Los discos de vinilo están viviendo una «segunda juventud». Basta darse un paseo por alguna de las grandes superficies comerciales en las que se vende música para encontrar al menos un expositor repleto de vinilos. A principios de este siglo, en plena explosión del MP3, probablemente ninguno habríamos intuido que estos discos volverían a las tiendas generalistas. Pero lo han hecho. Aun así, es evidente que no es un formato de consumo masivo, una posición que ocupó hasta que a principios de la década de los 90 fue desterrado definitivamente, en apariencia, por el CD.
Probablemente el mercado de los discos de vinilo nunca volverá a tener las dimensiones que tuvo en el pasado, pero ha recuperado el suficiente «tirón» para revivir una industria que parecía condenada al olvido. Y es que hoy en día podemos encontrar en las tiendas un abanico enorme de giradiscos que no son otra cosa que pequeñas obras de ingeniería, y, por supuesto, un catálogo de vinilos que no deja de crecer. En cualquier caso, lo interesante es que este formato ha evolucionado mucho desde un punto de vista tecnológico, por lo que en este post intentaremos profundizar en las cualidades que tiene actualmente, y, por supuesto, también en sus carencias.
Antes de seguir adelante me parece honesto confesar que me gustan mucho los discos de vinilo, pero también los formatos digitales, sobre todo los de alta resolución (aunque reconozco que hay CD que suenan de maravilla). El 60% del tiempo que dedico a escuchar música, aproximadamente, lo invierto en formatos digitales, y el 40% restante en vinilos. Y, con total honestidad, disfruto por igual ambos formatos, aunque soy plenamente consciente de que ofrecen una estética sonora diferente. De hecho, poder elegir uno u otro en función de nuestras preferencias en un momento dado me parece un pequeño lujo.
Creo que es evidente que los formatos digitales (CD, SACD, Blu-ray Pure Audio, etc.) son más prácticos que el vinilo, que, como sabéis, es analógico. La música digital puede ser consumida con rapidez y de una forma cómoda, mientras que el proceso de reproducción de un disco de vinilo es más lento y tedioso, lo que suele condicionar el tiempo que se dedica a uno u otro formato. Aun así, en mi opinión, ambos pueden convivir perfectamente en la biblioteca musical de la mayor parte de los melómanos porque creo firmemente que cada uno de ellos «tiene su momento». Una vez dicho esto, entremos en materia.
Aquí empezó la decadencia del vinilo
El declive de los discos de vinilo comenzó en los años 80, y se fue consolidando a medida que el CD fue asentándose en el mercado. Y es comprensible que fuese así. En aquel momento no hacía falta ser un experto para darse cuenta de que esos pequeños discos que contenían nuestra música en formato digital nos ofrecían ventajas importantes frente a los vinilos. La más evidente era una ausencia total de ese ruido tan presente en el proceso de lectura de los discos de vinilo, provocado por el rozamiento de la aguja al deslizarse por los surcos de la superficie del disco.
Todos sabemos que la extracción de los datos de un CD se realiza gracias a un pequeño láser, cuya luz se proyecta y se refleja sobre su superficie, por lo que este proceso de lectura es completamente silencioso. Aquellas primeras producciones digitales y lectores de CD no eran ni mucho menos perfectos, pero, aun así, lograron conquistarnos a casi todos por su sonido limpio y por lo cómodo que nos parecía reproducirlos.

Aunque hoy en día el CD es solo uno de los formatos digitales a los que podemos acceder (también tenemos el SACD, el Blu-ray Pure Audio, los archivos con calidad de máster de estudio, etc.), en la década de los 80 no había más opciones digitales realmente populares. Aun así, esos pequeños discos de 12 cm de diámetro aventajaban a los vinilos en varios parámetros muy importantes. El más evidente, como acabo de mencionar, es la ausencia de ruido de fondo, pero los CD también nos ofrecían una mejor relación señal/ruido (nos indica qué «distancia» existe entre la señal que contiene la información musical y el ruido), una mejor separación entre canales (gracias a ella es posible distinguir la información de cada uno de los canales estéreo con más nitidez y una imagen estereofónica más amplia y definida) y una distorsión menor comparada con la necesidad de amplificar mucho la débil señal que era posible extraer de los discos de vinilo. Si queréis conocer con más profundidad el significado de estos parámetros técnicos podéis echar un vistazo a este otro post que publicamos hace tiempo.
