Los auriculares se han convertido en un accesorio con mucho protagonismo. Quizá ha sido fruto de la moda, y de algunas marcas que han logrado cierta notoriedad, pero lo cierto es que el interés por éstos, especialmente por los modelos de diadema ha crecido. Muchas marcas buscan hacerse un hueco, ya sea en la gama baja o en la alta destacando con diseños y prestaciones de todo tipo.
Una de las últimas en subirse al carro de la exclusividad ha sido Logic 3. Ya hablamos de su nueva colección de auriculares diseñados junto a Ferrari; modelos para todos los gustos que, en las imágenes que pudimos ver, destacaban por su diseño. Hoy, nos toca analizar uno de ellos: los T250. Hecha esta introducción, comencemos.
Ferrari Cavallino T250, materiales de primera y un diseño a la altura
Las imágenes promocionales que vimos hace unos días entraron muy bien por los ojos a más de uno. En mano, o mejor dicho en oreja, la sensación no cambia y se corrobora lo que nos mostraba Logic 3: son unos altavoces cuidados hasta el más mínimo detalle y con un diseño elegante.
Cuero y aluminio son sus señas de identidad: el primero lo encontramos en la diadema, en los laterales de los altavoces y en las almohadillas de estos. El resto, el aluminio salvo la parta externa de los altavoces en plástico y con el cavallino rampante en este mismo material pero con una pintura cromada.
En cuanto al cable, desmontable del auricular izquierdo, nos encontramos con una cubierta externa de tela que evita que éste se enrede. Un detalle que personalmente aprecio mucho ya que así no se retuerce tanto y a la larga acaba rompiéndose. A nuestra disposición tenemos tres cables: uno normal, otro con manos libres con tres botones (Android, Windows Phone y BlackBerry) y finalmente otro igual pero con un solo botón (iOS).
Para transportarlo, podemos plegar las patillas de cada auricular para que abulte menos espacio, podéis ver como queda en la imagen que hay encima de estas líneas. Además contamos con un estuche de plástico en el que podemos guardarlo sin problemas así como los otros cables y los diferentes adaptadores con los que cuenta.
A la hora de usarlo nos encontramos con unos auriculares ligeros, con unos altavoces de tamaño medio (los grandes quedan para el T300) y bastante cómodos de utilizar. Al rato de llevarlos, más de una hora, no se vuelven incómodos aunque también es cierto que con el tiempo de esta época del año no es lo más fresquito que nos podemos echar a la oreja.
En definitiva, en este apartado cumple a la perfección: materiales de gran calidad y una presentación detallada. Los cables con el recubrimiento de tela son un acierto y de longitud es más que suficiente, aunque quizá para usar en casa conectado a equipos de audio se quedan un poco cortos. Ahora que hemos hablado de esta cuestión pasemos a lo importante: el sonido.
Sonido limpio y técnicamente correcto
De acuerdo, los T250 están muy cuidados por fuera y son realmente bonitos, aunque aquí como siempre va en función del criterio de cada uno. Hora de ver si los altavoces están a la altura. Empezamos con una sesión de música a mp3s de 160kbps con diferentes géneros para comprobar todo tipo de registros.
La calidad del sonido es bastante buena y no se aprecia que los altavoces adulteren el audio original. Graves potentes, pero sin necesidad de distorsionarlos y agudos con suficiente calidad como para que no se pierdan los matices de los instrumentos. Ahora, subimos un poco más la calidad y probamos con calidad CD.
De nuevo, vuelven a estar a la altura: no hay pérdidas ni acordes que se pierden. La reproducción es buena. Habrá quienes echen de menos bajos más atronadores y para ello hay modelos que suenan más en esta línea. Para gustos colores, pero no está de más recalcarlo ya hay quienes en los auriculares buscan mucha potencia en los graves aunque distorsione un poco el sonido.
En las pruebas más estrictamente técnicas, lo que podríamos considerar un benchmark para equipos de sonido, los T250 dan la nota: el sonido estéreo lo reproduce perfectamente, el registro de sonidos, graves, agudos, altos y bajos es muy bueno, también es cierto que el oído tiene que acompañar pero en este sentido cumplen, como se espera de un modelo que vale 300 euros.
Un detalle que no me ha gustado es el aislamiento. Al contrario que otros modelos como Beats, los T250 no terminan de aislar bien. Si bien es cierto que cuando los tenemos puestos y vamos con música apenas se escucha el ambiente, si tenemos la música bastante alta, que no al máximo, quienes estén cerca podrán oírla.
Ferrari Cavallino T250, conclusiones
Ambas empresas, embarcadas en esta aventura de lujo, sabían muy claro lo que querían: auriculares de gran calidad. Lo cierto es que es así, desde el punto de vista más técnico hasta la experiencia de uso real, con música en calidad aceptable o un poco más alta. Salvo que haya quienes se dediquen a escuchar pruebas de sonido mientras van en el tren.
Al caso, quitando el tema del aislamiento del sonido son unos auriculares excelentes. Buenos materiales, una presentación con mucho mimo, todos los pequeños detalles que tiene… Es cierto, pero también toca recordar un pequeño hecho, su precio: 300 euros. Una cantidad que hace que la relación calidad precio sea un poco dudosa. No por la primera variable sino más bien por la segunda.
En definitiva, si queremos darnos un capricho y el resto de marcas no nos atraen es una gran opción. ¿Existen alternativas más económicas? Sí, por eso recalco la palabra capricho, no hay que olvidar de que se tratan de una edición limitada y, desde esta perspectiva, se intenta justificar el precio de este modelo.
Los auriculares han sido cedidos para la prueba por parte de El Corte Inglés. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.