Mientras que en España BlaBlaCar está siendo investigada por el Ministerio de Fomento, en toda Europa su situación es muy distinta. Según cifras proporcionadas a QZ por esta empresa que fomenta el compartir coche, en la actualidad posee más de 9 millones de usuarios. No aclaran si se trata de personas activas o que simplemente se han registrado (posiblemente lo segundo), pero aseguran además estar teniendo un gran éxito en los mercados donde se está expandiendo. Más de 1 millón de usuarios viajan con ellos todos los meses.
En la actualidad, BlaBlaCar tiene presencia en 12 países pero en sus planes está el llegar a todavía más sitios. A comienzos de julio, la compañía cerró una ronda de inversión de 100 millones de dólares. Con la ayuda de este dinero planean expandirse a nuevos territorios, como Turquía, Brasil e India. Respecto a su interés por los mercados emergentes, el fundador lo explicaba en una reciente entrevista: "Estamos conectando ciudades que no tienen trenes. Estamos creando una infraestructura que no existe allí".
Se refiere, por ejemplo, a Turquía y a Rusia. Concretamente, y respecto a Rusia, aseguran haber conseguido más de 250.000 nuevos usuarios en los apenas tres meses que lleva operando. Algo que tiene su mérito ya que, como él mismo indica, las ciudades allí están muy separadas entre sí. A nivel internacional, se estima que la media de los recorridos en Blablacar ronda los 320 kilómetros y el precio medio es algo inferior a 18 euros. La ocupación media de cada vehículo es de 2,8 personas, frente al promedio habitual que, según ellos, se encuentra en 1,6.
Y así está la situación en España
Lo comentábamos al principio, pero en España todavía no existe una resolución definitiva. BlaBlaCar es una empresa que te permite organizar viajes compartidos en coche. Si quieres ir de A a B, puedes buscar a alguien con un vehículo que haga ese recorrido y así ambos compartís los gastos del viaje. Recalco esto último: no existe ánimo de lucro por parte de los conductores, sino que se comparten gastos y los precios los recomienda la propia empresa, estableciendo un límite máximo. Otra de las diferencias con Uber es que aquí el conductor no hace viajes para transportar pasajeros, sino por otro motivo (el que sea) y aprovecha el viaje para llevar a alguien más, ahorrándose un dinero. Vamos, el compartir coche de toda la vida.
Sin embargo, hace unos meses ya que, desde la Federación de Nacional Empresarial de Transporte en Autobús (Fenebús) se pide el cierre de BlaBlaCar en España al considerar el servicio "competencia desleal". Culpan a servicios como éste de su pérdida de clientes, asegurando que como todos los que viajan en BlaBlaCar son clientes que dicha empresa les ha "robado". “La empresa debería tener las mismas autorizaciones que nosotros, tiene que ser una actividad regulada, necesitan aprobación administrativa”, aseguraba el director de Fenebús en una entrevista en Genbeta el pasado marzo.
Desde BlaBlaCar lo tienen claro: “Nosotros no fomentamos las posibilidades de lucro de ninguno de los conductores. Cuando hemos detectado algo así, que ha sido marginal, lo hemos bloqueado y dado de baja de nuestra red”. De hecho, en su propia web defienden que "Compartir Gastos es Legal" y le dedican una sección entera a explicarlo. Los motivos a los que hacen referencia es que no existe ánimo de lucro ni los usuarios que conducen se dedican al transporte de viajeros por cuenta ajena. Por aquel entonces hablamos con Vincent Rosso, director para España y Portugal, que nos contaba precisamente lo mismo: ellos no se dedican al negocio del transporte.
Pese a todo, las alarmas saltaron en pleno mes de junio, cuando el Ministerio de Fomento publicó un comunicado en su página web advirtiendo que transportar viajeros en vehículos particulares por cuenta ajena y con retribución económica era ilegal, siendo necesaria una licencia para tal actividad. Uber y BlaBlaCar pronto aparecieron en todos los titulares, aunque pronto desde Fomento se aclaró que se referían a servicios como Uber, dedicados al transporte de usuarios por cuenta ajena, y no a BlaBlaCar.
Desde Xataka consultamos a diversos abogados especialistas en el sector y todos parecieron coincidir en que, si bien existen varias formas de interpretar la legislación actual, podría considerarse como un "transporte personal" entre allegados en el que todos comparten los gastos del mismo. Pero ¿son los usuarios de BlaBlaCar "allegados"? No exactamente según la definición, y ahí puede aparecer uno de los problemas para la plataforma.
A comienzos de julio, una vez pasado todo el "jaleo", BlaBlaCar anunció un nuevo sistema de pagos: los usuarios tienen que reservar y pagar los viajes con antelación a través de la página, y no en mano al conductor como se hacía hasta ahora. Con el cambio también llega otra medida controvertida: las comisiones. Según explican, entre el 9 y el 12 por ciento de lo que paga cada pasajero lo cobra la compañía en concepto de gastos de gestión, lo que ha producido alguna que otra queja entre los usuarios.
Y después, ¿qué?
¿Significa todo esto que BlaBlaCar está a salvo en España? De momento parece que sí, aunque unos días después desde el Ministerio de Fomento solicitaron información a BlaBlaCar, como su estructura, el número de empleados y el número de coches. Fenebús se había quejado ante dicho Ministerio, solicitando el cierre del servicio. Según ElDiario.es, que cita a fuentes de la plataforma de coche compartido, se trata de un procedimiento administrativo del que todavía no conocemos su resolución. Toca esperar.
En Xataka | BlaBlaCar en el laberinto legal: por qué Fomento va tras Uber y permite el compartir coche
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