El pasado mes de Septiembre, California daba luz verde a algunos fabricantes de coches autónomos para que estos comenzaran a probarlos en situaciones reales dentro de sus carreteras. En total, 48 vehículos han recibido permiso por parte de las autoridades para circular en dicho estado desde entonces, tanto en autovía como en zonas urbanas. Durante las pruebas, y según un informe confidencial al que ha tenido acceso AP, se han reportado cuatro accidentes "menores".
Tres de los coches accidentados pertenecen a Google, mientras que el cuarto es de Delphi Automotive, un proveedor de piezas. Según dicho informe, dos de los cuatro accidentes ocurrieron cuando el coche iba en modo automático mientras que los otros dos fueron a causa del conductor que, por obligación, tiene que ir supervisando el trayecto. Las compañías implicadas han negado que sus coches autónomos hayan sido los causantes de los mismos.
Lo que Google ha aprendido en 2,7 millones de km
Un ciclista (azul clarito) cruza tarde una intersección y esquiva a un coche que está arrancando. El coche de Google (en blanco) traza su trayectoria estimada (en rojo) y se detiene para evitar la colisión
Paralelamente a este informe, Chris Urmson, director del programa de coches autónomos de Google, ha publicado un interesante artículo en el que comenta las conclusiones que su departamento ha sacado después de más de 2,7 millones de kilómetros recorridos durante los últimos seis años. En este caso, ofrece más detalles: los coches han sufrido 11 accidentes menores (entendiendo como tal con daños ligeros y sin heridas) y destaca que en ningún caso han sido los responsables de los mismos.
En el artículo explican además cómo están detectando "patrones" en la conducción de otros conductores que llegan a causar colisiones. Entre otras cosas mencionan cómo la gente apura hasta el último momento a la hora de pasar un cruce con el semáforo en ámbar o recién cambiado a rojo. ¿Qué han hecho ellos? Aumentar el tiempo de espera que pasa antes de que el coche autónomo arranca una vez su semáforo se pone en verde.
Siete de los accidentes sufridos por los coches de Google fueron golpes en la parte posterior del vehículo cuando éste estaba parado en una intersección o semáforo. Otro, cuando otro vehículo de otro conductor se saltó un semáforo. Los coches autónomos de Google van equipados con sensores y pueden reaccionar más rápido incluso que un conductor humano, pero esto no evita que, ante los errores de otros conductores, a veces no sea posible actuar. A fin de cuentas, si alguien choca contra ti cuando tú estás parado, poco puedes hacer por mucho coche autónomo que seas.
Imagen | Steve Jurvetson
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