Casi todos percibimos enseguida que los primeros CD también nos ofrecían un rango dinámico mayor que el de los discos de vinilo. Este parámetro mide el margen que existe entre el ruido de fondo y el nivel de pico, o, en palabras más sencillas aunque menos precisas, la diferencia de intensidad que se produce entre los pasajes más sutiles y los más abruptos de un tema musical. Es evidente que el CD ya en los años 80 nos ofrecía unas ventajas importantes frente al vinilo, por lo que no es raro que consiguiese imponerse con relativa comodidad. Además, no podemos olvidar que este formato digital no adolece del desgaste que sufren los discos de vinilo.
El rozamiento continuo de la aguja sobre la superficie de estos últimos va arrancando poco a poco material, erosionándolos, lo que con el tiempo reduce la calidad de sonido de los discos de vinilo, y también la vida útil de estos y la aguja. Pero lo cierto es que la tecnología aplicada a los giradiscos ha evolucionado muchísimo desde entonces, lo que ha provocado que muchas de las desventajas que acabo de mencionar queden en gran medida difuminadas.
Así son los giradiscos hoy en día
Un plato o giradiscos (ya sabéis que se utilizan como sinónimos) está formado por tres elementos muy importantes: el «binomio» plato y plinto, el brazo y la cápsula fonocaptora. El plinto es el chasis del giradiscos en sí mismo, o la base sobre la que residen los demás elementos y que suele albergar el motor y el sistema de tracción. El plato, por otra parte, es la superficie plana y circular sobre la que colocamos nuestros discos de vinilo para que sean reproducidos. El brazo es la barra que sostiene con suavidad la aguja sobre los surcos del disco, y la cápsula fonocaptora es el pequeño dispositivo colocado en el extremo del brazo en el que reside la aguja, que, como sabéis, es el elemento que entra en contacto directo con la superficie del disco.
Otro componente esencial, aunque realmente no forma parte del giradiscos, es el amplificador al que encomendamos la tarea de amplificar la delicada y muy tenue señal eléctrica que la cápsula fonocaptora es capaz de extraer del disco de vinilo. Su nombre es previo de fono, y puede estar integrado dentro de, por ejemplo, un receptor A/V o un preamplificador estéreo, o bien ser un componente específico y separado de cualquier otro. La tecnología que se aplica actualmente tanto al diseño como a la fabricación de todos los componentes que acabo de mencionar está a años luz de la que se usaba en los 80. Por esta razón, la experiencia que nos ofrece un giradiscos moderno (no hace falta que sea uno de esos carísimos modelos que podemos encontrar en las ferias de alta fidelidad) es mucho más satisfactoria que la de los platos antiguos.

Las innovaciones que los mejores fabricantes de giradiscos, brazos y cápsulas fonocaptoras han introducido en sus productos durante los últimos años dan para escribir largo y tendido, así que intentaré resumir lo más importante. Un buen giradiscos tiene que ser capaz de conseguir que el disco de vinilo gire exactamente a la velocidad pretendida, y de una forma completamente estable. Y muchos modelos modernos lo consiguen a pesar de que hacerlo realmente bien no es fácil porque, entre otros problemas, es necesario resolver las perturbaciones de la línea eléctrica que permite al motor funcionar.
Por otra parte, el brazo debe sostener la cápsula fonocaptora sobre el disco, pero manteniendo la aguja siempre en contacto con su superficie y aplicando exactamente la presión que recomienda el fabricante de la cápsula. Además, el brazo debe ser capaz de absorber las irregularidades del disco de vinilo para que los cambios de presión que podrían provocar no sean transferidos a la aguja. Y, como es lógico, esta última tiene que transformar su ínfimo movimiento mecánico sobre la superficie del disco de vinilo en una señal eléctrica que recoja la máxima información musical posible.
Actualmente muchos giradiscos, brazos, cápsulas fonocaptoras y previos de fono resuelven a las mil maravillas todos estos problemas. De hecho, el más evidente, el ruido de fondo que tanto nos molestaba en los 80, es imperceptible si tenemos componentes de buena calidad y somos capaces de eliminar las partículas de polvo de la superficie del disco antes de reproducirlo.
