Ser esperado no significa que sea fácil triunfar, y el reto del aspirante a nuevo móvil ganga de Xiaomi este año es aún mayor, naciendo con la competencia en casa propia. Las bondades potenciales del que está llamado a reemplazar el Xiaomi Mi A1 se han puesto bajo la lupa precisamente por eso, tal y como las hemos puesto en el análisis del Xiaomi Mi A2.
El nuevo móvil de gama media de los chinos entró por la puerta grande al mercado internacional, con un evento para los fans y de la mano del Xiaomi Mi A2 Lite, una alternativa más básica y económica que quizás inicie una estirpe en esta línea de Xiaomi que amplía el rango de los Redmi X mimetizándolos con Android One. Sin MIUI, renovado por dentro y por fuera y ofreciendo aparentemente lo que otros por un precio menor, sin renunciar a la inteligencia artificial ni a la doble cámara, ¿es el Xiaomi Mi A2 un buen candidato a móvil superventas?
Ficha técnica del Xiaomi Mi A2
Xiaomi Mi A2 |
|
---|---|
Pantalla |
5,99 pulgadas con resolución Full HD+ y ratio 18:9, Gorilla Glass 5 |
Procesador |
Snapdragon 660 |
RAM |
4/6 GB |
Almacenamiento |
32/64/128 GB |
Cámara trasera |
20+12MP, f/1.75, 1.25µm, PDAF, vídeo 4K/30fps |
Cámara frontal |
20 MP, f/1.75, HDR |
Biometría |
Lector de huellas, reconocimiento facial |
Batería |
3.010 mAh con Quick Charge 3 |
Conectividad |
Bluetooth 5.0 |
Dimensiones y peso |
158,7 x 75,4 x 7,3 milímetros |
Sistema operativo |
Android Oreo 8.1 con Android One |
Precios |
4/32 GB: 249 euros |
Xiaomi MI A2 - Smartphone DE 5.9" (Qualcomm Snapdragon 660 a 2.2 GHz, RAM de 4 GB, Memoria de 64 GB, cámara Dual de 12/20 MP, Android) Color Dorado [Versión española]
Diseño: una actualización que no se deja llevar por las modas (no del todo)
La familia Mi A se amplía y las líneas de diseño varían, lo justo para que haya diferencias identificativas pero se conserven ciertos rasgos. El ADN se mantiene hasta cierto punto con el estilo y la ubicación del lector de huellas, que sigue mimetizado en el centro de la trasera.
Las bandas caen sobre los extremos superior e inferior de la espalda del Mi A2 de manera similar al Xiaomi Mi A1, pero algo más contenidas (como los logos), y la joroba se pone en vertical como la del Xiaomi Mi 8, al estilo del iPhone X. Es bastante delgado llegando a los 7,3 milímetros (algo más para la protuberancia de las cámaras e igualando al Mi A1), y la curvatura de los bordes hace que aún lo parezca más y ayuda a que el agarre sea cómodo.
Quizás el cambio más notable (y que predetermina las diferencias entre los tres terminales) está en el frontal. El Mi A2 no tiene notch o muesca como el Mi A2 Lite, pero sí experimenta una reducción de los marcos y una curvatura de las esquinas que no vimos en el ya nacido caduco frontal de su antecesor.
Esto hace que el aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla sea mayor, pasando de un 70,1% a un 77,4%. Sin muesca no llega al 79,5% del Mi A2 Lite, pero consigue tener un frontal con quizás más personalidad al no sumarse a la moda de marras y aprovechar algo más esta superficie con un panel que, como ahora veremos, también evoluciona.
Eso sí, el aprovechamiento en la práctica siempre dependerá de cómo se organicen las interfaces y el software, y cuando hablemos de esto veremos que quizás ésta es una de las limitaciones de ir con Android One. Pero en todo caso, se agradece que a los frontales en gama media les invada el soplo de aire (ya no tan) fresco de unos marcos reducidos, dejando atrás diseños que no favorecen la experiencia de usuario y que nos trasladan a épocas antiguas en móviles acabados de lanzar.
