He dejado de instalar ROMs personalizadas. La razón: Android es mejor sistema que nunca

Me sigue encantando el mundillo de las ROMs personalizadas. Pero cada vez estoy más fuera de ellas

Ram
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Hubo un tiempo en el que prácticamente en cuanto sacaba un móvil de la caja, le cambiaba la ROM. A veces no era posible, ya que el dispositivo era muy nuevo y no tenía apenas comunidad detrás. Pero, en la mayoría de ocasiones, abrir HTCmania o XDA era un paraíso de opciones para personalizar el sistema operativo de mi teléfono.

Eran otros tiempos. Android ha tenido una evolución sencillamente espectacular en los últimos años. No solo a nivel de hardware, sino en todo lo relativo al sistema operativo. Hablar de MIUI, EMUI o TouchWiz hace diez años me da ciertos escalofríos: eran sistemas terribles, comparando con lo que tenemos a día de hoy.

La comunidad estaba mucho más viva. La época de CyanogenMOD, Paranoid Android y demás ROMs se vivió con bastante furor desde dentro. ROMs más actualizadas que las del propio fabricante, esa limpieza que nos alejaba de las pesadísimas ROMs que había por aquel entonces...

Cambiar la ROM era ganar en actualizaciones, fluidez e incluso funcionalidades -personalización, apps propias de las ROMS-, en la inmensa mayoría de casos.

No había tantas trabas con el bootloader. Cambiar la ROM tiene una importante barrera de acceso: desbloquear el bootloader. Hace unos años, salvando casos particulares como el de Samsung con su programa ODIN, la mayoría de teléfonos podían desbloquearse de forma sencilla. Algunos, incluso con un par de comandos.

A día de hoy, la cosa ha cambiado. Por ejemplo, para cambiar la ROM a un Xiaomi tenemos que esperar la friolera de 168h, una semana completa tan solo para poder desbloquear el bootloader.

Fabricantes como Google empiezan a poner trabas, capando funciones de IA en el caso de que desbloqueemos el bootloader -un problema si queremos hacer root, pero no cambiar la ROM- y, en general, todo es mucho más difícil que antes.

Las ROMs, cada vez más completas. Quien me iba a decir hace unos años que la ROM de Samsung iba a ser una de mis preferidas. Este es tan solo un ejemplo de cómo ha cambiado el software con el paso de los años, vitaminándose con funciones de IA y aplicaciones nativas de cada vez mayor calidad.

Lo mismo sucede con el soporte. Los fabricantes están empezando a brindar 4,5 y hasta 7 años de actualizaciones, algo impensable hace unos años.

Si a esto le sumamos la muerte de Pixel Experience, la mejor ROM para convertir un móvil Android en un Pixel, se me empiezan a acabar las razones -lo cual no significa que no siga habiendo- para destinar el tiempo que requiere a cambiar la ROM.

En mi caso particular. Por pura nostalgia, sigo con varios teléfonos que tienen ROMs. Un POCO F3 con Pixel Experience y hasta arriba de módulos de Xposed, un Pixel 6 con GrapheneOS... Pero, más allá de la curiosidad, cada vez me cuesta más animarme a instalar una Custom ROM en mi móvil personal.

Te invitamos a contarnos tu historia y actual relación con las ROMs, un mundillo en el que hay menos interés que hace unos años, pero que se resiste a morir.

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