Los coches eléctricos son una porción del mercado de los automóviles en pleno auge. Algunas marcas tradicionales aún tienen pendiente entrar en este segmento, pero otras como Renault con su ZOE llevan una trayectoria de casi 10 años convencidas de que el futuro del coche es eléctrico o no será.
Este 2020 se estrena la tercera generación del Renault ZOE y lo hace con una propuesta más sólida: más potencia, más autonomía y, sobre todo, una experiencia de uso que cualitativamente se sitúa un paso por encima.
Renault ZOE 2020: un discreto salto adelante
A estas alturas ya es difícil no conocer al Renault ZOE. El pequeño utilitario eléctrico galo es uno de los coches de cero emisiones más populares, siendo el vehículo eléctrico más vendido de Europa, en buena parte gracias al impulso de empresas de carsharing como Zity en Madrid (proyecto desarrollado por la propia Renault junto a Ferrovial).
El ZOE tiene personalidad propia por fuera y es uno de los puntos más valorados por sus clientes. Por eso Renault ha preferido introducir sólo ligeros cambios cosméticos en el exterior, mejorando la presencia frontal con una parrilla más marcada, incorporando nuevos faros full LED con iluminación diurna en forma de C y unos pilotos traseros también de LED con intermitentes secuenciales.
Por lo demás es el mismo coche, hasta el punto de calcar las medidas exteriores del modelo anterior en todas las cotas. La carrocería sigue teniendo cinco puertas, capacidad para cinco ocupantes y un maletero justito pero razonable para un coche de su tipo: 338 litros con doble fondo. Pocos cambios por fuera que no presagian el cambio principal: su interior.
Hasta ahora el Renault ZOE era un coche que pretendía atraer la movilidad eléctrica al gran público (el HI-TECH para todos que lo llama Renault) y, para ello, usaron una base técnica interesante pero cuyo resultado final presentaba puntos ciertamente mejorables. El habitáculo de la generación previa era realmente mejorable, repleto de plásticos duros sin recubrimiento y una estética pobre que diluía la valoración final del ZOE.
Ese interior pobre y hecho de retales ha quedado atrás. El ZOE 2020 estrena un nuevo habitáculo con muchas similitudes con el nuevo Renault Clio (volante, mandos de la climatización y pantalla principal) que resulta mucho más agradable tanto a la vista como al tacto. Las molduras son de mayor calidad, los plásticos superiores son acolchados y las inserciones textiles combinan con el diseño sobrio y de tonos oscuros del nuevo modelo creando un clima elegante y sofisticado.
El volante multifunción es más moderno y precede a un nuevo cuadro de mandos completamente digital a color de 10 pulgadas, y a su izquierda una pantalla vertical en los acabados más altos (u opcional) se encarga de gestionar todo el sistema de infoentretenimiento. Su funcionamiento es correcto, sin más. Simple pero no todo lo fluida que nos gustaría.
Entre los asientos también hay cambios. La anterior palanca de cambios bastante fea deja paso a un selector moderno y agradable tanto a la vista como al tacto, el freno de mano manual se sustituye por uno eléctrico y el espacio que se gana se ha destinado a incluir una plataforma de carga inalámbrica para smartphone.
Un coche eléctrico aún más capaz dentro y fuera de las ciudades
Si el interior cambia, también hay variaciones en las entrañas que no le vemos al ZOE. Al motor R110 de 110 CV que ya se introdujo en la generación anterior ahora se suma un nuevo motor R135 de 135 CV y 245 Nm de par motor para convertirse en el ZOE más potente de su corta historia.
A efectos prácticos esto se nota en la conducción, con unas reacciones más vivas bajo el pie derecho y sobre todo a la hora de afrontar adelantamientos o subiendo puertos de montaña. En carreteras reviradas no desfallece e incluso se comporta como un coche hasta divertido gracias a lo ágil de sus medidas y a un centro de gravedad muy, muy bajo. Las suspensiones no son ninguna maravilla, pero aguantan los algo más de 1.500 kg de peso del ZOE.
La transmisión sigue siendo automática, con solo una velocidad, pero ahora se incorpora un nuevo modo B. Con esta opción seleccionada la electrónica incrementa la retención del motor al ahuecar el acelerador, dejando el pedal del freno sólo para las frenadas más fuertes. Su funcionamiento nos resultó un tanto confuso puesto que en ciudad sí retiene bastante pero en carretera no demasiado.
No nos quedó claro si este modo B tiene un impacto positivo sobre el consumo o sólo es un cambio de comportamiento del acelerador, igual que el modo ECO de la electrónica que también tiene disponible este ZOE.