Además, una buena cápsula fonocaptora puede ofrecernos una respuesta en frecuencia de 10 a 50 kHz +/- 1 dB y una separación entre canales superior a los 35 dB a 1 kHz. Si elegimos un buen preamplificador de fono (la sinergia entre la cápsula y este dispositivo es esencial), capaz de ofrecernos una distorsión mínima, obtendremos una calidad de sonido excepcional y definitivamente mucho más satisfactoria que la que nos ofrecían la mayor parte de los sistemas analógicos de los años 80 y 90.

No puedo concluir este apartado sin mencionar la que sin duda es la principal cualidad del vinilo: es capaz de recoger absolutamente toda la información que los micrófonos capturaron durante la grabación del evento musical. Esto es posible porque es un formato analógico y, a diferencia de las opciones digitales, no se ve obligado a despreciar nada porque tiene una capacidad literalmente infinita. Un CD, un SACD o un Blu-ray Pure Audio tienen una capacidad limitada, y, por tanto, nos exigen que adaptemos el proceso de conversión del dominio analógico al digital a esa capacidad limitando tanto la resolución como la frecuencia de muestreo. Podemos ilustrar esta situación con un CD y un Blu-ray Audio. El primero contiene música codificada con una resolución de 16 bits y una frecuencia de muestreo de 44,1 kHz, y el segundo, que tiene más capacidad, alcanza los 24 bits y los 192 kHz.
Pero los discos de vinilo, como he mencionado antes, tienen naturaleza analógica, y, por esta razón, la señal musical que contienen es continua, por lo que no está formada por una sucesión de pequeñas muestras digitales, como en el caso del CD, el SACD o cualquier otro formato digital. Sinceramente, a pesar de todo esto, y después de haber escuchado durante cientos de horas tanto vinilos como música digital en alta resolución, opino que ambos formatos nos ofrecen un nivel de detalle extraordinario, pero los vinilos tienen una calidez y un sonido «redondo» que no siempre está presente en las grabaciones digitales. Por supuesto, esta es solo mi opinión, y es subjetiva.
¿Una cápsula MM o MC?
Esta es una de la dudas que tienen muchos aficionados cuando se acercan por primera vez al mundo del vinilo. Los dos tipos de cápsulas fonocaptoras más extendidos son las MC (de bobina móvil) y las MM (de imán móvil). En estas últimas el movimiento de la aguja actúa directamente sobre un imán que envía la señal hacia una bobina, y en las MC el movimiento de la aguja actúa directamente sobre la bobina. En cualquier caso, lo realmente importante es que habitualmente las cápsulas de bobina móvil, que son mis preferidas, son más precisas y, por tanto, consiguen extraer más información. Pero tienen un problema importante: su nivel de salida es más bajo que el de las MM. Las MC suelen entregar entre 0,3 y 2,5 mV (milivoltios), mientras que las MM pueden alcanzar los 7 mV.

Esto significa que si queremos exprimir las cualidades de una buena cápsula MC tendremos que hacernos con un buen previo de fono que sea capaz de amplificar con mucha precisión e introduciendo la mínima distorsión posible la débil señal eléctrica que extrae la cápsula. Aun así, aunque, como os acabo de confesar, las de bobina móvil son mis preferidas, no tengo ningún problema para reconocer que he escuchado varias cápsulas MM instaladas en giradiscos bien afinados que sonaban de maravilla, y que podrían rivalizar sin miramientos con muchas cápsulas MC de altos vuelos y posiblemente mucho más caras.
Conclusiones
He escrito este post con la intención de ser lo más honesto, riguroso y objetivo posible, y, por supuesto, sin querer decantar la balanza ni hacia los formatos digitales, ni hacia el vinilo. Como os confesé al principio del post, escucho tanto música digital como analógica, y las disfruto mucho. Aunque quisiera decantarme por una u otra no podría porque, en mi opinión, su estética sonora es diferente, pero igualmente satisfactoria. El vinilo ofrece un sonido más «redondo», y los formatos digitales, en especial el SACD y el Blu-ray Audio, un sonido más enérgico, pero creo firmemente que todos ellos pueden convivir perfectamente y que todos son muy disfrutables.
