel técnico como de utilidad real.
Esta impresora puede estar en cualquier rincón de tu casa
Si la idea que tienes de una impresora 3D es la de guías, piezas a encajar, extrusores y demás componentes al aire, olvídate. Ese concepto de impresora 3D DIY, muy asequible pero que para usarla se require maña, paciencia y grandes dotes en el ensayo-error, está en el extremo contrario de la BQ Witbox Go!. Aquí lo que se pretende es que la impresora, como la de inyección de tinta o láser que ya conoces, esté lista para empezar a ser usada nada más sacarla de la caja, sin tocar un destornillador ni apretar pieza alguna. Y que no desentone en una oficina o rincón de casa.
Lo de un rincón de casa es quizás algo exagerado pese a que a nivel de diseño, BQ ha trabajado de manera excelente con este producto. Está cuidado en cada detalle, es una impresora muy compacta, en color blanco y de diseño moderno y que encajaría en cualquier sitio. Curiosamente donde menos la vemos es en estancias habitualmente de makers, de tipo taller. La BQ Witbox Go! parece diseñada para lucir en una mesa de oficina o un estudio y no entre herramientas manualeso de taller clásico.
Ese tamaño bastante compacto de la BQ Witbox Go! tiene un inconveniente: el tamaño de impresión es bastante limitado, 14x14 cm, por lo que su uso más allá del ámbito personal o de pruebas rápidas tiene menos posibilidades. Como ya te habrás imaginado y hemos empezado a contar, no es una impresora para makers extremos ni experimentados.
El diseño de la BQ Witbox Go! es abierto, es decir, no hay protección de lo que ocurre sobre la base. El potencial peligro no está en todo caso en los mecanismos, protegidos, sino en la boquilla extrusora que es la que podría quemar si la tocamos. Pero no es fácil hacerlo porque solo queda descubierta la punta extrusora, pequeña y que habría que buscar a conciencia. Complicado que ocurran accidentes en casa con esta impresora de BQ. Excepto por el cable que conecta el extrusor con la impresora, nada sobresale. Solo tenemos el cable de alimentación y el puerto USB. Incluso el lugar para colocar la bobina de PLA queda recogido dentro del diseño, aunque esto nos limita el tipo de recambios a usar si queremos que quede integrado en el diseño.
Una impresora muy relacionada con el teléfono móvil que no requiere montaje
El diseño de la BQ Witbox Go! no es lo único especial de la nueva impresora de BQ. Este modelo usa un procesador Qualcomm y funciona bajo el sistema operativo Android, lo que resulta una novedad para este mercado. Cuenta además con memoria interna de 8 GB (queda la mitad disponible para almacenar proyectos) y la conectividad es Wifi y NFC.
Esta combinación creada por BQ se completa con el software Zetup, del que hablaremos más adelante, pero que admite un funcionamiento sencillo y un control de la impresión directamente desde el teléfono móvil. Esa misma facilidad de uso se traslada al montaje, que es inexistente más allá de sacar la impresora de la caja y colocarle el cable de alimentación. Literal. Un 10 a nivel diseño de producto e idea para BQ. Veamos si en lo demás también saca tan buena nota.
Una configuración que es cuestión de algunos minutos ... la primera vez
Una vez extraída de la caja y conectada a la alimentación, es el momento de la configuración inicial. Todo el proceso es guiado, ya sea desde el smartphone (por ahora solo con Android) o vía PC (por ahora solo con Windows o Linux). Los usuarios de Mac, pese a que cumplen tradicionalmente con un perfil bastance cercano y encajable con este tipo de dispositivos, no tienen opciones de uso ni configuración.
Tras apenas 5 minutos, si no hemos tenido problemas de conectividad con la red Wifi, ya estamos listos para imprimir la primera pieza. El sistema nos pedirá que coloquemos adecuadamente la base de cristal, que no necesita material extra para conseguir la adherencia adecuda que con otras impresoras suele causar algunos problemas, y carguemos la primera pieza de muestra.
De la configuración inicial poco más que decir. En mi caso todo funcionó como debía y como os contaba, en menos de media hora ya estaba imprimiendo con bastante éxito. Mientras mantengas el equipo y configuración inicial con el que empezaste la aventura de la impresión 3D en casa, no hay problemas. Siempre que tu PC y smartphone estén conectados a la misma red Wifi que la impresora, paso que tuviste que configurar previamente, la impresora es reconocida por Zetup y nos conectamos a ella sin problemas. Cargamos piezas y a esperar.
