Aunque su relevancia viene determinada principalmente por sus smartphones (ahí está el Xiaomi Mi5 de este año), Xiaomi ha creado un catálogo de productos secundarios de gran éxito uniendo precio muy bajo y buen diseño. Las pulseras de actividad es uno de los ejemplos más claros.
La Xiaomi MiBand 2 es la nueva versión que viene a completar la gama de pulseras cuantificadoras del fabricante chino. Este modelo mejora a las versiones anteriores con la inclusión de una pantalla OLED, la principal novedad y a la cual hemos prestado especial atención en nuestro análisis de la MiBand 2 de Xiaomi. ¿Dónde está el secreto de una pulsera completa en especificaciones a menos de la mitad de precio de la competencia? Os lo contamos en nuestra review, vídeo incluido.
MiBand 2, review en vídeo
De no tener presencia a situarse primero en segunda posición y luego en tercer lugar entre los vendedores de wearables, solo por detrás del gigante Fitbit y el Apple Watch. El por qué de esta incursión tan contundente en un segmento competido y nuevo está en el bajísimo precio de las dos primeras pulseras de Xiaomi al tiempo que cubren con lo básico de la medición de actividad.
La MiBand 2 sube ligeramente el precio de los primeros modelos (40 dólares con el cupón GBMI2 en Gearbest) pero pese a todo sigue ofreciendo unas características muy interesantes a cambio de lo que pagamos por ella.
Como os he comentado, la principal novedad de la pulsera Xiaomi MiBand 2 es la llegada de la pantalla OLED, que se suma al sensor de frecuencia cardíaca del modelo anterior. De cómo funciona la MiBand 2, la aplicación y sus evoluciones, el diseño de la pulsera y la fiabilidad del sensor de pulso nos hemos encargado en nuestro análisis. Y nada mejor que empezar con un vídeo donde verla en funcionamiento.
Diseño básico, cómodo y olvidable
Si con la reciente Fitbit Alta y otras pulseras hemos apreciado un giro hacia el accesorio de moda en el que poder abarcar más mercado y no sólo el de deportistas, con la Xiaomi MiBand 2 volvemos a tener que hablar de un diseño básico.
La pulsera barata de Xiaomi ha aumentado ligeramente su tamaño para dar cabida a la pantalla, pero sigue resultando muy cómoda y ligera. El material de fabricación de la pulsera ha mejorado, ahora es de goma más flexible, algo muy de agradecer aunque sigue transmitiendo la idea de un acabado menor comparado con la competencia, algo que se compensa con las pulseras de colores. La negra es bastante olvidable.
La Xiaomi MiBand 2 se compone de pulsera y sensor, donde va incluido el medidor de frecuencia cardíaca y la pantalla. El cierre es seguro y fácil de gestionar, aunque requiere de un cierto uso para "domesticar" la goma y realizar esta acción de forma más rápida.
Xiaomi mantiene la resistencia al agua, con perfil IP67, en esta nueva pulsera. Significa que no hay problema con la lluvia o la suciedad, e incluso podría sumergirse durante media hora hasta un metro de profundidad. En la realidad supone que no tendremos que quitárnosla cuando nos duchemos. Sin medición de la actividad de natación, es lo menos que debemos pedirle hoy en día a una pulsera cuantificadora. Y ahí Xiaomi ha cumplido incluso con su precio reducido.
Pantalla sí, pero muy limitada
La principal diferencia de la MiBand 2 es la inclusión en su ficha de especificaciones de una pantalla. Era la evolución lógica tras añadir el sensor de ritmo cardíaco en la segunda generación, la cual probamos a finales del año pasado.
La pantalla de la nueva MiBand 2 tiene buen tamaño y la tecnología que usa es OLED. Hasta aquí todo correcto. Pero cuando nos ponemos en marcha con ella nos encontramos con bastantes compromisos que le restan una parte del valor de tener pantalla a esta pulsera que mide nuestra actividad.
De entrada la pantalla solo puede leerse en vertical, lo que le quita bastante sentido a su tamaño. En interior se ve perfecta, suficientemente nítida, pero pronto chocamos con un inconveniente importante: no hay regulación de la intensidad de la luminosidad de la pantalla, lo que provoca que en completa oscuridad sea molesta.
Nos ha resultado bastante molesto girarse en la cama y que detecte que movemos la muñeca y haya una fuente de luz excesiva y desagradable para la vista. También nos pasó que en lugares oscuros como el cine y en los que quizás queremos solo consultar la hora, el efecto es el de una luz bastante potente que curiosamente no es suficiente en exteriores, donde la visibilidad es muy reducida y complicada con luz directa. Lo que sí que parece haber solucionado Xiaomi es la potencia de los LEDs de medición del pulso, y ahora, por las noches, si se produce una medición, no hay una potente luz verde bajo nuestra piel.
La pantalla se enciende de forma automática al girar la muñeca si así se lo indicamos (funciona muy bien la detección del giro), o de forma manual por medio de un botón táctil. Aquí nos gusta que no se haya implementado la tecnología táctil en la propia pantalla porque el botón realmente funciona muy bien y creo que facilita mucho la gestión de la pantalla, aunque no es difícil pulsarlo de forma accidental y que se active sin pretenderlo debido a su alta sensibilidad. Que se hubiera implementado de tipo físico no nos habría importado.
