En 2015, quien se siente a los mandos del BloodHound SSC podrá sentir lo que es moverse a más velocidad que una bala. Es el reto del equipo que hay detrás de la construcción en Reino Unido de este coche más parecido a un cohete a tu utilitario de ciudad.
Este proyecto de diez años culminará en 2015, pero hay otros pasos importantes antes. El año que viene, en Sudáfrica, en un desierto, se tratará de alcanzar la velocidad de 1280 km/h para batir el actual récord. Y estos días se está descubriendo ese centro de control mitad analógico mitad digital que será el que tenga que ver el valiente piloto en las pruebas. Esa combinación busca ser resistente a las vibraciones y duras condiciones de una carrera a más de 1.500 km/h sobre el suelo de un desierto.
El interior de la cabina no va a ser precisamente silencioso. Pero sí resistente. Dos tipos de resina y fibra de carbono componen la base de 13 capas, entre las que se intercalan hasta tres de aluminio para un grosor total de solo 25 mm. Y ese volante de titanio seguro que no pasa desapercibido para el conductor, que tendrá continuamente la mirada en el velocímetro y cómo no, la indicación del número Mach que está consiguiendo en cada momento.
Vía | TheGuardian.
Imagen | Stefan Marjoram.Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
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