Algunos de los recovecos de la alta fidelidad son inescrutables. El fin último de esta afición es ayudarnos a recrear en la intimidad de nuestro hogar unas emociones lo más similares posible a las que nos ofrecen los acontecimientos musicales en vivo. Pero lograrlo no es fácil. Nada fácil.
Los entusiastas solemos ser conscientes de lo importante que es cuidar el acondicionamiento acústico de nuestra sala de escucha, elegir bien nuestras cajas acústicas y conseguir que el equipo en el que vamos a reproducir nuestra música favorita esté bien equilibrado. Sin embargo, hay algo que a menudo pasamos por alto: el jitter.
Solo afecta a los dispositivos que trabajan en el dominio digital, y, afortunadamente, los componentes con vocación doméstica de cierta calidad suelen minimizar su impacto con éxito. Sin embargo, hay dos escenarios en los que merece la pena no pasar este parámetro por alto: los estudios de grabación profesionales y los equipos de alta fidelidad de auténtica referencia.
Qué es el 'jitter' y por qué importa
Vamos allá. El jitter es una modificación de la amplitud, la frecuencia y la fase de una señal provocada por una desviación de la señal de reloj. Solo está presente en los dispositivos digitales, que son los que requieren una señal de reloj, por lo que no afecta a los sistemas de reproducción que trabajan en el dominio analógico, como los giradiscos.
Su efecto provoca que un equipo digital suene claramente peor de lo que podría sonar si no estuviese presente, pero, afortunadamente, puede combatirse. En los equipos profesionales que se utilizan en los estudios de grabación, y también en los equipos de alta fidelidad de referencia, el jitter se suele combatir utilizando relojes maestros muy precisos, casi siempre de rubidio.
De esta forma es posible obtener una señal de reloj mucho más uniforme que la que suelen proporcionar los osciladores de cuarzo convencionales. El problema de los relojes maestros es el de siempre una vez que nos hemos sumergido hasta el fondo en esta afición: cuestan una auténtica fortuna.
Antelope Audio, Esoteric y dCS son algunas de las marcas que diseñan y fabrican relojes maestros de muy buena calidad preparados para entregar a nuestros dispositivos digitales una señal de reloj extraordinariamente precisa. Aun así, en un equipo de alta fidelidad doméstico difícilmente vamos a apreciar de una forma tangible el impacto beneficioso de un reloj maestro si ya tenemos componentes digitales de buena calidad.
Al menos, honestamente, yo no he conseguido encontrar un efecto claramente audible a pesar de haberlo intentado identificar en muchas ocasiones. No obstante, esto no significa en absoluto que estos relojes no cumplan su función. El jitter existe, y es un problema importante, especialmente en el ámbito profesional, pero, en mi opinión, no merece la pena obsesionarse con él.
En los estudios de grabación profesionales tiene todo el sentido del mundo tenerlo en cuenta y combatirlo. Y a los audiófilos que tienen equipos de alta fidelidad carísimos y aspiran a conseguir la mejor calidad de sonido que la tecnología pone en sus manos también puede interesarles hacerse con un reloj maestro como los que nos proponen las tres marcas que he mencionado unas líneas más arriba, u otras.
Sin embargo, creo que a los demás aficionados, y somos mayoría, nos viene bien saber qué es el jitter desde un punto de vista técnico, pero sin preocuparnos por él. A los entusiastas que queréis indagar un poco más en este parámetro y no os intimida el inglés os sugiero echar un vistazo al vídeo en el que Ted Smith, uno de los gurús más respetados del mundo de la alta fidelidad, nos explica con detalle cuáles son sus efectos audibles. Aquí lo tenéis.
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