El iPod Touch se ha convertido de forma popular en el mundillo de la tecnología como el hermano pequeño del iPhone. Es obvio por qué. Con un concepto muy parecido, no en vano se le llama “un iPhone sin teléfono” este pequeño dispositivo ha encontrado su nicho como reproductor multimedia y como consola improvisada.
Esta semana Apple ha presentado la nueva generación, que al igual que el iPod Nano se renueva cada dos años, de su iPod Touch: más pantalla, un abanico de colores y un detalle bastante curioso: el hardware es un refrito de tecnología del iPhone 4S y del 4.
En su interior, el procesador es el de un iPhone 4S. Es decir, un A5. Apple en la presentación hizo hincapié una vez más en que pretende distinguir este producto de sus hermanos para enfocarlo más al uso multimedia y a los juegos, donde pretende hacerse fuerte y plantarle cara a las portátiles que todos conocemos.
¿Será suficiente? Está por ver. Sin duda el iPhone 4S ha demostrado que puede lidiar con ellos sin problemas pero recordemos que el iPhone 5 va un paso más delante en este aspecto. Tratemos esto como un hecho y no como una opinión.
La cámara también es tecnología reciclada pero en este caso de hace dos años y más en concreto la del iPhone 4. Calidad suficiente y más que de sobra contrastada pero de nuevo: estamos ante algo objetivo. Está empleando una tecnología de hace un par de años.
¿Es esto importante? Depende de para quién. En resumidas cuentas el nuevo iPod Touch es un dispositivo con tecnología de modelos antiguos donde se ha añadido más pulgadas en la pantalla y la nueva versión de IOS. Seguramente el nicho a quien va dirigido este dispositivo no le sea reevante pero ahí está, guste o no.
Habrá que probarlo a fondo y ver de qué es capaz, no dudo de su rendimiento porque aunque son componentes obsoletos han demostrado que rinden muy bien pero quizá habría que rebautizarlo como el no tan nuevo iPod Touch.
Vía | VentureBeat
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