Los asientos de un coche son el elemento más importante para velar por la comodidad del conductor y de los ocupantes. Claro que la suavidad de la suspensión, y el nivel de aislamiento acústico del habitáculo también son importantes, pero por muy buenos que estos sean, si fallan los asientos, la experiencia de la conducción o del viaje puede ser de todo, menos agradable.
El asiento debe tener un diseño con un buen apoyo lumbar, y un acolchado y relleno equilibrado que absorba las sacudidas que se producen sobre pavimentos irregulares. Un asiento inadecuado provocará un mayor cansancio y dolor de espalda.
Pero además de la comodidad el asiento ayuda a la tarea de conducir el coche, sujetando como es debido el cuerpo lateralmente, por ejemplo en una curva, y sujetándolo también cuando se frena, evitando por ejemplo que las caderas resbalen hacia adelante.
Y hay una última función que también cumplen los asientos, la seguridad. Un buen asiento evitará que ante una decelarción brusca se produzca el efecto submarino (que el cuerpo se cuele por debajo del cinturón deslizándose hacia adelante), protegerá los costados del abdomen antes un impacto lateral, y recogerá adecuadamente la cabeza, cuando se produzca un alcance por detrás, evitando lesiones cervicales.
Electrónica también en los asientos
Desde que el asiento de coche es asiento, ha ido evolucionando desde algo así como un banco de madera, hasta los asientos individuales y ergonómicos actuales, pasando por diseños que parecían más un sofá, que un asiento de una máquina que se mueve, acelera y frena.
Las incorporaciones más o menos contemporáneas se basan en integrar, de una u otra forma, sistemas electrónicos (y eléctricos) en los asientos. Probablemente las dos primeras fueron el reglaje eléctrico de algunas de las posiciones del asiento, y la calefacción de los mismos.
Y aunque esto no es algo nuevo, no se ha generalizado demasiado y sigue siendo algo presente solo en modelos de gama media y alta, o bien un equipamiento opcional al que mucha gente no suele sumarse.
El reglaje eléctrico puede ser manual o automático. Los sistemas menos avanzados suelen tener pocos reglajes (en longitud, altura e inclinación), pero los más modernos y completos pueden tener hasta 16 reglajes eléctricos diferentes, como los del coche híbrido Lexus GS 450h.
Lo más nuevo ya no es solo que los asientos tengan dos o tres memorias para recordar un conjunto de ajustes prefijado por cada usuario (por ejemplo cuando un coche lo conduce el padre, la madre y el hijo mayor), sino que esas memorias estén asociadas a una llave personalizada para cada conductor.
De esto modo cuando uno de los conductores abre la puerta, el coche detecta su llave, identifica al usuario y automáticamente realiza todos los ajustes del asiento. Lo normal es que para entrar, el asiento se haya desplazado hacia atrás para dejar más espacio para acceder y sentarse, y una vez dentro, se coloque totalmente a gusto del conductor (y si hay 16 reglajes, ajustará los 16).
La calefacción tampoco es algo nuevo. Muy resumidamente consiste en un circuito eléctrico con una resistencia que recorre el respaldo del asiento (y a veces la banqueta), justo debajo del tapizado, y que se calienta hasta una determinada temperatura, normalmente regulable a gusto del ocupante.
La evolución de hoy en día es la climatización total del asiento, incluyendo calefacción, ventilación y aire acondicionado, no solo para calentar, sino también para enfriar. El asiento está hueco y está equipado con ventiladores. Controlados por el climatizador principal del coche se hace circular aire frío por esos huecos, e incluso se expulsa por pequeñas perforaciones, para mantener fresca la superficie del asiento.
De nuevo el perfil de la calefacción y climatización del asiento puede ser guardado en la memoria asociada a cada llave personalizada y ajustarse automáticamente. Los asientos climatizados de este tipo suelen ser muy poco habituales, y están presentes en modelos premium y de lujo.
Asientos con masaje y asientos dinámicos
Hay sillones con función de masaje para casa, y como no también los hay para los coches. Son todavía menos habituales que los asientos eléctricos. Un asiento con módulo de masaje dispone de una serie de elementos eléctricos que generan cierto movimiento.
Por una parte se puede generar una vibración, y por otra parte un conjunto de rodillos o ruedas se mueven, arriba y abajo, hacia dentro o hacia afuera, para masajear por presión la zona lumbar. Lo normal es que haya varios programas de masaje e intensidades y que el ocupante elija la que prefiera. Por ejemplo coches híbridos como el Citroën DS5 Hybrid4, o el Audi A8 Hybrid montan como opción asientos con masaje. En modelos más bien altos de marcas generalistas empiezan a verse asientos con masaje, aunque sea como opción.
Y lo último de lo último, son los asientos multicontorno dinámicos. Este tipo de asientos se caracterizan no solo por poder regular eléctricamente el grado de sujeción lateral del asiento, saliendo más o menos, o ajustándose al cuerpo más o menos, los resaltos laterales del asiento, sino por hacerlo en tiempo real.
En modo dinámico los motores eléctricos integrados en el asiento ajustan el resalto lateral izquierdo o el resalto lateral derecho lo que sea necesario, dependiendo de la fuerza lateral G que experimenta el coche. El ajuste se hace moviendo la placa sólida que está bajo el acolchado.
Para medir la fuerza lateral se emplean los elementos del sistema de control de estabilidad del coche (acelerómetro, giróscopo, ángulo de giro del volante). Tuve ocasión de probar este sistema en funcionamiento en varios modelos de Mercedes-Benz en el Circuito del Jarama hace no mucho y resulta bastante curioso (sobre todo para quien conduce un coche normalito).
Si se conduce despacio, con suavidad, y se toman las curvas a velocidad moderada, hay poca fuera lateral G, y el sistema refuerza sutilmente la sujeción lateral del asiento. En cambio cuando se conduce más rápido y se toma una curva muy cerrada a gran velocidad, y por tanto hay una fuerza lateral G muy alta, el sistema ajusta mucho más los resaltos laterales para sujetar más el cuerpo.
Además lo hace de manera independiente. Si la curva es a derechas, el cuerpo por la inercia y la fuerza lateral tenderá a desplazarse hacia la izquierda (para echarte de la curva), y el sistema refuerza el apoyo lateral de la parte izquierda del asiento. Y al revés cuando la curva es a izquierdas.
El sistema lo hace todo automáticamente con rapidez. Lo único que nota uno es que partes del asiento se mueven, y que te aprieta más por los costados, cambiando según la situación. Como es obvio, en coches utilitarios de precio asequible esta opción no existe, de nuevo es para modelos caros, premium y de lujo. Por ejemplo los Mercedes-Benz Clase E (entre otros) pueden llevarlo.
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