Sin embargo, al intentar modificar parámetros de la configuración inicial es cuando nos hemos encontramos con inestabilidades en el software Zetup. Se nota que la impresora ha sido pensada para usar sin cables, todo vía WiFi, pero en esa conexión-desconexión es donde más errores nos hemos encontrado. Cambiar la red Wifi, configurar Zetup en más equipos que los iniciales ... ese tipo de tareas que deberían estar solventadas y ser transparentes para el usuario acaban con la configuración y empezamos a notar más fallos de conexión e impresoras que aparecen y desaparecen, que dicen estar conectadas pero no aparecen como tal. Todo es cuestión de software pero esperábamos un apartado ya maduro para este producto final porque puede afectar al trabajo con ella.
Imprimiendo con la BQ Witbox Go! en casa
El mismo Zetup que nos sirve para la configuración inicial es el software encargado de gestionar la impresión en la BQ Witbox Go! De este software de impresión hay que decir que cumple con la sencillez que BQ asocia a este producto. La interfaz es más parecida a una aplicación de smartphone que al software de diseño o impresión 3D que hemos encontrado hasta ahora. Ello facilita la impresión como el apunta y dispara de la fotografía móvil, pero con un precio a pagar: las pocas opciones que existen para controlar esa impresión.
En la BQ Witbox Go! apenas tienes para controlar la calidad y el relleno del laminado. Esto no es para nada algo negativo porque es el enfoque incicial de la impresora. Para muchas piezas no vas a necesitar alterar ni tocar nada de eso pero sí que es cierto que al animarte con más objetos o incluso diseñar los tuyos, esa falta de opciones hace que no valga cualquier repositorio o pieza para imprimir directamente en la Witbox Go!. Dependiendo de cada pieza, hay parámetros que es necesario ajustar, desde algo tan sencillo como las dimensiones (Zetup te avisa si no cabe la pieza en la bandeja y redimensiona automáticamente) a la orientación o la activación de la opción de estructura de soporte para elementos voladizos.
Los primeros pasos con la Witbox Go! son más sencillos gracias a que BQ ha integrado de serie la plataforma MyminiFactory, repositorio donde poder encontrar miles de diseños listos para imprimir. Nosotros probamos varios y los ejecutamos sin ningún problema. Tuvimos suficientes para que las visitas, que quedaban embobadas con las posibilidades de la impresión 3D casera y para todos, se llevaran su muñeco o pieza de recuerdo.
Mirando lo que hay en este tipo de repositorios, es inevitable reflexionar sobre qué tipo de objetos tiene sentido imprimir una vez que ha pasado la curioridad. Aquí nos encontramos con un punto muerto: quien no tiene conocimientos previos sobre diseño e impresión 3D recurrirá a repositorios que, en cierta medida, están limitados (aunque la comunidad crece día a día, y por ejemplo tenemos algunos dedicados a piezas de repuesto o ampliación para marcas muy conocidas, como Ikea, o a juegos de mesa, jardinería y hogar, accesorios para nuestros gadgets ...); por el contrario, aquellos que tienen experiencia en diseño 3D o mucho interés en la impresión, encontrarán este modelo de BQ demasiado básico y limitado en algunos aspectos, excepto como unidad secundaria en una oficina o de cara a un cliente final.
¿Dónde queda pues el nicho de mercado de la BQ Witbox Go!? En mi opinión, principalmente para quien tiene plena curiosidad por la tecnología de impresión 3D a nivel de usuario y sin pretensiones de complicarse mucho, básicamnte a nivel doméstico. En los repositorios hay piezas suficientes para que navegue, filtre e imprima objetos o piezas, la mayoría relacionadas con accesorios u ocio. También en entornos educativos encaja bastante bien. En ambos casos, hay que tener en cuenta el precio, unos 700 euros, ligeramente superior a modelos similares de la competencia, aunque cierto es, sin el valor a nivel de software e integración del smartphone.
