Hace tan sólo diez años el coche autónomo era poco más que un sueño. Pero hoy es una realidad; al menos, a nivel técnico. Varios son los fabricantes de automóviles que están realizando pruebas pilotos de esta tecnología. Volvo en Goteborg, PSA Peugeot Citroën en Francia y España o Mercedes-Benz que experimenta en carretera abierta con sus camiones y coches.
Es más, ya hay coches comercializados con funciones de conducción semi autónoma, como el Tesla Model S y su famoso Autopilot o el nuevo Mercedes-Benz Clase E y su Drive Pilot. Ya nadie cuestiona la llegada del coche autónomo a nuestras calles, lo que nos preguntamos es más bien ¿para cuándo?
Como con toda tecnología que promete facilitarnos la vida -y para una parte importante de la población, conducir es un mal necesario- sentimos cierta impaciencia por experimentarla en persona. Y como siempre en estos casos, nadie tiene una respuesta clara y firme de cuándo el coche autónomo será una realidad comercial. Fabricantes y organismos públicos manejan fechas diferentes. En el fondo, es normal, pues todavía quedan numerosas cuestiones que tratar -y la mayoría no son técnicas- para que tu coche te lleve de Madrid a Santander sin que tengas que coger el volante.
Los fabricantes son optimistas: ¿2020?
La mayoría de fabricantes a los que hemos preguntado (y nos han contestado) no nos dan un año concreto en el que el coche autónomo será una realidad comercial. Aún así, curiosamente, casi todos los fabricantes coinciden en citar 2020 como el inicio de los coches autónomos, aunque con restricciones.
Alejandro San Martín, responsable de comunicación en Toyota España, nos habla de la posibilidad de "sistemas de conducción automatizada, para específicos entornos de conducción, estarán disponible en el mercado entorno al año 2020". Toyota, que ha estado investigando sobre tecnologías de conducción automatizada desde la segunda mitad de la década 1990-2000, está inmersa "en el desarrollo de un conjunto de tecnologías que actúa como un copiloto virtual (Virtual Team Mate) para dar soporte al conductor", añade Alejandro.
Ford, que actualmente tiene la flota más grande de coches autónomos en prueba y en todo tipo de condiciones y entorno, tampoco se aventura a vaticinar un año concreto. Víctor Piccione, responsable de Comunicación de Producto y Competición en Ford España, resume muy bien las dificultades a las que se enfrentan los fabricantes en el camino hacia la conducción autónoma:
"Un coche autónomo no es simplemente un vehículo que va solo... Se trata de un vehículo con una tecnología que le permite circular independientemente, (lo cual es técnicamente posible ya), se trata de unas infraestructuras adecuadas para que dichos vehículos puedan circular con seguridad (algo que está en manos de las administraciones) y se trata de un entorno legal que permita dirimir las responsabilidades y los derechos de uso de un vehículo de estas características (lo cual requiere consensos entre legisladores, aseguradoras y otros partícipes). Cada uno de estos elementos se mueve con calendarios distintos, pero sí que es posible que hacia 2020 se pueda dar en algún entorno en concreto esta situación y un coche totalmente autónomo sea realidad para esas circunstancias".
Las circunstancias, especialmente legales, pueden ser justamente lo que permita o no la llegada del coche autónomo. Para Carlos Ghosn, CEO de Nissan, la tecnología no estará lista del todo hasta por lo menos 2020, pero nos recuerda que sin un marco legal que autorice a usar el coche autónomo como tal, es decir, sin tocar el volante, no tendrá mucho sentido vender un coche autónomo.
PSA Groupe (DS, Peugeot y Citroën), por su parte, hace prueba de más cautela y prevé para 2018 coches con funciones de conducción autónoma, dejando el coche de conducción completamente autónoma para un futuro sin dar una fecha concreta.
Aún más significatva es la respuesta de Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Alphabet Inc. (es decir Google), no se muestra tan optimista como los fabricantes de automóviles. En una conferencia, respondiendo a esta misma pregunta de cuándo el coche autónomo sería una realidad, dijo: "Es muy difícil saberlo. Creo que el consenso en la compañía es que hablamos de años, no décadas, pero depende mucho de las regulaciones. Y también depende de dónde estés. Obviamente es mucho más fácil hacerlo en áreas que, por ejemplo, tienen parkings amplios".
Lo curioso es que desde lo más alto de Google -uno de los mayores impulsores del coche autónomo- se hable de "parkings amplios" como una de las dificultades para la implementación del coche autónomo, cuando actualmente ya hay coches que "aparcan sólos", como el BMW Serie 7 actual. De todos modos, aunque Eric Schmidt no hable de 2020, tampoco cree que tengamos que esperar a 2030 para que la conducción autónoma sea una realidad.
