Si os decimos "Amazfit", ¿a qué producto tecnológico la asociáis? Probablemente la mayoría piense inmediatamente en relojes y, más concretamente, en el Amazfit Bip. Es normal, la compañía se ha especializado en estos dispositivos, pero no son los únicos de su catálogo. Recientemente, Amazfit se lanzó de cabeza al sector de los auriculares completamente inalámbricos con los Amazfit PowerBuds, unos auriculares que ya hemos tenido ocasión de probar a fondo para traeros este, su análisis.
A diferencia de otros auriculares inalámbricos, los Amazfit PowerBuds no solo nos permiten escuchar música, hacer y recibir llamadas o invocar al asistente, sino que llegan con nada más y nada menos que sensor de ritmo cardíaco. Efectivamente, en el auricular derecho Amazfit ha implementado un sensor que leerá nuestras pulsaciones cuando hagamos ejercicio, un plus de lo más interesante y que, por supuesto, también abordaremos a lo largo del texto. Sin más dilación, comenzamos.
Ficha técnica de los Amazfit PowerBuds
AMAZFIT POWERBUDS | |
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PESO | 6 gramos por auricular |
UNIDAD DE DIAFRAGMA | 9 mm |
CONEXIÓN | Bluetooth 5.0 |
COMPATIBILIDAD | Android 5.0 o superior |
BATERÍA | Auriculares: 55 mAh cada uno |
AUTONOMÍA | 8 horas con una carga |
CARGA DEL ESTUCHE | USB tipo C |
EXTRAS | ENC para llamadas |
PRECIO |
Amazfit Powerbuds
Diseño: más Galaxy Buds que AirPods
Comenzamos con el apartado del diseño. Los Amazfit PowerBuds son de botón, es decir, no tienen el clásico mástil al que Apple y otros tantos fabricantes nos tienen acostumbrados. Por ello son también algo más grandes, pero eso no quiere decir que sean incómodos. De hecho, nada más lejos de la realidad. Pesan solo seis gramos (los AirPods Pro pesan 4,56 gramos) y, aunque lo pueda parecer, no se sienten mal cuando los llevamos puestos durante dos o tres horas.
La parte exterior tiene una decoración basada en un patrón de puntos de color rojo en nuestro caso y lo cierto es que le da un look de lo más interesante. Ahora bien, no son disimulados. Al ser grandes y ser de botón, se notará que los llevamos puestos, más aún si le ponemos los clips magnéticos que Amazfit incluye en la caja para los más deportistas. Con todo, a nosotros no nos han parecido necesarios.
Los auriculares se agarran bien y en ningún momento se nos han caído, ni haciendo movimientos bruscos ni haciendo deporte. Para que eso sea así es necesario usar una almohadilla de silicona que se ajuste a nuestra oreja. Amazfit incluye una bolsita con cuatro fundas de diferentes tamaños y recomendamos encarecidamente que antes de nada se dedique unos minutos a probarlas todas. La que viene por defecto es la talla "M" y es la que mejor nos ha venido a nosotros, pero cada persona es un mundo.
No solo es interesante probar todas las fundas por una cuestión de comodidad y ergonomía, sino porque los auriculares no tienen cancelación de ruido activa, sino pasiva. Es decir, aíslan en tanto que tenemos que introducirlos en el canal auditivo, por lo que una funda más pequeña de la cuenta no solo hará que se nos caigan, sino que propiciará que entre más sonido intruso del deseable.
En lo referente a materiales de construcción, quizá no se notan tan premium como los Sony WF-1000XM3 o los AirPods Pro, pero se sienten robustos y de buena calidad. Tanto los auriculares como la caja, de la que hablaremos enseguida, están bien terminados, son resistentes y tienen buen tacto. Cabe destacar que los auriculares tienen certificación IP55, por lo que podemos usarlos si sudamos o mientras llueve sin mayor problema.
