Al final han sido los de la Universidad de Stanford los que se han llevado el gato al agua, o mejor dicho, han llevado el coche sin conductor que diseñaron hasta la meta de la carrera en la que participaban junto a otros 23 equipos.
Han sido 6 horas y 54 minutos las que ha necesitado Stanley, nombre del Volkswagen modificado, para recorrer los 64 km de esta Grand Challenge.
Si bien el año pasado no logró terminar ningún coche, este año los listos del Pentágono doblaron el premio hasta 2 millones de dólares, y ya veis el resultado.
Si no fuera porque esta carrera está alentada para mejorar el ejército ...
Vía | elmundo.