Dar una fecha concreta, o un año, simplemente, es algo muy arriesgado y muy pocos fabricantes osan hacerlo (ni siquiera Google lo hace). Aún así, unos pocos se arriesgan, Tesla es uno de esos pocos valientes. Elon Musk, el mediático CEO de la firma, aseguraba en 2015 que "en 2018 podremos ver un Tesla de conducción totalmente autónoma". En el gigante chino Baidu, se muestran igualmente optimistas y hablan de 2018, es decir, mañana. Aunque, parece poco probable, pues el mismo Andrew Ng (al frente de Baidu Research) reconoce en una columna de opinión de Wired, que todavía hay aspectos técnicos que deben necesariamente mejorar para que esto pueda ocurrir.
Los analistas discrepan
A pesar de todas las incógnitas que quedan por resolver y de las declaraciones de intenciones de los fabricantes, las consultorías también han querido poner fecha a la llegada del coche autónomo, como IHS Automotive. Se trata de una de las consultorías más influyentes del sector de la automoción, especialmente en Estados Unidos. Como la mayoría de fabricantes, IHS Automotive alude a 2020, como año del arranque de la comercialización de los coches autónomos en Estados Unidos. IHS proyecta un mercado de 600.000 coches autónomos en 2025 y de 21 millones en 2035.
Si bien IHS Automotive centró su análisis en el volumen del mercado, otro grupo se centró en el cómo. France Stratégie, un organismo público de evaluación de estrategias en cuestiones sociales, económicas y tecnológicas que depende directamente del primer ministro francés Manuel Valls, se han aventurado a dar una fecha basándose en un análisis propio. Según ellos no es para mañana. Según France Stratégie, los primeros coches 100 % autónomos no llegarían al mercado hasta 2025, mientras que el parque móvil no sería del todo autónomo hasta 2070.
De forma más concreta, el think tank del ejecutivo galo ha imaginado dos posibles escenarios, uno de ruptura y otro de transición suave, en los que el coche autónomo sea una realidad comercial. Para ello han tenido en cuenta diversos factores como el ritmo de adopción de las nuevas tecnologías y de renovación del parque automovilístico francés. Con una edad media de los coches de 8,5 años que tiene tendencia a acercarse a la media española de 11 años, las conclusiones del ejecutivo de nuestros vecinos nos puede dar una idea de cual podría ser la situación en España.
En el primer caso, a partir de 2020 los fabricantes venderían coches con la tecnología necesaria para que puedan ser autónomos con el software adecuado. El organismo cree que para 2025 los progresos realizados en software permitirán a los coches ser autónomos. Los automovilistas podrían así actualizar su modelo y tener un coche autónomo. En este escenario se tardaría entre 10 y 15 años en que el parque móvil sea totalmente autónomo, es decir allá por 2040.
Es una idea que se basa en las actualizaciones de sortware que efectúan algunas marcas de sus modelos ofreciendo así nuevas posibilidades y prestaciones (McLaren y Tesla, por ejemplo) y el estado actual de las ayudas a la conducción. Modelos como el nuevo Mercedes Clase E o el Model S de Tesla necesitarían pocas modificaciones para ser totalmente autónomos.
El segundo escenario parte de la base que el primer coche 100 % autónomo no llegará al mercado hasta 2040. Así, tomando en cuenta el ritmo natural de renovación del parque móvil (del orden de 5 a 6 % cada año) y de adopción de las nuevas tecnologías (podría ser más lento que en el caso de los smartphones) habría que esperar un mínimo de 30 años para alcanzar un parque móvil 100 % autónomo, es decir, en 2070.
Los desafíos tecnológicos que quedan por solventar
Aunque parece haber consenso en la industria en apuntar a 2020 como el inicio de la era del coche autónomo, los mismos fabricantes son conscientes de las dificultades técnicas que todavía tienen que resolver.
Algunas son mejorables a corto y medio plazo, como las cámaras que no distinguen bien los colores con el sol de frente al atardecer, por ejemplo. En este caso podría interpretar que un semáforo en rojo no funciona y el coche decide aplicar la regla básica de prioridad a la derecha, saltándose quizá un semáforo en rojo. La manera en la que los ordenadores del coche analizan los píxeles que ven sus cámaras y Lidar es la clave de un viaje seguro o no. La clave está en cómo el coche autónomo interpreta su entorno.
