Los purificadores de aire parecen haber llegado para quedarse. El desembarco de las marcas chinas en el mercado de los electrodomésticos europeo ha provocado que actualmente podamos encontrar en las tiendas un abanico de dispositivos de este tipo mucho más extenso de lo que hace unos pocos años habríamos podido imaginar. Lo alejados que están unos diseños de otros y su enorme variedad de precios resultan sorprendentes, pero, sobre todo, asombra la tecnología que es necesario poner a punto para que estos dispositivos cumplan lo que prometen.
Y es que eliminar la mayor parte de las partículas y las impurezas suspendidas en el aire que respiramos es un auténtico desafío. Por un lado es necesario elaborar un filtro que sea capaz de retener partículas con un tamaño sensiblemente inferior a 1 micra (el grosor de un pelo humano oscila entre 15 y 170 micras). Y, además, también es importante contar con un sensor que sea capaz de monitorizar con precisión el grado de contaminación del aire para actuar de forma dinámica sobre el régimen de funcionamiento del purificador. Este producto de Xiaomi cuenta, sobre el papel, con estas dos bazas. Y también tiene un precio atractivo, así que no nos hemos podido resistir a ponerlo a prueba para comprobar si está realmente a la altura de lo que promete.
Xiaomi Mi Air Purifier 3H: especificaciones técnicas
Los purificadores de aire no suelen requerir que les prestemos mucha atención. Lo deseable es que se interpongan en nuestra rutina diaria lo mínimo posible, y para lograrlo suelen incorporar un modo de funcionamiento automático que adecua su capacidad de filtrado al nivel de contaminación del aire en un momento determinado. Este modelo de Xiaomi incorpora esta función, pero, al igual que otros purificadores de esta marca, tiene una pantalla OLED, táctil y circular a la que podemos recurrir para actuar sobre su funcionamiento o averiguar en qué modo está trabajando (como veremos más adelante también es posible administrar el comportamiento del purificador utilizando una app que podemos instalar en nuestro smartphone).
El parámetro CADR ('Clean Air Delivery Rate') nos indica el caudal de aire que el purificador es capaz de tratar en una hora. Este dispositivo de Xiaomi procesa 380 m³ de aire en este plazo de tiempo
Según Xiaomi, el filtro que se responsabiliza de eliminar del aire los elementos contaminantes es capaz de capturar partículas con un tamaño mínimo de 0,3 micras, lo que, como hemos visto dos párrafos más arriba, nos indica que pueden ser mucho más pequeñas que el grosor de un pelo humano. Si nos ceñimos a esta cifra es evidente que su capacidad de filtrado, sobre el papel, es muy respetable. De hecho, la capacidad de retención de partículas de este filtro HEPA (este acrónimo anglosajón significa 'filtro de partículas del aire de alta eficiencia') es similar a la de los filtros que se utilizan para tratar el aire de las cabinas de los aviones, de las salas blancas industriales y de las habitaciones críticas de los hospitales.
En la tabla que tenéis debajo de estas líneas podéis ver que aparecen dos campos denominados CADR con los que probablemente la mayor parte de los usuarios no estamos familiarizados, por lo que merece la pena que repasemos en qué consisten. La sigla CADR procede del término en inglés Clean Air Delivery Rate, y nos indica el caudal de aire que el purificador es capaz de tratar en una hora. Como podéis ver en la tabla, este dispositivo de Xiaomi consigue retener el 99,97% de las partículas suspendidas en el aire que miden 0,3 micras o más. Además, es capaz de procesar 380 m³ de aire en una hora, y también consigue eliminar el formaldehído de 60 m³ de aire en ese mismo plazo de tiempo (el formaldehído es una sustancia incolora que está presente habitualmente en los muebles de madera, los materiales aislantes y otros elementos que todos tenemos en casa).
