Os hablaba en el artículo anterior de los altos precios de la gasolina y del gasóleo, debidos a su vez al alto precio del petróleo, y de cómo los fabricantes buscan mejorar la eficiencia de los coches, no solo por normativas, sino también porque los consumidores intentan evitar arruinarse cada vez que pasan por la gasolinera para repostar y buscan coches que consuman cuanto menos mejor.
Como bien sabéis no solo es una cuestión de gastarse menos dinero cuando usamos coche, aunque para muchas personas sea el factor determinante. También es una cuestión de reducir nuestro consumo de energía, que no sobra ni es tan fácil de obtener, y también de contaminar menos. Los vehículos híbridos son una de esas alternativas en los automóviles para mejorar la eficiencia, consumir y contaminar menos, pero no es la única. Los coches 100% eléctricos son otra de ellas.
¿Qué es un coche eléctrico?
Un coche eléctrico es un automóvil en el que el movimiento de las ruedas se consigue exclusivamente gracias al giro de un motor eléctrico, que se alimenta de la electricidad acumulada en unas baterías de gran capacidad (y que no se deben confundir con la batería “de toda la vida” que llevan todos los coches para por ejemplo encender las luces o que funcione la radio). Estas baterías hoy en día suelen ser, es lo más habitual pero no la única opción, de iones de litio.
En condiciones normales no hay más motores que ese. Si hubiera un motor de combustión interna adicional conectado a un generador para generar electricidad y recargar las baterías, y así aumentar el rango o autonomía, no dependiendo solo de la que se puede acumular en las baterías, estaríamos hablando de un coche eléctrico de rango extendido. No me referiré a ellos en este artículo.
Hace años un coche eléctrico solía ser más parecido a un coche de juguete que a un coche convencional, y mucha gente apenas se los tomaba en serio, pero hoy en día tenemos poco a poco una mayor oferta de modelos, que son coches “de verdad” por aspecto, espacio, calidad, potencia y prestaciones (ojo que no entro a valorar si su diseño es más o menos agraciado).
Así por ejemplo tenemos coches diseñados especificamente como eléctricos, tales como el Renault ZOE, un utilitario con 88 CV, Nissan LEAF, una berlina con 109 CV, o el Tesla Model S, una berlina premium con 421 CV. Pero también hay diversos ejemplos de coches eléctricos que son en verdad un modelo convencional convertido a eléctrico, como el Mitsubishi i-MiEV, un pequeño utilitario, el Renault Fluence Z.E., un sedán de cinco plazas, el Volkswagen Golf eléctrico, o el Ford Focus eléctrico, compactos de tamaño medio y cinco plazas, más que conocidos.
Los coches eléctricos tienen como principal ventaja que son los más eficientes de todos los coches que hemos inventado hasta el momento.
Es decir, son los que menos energía consumen tanto en su funcionamiento, para recorrer por ejemplo 100 km de distancia, como al considerar el ciclo completo de la energía desde el pozo a la rueda, como al tener en cuenta el ciclo de vida completo del vehículo.
Son mucho más eficientes que los coches con motor de combustión interna, hasta cuatro veces comparado con un coche de gasolina, y tres veces comparado con un diésel, son más eficientes que los coches de motor de aire comprimido y también son más eficientes que los coches de pila de combustible de hidrógeno, aproximadamente el doble.
Además de esto tienen otras ventajas como son que no generan emisiones locales, y por tanto no contaminan el aire de las ciudades. Y considerando las emisiones del ciclo completo de la energía y de su ciclo de vida completo del coche (desde que se fabrica hasta que se recicla), también son menores.
Son muy silenciosos, de hecho a baja velocidad apenas generan ruido, su conducción es simple, cómoda y ágil al no tener que recurrir a cambios de marchas y que el motor entrega todo el par (la fuerza) desde el primer momento, y requieren poco mantenimiento, al no tener que sustituir tantos elementos que se desgastan con el uso (como el aceite, filtros, tubos de escape, etc).
Pero a día de hoy no son perfectos
Creo que es bueno y necesario ser justos y claros, y ni ocultar cosas, ni exagerarlas. No debemos pensar en los coches eléctricos como algo estupendo ideal y perfecto, y crear falsas ilusiones y expectativas, ni tampoco podemos citar solo sus defectos, olvidando sus ventajas, denostándolos hasta llegar a decir que son inservibles.