Hay cambios también en los bordes superior e inferior, más allá de lo que hemos comentado de las bandas. Se ha ido el jack de 3,5 milímetros y en su lugar tenemos una base simétrica (verticalmente) con las hendiduras cuádruples para el altavoz y el micrófono, una a cada lado del USB tipo C, y en la parte superior los sensores quedan a un lado y no al centro (como en el Mi A1).
Hablamos aquí de un chasis metálico, sin cristales traseros ni superficies reflectantes. Parte de ese material genético que aún hereda está en este metal con acabado mate que no actúa como imán de huellas y que no resbala, aunque haya que renunciar a la carga inalámbrica (cosa que tampoco extraña en un terminal de gama media).
Pantalla: bienvenido, FullHD+
Una de las características que se ha visto beneficiada de la evolución del A2 con respecto a su antecesor es la pantalla. Hablamos en este caso de un panel IPS de 5,99 pulgadas y resolución de 1.080 x 2.160 píxeles, por lo que los chinos han añadido un plus a este nivel para la iteración.
Y nunca mejor dicho al quedarse en un adecuado FullHD+, traducido en este caso a 403 píxeles por pulgada. Una resolución que no resulta exigente a nivel de consumo energético o de recursos, y que permite la especialización y que haya una mayor calidad en las pantallas de smartphones de gama media como éste. Y lo importante: que más allá de los números da una buena experiencia a nivel de detalle.
Bien calibrada de fábrica, aunque cierto es que los blancos tienden a quedar algo fríos. Minipunto negativo aquí para Android, dado que el sistema de Google es más bien parco en lo que son opciones de personalización para la pantalla y no podemos adecuar temperatura, contraste y saturación como permite MIUI en cierto grado y otras capas de personalización, como EMUI o ZEN UI.
El brillo es uno de los aspectos que más margen de mejora tiene. La experiencia es buena en interiores o entornos con iluminación baja, donde la cantidad no es un problema y coincidiendo con lo que dijimos en las primeras impresiones, pero el ajuste de brillo automático no funciona demasiado bien, con reajustes en cada cambio de situación lumínica que hacemos y tardando algunos segundos en adecuarse.
No ocurre siempre y se da sobre todo si pasamos de una escena más iluminada a una con menor dosis lumínica, pero es algo que probablemente pueda corregirse por software dado que al final hace un ajuste adecuado (de modo que el sensor parece trabajar bien). También se echan en falta un puñado más de nits en lo referente al brillo máximo, algo que podemos comprobar fácilmente con la incidencia del sol en verano durante bastantes horas al día.
Bien a nivel de contraste y viveza de los colores, la saturación está en un punto en el que quizás se eche en falta algo más si se viene de una pantalla AMOLED o de menos si se viene de una IPS. Sí que queda algo reducido en lo referente a ángulos de visión, ya que al poco de inclinar vertical u horizontalmente aparece la pérdida de brillo por la perspectiva, pero en todo caso no es grave (tampoco son inclinaciones demasiado naturales o habituales) y la visualización sigue siendo correcta.
Muy bien a nivel de sensibilidad táctil, sin pegas en la experiencia aunque por el grosor del cristal superior parezca que el panel esté alejado de nuestra yema. Eso sí, otra función que echamos en falta es el despertar pantalla con doble toque, así como la activación de pantalla ambiente o pantalla bloqueada cuando elevamos el terminal. No es dramático, pero son añadidos que añaden comodidad y personalización al uso.
La pantalla ambiente, por su parte, tampoco presenta añadidos. Interfaz estándar sin las opciones de personalización de capas como Samsung Experience y gestión de la privacidad de las notificaciones, aunque pedir más en este aspecto es casi pedírselo más a Google en cuanto a esta característica nativa en su sistema.
Rendimiento: tirando de viejos conocidos para tirar más que suficiente
La elección de los fabricantes no es siempre tirar de lo último en componentes ni siguiera en alta gama, ya lo vimos con el Nokia 8 Sirocco, que siendo buque insignia de HMD ha nacido con un procesador de la generación anterior a lo último de Qualcomm. Lo mismo vemos en el caso del Mi A2, que integra un Snapdragon 660 como parte de su motor de hardware.
