La ciudad de Ann Arbor, en el estado de Michigan, continúa con su propósito de ser la zona de referencia cuando hay que hablar del coche autónomo y conectado. A las numerosas pruebas que se realizan ya, se va a unir ahora la creación de una zona específicamente creada para poner a prueba la circulación de coches autónomos.
Pero, al contrario que lo habitual, en Ann Arbor no se moverán coches autónomos por entornos reales. Aquí, las calles, las intersecciones, incluso los peatones, serán creados y entrenados para que presenten situaciones nuevas y no previstas a los coches autónomos. Desde semáforos que fallan a cambios de dirección en las calles o peatones mecánicos que cruzan la calle por cualquier zona y saliendo de detrás de un coche aparcado.
También contará esta zona de la ciudad con más túneles y pasos específicos que debiliten o anulen la señal GPS o los sistemas de comunicación V2V, y comprobar así cómo la tecnología de los coches autónomo puede resolver - o no - las nuevas situaciones.
Ese proyecto forma parte de un plan más ambicioso del Mobility Transformation Center, mantenido principalmente con fondos de la Universidad de Michigan y empresas como GM, Ford, Toyota, Honda, Nissan, Verizon o Bosch.
La fase de la ciudad "fantasma" constará de 13 cruces diferentes repartidos en unos cinco kilómetros de calles que se abrirán a la circulación del coche autónomo que quiera retarla la próxima primavera.
Vía | Technology Review.
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