XIAOMI MI AIR PURIFIER 3H | Características |
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PANTALLA | OLED táctil circular con un diámetro de 52 mm |
TIPO DE FILTRO | HEPA cilíndrico de 360° y tres capas |
TAMAÑO MÁXIMO DE LA HABITACIÓN A PURIFICAR | 45 metros cuadrados |
CADR (PARTÍCULAS) | 380 m³/h |
CADR (FORMALDEHÍDO) | 60 m³/h |
ELIMINACIÓN DE PARTÍCULAS DE 0,3 μm | 99,97% |
NIVEL DE RUIDO MÁXIMO | 64 dB |
VIDA ÚTIL DEL FILTRO | De 6 a 12 meses |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 802.11b/g/n |
ASISTENTES DE VOZ SOPORTADOS | Google Assistant y Amazon Alexa |
DIMENSIONES | 240 × 240 × 520 mm |
PESO | 4,8 kg |
PRECIO | 199 euros |
Xiaomi Mi Air Purifier 3H Purificador de Aire
El filtro de partículas: el auténtico corazón de este purificador de aire
El filtro que Xiaomi ha puesto a punto para este purificador es un dispositivo con forma de cilindro hueco que está constituido por tres capas de distinto material, de manera que cada una de ellas tiene la responsabilidad de capturar partículas en un rango de tamaños diferente. La capa más externa tiene forma de rejilla y se encarga de retener los elementos suspendidos en el aire de mayor tamaño, como los pelos, el polvo, el polen o las fibras de algodón y papel, entre otras partículas. La segunda capa, la intermedia, es un filtro HEPA que se responsabiliza de capturar, según Xiaomi, hasta el 99,97% de las partículas que tienen un tamaño de hasta 0,3 micras, así como de retener partículas con un tamaño mínimo de 0,1 micras. Su capacidad de filtrado de estas últimas partículas no es tan alta como la de retención de las que miden 0,3 micras o más.
Esta capa intermedia del filtro es la responsable de lidiar con buena parte de los alérgenos que afectan a muchas personas, especialmente durante los meses de primavera. Y también con las partículas que contiene el humo del tabaco. Pero esto no es todo. El tamaño de las bacterias oscila entre 10 y 0,2 micras (los científicos hipotetizan que también hay unas nanobacterias que son aún más pequeñas), y el diámetro de los virus se mueve entre 0,5 y 0,02 micras, lo que nos indica que este filtro HEPA debería ser capaz de capturar la mayor parte de las bacterias y un abanico respetable de virus (los que tienen un diámetro inferior a las 0,1 micras conseguirán atravesarlo).
Aún nos queda examinar qué hace la tercera capa del filtro, la más interna. Podéis ver qué aspecto tiene en la siguiente fotografía de detalle. Esta capa es un filtro de carbón activo diseñado para absorber el formaldehído (es la sustancia de la que hemos hablado unos párrafos más arriba), los compuestos orgánicos volátiles que suelen ser responsables del mal olor y algunas otras sustancias nocivas, como, por ejemplo, el tolueno, un hidrocarburo tóxico que se utiliza como disolvente en la pintura y que también está presente en muchos de los revestimientos que tenemos en casa.
El aire que el filtro debe depurar accede al interior del purificador a través de unos orificios practicados en las paredes laterales del dispositivo. Desde un punto de vista estético este diseño queda muy bien, pero lo que realmente hace importantes a estos pequeños agujeros es que favorecen la circulación del aire desde el exterior hacia el interior del purificador como resultado de la diferencia de presión generada por el ventilador centrífugo alojado dentro del dispositivo. Según Xiaomi este ventilador consigue desplazar un caudal de 6.330 litros de aire por minuto cuando trabaja a la máxima potencia, una cifra que en teoría parece suficiente para mantener depurado el aire de una habitación con un tamaño considerable (la marca china asegura que este purificador puede procesar el aire de salas de hasta 45 metros cuadrados).