No obstante, antes de concluir me gustaría apuntar varias ideas que me parecen importantes. La primera es que tanto los discos de vinilo como los CD suenan ahora mucho mejor que en los años 80 y 90. Los vinilos modernos de 180 y 200 gramos, especialmente aquellos que tienen una producción completamente analógica (por desgracia son pocos), suenan de maravilla. Y, por otra parte, las tecnologías de codificación digital que se utilizan en los CD hoy en día están infinitamente más logradas que las de los primeros años del formato, por lo que aquella frialdad y ausencia de detalle ya no suele estar presente. No, al menos, en los CD que cuentan con una buena toma de sonido.

Concluyo con otro apunte importante: para sacar el máximo partido a un giradiscos es imprescindible que esté bien ajustado. Y, sinceramente, calibrar realmente bien un buen brazo no es nada fácil. Si os hacéis con un plato medianamente avanzado y no lo domináis, recurrid a un profesional que os lo deje bien ajustado. Esto me lleva a una desventaja del vinilo que merece la pena tener en cuenta: un giradiscos requiere un cierto mantenimiento (ajuste periódico, limpieza de la aguja, etc.), y un lector de CD, SACD o BD no nos exige hacer absolutamente nada durante toda su vida útil. Aun así, yo me sigo quedando con ambos formatos.
Como habéis visto, en este post no he mencionado otras características asociadas al vinilo que también merece la pena considerar, como son su capacidad de seducir a los coleccionistas, si su relativo éxito actual es solo consecuencia de una moda pasajera o si realmente pone ante nosotros una forma diferente de consumir música. Así que estos y otros temas los abordaré en un segundo post al que, por supuesto, estáis invitados, y que publicaremos en Xataka muy pronto.
Imagen | Darren Johnson
En Xataka | Así fueron el auge y caída de Technics, así será su renacimiento
En Xataka Smart Home | 13 giradiscos de última generación que despertarán de nuevo tu pasión por los vinilos
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royendershade
A dia de hoy la maxima calidad posible esta en un formato de alta calidad guardado en un disco duro o SSD. Por mucho que un vinilo sea analógico, precisamente siendo analógico siempre tendrá imperfecciones, y aun si no las pudieramos detectar por lo pequeñas que fueran, menos aún a partir de ciertas frecuencias y frecuencias de muestreo, no podemos advertir ninguna musica mejor ni mas limpia(ni nadie puede, el formato digital de maxima calidad cubre muchisimo, pero muchisimo mas de lo que el mejor genio musical con oido perfecto podria jamas detectar). Pudiendo hacer ademas archivos de duración ilimitada en comparación con el vinilo, que por grande que sea tiene un limite de tiempo mucho menor.
Pero vamos, para los que se empeñen en usar vinilo más allá de cuestiones románticas o hipsters: si lo que te preocupa es la calidad, y por lo que sea sigues empeñado en los vinilos, entonces te compras un vinilo con lector por laser, que no hace ruido ni desgasta, y te dejas de agujas.
toniweblogs
Enhorabuena por el artículo.
apertotes
Yo creo que el vinilo suena mejor que los formatos digitales, igual que las cámaras de carrete de toda la vida hacen mejores fotos que las digitales (a igualdad de condiciones y ópticas), pero son tantas las ventajas de lo digital, que personalmente no me veo en un futuro próximo volviendo a lo analógico, ni para imagen, ni para sonido.
De cualquier forma, el artículo me ha encantado y he aprendido mucho.
juliocesar1976
Mi enhorabuena por el articulo Juan Carlos.
Mereces mi segundo comentario en casi 4 años leyendo este foro.
Aunque no soy un melómano, me gusta presumir de un buen oído y esto solo puedo disfrutarlo cuando escucho música que proviene de un vinilo.
Muchas veces discutí con compañeros y amigos de las bondades de este formato y en muchas de esas ocasiones he cedido pues como bien dices la comodidad que aportan otros soportes sopesan mucho a la hora de decidirse a escuchar música.
Por esos mismos argumentos actualmente y desde hace años me limito a las descargas en formatos comprimidos y si es muy de mi gusto intento adquirir versiones en vinilo, las cuales desde hace 2 años son mucho más fáciles de conseguir, eso sí, muchísimo más caras de lo que puedes conseguir el formato cd o comprimidos.
PD: Un comentario a modo de curiosidad, en una ocasión durante un pequeño debate sobre cuál es mejor guitarrista, puse en mi equipo un vinilo de un conocido grupo para que escucharan los presentes, podréis entender mi sorpresa cuando tras unos ajustes en el equipo me doy la vuelta y me fijo en que todos están totalmente callados y a dos de ellos les están cayendo las lágrimas.
