¿Quién no ha ido a un hotel y ha utilizado su propio teléfono como router para acceder a Internet? En muchas ocasiones es la forma más fácil de conectarse, ya bien sea porque la red no funciona bien (algo muy común) o porque ofrecen sólo Internet previo pago (algo que, por desgracia, también es bastante común). ¿Y si dicho hotel saboteara a propósito los puntos de acceso de sus clientes para que no te quede más remedio que pasar por caja?
Esto mismo es precisamente lo que hizo un hotel de la cadena Marriot en Tennessee (Estados Unidos). Después de que uno de sus usuarios escribiera una queja formal al darse cuenta de que su hotspot no estaba funcionando, desde la dirección de la compañía reconocieron que utilizaban un servicio que permitía monitorizar y anular la señal de estos puntos de acceso con el fin de "evitar que los clientes se conecten a Internet a través de sus redes Wi-Fi personales".
¿Cómo lo hacían? Si bien no han dado muchos detalles, se sabe que utilizaban un software específico que enviaba paquetes de desconexión, lo que en la práctica hacía que cualquier hotspot que no perteneciera al Marriot quedaba prácticamente inservible siempre que estuviera en sus instalaciones. Compartir la conexión a través de Wi-Fi entre varios dispositivos era, directamente, imposible.
Por supuesto, este tipo de inhibidores no están permitidos y la Federal Communications Commission ha puesto una multa de 600.000 dólares a la cadena Marriot, ordenándole además que cese de inmediato estas prácticas. En opinión de este organismo, es "inaceptable" que un hotel cape la conectividad de sus clientes haciéndoles pagar mucho (y doblemente) para que a cambio utilicen su propio servicio de Internet.
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