La diferencia de presión que el ventilador centrífugo genera dentro del dispositivo frente a la que hay en el exterior provoca que entre una gran cantidad de aire a través de los orificios de las paredes. Al acceder al interior del aparato el aire se ve obligado a atravesar el filtro de partículas, y justo después se desplaza hacia arriba a través de un conducto de aire presurizado que tiene las paredes pulidas para ofrecer la menor resistencia posible al desplazamiento del flujo de aire. Cuando llega a la parte superior del purificador el aire limpio sale al exterior del aparato a través de una rejilla que ocupa prácticamente toda su superficie (mide 240 x 240 mm).
Utilizarlo es «pan comido» tanto desde la app como desde la pantalla OLED
Como os he adelantado en los primeros párrafos de este análisis podemos actuar sobre el funcionamiento de este purificador de aire de dos formas diferentes: utilizando la app Mi Home de Xiaomi, que está disponible tanto para Android como iOS, o bien recurriendo a la pantalla OLED circular alojada en la parte superior del panel frontal del dispositivo. La app incorpora un asistente que nos guiará a través del procedimiento que debemos seguir para conectar el purificador a nuestra red inalámbrica, pero en esencia lo único que debemos hacer es activar la conexión bluetooth del móvil y colocarnos cerca del purificador para que el smartphone pueda transferirle los parámetros de conexión a la red WiFi.
Un consejo importante que puede ahorraros quebraderos de cabeza si compráis este producto de Xiaomi: para que la conexión entre nuestro teléfono móvil y el purificador de aire se lleve a cabo con éxito es imprescindible que nos cercioremos de que la app Mi Home tiene permiso para utilizar la geolocalización de nuestro móvil (habitualmente podemos comprobarlo desde Ajustes/Aplicaciones/Xiaomi Home). De lo contrario la conexión no se llevará a cabo con éxito y no podremos conectar el purificador a nuestra red WiFi. Esto no significa que no podamos utilizarlo. Podemos hacerlo, pero solo lo controlaremos desde la pantalla OLED integrada, y no desde la app que nos permite manipularlo desde nuestro teléfono móvil.
Como podéis ver en las capturas que publicamos debajo de estas líneas, la pantalla principal de la app refleja la calidad del aire de la habitación en la que hemos instalado el purificador, la temperatura ambiental y el porcentaje de humedad del aire. Desde aquí también podemos encender y apagar el aparato a distancia, así como activar cualquiera de los cuatro modos predefinidos de funcionamiento que implementa: automático (el propio purificador adapta su régimen de filtrado a las características que tiene el aire en un instante determinado), reposo (reduce el régimen de giro del ventilador para emitir un nivel de ruido mínimo y no molestarnos durante la noche), velocidad variable (nos permite forzar la velocidad a la que debe procesar el aire eligiendo entre tres intensidades diferentes) y favorito (para predefinir las condiciones de trabajo del aparato a nuestro gusto).
La pantalla OLED alojada en el panel frontal del purificador nos ofrece de un vistazo esencialmente la misma información que podemos encontrar en la app de Xiaomi: la calidad del aire, la temperatura ambiental, el porcentaje de humedad y el modo de funcionamiento. Si la calidad del aire es alta el anillo que podemos ver en la parte inferior de la pantalla adquirirá el color verde; si es media se volverá naranja; y, por último, si la calidad del aire es baja el anillo será de color rojo. El número de la parte superior de la pantalla contabiliza la cantidad de partículas PM2.5, que es un sistema de clasificación de las partículas que atiende a su diámetro.
El valor PM es un parámetro que se utiliza para clasificar las partículas de pequeño tamaño evaluando su diámetro. Este purificador cuantifica las partículas PM2.5, que tienen un diámetro de 2,5 micras o menos
Las partículas PM2.5 tienen un diámetro de 2,5 micras o menos, por lo que podemos inhalarlas con facilidad. Si el purificador percibe que el aire contiene menos de 75 μg/m³ de estas partículas el anillo se volverá de color verde para indicarnos que el aire que estamos respirando tiene buena calidad. Si la cantidad de partículas PM2.5 oscila entre 75 y 150 μg/m³ el anillo se volverá de color naranja. Y si la cantidad de partículas es superior a 150 μg/m³ el anillo adquirirá el color rojo para indicarnos que el aire que estamos respirando contiene un nivel alto de partículas en suspensión, y, por tanto, tiene mala calidad.