Me comentan que nunca habían sentido una sensación igual, esa en la cual parece que la música sale de dentro de ti.
“Es que sois muy jóvenes chicos, esto es un LP”, concluyo.
swine
Precisamente andaba yo detrás de un plato...
Mi padre tiene en casa un Panasonic de 30 años que ahí está dando guerra todavía, pero yo para mi cuarto quería algo reducido, y no creo que tarde mucho.
Estaría bien un próximo post con unos cuantos platos buenos en relación calidad precio, ya que entiendo que no muchos entendemos de los componentes y calidades existentes. He visto varios entre 140-160€ pero no sé...
Ha estado interesante.
Gonzalo Lara
Los formatos digitales son mejores en prácticamente todo. Y no hace falta irse a esquisiteces. Un CD normal tiene 98 dB de SNR que ya es muy mucho. No voy a decir que un CD suene mejor, pero sí diré que es más fácil conseguir que suene bien. Lo bueno de los formatos digitales es que el ruido está acotado. En el vinilo, es mucho más difícil alcanzar la "perfección". Por otro lado, la información digital es mucho más fácil de manejar. La música de un CD la puedo almacenar en el ordenador, en el móvil para escucharla cuando voy andando por la calle, puedo hacerme una copia para llevar en el coche... Todo eso no se puede hacer con un vinilo.
De todas formas, en mi opinión el vinilo tiene un romanticismo totalmente subjetivo que hace que me enamore. Yo no se si serán las grandes portadas de las cajas, el ritual de sacar un disco de su envoltorio y ponerlo en el plato o el encanto de ver cómo se genera el sonido al pasar la aguja por el surco, pero tiene un algo cercano y cálido que no tiene el CD.
frg92552
Muy buen artículo Juan Carlos. Sobre todo muy educativo. Estoy esperando el segundo post. La verdad es que, como dicen en La verbena de la Paloma, "las ciencias adelantan que es una barbaridad" así que es normal que la tecnología de los platos hayan evolucionado mucho. Además el hecho de que, durante muchos años, el giradiscos ha estado asociado a equipos High-End creo que tambien ha ayudado a su evolución.
Nostalgias aparte, al disco de vinilo le veo dos problemas principales. El primero es el espacio. Una colección de discos de vinilo ocupa mucho mas espacio que una colección de audio digital, que la tienes en un disco duro. El segundo es que, como bien indicas, para calibrarlo perfectamente tienes que ser un experto o pagar a uno... y hacerlo sucesivamente para su mantenimiento.
Pero bueno, para los gustos se hicieron los colores y el que disfrute de los vinilos es muy libre. Como bien dices, la gracia es la libertad de poder elegir.
javinn
Por cierto, ¿qué opinión te merecen los equipos 'Hi-Res' de Sony? Ya sé que es todo marketing, pero creo que acercan el mundo de la música de ultra alta fidelidad a la gente como yo, semi melómanos xD.
javinn
Según este estudio riguroso sacado de la Wikipedia, con pruebas doble ciego, concluye que:
el audio de un CD, que es el que codifica el espectro completo de audición humana, es el que tiene la calidad máxima. Todo lo demás, incluyendo el vinilo, DSD, BD-Audio, DVD-Audio, Flac, etc. etc. no es más que efecto placebo
http://signal.ece.utexas.edu/seminars/dsp_seminars/01fall/ AudioMyths.pdf
josemicoronil
La verdad sea dicha, donde vaya un buen archivo FLAC no llega un vinilo ni un CD ni de lejos: Nada de pérdidas de información, rango dinámico todo lo alto que quieras, todos los canales que quieras, etc.
Otra cosa son las cintas magnetofónicas como las de los estudios de música (la de los rollos separados que tenías tu mismo que encarrilar la cinta, las grandes, no los casettes), que tenían una calidad impresionante en comparación con los vinilos, pero como éstos no fueron de propósito tan general como los vinilos casi nadie habla de ellos, una lástima la verdad.