Muchas horas de impresión (y algo de ruido)
Si hay algo que sorprende, hasta llegar a la irritación, a los usuarios que llegan por primera vez a una impresora 3D, es el tiempo medio de impresión. Una simple figura de un barco de apenas 6 cm de largo lleva asociada más de una hora de impresión. Para piezas más complejas, ve sumando muchas más horas de espera. Que todo ese proceso esté monitorizado por la BQ Witbox Go! relaja esta larga fase de la impresión 3D. En la aplicación de smartphone y también en Zetup de PC podemos** conocer el tiempo restante de impresión así como detener** en cualquier momento la misma en caso de que así lo queramos.
Otra molestia asociada habitualmente a la impresión 3D es el ruido en funcionamiento. Esta BQ Witbox Go! mantiene contenido el ruido en funcionamiento, aunque es apreciable. Si dejas por la noche la impresora en funcionamiento, algo muy habitual en la impresión 3D, mejor que sea en una sala alejada de donde vayas a dormir o descansar porque podrás escucharla. Que este modelo pese solo 5 kg y podamos moverla sin problemas de una estancia a otra, reduce también en cierta manera este inconveniente. Si te preguntas sobre el consumo en funcionamiento, mientras imprime, nuestras mediciones nos han dado entre 50 y 55 W.
Tras la impresión, la base se puede retirar para extraer fácilmente las piezas, las cuales se adhieren directamente a la superficie. BQ incluye una herramienta en forma de rascador para despegar la pieza. Cuando acaba la impresión hay que hacer bastante fuerza y no es sencillo siempre arrancar la pieza indemne. Algo a mejorar y que debes hace con paciencia porque si no es así, algunas de las piezas pueden acabar rotas.
Si te preocupa dejar la impresora funcionando de manera desatendida, no te preocupes más allá del consumo. La BQ Witbox Go! incluye sensores para que, en caso de fallo (por ejemplo del extrusor) o que la base no esté colocada, no se pueda iniciar la impresión o la misma se detenga.
También la aplicación Zetup nos avisa cuando la bobina está llegando a su fin. En esta impresora se puede usar PLA de 1,75 mm, y el compartimento está preparado para bobinas específicas de 300 gramos de BQ, en vez de las clásicas de 1 kg. Hay bastante diversidad de colores (casi 20), y el precio es asumible: menos de 10 euros, lo que hace más fácil y económico imprimir con varios colores a la vez. Usar las bobinas de BQ en vez de otras genéricas nos aporta el extra de la conectividad NFC incluida para detectar tanto el color del filamento como la cantidad restante.
El (limitado) extra de poder imprimir desde el móvil
Uno de los atractivos de esta BQ Witbox Go! es la posibilidad de, una vez configurada, poder lanzar impresiones desde la aplicación Zetup. Necesitas un smarpthone con Android obligatoriamente, y a pesar de lo que esperábamos, desde la aplicación no puedes cargar nuevos diseños o cambiar parámetros. Su uso se limita a controlar la impresora, comprobar su estado (tiempo que queda de impresión, filamente restante ..) y empezar una nueva impresión pero desde las piezas que ya hayas cargado desde la aplicación de escritorio y estén en la memoria interna de la BQ Witbox Go!
Teniendo en cuenta que hay enlace directo a repositorios como MyMiniFactory, echamos de menos la opción de importar un objeto desde la app para móvil y que realmente sea una impresora que podamos decir que se independiza del PC.
La opinión de Xataka
Poder imprimir cualquier objeto es un sueño que creo que algún día llegará. Que sea algo a nivel doméstivo lo veo más improbable, pero si alguna vez tiene que ocurrir, será con productos como la impresora BQ Witbox Go! En términos globales aúna mucho de lo que esperamos de un producto así: compacta, sin instalación ni apenas configuración, con un diseño que le permite integrarse en cualquier hogar o pequeño estudio/oficina, y con mucho protagonismo para smartphone. Funciona muy bien en su ámbito, salvo errores mejorables a nivel de software.
Sin embargo, su radio de acción es por ahora muy reducido. Para usuarios doméstivos viene limitada por su precio, todavía alto para pensar en ella en cualquier hogar medio si no tienes especial interés por empezar de forma seria en el mundo del diseño/impresión 3D, mientras que para quienes ya están dentro de la impresión 3D, se queda corta en pestaciones y posibilidades. Pero es un muy bien primer paso.
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