Esto no es negativo per se, más allá de llevar la etiqueta de "antiguo" al haber generaciones posteriores y que se quede sin las mejoras ya activas de la generación posterior. De hecho, como ya vimos en Xataka Móvil, las aspiraciones de este procesador eran en principio mayores y tuvieron que contenerse en cierto modo, pasando de compañero de línea del Snapdragon 835 a titular de la 600, liderándola en vez del Snapdragon 653, llamado a ser el abanderado de esta serie.
Así, dejando a un lado rendimientos y batallas teóricas, en la práctica el procesador y los 4 GB de RAM dan para que el móvil no sufra parones ni tirones molestos. No podemos esperar la fluidez de un procesador de gama más elevada o el empuje notable que dan los 6 GB con respecto a los 4 GB (un salto quizás mayor que el que hay de 6 a 8 GB en lo referente a la experiencia de usuario), pero salvo algún ligero enganche al desplazarnos por la multitarea o en apps tipo timeline (que se da de manera muy puntual y suele ocurrir si hay alguna tarea exigente en ejecución) no hay nada preocupante o a reprochar en la experiencia, sobre todo teniendo en cuenta la configuración.
Hablaremos de ello a continuación, pero tirar de Android sin disfraces suele favorecer que los componentes saquen su potencial de manera más limpia y sin "entretenerse" en aspectos que puedan manifestarse en cargas lentas o lag. Los videojuegos se mueven muy bien, quizás lo harían de manera más fluida con ese plus de RAM, pero la carga gráfica no supone cierres inesperados o una lentitud fuera de lo esperado.
La temperatura se mantiene dentro de lo normal cuando aumenta en los momentos más exigentes, de hecho llega a llamar la atención lo poco que sube. Si lo llevamos con funda apenas notaremos el aumento de temperatura, y si vemos las cifras internas son bastante más bajas que la mayoría de móviles cuando lo medimos en el punto más álgido (juegos tras un rato, cámara o tests de rendimiento).
Para quienes tomáis como referencia los tests de rendimiento, os ponemos los resultados de los principales benchmarks del Xiaomi Mi A2. Lo hacemos como de costumbre, poniéndolos de tú a tú frente a rivales con una configuración pareja o equivalente.
Xiaomi Mi A2 |
Nokia 7 plus |
Elephone U Pro |
BQ Aquaris X2 Pro |
Nokia 7 Plus |
OPPO R15 Pro |
|
---|---|---|---|---|---|---|
Procesador |
Snapdragon 660 |
Snapdragon 660 |
Snapdragon 660 |
Snapdragon 660 |
Snapdragon 660 |
Snapdragon 660> |
RAM |
4 GB |
4 GB |
6 GB |
4 GB |
4 GB |
4 GB |
AnTuTu |
127.610 |
141.522 |
133.147 |
141.550 |
141.522 |
130.779 |
GeekBench (Single/multi) |
1.626 / 4.286 |
1.645 / 5.909 |
1.611 / 5.630 |
1.642 / 5.763 |
1.645 / 5.909 |
1.272 / 3.830 |
3D Mark (Icestorm Unlimited) |
22.461 |
26.348 |
25.350 |
26.415 |
26.348 |
27.345 |
PCMark (Work 2.0) |
6.332 |
6.177 |
5.919 |
6.064 |
6.177 |
8.440 |
Ver galería completa » Xiaomi Mi A2, benchmarks (4 fotos)
Software: los más y los menos de tener Android puro
Pocas cosas son casuales en tecnología, menos en los smartphones y quizás en menor grado cuando hablamos de los lanzamientos de una empresa con intención de crecer, con hambre de mundo y de consumidores aparentemente deseosos de canales oficiales más allá de las fronteras chinas. Que Xiaomi, fiel a su popular MIUI, decidiese apostar por Android One tampoco iba a ser algo efímero y efectivamente hemos tenido no una, sino dos opciones más con el sistema de Google, con el Mi A2 y el Mi A2 Lite.
