X, la autodenominada red social de la libertad de expresión, se ha ido degradando poco a poco. No es que antes de la llegada de Elon Musk fuese una red social muy... amigable, que digamos, pero desde que el magnate la comprase, Twitter, ahora X, parece haber ido a peor. Bulos, desinformación, contenido de odio, moderación nula, un feed algorítmico enfocado a lo polémico y al contenido que busca generar interacciones (por eso de monetizar) y bots (que iban a desaparecer con el verificado de pago) campan a sus anchas y eso está pasando factura.
¿Qué ha pasado? Que los usuarios están abandonando la plataforma, aunque el contraste es curioso. Por un lado, medios de renombre como The Guardian o La Vanguardia han confirmado que dejarán de publicar activamente en X, y eso ya nos dice algo. El motivo, explican desde The Guardian, es que "X es una plataforma de medios tóxica". Desde La Vanguardia, por su parte, exponen que X "se ha convertido en una plataforma en la que encuentran en una caja de resonancia las teorías de la conspiración y la desinformación".
Por otro lado, desde X aseguran haber batidos récord de uso durante las elecciones de Estados Unidos con 942 millones de publicaciones. Elon Musk, por su parte, aseguró en mayo que X tenía más de 600 millones de usuarios activos mensuales de los cuales la mitad usaban la plataforma a diario. Sin embargo, no hay forma de corroborar esos datos, pero en cualquier caso hay un contraste particular: los usuarios abandonan la plataforma y las alternativas no dejan de crecer, pero en X todo parece bien.
¿Por qué? Porque además de haber tomado decisiones cuestionables, como hacer inservibles los bloqueos, X tiene un feed cuyo algoritmo promueve contenido cuestionable. Más allá de los memes y vídeos virales cuyo único fin es monetizar vía Twitter Premium, el algoritmo no parece tener problemas en impulsar contenido de odio, racismo, teorías de la conspiración, estafas con criptomonedas, contenido generado por IA, etc. La experiencia dista mucho de la que fue antaño.
Las alternativas crecen. Cada vez que Elon Musk / X tocan algo, sube el pan o, mejor dicho, el número de usuarios de estas alternativas. El caso de Bluesky es notable. El cierre temporal de X en Brasil, la apertura del registro, el cambio en la función de bloqueo y la victoria de Donald Trump (apoyado por Elon Musk) han disparado el número de usuarios de la plataforma, que ya suma más de 15 millones de usuarios registrados. Es una cifra lejana de los 600 millones que Musk asegura que tiene X, pero muy superior a la que había hace apenas unos meses.
Y luego tenemos Threads, cuyas estadísticas no son públicas. Lo que sí sabemos es que consiguió reunir a 100 millones de usuarios en solo unos días y que, actualmente, la cifra de usuarios registrados asciende a más de 275 millones. La red social parece gozar de buena salud, hasta el punto de que Meta se está preparando para monetizarla mediante publicidad, según The Information. Es algo que, tarde o temprano, iba a suceder.
En el caso de Mastodon hay dos grandes picos de crecimiento: la compra de Elon Musk y la caída que hubo en verano de 2023. Sin embargo, Mastodon, que tiene cerca de nueve millones de usuarios y alrededor de un millón de usuarios activos, no está creciendo. Se mantiene en sus cifras, pero no parece que la gráfica vaya hacia arriba.
El problema de entenderse. Lo bueno que tenía, y tiene, X es que todos los usuarios están en el mismo sitio: X. Si tu amigo está en X, puedes encontrarlo, seguirlo y que te siga. Ahora la tarta empieza a dividirse con usuarios en Threads, otros en Bluesky, otros en Mastodon, y la cosa se complica. Y lo hace porque mientras que Threads y Mastodon abogan por el fediverso y el protocolo ActivityPub, Bluesky apuesta por el Protocolo AT.
Son diferentes y Bluesky, a todos los efectos, no se entiende con Threads y Mastodon. Hay herramientas de terceros para conectar Bluesky con el fediverso pero son eso, herramientas de terceros.
No obstante, esto nos da una idea de por dónde van los tiros: plataformas con diferente nombre, funciones y opciones, pero interconectadas mediante protocolos abiertos para formar una verdadera plaza digital. La moderación será, sin lugar a dudas, un desafío, pero nadie dijo que plantarle cara a X y a su CEO, la persona más rica del mundo, fuese fácil.
Imágenes | Xataka
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