Saludos !
alberto.roura.71
la "ventaja" que a mi parecer tiene el vinilo es que sin importar el porque sea, da una sensacion mas natural y calida en su sonido. no todo es el espectro audible, esta comprobado que las frecuencias que no escuchamos pueden igualmente afectarnos fisicamente quisa de ahi esas sensaciones que genera(aunque ya estoy especulando)
Pere Ubu
Yo no sé si "objetivamente" el sonido analógico es mejor que el digital, sí sé que cuando me compré mi primer cd de música descubrí detalles que en el vinilo simplemente era imposible pillarlos. Posiblemente por la nitidez del sonido, acostumbrado al ruido de fondo de freidora de los vinilos la ausencia total de ruido en un cd era un bendición. Lo que sí ha cambiado el formato digital es la manera de entender los discos como obras completas. Antes tenías dos caras, los grupos dsitribuían las canciones por cara de forma nada aleatoria,escopgían bien qué canciones debían abrir y cerrar cada cara, cuando escuchabas música empezabas por la primera canción y acababas con la última. Con el cd todo ya estaba en una sola cara y podías saltar de una canción a otra apretando un botón, y ahora ya es que la gente no escucha discos sino canciones, recauchuta miles de canciones en sus móviles y lo mezcla todo. Se acabó el concepto del álbum como una obra entera. Hasta los de Pink Floid acabaron cediendo y permitiendo que sus discos (que sólo se entienden como obras completas) se vendieran en iTunes a trozos.
alexj700
Enhorabuena por el reportaje. Muy sincero y real.
Me considero audiófilo por encima de todas las cosas. Tengo un equipo de High End de gama ALTA, con una sala dedicada exclusivamente a la escucha de música y llevo años escuchando decenas y decenas de equipos de todo tipo, formatos físicos y "no físicos" a todos los niveles. Actualmente llevo varios años escuchando en streaming mi colección de 17.000 CDs, que llevan guardados en cajas, maletas y estanterías años y años sin usarse.
Sinceramente, creo que cada cual puede escuchar la música como se le apetezca, se trata de un tema muy personal, en la que pretender estar cargado de razón, es como decir que el Madrid es mejor que el Barcelona o viceversa (hablando de fútbol) y da una opinión muy triste de en lo que puede derivar la raza humana y el respeto a los demás.
Sí es cierto que el vinilo genera ruido (como huevos fritos), saltos de aguja, mantenimiento, y es muchísimo más caro que el soporte CD o el soporte digital "no físico", pero también es cierto que suena diferente, sobre todo en equipos que pueden reproducir esa "diferencia". Luego está el tema de ¿me lo puedo permitir? ¿tengo tiempo para estar buscando el dichoso vinilo que quiero escuchar, sacarlo de la fundita, ponerlo en el tocadiscos, bajar la aguja, sentarme a escucharlo, si no me gusta el disco entero levantarme y empezar todo el proceso de nuevo para escuchar otra canción? o lo más importante ¿realmente me gusta el sonido "vinilo" que el "alta resolución" y los ruiditos del vinilo me son soportables?
Esto mismo es comparable al proceso con el CD, otro soporte físico, pero sin ruiditos.
Pero la nostalgia o el amor por ese tipo de sonido se puede imponer a la practicidad, por supuesto, y es respetable.
En mi caso concreto, tengo un NAS de 5 bahías con discos duros de 6 Tbs, en el despacho, y en la sala de audio reproduzco por streaming/Ethernet en un Linn Akurate DS de 6.000€, con un previo Audia Flight Pre de 6.000€, dos etapas de potencia Threshold SA/2 y unos altavoces de 22.000€. Y que conste que no pretendo hacer alarde de dinero/gasto, sino dejar claro que me preocupo MUCHO del tema calidad de audio, y suelo reproducir ficheros en FLAC, muchos de alta resolución.
Podeis ver el equipo en la galería AUDIO en mi galería personal de imágenes www(punto)alex-photogallery(punto)com
Carpe Diem...
j0seant
La estupidez humana no tiene limites..
Miquel Alfonso
No boy a entrar a discutir so el vinilo es mejor o peor que Los formatos actuales
En mi opinion ambos formats son perfectamenre compatibles. POR lo general el vinilo Te da Una experience de usuario diferente. El vinilo tiene algo especial, el ritual que conlleva du reproducción, la sensación que produce tener Una copia física bien editada, un sonido mas cálido, el vinilo de alguna manera transmite unas sensaciones y produce unas emociones que uno no tiene en el formato digital.
