El pasado jueves día 13, el fabricante de automóviles norteamericano Ford nos invitó a Bélgica al evento Ford Revealed, en el circuito de pruebas de la marca (privado y bastante protegido y oculto rodeado por un bosque) en Lommel, una pequeña población de unos 32.000 habitantes, al norte del país, a casi hora y media de Bruselas.
En el evento, casi maratoniano por la cantidad de cosas que había que ver, nos enseñaron, y en algunos casos también nos dejaron probar, la mayoría de las tecnologías, de comunicación, confort y seguridad, que Ford está implantando en sus nuevos modelos, o que está todavía desarrollando con vistas a un futuro no muy lejano.
Me ha parecido muy interesante poder probar algunos de los sistemas de los que os hablé este verano en el especial sobre Tecnología en el coche, y en concreto en los artículos sobre sistemas de detección en los coches para evitar accidentes (sistemas de mejora de la seguridad), y sistemas telemáticos en los coches (sistemas de comunicación y multimedia).
BLIS, detector de ángulo muerto
No había una prueba específica para comprobar el funcionamiento de este sistema, pero estando activo, podía saltar en cualquier momento, por ejemplo cuando otro coche te iba a adelantar. Es muy poco intrusivo y muy claro: en la esquina superior exterior del espejo retrovisor hay un icono y un círculo detrás del cual está un LED naranja que se encenderá si hay un vehículo en el ángulo muerto. Muy bueno para evitar un descuido.
Funciona gracias a dos módulos de radar orientados hacia atrás, uno a cada lado del coche, colocados en el paragolpes trasero. Vigilan un espacio de unos tres metros de ancho y tres metros hacia atrás, el área que quedaría dentro del ángulo muerto del espejo retrovisor. El sistema funciona al circular por encima de 10 km/h, y puede ser descativado desde el menú de la computadora de a bordo. Está disponible en modelos como el Ford Mondeo, el C-Max o el nuevo Focus (entre otros).
Reconocimiento de señales de tráfico
El elemento fundamental para este sistema y los dos siguientes es el mismo: una cámara de visión delantera, colocada en la parte alta del parabrisas, que supervisa constantemente la carretera por delante del coche. Esta cámara reconoce las señales de límite de velocidad y de prohibido adelantar. Lo probé en un Ford Focus Sportbreak (carrocería familiar).
Cuando el coche se acerca a una señal de límite de velocidad máxima, la cámara la detecta y reconoce, y en cuanto la sobrepasamos, se muestra en la pantalla central LCD a color del cuadro de instrumentos. Al pasar unos metros se queda en gris. Si excedemos el límite, la señal parpadea para llamar nuestra atención. Del mismo modo reconoce las señales de prohibido adelantar.
No tiene mayores misterios que un software de reconocimiento óptico. Funciona muy bien, y sinceramente creo que está bien como recordatorio, por si en algún momento no tenemos claro si había cambiado el límite de velocidad del tramo por el que estamos circulando.
Avisador de cambio de carril
Este sistema utiliza también la cámara de visión delantera, para reconocer y supervisar las líneas longitudinales de carril, de trazos o continuas, sobre el pavimento (asfalto u hormigón). Un sistema electrónico evalúa en qué posición está situado el coche en relación con las líneas. Si el coche circula entre ellas, no hay ningún efecto.
Cuando se desvía la trayectoria y el coche empieza a pisar y sobrepasar alguna de las líneas laterales, de manera inintencionada, es decir, sin accionar el intermitente (luz indicadora de dirección) salta una alarma de advertencia al conductor, consistente en un mensaje en la pantalla del cuadro de instrumentos, y sobre todo, una vibración claramente perceptible en el volante (generada con un motor eléctrico montado en la columna de dirección).
Este sistema no está activado por defecto al arrancar el coche y se debe encender con un interruptor en el mando del intermitente. Se puede configurar ligeramente al gusto de cada conductor, con dos niveles de sensiblidad, y con tres intensidades de vibración en el volante. Funciona a una velocidad de 60 km/h o superior, ya que está pensado sobre todo para carretera y autovía o autopista.
Asistente de mantenimiento en carril
Este sistema es complementario al del avisador de cambio de carril y utiliza igualmente la cámara. También debe activarse con el interruptor del mando del intermitente, y comprobar que está activado en la pantalla del cuadro de instrumentos. De nuevo funciona a partir de 60 km/h de velocidad.