En el panel posterior del purificador de aire reside un botón que podemos utilizar para apagar la pantalla OLED cuando queramos que deje de emitir luz. Esta prestación es interesante si lo colocamos en un dormitorio y no queremos que la luz que emite la pantalla nos moleste durante la noche. Un apunte interesante: el pequeño orificio que podéis ver en la siguiente fotografía de detalle, justo a la izquierda del botón de encendido y apagado de la pantalla, delata la ubicación del sensor que se responsabiliza de medir la temperatura y la humedad de la habitación.
Rendimiento en combate: así es como hemos logrado ponerlo en apuros
Si hay un componente que puede discutir al filtro de partículas su protagonismo en este purificador de aire ese es, sin duda alguna, el sensor láser que se esconde al otro lado de la rejilla que podéis ver en la siguiente fotografía de detalle. Este sensor tiene la responsabilidad de identificar y contabilizar las partículas PM2.5 suspendidas en el aire para adecuar en tiempo real el régimen de trabajo del dispositivo a la calidad que tiene el aire en un instante determinado. Cuando activamos el modo de funcionamiento automático este sensor comienza a monitorizar la calidad del aire, de manera que la información que recoge es utilizada por el software del purificador para ir regulando de forma proactiva el régimen de giro del ventilador. Y, por tanto, también el caudal de aire que está siendo procesado por el dispositivo.
Poner a prueba un purificador de aire no es sencillo, sobre todo si vives alejado de una gran ciudad y a solo 50 metros de distancia de un pinar enorme que actúa como un gigantesco pulmón «verde». Cuando conecté este purificador de aire a mi red inalámbrica y lo configuré comenzó a medir un valor PM2.5 de solo '001', lo que significa que el aire que respiro habitualmente en mi casa tiene solo 1 μg/m³ de estas partículas en suspensión. Aun así, no estaba dispuesto a renunciar a la posibilidad de someterlo al máximo estrés posible, así que se me ocurrió recoger polvo y polen en cantidad suficiente para que afectase sensiblemente a la calidad del aire de la habitación en la que había instalado el purificador. Y sí, me salí con la mía.
Lo arrojé al aire en la esquina opuesta de la habitación para comprobar cuánto tiempo tardaba el sensor láser del purificador en identificar lo que había sucedido, y en solo 20 segundos el ventilador centrífugo empezó a aumentar su régimen de giro automáticamente para incrementar el caudal de aire que estaba procesando el filtro. La pantalla OLED pasó de reflejar el valor PM2.5 '001' habitual y su anillo de color verde a anotar un valor '086' y teñir el anillo de naranja chillón. El aire había pasado de contener solo 1 μg/m³ de partículas en suspensión a estar saturado con 86 μg/m³. Poco a poco el filtro fue depurando el aire y aproximadamente treinta minutos después la pantalla OLED reflejaba de nuevo el valor '001' habitual. El purificador había salido airoso de esta prueba.
Aún me faltaba algo más: examinar el filtro para comprobar de primera mano adónde habían ido a parar las partículas de polvo y polen que había vertido en el aire unos minutos antes. Por su diámetro lo lógico es que la mayor parte de ellas fuesen capturadas por la segunda capa del filtro, que no queda expuesta a la vista, pero estaba seguro de que algún resto de mayor tamaño tenía que haber sido detenido por la rejilla que conforma la primera capa del filtro. Y así fue. En la siguiente fotografía podéis ver algunas fibras de cierto tamaño que quedaron alojadas en la superficie del filtro, y que, por tanto, no llegaron a penetrar en su interior.
El filtro de partículas dura, según Xiaomi, entre 6 y 12 meses, y cada recambio tiene un precio aproximado de 35 euros
Esto nos invita a plantearnos una pregunta importante: ¿cuánto dura el filtro de este purificador de aire? Según Xiaomi su vida útil oscila entre 6 y 12 meses, y cada recambio cuesta algo más de 35 euros. Sabremos que ha llegado la hora de cambiarlo cuando el software del purificador nos lo indique, bien notificándonoslo a través de la pantalla OLED (cada vez que lo encendemos nos indica el porcentaje de degradación del filtro de partículas), bien a través de la app que hemos instalado en nuestro teléfono móvil.