Y no es solamente una cuestión de protocolos de actuación en caso no poder leer correctamente un semáforo (se podrían adaptar las infraestructuras para que eso no ocurra -en lugar de colores, optar por formas-). Pongamos otro ejemplo. Hay unas obras en la calzada y un obrero hace gestos para indicar a los coches que se detengan. Un coche autónomo todavía no sabe interpretar estos gestos que le indican si detenerse o seguir con su ruta. De una forma general, los ordenadores actuales todavía no pueden interpretar complejas situaciones como lo hace el ser humano.
Y eso es lo que llevó un prototipo de Google a tener un accidente: no supo interpretar que el conductor del autobús que venía por el carril izquierdo no le cedería el paso. Y ahí entramos de lleno en los progresos que se puedan realizar en el campo de la inteligencia artificial y en el aprendizaje automático que puedan realizar los ordenadores.
De momento, para muchas marcas, el coche conectado es la solución. La conexión entre coches y entre los coches y las infraestructuras es necesaria para mejorar el coche autónomo. Según Christoph Reifenrath, al frente del departamento de marketing tecnológico de Harman (proveedor de marcas alemanas, como Audi, BMW y Mercedes), el coche conectado es la base que hará posible el coche completamente autónomo.
De hecho, Daimler, BMW y Audi compraron juntos el servicio de cartografía Here a Nokia por 3.100 millones de dólares. Así, los mapas digitales se usarán en combinación con lo que lee el coche de su entorno (Lidar, cámaras, sensores) y con la información que recibe de los otros vehículos así como de las infraestructuras para poder moverse y actuar en función de lo que ocurre en el tráfico.
Obviamente, para que esto sea una solución factible es preciso que todos los vehículos estén conectados, incluido los vehículos de emergencia. De este modo, el accidente del prototipo de Google con el autobús que no le cedió el paso, no habría ocurrido. El bus se habría comunicado con el coche de Google y uno de los dos habría cedido el paso. Pero curiosamente, el coche conectado está en una fase menos avanzada que la conducción autónoma. Los fabricantes limitan todavía la conectividad del coche a sus propias instalaciones y servicios (actualizaciones en el caso de Tesla o con el taller para avisar de un fallo en el caso del Volvo XC90).
Las leyes no están listas
La tecnología sigue progresando y ya sea con inteligencia artificial o coche conectado, los fabricantes de automóviles están convencidos que será una realidad en un futuro más o menos cercano. Sin embargo, las leyes actuales no lo permiten aunque poco a poco se están dando pasos para que eso ocurra. Son pasos tímidos, que permiten las pruebas en carretera abierta de prototipos de conducción autónoma, pero que todavía no definen un marco legal para que el coche autónomo sea una realidad comercial.
Y es que faltan por resolver preguntas tan complicadas a nivel técnico como ético. Por ejemplo, ¿Podremos conducir el coche autónomo si nos apetece? Habrá un tiempo de transición en el que el coche autónomo compartirá carretera con el coche "tradicional". ¿Debería tu coche autónomo ponerte en peligro en caso de accidente si así se salvan más vidas? ¿Podrá el coche autónomo infringir una ley si permite salvar sus ocupantes? En ese caso, ¿para quién es la multa?
Una última hipótesis, en caso de accidente con un coche autónomo, ¿quién será el responsable? ¿El que viaja a bordo del coche autónomo? ¿El fabricante del coche o el del software de su ordenador de control? Volvo y Google han anunciado que se harían responsables al 100 % en los accidentes en los que se vea implicado un coche autónomo suyo. Este anuncio sirve sobre todo para forzar al legislador a tomar medidas y a tranquilizar el público. De hecho, en Volvo explicaron a la BBC que aceptarían la responsabilidad siempre y cuando sea por un fallo de diseño en el coche.
En el fondo, nadie puede dar una fecha concreta a partir de la cual podremos ver coches autónomos por las calles funcionando de modo autónomo. Sí, la tecnología estará presente y será posible vender coches que ofrezcan la posibilidad de ser autónomos a corto plazo, pero si no podemos utilizar realmente esa función, pues el coche autónomo seguirá siendo un deseo y no una realidad.
De todos modos, si bien muchos aplauden la llegada del coche autónomo, nadie sabe a ciencia cierta si los fabricantes podrán convencer a la mayoría de los usuarios que el coche autónomo es el futuro. Y aunque lo sean, marcas como BMW ya han anunciado que en sus futuros coches autónomos siempre quedará la posibilidad para el conductor de retomar el control manual de su coche si lo desea.
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