Uno de los problemas de los coches eléctricos son las baterías de éstos. Se ha mejorado notablemente la optimización en los últimos años pero todavía hay mucho camino por recorrer. Tesla, por ejemplo, ya ha dado algunos pasos para mejorar las de sus modelos.
Se barajan diferentes posibilidades, como por ejemplo cambiar la química de las baterías. Sin embargo, este proceso podría tardar años ya que habría que investigar un nuevo método. ARPA parece que tiene una solución bastante sencilla: sensores.
Sensores para conocer mejor el estado de las células
Las baterías de los coches eléctricos a día de hoy no usan todo su potencial. Los fabricantes tienen cuidado para no llenar cada célula al máximo para que no se produzcan daños por alto voltaje. El problema pues es que no se utiliza el máximo de su capacidad.
Como hemos dicho, es una medida de seguridad para evitar que se produzcan accidentes. El problema está en que no hay una forma exacta de medir el punto en el que una célula está llena del todo. Es decir, se podría aprovechar más la capacidad de forma segura.
Con este sensor que está produciendo ARPA, se podría conocer mejor el estado individual de cada célula en la batería. Esto implicaría dos cosas: o bien conseguir un mayor rendimiento con el tamaño actual o conseguir el mismo o un poco más pero en menos tamaño.
Se habla de una reducción que oscilaría entre el 20 y el 50% según las estimaciones que ha hecho la agencia. De momento se trata de un proyecto en desarrollo ya que no se ha producido ninguna batería con fines comerciales empleando estos sensores.
Lo bueno, si sale adelante, es que no sería algo exclusivo para los coches eléctricos, los motores híbridos también se beneficiarían de este sensor. Esperemos que siga evolucionando y que poco a poco los coches eléctricos se postulen como una alternativa viable y masificada.
Vía | MIT Technology Review En Xataka | Tesla Model S, prueba en vídeo
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