Otra característica importante de los purificadores de aire a la que a los usuarios nos interesa prestar atención es su nivel de emisión de ruido. Lo más razonable es que tengamos este aparato encendido la mayor parte del día en modo automático, por lo que si emite más ruido de la cuenta puede llegar a resultar molesto. Incluso puede someternos a un cierto grado de estrés sin que nos demos cuenta. Afortunadamente, este dispositivo de Xiaomi es razonablemente silencioso. Si forzamos al ventilador a actuar con el máximo régimen de giro el ruido, lógicamente, se incrementa, pero si lo mantenemos en automático durante la mayor parte del tiempo el ruido que emite oscila entre 37 y 39 dB. No lo percibiremos a menos que nos acerquemos y prestemos atención. Para medir el ruido utilicé mi habitual sonómetro de referencia Velleman DVM805.
Llegamos a la última prueba: la medición de su consumo. En las especificaciones de este purificador Xiaomi anuncia un consumo máximo de 38 vatios, y yo he medido con mi consumómetro alrededor de 27,2 vatios en condiciones normales de funcionamiento, que se dan cuando el ventilador no se ve forzado a trabajar con su máximo régimen de giro. No es un consumo despreciable, pero, sin duda, es una cifra asumible siempre y cuando constatemos que un dispositivo como este tiene un impacto beneficioso en la calidad del aire de nuestro hogar.
Xiaomi Mi Air Purifier 3H: la opinión de Xataka
Este purificador de aire cumple su cometido. Desafortunadamente no tengo el equipamiento necesario para averiguar si es tan eficaz en el proceso de eliminación de las bacterias y los virus como promete Xiaomi (esta prestación solo se puede evaluar con precisión utilizando equipos de laboratorio a los que no es fácil tener acceso), pero si nos ceñimos a su capacidad de retención de fibras, polvo, polen y malos olores, funciona. Lo he probado durante tres semanas y no solo me ha dejado un buen sabor de boca por su rendimiento (una curiosidad: una vez instalado se nota muchísimo que se acumula menos polvo sobre los muebles); también me convencen su diseño y su comedido nivel de emisión de ruido.
La única pega de cierta entidad que puedo ponerle es que me parece un dispositivo voluminoso. Su planta no es excesiva (mide 24 x 24 cm), pero tiene 52 cm de altura y no debe colocarse pegado a una esquina, por lo que es posible que en algunas habitaciones nos veamos obligados a emplazarlo en una ubicación en la que puede estorbar. También es importante que consideremos el precio de los recambios del filtro. Los poco más de 35 euros que cuesta cada uno de ellos no parecen excesivos si cambiamos el filtro una vez al año, pero si nos vemos obligados a renovarlo cada seis meses es posible que algunos usuarios lo descarten. Eso sí, este es todo el mantenimiento que requiere. Lo único que debemos hacer es aprovechar para limpiar el compartimento del filtro cuando lo cambiemos.
En mi opinión las personas que viven en el campo u otras zonas con un nivel de contaminación atmosférica reducido pueden prescindir de un dispositivo como este, a menos que sean alérgicas al polen, los ácaros u otros elementos que pueden quedar suspendidos en el aire. En este caso sí podrían beneficiarse de un purificador como este. Pero se lo recomendaría sin dudarlo un instante a cualquier persona que viva en el centro de una gran ciudad, sobre todo si, además, padece alguna alergia similar a las que acabo de mencionar. Este purificador de aire, u otro con unas prestaciones equiparables, podría tener un impacto beneficioso en su salud. Honestamente, creo que en estas circunstancias merece la pena dar una oportunidad a este tipo de dispositivos.
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
Xiaomi Mi Air Purifier 3H Purificador de Aire
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