Cuando el sistema detecta una deriva en la trayectoria y que el coche está a punto de sobrepasar una línea longitudinal, involuntariamente, un servomotor actúa sobre la dirección aplicando temporalmente una pequeña fuerza y haciendo girar un poco el volante para corregir la trayectoria, y mantener el coche dentro del carril.
La verdad es que funciona, y funciona muy bien. Pude comprobar como efectivamente el volante giraba solo, un poquito y suavemente, lo suficiente para que el coche no se saliese de la línea. Incluso forcé el uso del sistema quitando las manos del volante. Por cierto, después de unos segundos así, en la pantalla del cuadro sale un mensaje que te recuerda que mantengas las manos al volante.
Hay que tener presente que la fuerza que se aplica a la dirección es baja, y que si el conductor ejerce más fuerza, supera al sistema, y dirige el coche a donde desee. Del mismo modo si se accionan los intermitentes, el sistema no actúa, porque entiende que el cambio de carril es intencionado y consciente.
Desde luego para solucionar un pequeño despiste o distracción, o para evitar que alguien un poco dormido se salga de la carretera violentamente, es muy recomendable, pero cuidado, el sistema no es capaz de conducir por nosotros, ni trazar curvas. Ha obtenido una mención especial en las pruebas de seguridad Euro NCAP.
Active City Stop, frenado automático
Este sistema utiliza un haz de luz y un sensor de alcance, montados en la parte alta del parabrisas, en el mismo grupo de ópticas que la cámara de visión delantera. Identifica superficies reflectantes hasta 12 metros por delante del coche. Cuando se detecta un objeto por delante, el sistema electrónico calcula 50 veces por segundo la fuerza de frenado necesaria para evitar la colisión.
Este sistema está pensado para funcionar a una velocidad por debajo de los 30 km/h, en ciudad y en retenciones y atascos de tráfico. Si el sistema detecta un objeto delante de la trayectoria del coche y el conductor no reacciona, actúa sobre el motor reduciendo su potencia, y frenando todo lo que sea necesario, incluso calando el coche y accionando también los intermitentes de emergencia.
El sistema está pensado para evitar la colisión cuando la diferencia de velocidad es de unos 15 km/h. Entre 15 y 30 km/h podría no ser capaz de detener el coche antes del impacto, ya que no habría distancia suficiente, pero al menos reduciría los daños sufridos.
En la prueba yo circulaba a unos 20 km/h y el coche frenó completamente, aplicando toda la fuerza sobre los frenos (el equivalente a pisar con todas las ganas el pedal) y hasta se caló el coche, no llegando a tocar el obstáculo de la pista (que era blandito por si acaso), aunque se quedó a cuatro o cinco centímetros como mucho.
Este sistema también ha recibido una mención especial de Euro NCAP. Por el momento solo está disponible en el nuevo Ford Focus, aunque se irá incorporando a otros modelos poco a poco. Dentro del segmento C parece ser que es el primer coche de la categoría en incorporar este sistema. Vuelvo a decir lo que he dicho antes, el coche no conduce solo, y este sistema ayuda a evitar un pequeño despiste, no una imprudencia.
Debo reconocer que salí de las pruebas bastante convencido de la utilidad de estos sistemas, y con ganas de tenerlos en mi coche (aunque tal como están las cosas, voy a tener que ahorrar durante mucho tiempo para poder comprarme un coche nuevo con estos adelantos). Y es muy interesante que estén disponibles en un coche compacto medio, relativamente asequible y muy habitual, de segmento C, como es el Focus.
El inconveniente es que estos sistemas de seguridad avanzados no son un equipamiento de serie. En el caso del Ford Focus están disponibles como opción solo en el acabado más alto, el conocido como Titanium, integrados en un solo paquete llamado Tech Titanium, junto con alguna otra cosilla, por 1.150 euros. También está disponible el sistema de control de crucero adaptativo por otros 900 euros.
Y sí, sé lo que algunos vais a decir, Ford no es la única marca en disponer de este tipo de sistemas, otros fabricantes también tienen cosas similares.
Continuará...
ACTUALIZACIÓN: Ya está publicada la segunda parte de este artículo | Ford Revealed: probando lo último en tecnología en Lommel (y II).
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