En cuanto al estuche, su tamaño acompaña al de los auriculares, en tanto que es grandota. En la zona trasera tenemos el puerto de carga USB tipo C, que es la única forma de cargarlos, y en la parte delantera un LED que nos indica cuándo está cargándose y cuándo se ha iniciado el proceso de emparejamiento. Si los abrimos, encontraremos un botón que nos servirá para forzar el emparejamiento con un nuevo móvil o para resetearlos. También están los auriculares y ojo, importante mirar dentro de la tapa, que es donde se encuentran los ganchos para hacer deporte.
La caja se siente robusta y resistente. No se nos ha caído nunca ni la hemos maltratado, pero la sensación en mano es buena. Eso sí, abulta bastante cuando la llevamos en el bolsillo, dando una experiencia similar a la del estuche de los Sony. Para poner el tamaño en contexto, es poco más ancha que la de los AirPods Pro, pero casi el doble de gruesa.
Experiencia: bien en casi todo
En lo referente a la experiencia de uso, también nos hemos llevado una agradable sorpresa en casi todo. Empecemos hablando del emparejamiento. Podemos hacerlo como normalmente, es decir, abrir el estuche, sincronizarlos con el móvil mediante los ajustes de Bluetooth y listo, pero lo ideal es que usemos la aplicación de Amazfit (iOS/Android). Sí, la misma que usamos para vincular y gestionar los relojes inteligentes.
¿Por qué? Porque así podemos saber la batería de cada auricular y de la caja, modificar los controles táctiles y acceder al ecualizador. La aplicación es posible que divida, ya que la app de Amazfit está muy enfocada a los wearables y los ajustes de los auriculares se quedan un poco escondidos. Si no tienes un reloj de la marca y no usas ya la aplicación, es posible que al principio todo te resulte un poco caótico.
¿Qué podemos hacer desde la app? Básicamente, cuatro cosas: configurar los gestos, ecualizar la música, modificar un par de ajustes relacionados con el entrenamiento y actualizar el firmware. Empecemos por el principio: los gestos. Podemos configurar los dos toques o los tres toques con diferentes funciones, como pasar a la siguiente canción o invocar al asistente de voz. Configuremos lo que configuremos, si recibimos una llamada y queremos responder siempre tendremos que dar dos toques.
En cuanto a la detección de los toques, lo cierto es que tiene margen de mejora. La superficie sensitiva de los auriculares necesita que hagamos toques más fuerte de la cuenta y en no pocas ocasiones no entiende que hemos dado tres toques en lugar de dos. Además, no podemos hacer los toques demasiado rápido, sino que hay que cogerle el punto y darles a la velocidad adecuada, porque sino no los detecta bien.
Pasamos así a hablar del ecualizador. Podemos tocar las diferentes frecuencias manualmente o, si lo queremos, elegir uno de los tantos modos predeterminados que Amazfit nos ofrece por defecto. Ahora hablaremos de la calidad de sonido, pero aprender a usar el ecualizador será interesante para mejorar la reproducción de los agudos. Sea como fuere, se agradece que el ecualizador esté ahí para que aquellos usuarios que tengan los conocimientos adecuados puedan aprovecharlo.
El tercer uso que podemos hacer es la configuración de entrenamiento. En esta opción podemos activar el Motion Beat Mode, que básicamente potencia los bajos de la música mientras hacemos ejercicio, y compartir la actividad de ritmo cardíaco. Esta segunda función es de lo más interesante, ya que nos servirá para que los auriculares puedan detectar nuestro ritmo cardíaco durante una sesión de ejercicio. En el siguiente apartado ahondaremos en su rendimiento.
Repasada la aplicación, hablemos de latencia. No hemos tenido ni el más mínimo problema con los auriculares. Es complicado medirla, pero hemos podido ver vídeos en YouTube o pelis en Netflix sin notar lag o una desincronización abrupta. Más bien todo lo contrario, la experiencia ha sido realmente positiva, sobre todo en juegos en los que escuchar los sonidos de los pasos es importante.
También funciona muy bien el sistema que detecta cuándo los tenemos puestos o quitados. Gracias a él, cuando retiramos un auricular del oído la música o el podcast se parará y continuará cuando nos lo volvamos a poner. Es casi, casi inmediato y no hemos tenido ningún problema. Eso sí, hay que tener cuidado al cogerlos, ya que si tapamos el sensor de proximidad con la mano el auricular pensará que nos lo hemos vuelto a poner y reproducirá automáticamente la música.