Lo que mueve los circuitos de este nuevo terminal es Android Oreo en su versión 8.1.0. Esto y prácticamente nada más; ni invasión estética, ni bloatware ni duplicación de apps más allá de las que Google insta a instalar (parte de las cuales podemos deseleccionar en el preload del sistema). Salvo un pequeñísimo y casi innecesario apartado propio en los ajustes, la app de cámara y un par de apps que podemos eliminar, no hay casi nada "Mi" en el software de este Mi A2.
Ajustes pues de serie, así como interfaces y servicios, renunciando a la estética propia del fabricante así como al resto de añadidos. Un software básico y ligero, lo cual como solemos decir reporta sus ventajas y sus desventajas cuando lo traducimos a la experiencia de usuario.
No notamos que haya ningún problema con el software o algún bug aparente (en el Nokia 8 Sirocco se nos activaba el ahorro de batería aunque desmarcásemos el switch correspondiente y aquí no, por ejemplo), y como decíamos antes el hardware es más que suficiente para ejecutar el software de Google de manera correcta. La internacionalización, por tanto, sigue sentando bien a los smartphones de Xiaomi, aunque esto tiene también su cara no tan favorable.
Siguiendo con lo que ya hemos anticipado en el apartado de pantalla, tenemos con Android "puro" pocas opciones de ajustar el rendimiento de cierto hardware o los aspectos del software que sí podemos personalizar en otras capas. El precio a pagar por no disfrazar Oreo de otro software, con todo lo que ello conlleva a nivel de extras innecesarios en algunos casos, es que no podemos calibrar la pantalla, sacar jugo al audio o personalizar aspectos como las notificaciones.
De momento tampoco dispone de reconocimiento facial (aunque lo soporta según especifica el fabricante) ni de navegación por gestos. Tampoco podemos ocultar la barra de navegación, con lo cual se aprovecharía un poco mejor la superficie de la pantalla.
Y por esto mismo, por ser un recipiente de algo más bien genérico, poco podemos decir de los aspectos propios del móvil en relación al móvil, dado que el margen es muy reducido para los fabricantes a nivel de tocar el software cuando hablamos de Android One. Pero matizamos lo dicho: el hardware tira bien de él y no vemos errores de ejecución ni hemos experimentado comportamientos anómalos, tampoco de la app de cámara (de Xiaomi, de la cual hablaremos a continuación).
Cámaras: el cambio a más megapíxeles es un adiós al zoom óptico
Lo comentamos ya en el primer análisis de las cámaras del Xiaomi Mi A2 y cabe matizarlo de nuevo: la apuesta de Xiaomi sigue siendo la doble cámara para uno de sus gama media estrella, pero la combinación esta vez no es de un teleobjetivo con una lente estándar. La evolución además no olvida a la parte frontal, poniéndola a la altura de una de las traseras.
Así, detrás tenemos un sensor Sony IMX486 de 12 megapíxeles (píxeles de 1,25 micrómetros) y combinado con un Sony IMX376 de 20 megapíxeles (píxeles de 2 micrómetros), ambos con apertura f/1,75 pero sólo con pixel binning en el segundo (crear un "superpíxel" al fusionar cuatro en uno). Para la frontal se ha optado por el sensor de 10 megapíxeles, pero con una lente de apertura f/2,2.
Ambas cuentan con modo retrato, asistido por inteligencia artificial en caso de la frontal (así como el modo belleza). En la trasera se menciona precisamente la inteligencia artificial, aunque en el uso no se especifica cuando actúa (según dijeron en la presentación, lo hace detectando el tipo de escena y demás) y tampoco hay un botón para activarla como en el caso del Mi 8. Pero lo que sí que tenemos claro es que podemos grabar en 4K (3840 x 2160 a 30 fps) y que se dispone de los modos habituales que vemos en cualquier app, aunque mejor lo vemos en detalle.
App de cámara
Como decíamos en la parte de software, uno de los pocos aspectos en los que Xiaomi puede poner lo propio es en la app de cámara. App que mantiene las líneas de diseño y distribución que hemos visto en la última versión de MIUI, siendo intuitiva y sencilla.
