En la última película de James Bond, Skyfall (por cierto, muy recomendable), hace una aparición espectacular - y hasta aquí puedo leer - el clásico Aston Martin DB5 que si no has querido conducir alguna vez es que no corre sangre por tus venas.
En cierta escena, el vehículo en cuestión sufre de la ira del malo de la película, y como todos imaginábamos, no era el auténtico Aston Martin sino una réplica a escala. Pues bien, esa maqueta perfecta a escala 1:3 no salió de las manos de un artista ni arquitecto sino de una impresora 3D.
La empresa Voxeljet fue la encargada de recrear este mítico vehículo de espías sexys, y lo hizo fabricando con su mayor impresora 3D las 18 piezas que luego se ensamblaron como si de la cadena de montaje real de un coche fuera. Les salió tan perfecto que se han llevado nuestra imagen de la semana en Xataka.
Vía | Slashgear.
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