Lo que la pantalla muestra al pulsar el botón táctil lo podemos decidir mediante la aplicación. Ahí como máximo podemos indicar que con cada toque se nos muestre la hora, pasos, distancia, calorías, ritmo cardíaco y batería restante.
Batería cada vez más cerca de la competencia
Obviar la llegada de la pantalla a sus wearables anteriores permitió a Xiaomi dotarlos de una batería sin igual entre los rivales que no optaban por pilas. Pero la nueva MiBand 2 ha retrocedido en este aspecto. Pese a ello sigue quedando destacada en duración de batería.
En nuestra prueba con bastantes notificaciones y consultas de la pantalla, que estaba en modo de activación con giro de la muñeca, hemos conseguido una descarga de batería de menos del 10% por día, lo que nos ha permitido alcanzar unos 9-10 días de uso continuado.
Es la mitad de lo que promete Xiaomi, cifra que quizás podríamos alcanzar si no usamos la medición de pulso así como bloqueando alguna opción o apenas recurriendo a la pantalla. El modo de reposo es realmente ahorrador en energía. Pero en nuestra prueba, que creemos que queda bastante ajustada a la realidad del día a día con un cuantificador de este tipo, son diez días como máximo.
Lo que no arregla Xiaomi es la obligación de retirar el núcleo de la pulsera para recargarlo. Aunque no haya que hacerlo más de una vez por semana, es un incordio y puede que a la larga afecte a la resistencia de la pulsera.
Respecto a la medición del ritmo cardíaco, sigue sin ser de las más acertadas del mercado, pero puntualmente nos puede valer. Es muy rápida midiendo, y bastan unos pocos segundos para tener esa medición. Pero no es una medición continua, lo que le ayuda a ahorrar bastante batería pero nos deja sin el dato de pulsaciones media durante el día que algunos usuarios pueden querer para su cuantificador. Y a poco que quieras tomarte en serio la medición de pulsaciones mientras haces ejercicio, no pienses en este modelo de Xiaomi.
Aplicación que progresa adecuadamente
Aunque la MiBand 2 cuente con pantalla, la aplicación MiFit es el verdadero lugar donde los datos que la pulsera recoge cada día se deben revisar. Si solo quieres recopilar pasos o calorías, incluso el sueño, la aplicación de Xiaomi es suficiente. Está bien diseñada, tiene buenas gráficas y datos sobre pasos pero la traducción al español (en iOS directamente aparece en inglés) no está afinada al 100% en la versión para Android. Hay trozos que mezclan español con inglés pero es más completa que en iOS al menos en aplicaciones de terceros compatibles.
La sincronización, tanto en Android como en iOS, peca de pesada en ocasiones. La detección de actividades de forma automática se limita a caminatas y el sueño. Del primer caso para Xiaomi una actividad de andar es apenas cuando damos 100 pasos, y en el caso del sueño, no me ha convencido su fiabilidad. No hay que indicarle cuando nos acostamos, pero en nuestras pruebas nos determinaba que el tiempo de sofá por la noche estábamos ya durmiendo cuando otros modelos como la Fitbit que probamos hace poco sí supo que todavía no estábamos dispuestos a dormir. No es una cuantificación sencilla la del sueño y aquí Xiaomi tiene bastante margen de mejora en el desarrollo de los algoritmos.
La parte social ha mejorado, y podemos de forma sencilla compartir logros y acumular días superando nuestros objetivos para obtener récords. También es posible compartir con amigos un código QR con el que ellos nos podrán seguir y empezar a conocer nuestra evolución.
Respecto a las notificaciones, podemos configurarlas con email, llamadas, mensajes o incluso WhatsApp, pero pensando excepto en este último caso en productos y aplicaciones de la propia Xiaomi.
Las notificaciones de llamadas o whatsapps son las que más hemos usado, y efectivamente nos dejan una vibración clara cuando ocurre, pero no hay más que icono de mensaje o llamada en la pantalla, ni tan siquiera identificación de quién es, lo que hace que pierda casi todo su valor y nos haga preguntarnos para qué, además de ver la hora, se ha incluido la pantalla en esta MiBand 2. Una buena implementación es que para detener la vibración por una llamada basta con pulsar el botón capacitivo.
Si pretendes introducirte en el mundo de la cuantificación con apenas datos de los pasos que das, la suma de comodidad (con resistencia al agua incluida) y autonomía unida al precio bajo es toda una tentación, pero es cuando valoras la utilidad de la pantalla, la aplicación o precisión de la medición de ritmo cardíaco es cuando conviene que valores otras opciones más caras pero bastante más completas si quieres medir tu actividad o sueño de forma seria. O que te quedes con los modelos anteriores de Xiaomi, en los que la relación calidad-precio no tiene igual.
La pulsera ha sido cedido para la prueba por parte de Gearbest. La puedes conseguir por (40 dólares con el cupón GBMI2) Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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