No hay saturación de modos; están los básicos con el añadido del HTT (un modo automático para disparo nocturno y con baja luz), el tilt-shift y poder elegir en el modo manual con qué lente disparamos, teniendo opción a hacerlo con la lente de "luz baja" (es decir, la de 20 megapíxeles y pixel binning). Algo que también tiene el modo manual y que se diferencia de la mayoría de fabricantes es el peak, o lo que es lo mismo, remarcar la zona enfocada con color.
La app funciona con normalidad y en ningún momento ha habido lag o cierres inesperados. Tampoco comportamientos erráticos ni nada que empobrezca la experiencia, salvo el que no podamos previsualizar el cambio de velocidad de obturación en el modo manual, teniendo que ir "a suertes" hasta que nos familiaricemos o aprendamos cómo usar este parámetro con estas cámaras. Algo que ocurre en el resto de Xiaomi y también en otras apps, como la de EMUI.
Para la cámara frontal hay, como no, un modo belleza (en su versión 4.0) que en el caso de Xiaomi se dispone en dos grados: un ajuste automático general o bien específico por partes (ojos, tono de piel, delgadez, etc.). Modo retrato, grabación hasta 1080p y también un modo para selfie de grupo.
Los ajustes también son propios, de ahí que se vean salpimentados por opciones que suele incluir Xiaomi y no vemos en las apps de otros fabricantes. Ajustes como el filtro anti bandas, preestablecer la medición de luz (que podremos cambiar en modo manual), el contraste, la saturación o la nitidez, con cinco grados posibles, de modo que si en general nos parece que los resultados están faltos (o se exceden) en alguno de estos parámetros podemos tocarlo para añadir lo que nos convenga en todos los disparos.
El HDR tiene su botón de cambio en la interfaz, algo que nos gusta (a diferencia de Samsung Experience, que sigue escondiéndolo en los ajustes haciendo su selección más lenta e incómoda), pero quizás podría mejorar la experiencia si las pestañas pudiesen ordenarse o eliminarse (lo cual sí puede hacerse en la app de Samsung, por cierto). De este modo podríamos reordenar o establecer las opciones para acomodarlas a nuestro uso, por ejemplo colocando el modo manual junto al automático si solemos tirar de él (que por cierto, no guarda RAW).
Cámaras traseras
Las cámaras traseras del Mi A2 suelen estar a la altura en cada situación, con mejores resultados cuando la iluminación es abundante pero sin flojear cuando ésta no está tan presente. En general tenemos tomas con colores realistas aunque algo faltos de viveza en algunos casos. No hemos tocado el ajuste de saturación, pero es una solución si preferimos no estar pendientes de si la viveza se queda baja y preferimos que haya ese plus.
El rango dinámico en automático tiene mejora (sin quedar por debajo del esperado) y saliendo mejor parado que en manual, donde no tenemos modo HDR disponible, de hecho. Si la escena no es un contraluz nos compensará tirar de HDR, ya que salvará mejor los fondos a nivel de rango dinámico y también en cuanto al detalle, al ayudar a que se conserven mejor los contornos (sin exageraciones). Eso sí, tiende a subexponer un poco, de ahí que si hay un contraluz muy marcado mejor no activarlo para que no nos quede un resultado con demasiado contraste y drama.
Buen resultado con la fotografía macro. Es un disparo en el que las cámaras de móviles suelen resolver bien, y el Mi A2 tiene una buena distancia mínima de enfoque, con un desenfoque por lente acertado y sin pérdida de detalle en el plano principal tampoco en interiores.
En interiores poco iluminados es difícil escapar al ruido y a la pérdida de nitidez en la fotografía móvil y los milagros tampoco han llegado al Mi A2. Pero el resultado es muy decente en estas situaciones, y siempre podemos tirar del modo manual para eliminar algo del ruido, lo cual surte más efecto en las fotografías nocturnas.
En este tipo de fotografías el resultado también es más que aceptable. Los contornos no se diluyen en exceso y los disparos automáticos no abusan de la ISO, de modo que suelen ser fotografías en las que el ruido no es tan importante ni empeora tanto el resultado.
