Nueva polémica a la vista para Apple. Bueno, en realidad polémica a secas porque se trata de un juicio que ya tiene unos años pero del que acabamos de escuchar un nuevo giro argumental. Los abogados de los afectados, que han demandado a Apple por monopolio con el iPod e iTunes, han asegurado que la marca de la manzana mordida borraba de los iPods de los usuarios las canciones que estos compraban en servicios de la competencia.
En concreto, los letrados han afirmado que, cuando un usuario iba a sincronizar su reproductor MP3 con música procedente de otros servicios, éste le devolvía un error que, sin ofrecer más detalles, instaba al usuario a resetear su dispositivo de fábrica. Lógicamente, después de hacerlo, las canciones en cuestión desaparecían por completo. Según la acusación, esto ocurrió entre 2007 y 2009. Pero empecemos desde el principio.
FairPlay, el DRM de la polémica
Tenemos que remontarnos a los orígenes de la tienda de iTunes y del iPod para entender de dónde viene esta demanda. Durante los comienzos, y parece que tanto por voluntad de Apple como de las propias discográficas, las canciones que se compraban en iTunes incluían un DRM específico que sólo las permitía funcionar dentro de los propios iPods de la compañía. De la misma forma, no permitían que los iPods reprodujesen música que tuviese otro DRM (las canciones sin DRM, eso sí, sí estaban permitidas). Lo bautizaron, paradójicamente, como FairPlay.
¿Y si te comprabas otro reproductor MP3 y querías transferir tu biblioteca musical? Entonces el asunto se complicaba: como explican en ArsTechnica, no te quedaba otra que grabar las canciones desde iTunes a un CD, desde el CD pasarlas al ordenador y después trasladarlas al reproductor en cuestión. De eso se quejan precisamente los demandantes: de que Apple, durante aquella época, no permitía cambiar con facilidad de su marca a otra y ejercía posición dominante en el mercado.
En 2004, RealNetworks lanzó Harmony, un programa que permitía comprar música de su tienda online (que usaba Helix DRM) y cambiarle el DRM a FairPlay para que se pudiera reproducir dentro de los iPods de Apple. Esto no gustó nada a los chicos de Steve Jobs y amenazaron con que Harmony dejaría de funcionar con futuras versiones de iTunes. De hecho, llegaron a acusar a RealNetworks de utilizar "las tácticas y la ética de un hacker para colarse dentro del iPod".
"Estamos sorprendidos por cómo en RealNetworks han adoptado las tácticas y la ética de un hacker para colarse en el iPod, y estamos investigando las implicaciones de sus acciones bajo la DMCA y otras leyes. Avisamos insistentemente a Real y a sus consumidores que cuando actualicemos nuestro software para el iPod es altamente probable de que la tecnología Harmony de Real deje de funcionar con nuestros actuales y futuros iPods".
Harmony había aplicado ingeniería inversa para saber cómo imitar el DRM que utilizaba Apple por aquel entonces. ¿Y qué hicieron desde Apple? Pues cambiar el cifrado. Así aparecieron las versiones 7.0 y 7.4 de iTunes, que evitaban precisamente que con estos métodos se pudiese meter en el iPod música de otras tiendas. Harmony desapareció en el olvido poco después, ya que había dejado de funcionar, pero no fue el único programa similar: por aquella época surgieron bastantes alternativas (QTFairUse, Playfair, Requiem, etc.).
En 2009, Apple anunciaba que, tras llegar a un acuerdo con las discográficas, iba a retirar FairPlay de las canciones de su tienda de música, permitiendo que no sólo éstas se pudieran trasladar a otros dispositivos, sino también que los usuarios introdujesen libremente en sus iPod canciones compradas de cualquier otra tienda.
Entonces, ¿de qué va el juicio?
Sencillo: desde la acusación dicen que Apple aprovechó su posición dominante para obligar a la gente que utilizaba iPod a usar iTunes, y también a la inversa, inflando los precios según ellos. Por eso la demanda colectiva (en la que están representados clientes pero también algunos resellers de Apple que compraron iPods entre 2006 y 2009) reclaman una indemnización de 350 millones de dólares en daños, pero la cantidad podría ser significativamente superior si se aplican las leyes antimonopolio, como señalan en el Wall Street Journal.
Aunque realmente hemos escuchado hablar ahora del juicio porque ha comenzado a celebrarse esta semana en California, este proceso legal ya tiene más de diez años. Lo que hoy vemos es una demanda colectiva que en The New York Times definen como "una amalgama de varias demandas" que, durante años, han ido sucediéndose por varios tribunales federales hasta que han llegado hasta donde están ahora.
Sin embargo, la noticia de hoy no versa sobre eso, sino de cómo Apple, entre 2007 y 2009, supuestamente borró canciones de la competencia de los iPods de sus usuarios. Si recordais por lo que acabamos de comentar, por aquella fecha todavía estaba en uso el DRM FairPlay, por lo que suponemos que lo que hizo Apple fue borrar canciones que se habían comprado a otras tiendas y que se habían cambiado de formato con alguno de los programas mencionados para poder ser introducidas en el iPod.
Desde la acusación señalan que, al intentar sincronizar la biblioteca musical con el iPod en cuestión, éste detectaba que algunas canciones no eran originales de iTunes y devolvía un error desconocido al usuario, sin explicarle realmente qué estaba pasando. Le presentaban entonces la opción de resetear de fábrica el dispositivo para solucionarlo y voilà, las canciones habían desaparecido después.
¿Y qué dice Apple?
Ante esta acusación, el director de seguridad de Apple explicaba en el mismo juicio que ellos "no necesitan dar a los usuarios demasiada información" y que "no quieren confundir a sus usuarios". Además, reconocía también que por aquella época estaban "bastante paranoicos" con el asunto de la seguridad.
Durante la sesión de ayer, también llegó a asegurar que las actualizaciones que borraban los archivos de música que no eran de Apple tenían como objetivo proteger a los consumidores de intrusiones de hackers. De hecho, como prueba mostraron un correo de Steve Jobs a varios de sus ejecutivos en el que éste reconocía que "alguien se estaba colando" en su casa, refiriéndose a los iPods.
El abogado de Apple también ha señalado que las versiones 7.0 y 7.4 de iTunes eran realmente mejoras de su producto y que no tenían como fin el bloquear a dicho software, aunque reconocía que Harmony no tenía permiso para lo que estaba haciendo. "Cambiamos el cifrado porque eso es lo que haces con los cifrados", añadía en referencia a las actualizaciones que inutilizaron el programa de RealNetworks.
Y el testigo estrella para ambas partes es... Steve Jobs. Aunque el CEO de Apple fallecía hace tres años, parece que sus correos van a ser fundamentales para echar luz a este caso. En The New York Times recogen alguno de ellos, como por ejemplo: "Tenemos que asegurarnos de que cuando Music Match lance su tienda de descargas de música no puedan usar el iPod. ¿Será esto un problema?" También recurrirán a un vídeo con su testimonio grabado en 2011 y al testimonio en directo de varios ejecutivos más, como Eddy Cue y Phil Schiller. Se espera que el juicio dure dos semanas.
Imagen | iBadsey
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