En un mundo donde las contraseñas más populares son 123456 y cadenas similares, ¿cómo convencer a la gente de que debe utilizar contraseñas únicas para cada servicio y, sobre todo, difíciles de adivinar o generar? Para la primera parte basta con recordar los últimos problemas de seguridad que hemos sufrido (el escándalo de Heartbleed o el ciberataque de eBay son los más recientes). Para lo segundo, Renee Verhoeven tiene una propuesta interesante.
Verhoeven es una estudiante de diseño cuyo proyecto de fin de carrera en el Royal College of Arts de Londres consistió en crear distintas propuestas conceptuales que proponen dar el relevo a las contraseñas tal y como las conocemos en la actualidad: se eliminan las letras, números y caracteres especiales para dar paso a otros códigos más fáciles de memorizar, como por ejemplo un conjunto de colores. Es lo que la diseñadora ha bautizado como ID Protocol.
Tras realizar un estudio sobre lo que los humanos conseguimos memorizar mejor, Verhoeven llegó a tres variables que podía aprovechar para su proyecto: movimiento, colores y contar una historia. En el caso de los colores, lo que propone esta estudiante es una especie de selector de tonalidades que se conecta al ordenador por USB. Al igual que haríamos con una caja fuerte tradicional, el usuario fijaría una combinación de colores y ésta sería la que tendría que utilizar a modo de contraseña.
Las otras dos opciones que propone siguen una filosofía similar: seleccionar en una especie de laberinto un patrón determinado o utilizar una plantilla que cuenta una historia para que el usuario sepa de manera fácil qué teclas pulsar y en qué orden. Eso sí: no parece que todos vayamos a tener pronto uno de esos selectores de colores conectado a nuestro ordenador. Se trata de una idea original, pero por ahora es sólo una propuesta.
Imagen | Renee Verhoeven
Vía | Wired
En Xataka | El desafío de superar el usuario/contraseña: alternativas actuales
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