Eso sí, son disparos más lentos (especialmente el HDR) y tendremos que ser un poco más paciente si nuestro estabilizador es el de nuestras manos. También si tiramos del manual para reducir ISO, ya que suele implicar mayor lentitud de disparo y puede salir movida.
Los modos de luz baja son también una alternativa si vemos que el automático no rinde como queremos, aunque en la práctica suelen suponer un extra de exposición que no siempre queda natural o equilibrado. La diferencia será mayor cuanto menos luz haya, y el HTT es más rápido al estar integrado en el disparo automático, aunque se activará según las condiciones y no siempre (de manera similar al modo Brillo de los últimos LG).
Lo que también se activa o no según las condiciones es el modo retrato. Aquí se tira de software, ya no hay juego con un tele, y puede que esto lo echemos de menos con respecto al A1.
El bokeh postizo del Mi A2 es resultón, pero con los pecados que solemos ver en este tipo de modos: dificultad en los contornos cuando hay falta de contraste entre el plano principal y el fondo (sin ayuda de un mapa de profundidad es más probable que pase), con algunos bordes difuminados, y que sea más exigente en la iluminación.
De noche tendremos que olvidarnos de él, también en interiores bien iluminados según el encuadre que hagamos o si por algún motivo el móvil no detecta bien la distancia al objeto principal (aunque lo marquemos con el enfoque de manera manual). Cuando logramos activarlo normalmente dispara con un resultado aceptable, aunque si hay algo de contraste lumínico tiende a la sobreexposición.
El desenfoque de fondo es relativamente natural. No hay exageraciones y también podemos ajustar el grado antes de disparar (no después, no hay editor para el desenfoque como sí vimos en Nokia), ni hay borrones o descompensaciones en los desenfocados.
Cámara frontal
Esta óptica se veía beneficiada de una evolución notable en lo que respecta a los megapíxeles del sensor, además de tener la tecnología pixel binning. Los resultados en general son buenos, pero tampoco hay que esperar un resultado muy superior al de la competencia.
El detalle se respetará con luz abundante, apareciendo pronto la pérdida (ligera) en cuanto estamos en interiores (aunque haya buena iluminación), así como algo de ruido. Es rápida y el enfoque es eficaz y obediente, con un HDR que no es agresivo y con colores realistas, sin tender al exceso de contraste o al resalte de bordes.
El modo retrato es bastante más permisivo que el de la trasera, y nos ha funcionado incluso para fotografías en movimiento salvando muy bien el resultado. Eso sí, el bokeh algo menos natural que en el trasero y tendremos alguna zona demasiado difuminada, pero suele respetar los bordes en la medida de lo esperado, incluso el hueco que a veces crea el brazo y que la mayoría de modos suelen obviar (y no desenfocan el fondo).
Por supuesto, tenemos modo belleza, aunque al facilitar la aplicación por niveles y partes podemos tener un resultado que no sea demasiado postizo. Nada que no hayamos visto previamente: podemos agrandar ojos, adelgazar la cara o que la tez tenga ese "efecto porcelana" por la pérdida de nitidez.
Os dejamos una muestra de fotografías hechas con el Xiaomi Mi A2, con todas sus cámaras y modos disponibles, antes de comentar el vídeo.
Ver galería completa » Xiaomi Mi A2, fotografías (28 fotos)
Vídeo
No lo hemos mencionado porque no está: como suele ser habitual, las cámaras de gama media no incluyen estabilizador óptico y esto se nota quizás más a la hora de grabar (aunque también solucione de manera notable algunas tomas fotográficas). Pese a esto, la estabilización que habilita el Mi A2 por software nos parece bastante correcta, con la ventaja de que no hay discriminación con el 4K y podemos grabar al máximo detalle sin renunciar a esta reducción del tambaleo.
Los vídeos en general son de calidad más que aceptable, sobre todo si tiramos del 4K, con buena captura de sonido y buen ajuste de la exposición si cambiamos de plano rápidamente. El enfoque automático no suele requerir ayuda salvo en interiores o escenas menos iluminadas y los colores son realistas.
Cuando escasea la luz será inevitable perder detalle, sobre todo si hacemos zoom (que, recordamos, no es óptico), pero no es algo dramático o por debajo de las expectativas. Como tampoco lo es la aparición de ruido en estas condiciones.