En definitiva, la experiencia con los Amazfit PowerBuds ha sido realmente buena. Salvando que los toques no se detectan del todo bien y que tenemos que dar toques demasiado fuertes, los auriculares se comportan muy bien, la aplicación es completa (dejemos de lado el hecho de que está muy enfocada a wearables) y jamás hemos tenido problemas de sincronización o latencia.
Unas palabras para el sensor de ritmo cardíaco
Como indicábamos anteriormente, los Amazfit PowerBuds tienen sensor de ritmo cardíaco, concretamente en el auricular derecho. Este se vale del contacto con nuestra piel para detectar nuestras pulsaciones y funciona correctamente. No es el sensor más preciso del mercado, pero es lo suficientemente certero para poder hacernos una idea de nuestro rendimiento.
Para activarlo, además de activar la función que mencionábamos anteriormente, tenemos que iniciar una sesión deportiva desde la app de Amazfit y ponernos los auriculares. Automáticamente comenzará a medir nuestra frecuencia cardíaca y, al acabar la sesión, nos mostrará la evolución de la misma. En la imagen inferior puedes ver cómo ha sido la detección durante una caminata a paso ligero de unos 15 minutos.
La mejor forma de ver su rendimiento es cruzar la velocidad y la altitud, tomadas con el GPS del móvil, con la frecuencia cardíaca, registrada desde los auriculares. Podemos ver cómo el sensor ha detectado correctamente los aumentos del pulso conforme la altitud subía y la velocidad variaba. Hay alguna que otra imprecisión, como los saltos exagerados en ciertos momentos, pero en líneas generales se comporta bastante bien.
Los deportistas más profesionales seguramente busquen un dispositivo más preciso, pero el sensor de ritmo cardíaco de los PowerBuds es suficiente para corredores amateur que simplemente quieran tener unas estadísticas básicas. Por el precio que tienen los auriculares no se puede puede pedir más.
Calidad de sonido: la perfección no existe
Siendo los primeros auriculares completamente inalámbricos, debemos reconocer que esperábamos una calidad de sonido bastante peor que la que realmente ofrecen. Lo cierto es que se escuchan realmente bien y, lejos de ser un audio perfecto o a la altura de otros auriculares inalámbricos más caros, los Amazfit PowerBuds tienen un rendimiento notable.
Hemos escuchado música en iOS y en Android, tanto en local como en streaming a 320 Kbps. Las canciones que hemos usado como "banco de pruebas" son aquellas que mejor conocemos, ya sean porque son nuestras favoritas o porque tienen un amplio abanico de frecuencias, tonos e instrumentos, como podría ser 'Bohemian Rapshody' de Queen.
Los Amazfit PowerBuds sacan pecho cuando hay muchos graves, representándolos correctamente y dando esa sensación que muchos pueden buscar cuando escuchan música electrónica, trap, rap o cierto tipo de pop. El sonido es nítido, no se satura cuando el volumen es alto y, en pocas palabras, nos hemos quedado con muy buen sabor de boca.
Ahora bien, los agudos son otra cosa. Por defecto, es decir, si no tocamos el ecualizador desde la app de Amazfit o el reproductor de música que estemos usando, tienden a pasar demasiado desapercibidos e incluso a sonar planos. Esto es muy evidente en las canciones con guitarra, batería o voces agudas. Se nota muchísimo en canciones de rock, por ejemplo. Tocando el ecualizador podemos mejorar un poquito el sonido, pero hay que saber lo que estamos tocando.
Sea como fuere, la relación calidad de sonido-precio es bastante buena. No tenemos los drivers más grandes del mercado (nueve milímetros tampoco son gran cosa), pero la música se disfruta mucho. Es probable que los más sibaritas del audio detecten ciertas imperfecciones, pero aquellos con un oído menos entrenado o que simplemente busquen unos auriculares triple B seguramente queden contentos.