Por otro lado el sonido digital es mas conveniente, fácil de usar, transportar...
A mi me gusta usar el vinilo en casa mientras degusto un buen libro mientras en el día a día evidentemente prefiero el formato digital.
xqui
Teniendo en cuenta que los dvd's, cd's y blueyar's desaparecen por las descargas digitales no es nada de estrañar que vuelva la tecnología del vinilo. Necesitan vender tecnología.
asturel
"Disfrutable" no sale el diccionario de la RAE...
qwerti2002
Personalmente, hace muchos años y con equipos de gama media, y habiendo leído las maravillas del CD cuando empezaba a venderse al gran público en España, me sorprendió la diferencia de una pieza en particular, La Intro de la pelicula de Robin Hood (la de Kevin Kostner) con esa sección de cuerda y esos tambores. Me quedé con la de vinilo sin dudarlo.
Depende de la conservación de los vinilos, pero para clásica (en la que casi todos los instrumentos pierden tremendamente viveza en el CD, los violines los que quizás más pierden), nada como un vinilo.¿Que rasca? Puede, pero es que eso también le da encanto.
vila33
A pesar de estar de acuerdo en la mayor parte de las cosas que se mencionan en el reportaje, hay ciertas cosas en las que discrepo.
Centrandonos en el tema del reproductor de vinilos, es decir del tocadiscos, en el reportaje dicen que los tocadiscos de hoy en día superan con creces a los que había en los años 80. Tengo que decir que discrepo en el 80%.
En los años 80 ya existían muy buenos equipos de sonido, y muy buenos tocadiscos. No discuto que si nos vamos a equipos de gama MUY ALTA, que los superen (aunque tampoco gran cosa).
Hoy en día para comprar un tocadiscos un poco decente por menos de 500 euros no encuentras nada. Todos esos que veis sobre 300 euros son una autentica basura, es todo plástico, tienen un brazo raquítico que parece que si lo tocas se va a romper, vamos yo no gasto ese dinero en un tocadiscos así.
Yo dispongo de un tocadiscos de los años 80 en concreto un Technics SL-D3 y la verdad estoy encantado con el. Un plato robusto que si lo comparamos con los platos actuales que he comentado antes no tienen ni punto de comparación. Lo tengo conectado a un amplificador JVC de gama media de la misma época y unos altavoces Technics de los 90. Con esto quiero decir que el equipo que tengo montado es básicamente de los años 80. Y la verdad que estoy encantado con la calidad de sonido que ofrece. Evidentemente este tocadiscos ofrece una calidad de sonido similar a muchos que podemos encontrar hoy en día sobre 800 euros.
En cuanto al ruido que hace al reproducir un vinilo (ruido de fritura entre otros) normalmente es debido al estado del disco, o de la aguja. Si procuramos mantener en buen estado estas dos piezas ya le podemos decir adiós a los ruidos.
Existen en el mercado cápsulas y agujas que valen muchos cientos de euros y en ese sentido y sabiendo lo que se hace se puede conseguir también una mejora de sonido importante, y hay muchas cápsulas de gran calidad que se le pueden adaptar perfectamente a tocadiscos antiguos, con esto quiero decir que estas piezas no son específicas de tocadiscos actuales.
De todas formas mi tocadiscos tiene todo de serie y vuelvo a repetir que tiene un sonido muy bueno.
También se menciona en el reportaje que los vinilos de ahora suenan mejor que los antiguos.
A ver depende a que época nos vayamos, si nos vamos a los 70 o antes no discuto que no suenen mejor, pero si nos vamos a discos de los años 80 ya discrepo. Como todo depende del disco el grosor la calidad de grabación etc...
Pero en los 80 ya había discos muy bien grabados. Yo tengo discos de Michael Jackson, de Supertramp, o de Dire Straits que tienen una gran calidad de sonido. Otra cosa es la masterización del disco, que actualmente si ha mejorado (aunque también hay discos remasterizados, que dan pena, y prefiero los originales.
vinvinvin
Hola,
Estoy por comprar un reproductor de vinilos. Sin embargo antes de decidir me gustaría concer tu opinión acerca del reproductor que tengo en mente.
Es de la marca Teac y modelo LP-P1000-CH.
Gracias,
totomo
Tanta estupideez sial final la tecnologia de audio digital de Samsung es lo mejor que existe