Hablando de consumos, el motor eléctrico se complementa con una batería de iones de litio de 52 kWh (antes 41 kWh). La autonomía homologada según ciclo WLTP es de 395 km, un 25% más que antes, gracias al uso de un paquete con más celdas de energía y de mayor densidad.
Tras una ruta de casi 250 km saliendo con el 100% de batería, circulando a un ritmo superior al que los propietarios harán de este coche, con el aire acondicionado funcionando durante todo el camino y prácticamente todo por carreteras de curvas con muy poca ciudad, el ZOE se comportó dignamente. Las cifras restantes fueron de 34% de autonomía restante y algo más de 100 km de autonomía, fácilmente mejorable con una conducción más sutil.
En este aspecto el ZOE cumple con lo prometido. Si bien puede ser que no alcance los casi 400 km de los que presume Renault, sí que se pueden hacer fácilmente 350 km, más que suficientes entre recargas para un conductor medio. Además, el ZOE demuestra que pese a su planteamiento utilitario no sólo es un coche urbano, sino que puede satisfacer necesidades más amplias.
Como a nivel dinámico no hay muchos cambios, la marca del rombo se ha centrado en que la experiencia a bordo sea más placentera. Para ello el nuevo ZOE incorpora nuevos paneles aislantes tanto en las puertas como en el vano motor para aislar el habitáculo del sonido, haciendo los viajes aún más silenciosos.
Además, el apartado eléctrico del pequeño ZOE tiene otro punto más en lo que se refiere a versatilidad, puesto que esta tercera generación es la primera en incorporar carga rápida DC que soporta recargas de hasta 50 kW. En estos cargadores pensados para realizar desplazamientos más largos el ZOE puede recargar 150 km de autonomía en sólo 30 minutos, mientras que para un enchufe doméstico a 2,3 kW necesita toda la noche para llenar sus baterías. La refrigeración del paquete se ha reforzado para evitar sobrecalentamientos haciendo uso de las cargas rápidas.
Más gadgets para el Renault ZOE 2020
Otro gadget interesante que incorpora el Renault ZOE 2020 es la posibilidad de usar una nueva aplicación My Renault con la que controlar las recargas de manera remota, planificar viajes en función de los puntos de recarga, buscar puntos de carga activos o programar la climatización del habitáculo.
Además también se han introducido nuevas asistencias a la conducción que antes no podía montar ni siquiera opcionalmente como el avisador de cambio de carril, frenada de emergencia activa, asistente de aparcamiento asistente de arranque en pendiente o luz de carretera automática.
Pero el nuevo ZOE no sólo es un coche de cero emisiones sino que además su huella de carbono es un 70% inferior. ¿Cómo lo consigue? Pues reciclando. Uno de los opcionales más interesantes es una tapicería confeccionada con cinturones de seguridad y botellas de plástico recicladas. Además, gran cantidad de piezas de polímeros como los pasos de rueda o las coberturas inferiores son también recicladas, hasta sumar un 45% más de estos materiales en la nueva generación.
Y más allá de vender coches, otro de los puntos en los que Renault está buscando avances es en la facilidad para gestionar el acceso de sus clientes a puntos de recargas en sus domicilios y acomodarse a sus necesidades. Los franceses están facilitando la instalación de postes de carga y además mantendrán para España con este nuevo ZOE la opción de adquirir el coche tanto con baterías en propiedad como con baterías en alquiler.
El ZOE que llega ahora es en definitiva un poco el ZOE que debería haber sido cuando comenzó su andadura en 2012. Camino de su octavo cumpleaños, el Renault ZOE es ya un coche que se postula como una alternativa seria a los coches de combustión para alguien que realice desplazamientos no solo urbanos, sino también de extrarradio.
En cualquier caso el paso de Renault es lento pero firme en lo referente a vehículos eléctricos, y coches como el ZOE hacen que el público general vaya aceptando de mejor grado a los coches eléctricos y no sólo como automóviles minoritarios, aunque la disponibilidad de un punto de recarga en el domicilio sigue siendo una barrera de entrada difícil de derribar.
Ahora sólo nos falta saber el precio, pues no se anunciará hasta el mes de noviembre cuando se abran los pedidos (las primeras unidades llegarán a partir de enero de 2020). Actualmente el ZOE R110 es el tope de gama y parte de 33.960 euros, pero ese motor pasará a ser de acceso en favor del R135, lo que junto con la mejora de equipamiento y materiales nos hacen presagiar una subida de precios pese a que Renault dice que seguirá siendo asequible. Entre tanto, el Nissan LEAF de 40 kWh (segmento C) parte de unos 35.000 euros, así que habrá que estar muy atentos a la política de precios de Renault.
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