Autonomía: sin destacar, pero quedando bien
Quizás algo de lo que más fríos nos dejó (pese a saber de antemano casi al 99% de seguridad lo que íbamos a ver en su ficha técnica) fue saber que no había crecimiento aparente en su batería, si nos basamos en el parámetro que solemos tomar como referencia para tener una idea del potencial con respecto a la autonomía. Aquí hablamos de una pila de 3.010 miliamperios/hora, algo menor incluso que la del Mi A1 y por debajo de la del Mi A2 Lite, de 4.000 mAh, pese a haber renunciado al jack de audio.
Siempre lo decimos y siempre lo diremos: este indicador no predetermina la experiencia final con la autonomía y a igual miliamperaje/hora cada caso puede tener un resultado y unos matices, pero habitualmente se obtienen mejores resultados cuando tenemos valores por encima de los 3.500 mAh (como si fuese una especie de norma o límite no escrito) cuando hablamos de un móvil con Android. Veamos cómo rinde el Mi A2 según nuestra experiencia con él, porque no, los números no lo son todo.
La autonomía que nos ha dado el Mi A2 ha sido suficiente para aguantar bien la jornada sin estar pensando en enchufes o baterías externas. En días de uso intenso ha aguantado bien, llegando al final del día con algo más del 10% si se ha tratado de un uso muy exigente y continuo (juegos, tests de rendimiento, multimedia). La media de horas de pantalla es de cinco y media o seis, siendo algo superior a lo que hemos visto en el Mi A1 tras medio año con él, por lo que aunque se han perdido 70 mAh de camino no ha habido un cambio a menos, sino a una aparente mejora.
No es una cifra destacable y no se va a colocar como campeón en este aspecto con respecto a sus rivales, pero al menos da una buena experiencia y como decíamos no nos hace depender de su carga o nos deja colgados durante los usos más exigentes. Si no lo es tanto, la autonomía supera el día con facilidad, sobre todo si tiramos de conexión wifi y si tiramos el ahorro de batería y la optimización que ofrece Android (ya que no tenemos otras herramientas para intentar sacar más jugo a la batería a nivel de software).
Tenemos además USB tipo C y Quick Charge 3.0, con lo cual el terminal tarda en cargar la batería de 0 a 100% una hora y 45 minutos. Un tiempo de carga que queda dentro de lo esperado por la capacidad de la batería y que quizás ayuda a quitar un poco esa espinilla de que se podría haber sacado más jugo a la batería de este terminal (¿quizás así el A2 Lite tiene un recurso más para poder brillar sin quedar ensombrecido por su hermano mayor? Quién sabe).
Audio: el adiós al jack de audio aún trae cola (aunque regalen el adaptador)
A nivel físico, el Xiaomi Mi A2 no obliga a nadie a renunciar a sus auriculares sin cable, dado que aunque prescinde del jack de audio en el pack del terminal se entrega un adaptador. Esto cambia con respecto al Mi A1, dejando que el Lite sea el A2 que incluye este puerto, y habiendo en su lugar el USB tipo C para auriculares con esta conexión, bien con el adaptador o bien tirando de Bluetooth si preferimos no recurrir a la salida mono del altavoz (ubicado también en la base).
La calidad del audio tirando de éste es aceptable, bien a nivel de matices y con la profundidad justa para que podamos tenerlo tirando de altavoz sin que haya sonidos metálicos o bajos de calidad. La pérdida de la misma se produce si tiramos de volúmenes por encima del 70%, pudiendo percibir alguna vibración que empeora ligeramente la experiencia.
Volumen no le falta, de hecho en este aspecto logra destacar. Con nuestras pruebas habituales llega a 117 decibelios ajustando el volumen al máximo, lo cual da de sobra para tenerlo como altavoz externo y ambientar una estancia sin necesidad de llegar a este tope (que no conviene por lo que hemos comentado de la calidad).