El problema es que no tienen cancelación de ruido activa como sí la tienen los modelos de Sony, Apple, Honor o Huawei. La cancelación de ruido es pasiva, es decir, nos aíslan porque tapan el canal auditivo, pero no cancelan el ruido como tal. Sin embargo, los PowerBuds tiene una función bastante interesante que me recuerda al sonido ambiente de los AirPods Pro: Thru-Mode.
Esta función, básicamente, sirve para que los micrófonos de los auriculares dejen pasar el ruido ambiente, algo que puede ser útil para cuando estemos corriendo por la calle. Funciona bien, pero tampoco es gran cosa. Se nota que el sonido de nuestro alrededor se potencia ligeramente, pero la diferencia tampoco es demasiado notable debido, precisamente, a que no tienen cancelación de ruido activa.
Lo que sí tiene es cancelación de ruido de micrófono, es decir, que reduce el sonido intruso durante las llamadas. Funciona bien, aunque si hacemos una llamada mientras el viento sopla fuerte o en un ambiente ruidoso podemos esperar que se cuele. Hablando de llamadas, sin mayor problema: escuchamos claro y nítido y nos escuchan de la misma forma.
Autonomía: es complicado agotar esta batería
Uno de los puntos más positivos de los Amazfit PowerBuds es su autonomía. El fabricante asegura que podemos conseguir hasta ocho horas de vida útil con una sola carga y, si bien no hemos tenido ocasión de usar los auriculares durante tanto tiempo seguido, nunca hemos tenido problemas de batería usándolos durante largos periodos de tiempo. Hay dispositivos con los que a las dos o tres horas ya empiezas a quedarte sin batería, pero con estos Amazfit no ha sido el caso.
En última instancia, dependerá del uso que le demos, del volumen, de si usamos mucho el sensor de ritmo cardíaco, etc., pero por lo que hemos podido probar es muy fácil superar las cinco horas de autonomía y tener batería sobrante.
El estuche nos permite cargar cada auricular hasta dos veces, así que en total podemos conseguir más o menos un día de autonomía. Cuando se descarga, el estuche tarda unas dos horas en cargarse mediante el puerto USB tipo C. Una pena que no tengan carga inalámbrica.
Amazfit PowerBuds, la opinión de Xataka
Amazfit ha empezado muy bien su incursión en el mundo de los auriculares completamente inalámbricos. Son cómodos, tienen una autonomía sobresaliente y la calidad de sonido es notable. No es perfecta, sobre todo en canciones con muchos agudos, pero es más que decente para unos auriculares que valen 90 euros. No son los más adecuados para los más sibaritas, pero servirán para los que busquen unos auriculares solventes que rindan correctamente.
En cuanto al sensor de ritmo cardíaco, es un añadido interesante que solo aprovecharán aquellos que hagan deporte. Si no sueles salir a correr o pasear, es probable que el sensor pase completamente desapercibido en el día a día. Si me preguntas a mí, habría preferido que Amazfit hubiera implementado un sistema de cancelación activa de ruido en lugar del sensor de ritmo cardíaco, pero me queda el consuelo de que los auriculares aíslan bien por sí mismos de forma pasiva.
Resumiendo: los Amazfit PowerBuds son unos auriculares que hemos disfrutado mucho. Son muy equilibrados en cuanto a rendimiento, no tienen un precio demasiado alto para lo que ofrecen y, si bien tienen aspectos a mejorar, son un buen comienzo para una marca que acaba de empezar en este sector del audio.
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A favor
- La autonomía es sobresaliente, sin más.
- El sensor de ritmo cardíaco, sin ser el más preciso, puede ser útil para deportistas amateurs.
- A pesar de ser grandes, no son particularmente incómodos al llevarlos durante mucho tiempo.
En contra
- No tienen cancelación de ruido activa.
- La detección de los toques es lenta y falla en varias ocasiones.
- Los agudos son demasiado planos y tienden a pasar desapercibidos.
Amazfit Powerbuds
El accesorio ha sido cedido para la prueba por parte de Amazfit. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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