Para los auriculares hay una buena noticia y una mala. Para los de cable tenemos una herramienta específica de Xiaomi que permite adaptar en cierto grado la experiencia seleccionado el tipo de auriculares (aunque si no son de Xiaomi las posibilidades se reducen y en nuestro caso no hemos activado ningún ajuste), pero para los Bluetooth no tenemos compatibilidad para los códecs aptX y LDAC, con lo cual se pierde el plus de calidad auditiva que supone, sin que tampoco sea una experiencia pobre.
De hecho, si no somos exigentes en este sentido con auriculares siempre tendremos una experiencia mejor que tirando de altavoz externo. Pero en general en este apartado se defiende bien, sin sobresalir pero sin tampoco dar una experiencia demasiado empobrecida pese a las carencias.
Xiaomi Mi A2, la opinión de Xataka
El puesto a aspirar no era el de llamar la atención, tampoco el de carraspearle fuerte a cierto rival o el de destacar por un diseño novedoso o algo distintivo: el Xiaomi Mi A2 nacía ya con el deber de ser el móvil ganga, el móvil a recomendar si se pregunta por un "bueno-bonito-barato" y el digno sucesor de un exitoso Mi A1, colocado entre los más vendidos del mundo durante algunos meses como vimos al repasar los datos de Counterpoint.
Es difícil repetir estos fenómenos (que se lo digan a Nokia con el Nokia Lumia 520 o a Motorola con el Moto G de primera generación), pero lo básico es que los ingredientes den una buena experiencia manteniendo el precio. A eso hay que añadirle necesariamente una evolución que motive tanto su lanzamiento como su compra, y en este caso hay luces y sombras a este respecto.
Tenemos un procesador superior y más RAM disponible, lo cual siempre es atractivo si además tenemos la seguridad que en cierto modo da tener Android puro a nivel de fluidez, estabilidad y que nos pueda resultar quizás más familiar (según lo que hayamos tenido previamente). Eso sí, Xiaomi tiene las manos atadas aquí (como cualquier fabricante que opte por Android One) y la personalización será la mínima, saliendo perdiendo a nivel de experiencia de usuario en cuanto a la personalización.
Tenemos una evolución en la pantalla que da mejor experiencia y que favorece que el FullHD+ se extienda en la gama media. Y tenemos un USB tipo C, que aunque implica que haya cierta transición en los cables que los usuarios tienen en casa también contribuye a que las gamas inferiores evolucionen en cuestión de conectividad.
Pero no tenemos jack de audio ni teleobjetivo. Dos aspectos que gustarían en mayor o menor grado en el Mi A1 y que pueden ser quizás un motivo en contra para optar por el Mi A2 Lite, que tampoco lleva teleobjetivo pero por un precio menor mantiene el jack y unas características muy similares a las del Mi A1. Y de nuevo los Mi A vienen sin NFC, lo cual se esperaba al no llevarlo el Mi A1.
Pese a lo que podamos echar en falta, el Mi A2 es un móvil que sí que aspira a ese ansiado puesto de "recomendación estrella" porque aporta una muy buena experiencia, sin lags, sobrecalentamiento y con una autonomía satisfactoria, así como el desempeño de las cámaras. El Lite también competirá por ese puesto, pero si el perfil de usuario es algo más exigente la posibilidad de tener todo esto con 6 GB es bastante cautivadora teniendo en cuenta precios de rivales como el Moto G6 Plus o el Samsung Galaxy A6+.
8.4
A favor
- El diseño se ha actualizado sin caer en todas las modas, manteniendo comodidad y ergonomía.
- La pantalla tiene la resolución adecuada.
- La fluidez es una constante y no se calienta apenas.
En contra
- La autonomía no es mala ni mucho menos, pero podría haber mejorado más con respecto al Mi A1.
- Una lástima que no se completado el apartado del audio al máximo.
- Se nota la pérdida del teleobjetivo, aunque los resultados son más que aceptables con la cámara.
Xiaomi MI A2 - Smartphone DE 5.9" (Qualcomm Snapdragon 660 a 2.2 GHz, RAM de 4 GB, Memoria de 64 GB, cámara Dual de 12/20 MP, Android) Color Dorado [Versión española]
El teléfono ha sido cedido para las pruebas por Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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