No todo son ventajas, cierto, pues hoy en día todavía tienen ciertas limitaciones e inconvenientes. El primero es su precio de adquisición, el cual es más elevado que el de un coche de combustión convencional. El principal motivo es el precio de las baterías, que viene a suponer la tercera parte del precio de un coche eléctrico.
Ya se están viendo reducciones en los precios y parece que en los próximos años, principalmente motivado por un esperado (y por ahora plausible) descenso en el precio de las baterías, irán bajando poco a poco. Pero por el momento son caros (aunque yo prefiero decir costosos).
Eso sí, a cambio, debido a su muy inferior coste de uso, quien realice muchos kilómetros, y sobre todo por ciudad, podrá amortizar la diferencia en el precio e incluso acabará ahorrando dinero. Hacer 100 km con un coche eléctrico viene a costar entre poco más de un euro y cerca de tres, según la tarifa que se aplique para la recarga (supervalle o normal).
Hay otro inconveniente y que en verdad es una limitación, su autonomía. Con la tecnología actual un coche eléctrico medio viene a tener una autonomía de unos 150 a 200 km por carga. Y aunque hay algún coche como el Tesla Model S que puede tener una autonomía de hasta casi 500 km (según el modelo), no debemos olvidar que su precio es considerablemente superior al de un coche convencional medio. Entraría dentro de los coches premium/lujo.
La autonomía, como sucede también en cualquier otro coche, se ve afectada por diferentes factores y puede variar de unas circunstancias a otras. Lo que sucede es que al no ser mucha la autonomía de un coche eléctrico de por sí, un cambio en esta se percibe más y hasta puede crear cierta ansiedad en el conductor.
Un mismo coche eléctrico por ejemplo puede tener una autonomía de autopista y usando el aire acondicionado de unos 90 km, mientras que en ciudad y sin usar el aire acondicionado ni la calefacción puede tener 200 km. En invierno teniendo que usar mucha calefacción también se reduce la autonomía.
Así que los coches eléctricos serán útiles para algunas personas, pero no para todas, y serán útiles para determinados tipos de uso, pero no para todos. Aproximadamente tres cuartas partes de los conductores pueden cubrir sus necesidades con un coche eléctrico.
Son muy válidos para ser utilizados en la ciudad, y para desplazamientos entre ciudades dentro de la misma provincia, por ejemplo para esos desplazamiento diarios para ir a trabajar, recoger a los niños del colegio o hacer la compra. Alrededor del 90% de los desplazamientos diarios se pueden cubrir con un coche eléctrico.
Pero no sirven para realizar viajes de media y larga distancia con ellos, por ejemplo en fin de semana o en vacaciones.
Recargar las baterías lleva su tiempo
Los coches eléctricos no se pueden recargar todo lo rápido que hoy en día repostamos un coche de gasolina o gasóleo. Para un coche eléctrico medio la recarga normal, también conocida como recarga lenta (y que sería la que realizaríamos en nuestras propias casas), suele llevar entre seis y ocho horas.
Aunque no todo es tan negro. Con la recarga rápida, se puede recargar la batería de un coche eléctrico hasta el 80% de su capacidad en unos 15 a 30 minutos. Y en algunos países existe la posibilidad de cambio de batería en estaciones específicas, es el sistema Quickdrop de Better Place.
Todavía hay que mejorar la infraestructura de puntos de recarga de acceso público en la calle, estacionamientos, centros comerciales o estaciones de servicio, pues aunque se han instalado muchos, aún no hay tantos como sería necesario.
A medida que progrese la tecnología y la inversión, este inconveniente de la autonomía irá reduciéndose ya que se están instalando también puntos de recarga rápida, bastante útiles como sistema de apoyo ocasional.
También se está investigando, desde diferentes frentes, en la mejora de la densidad energética de las baterias para que acumulen más energía y por tanto den más autonomía, en nuevos tipos de acumuladores, que no sean necesariamente de iones de litio y en baterías que se puedan recargar más rápido.
Por el momento, y mientras no todo el mundo encuentre adecuado un coche eléctrico para sus necesidades, los coches de combustión modernos y eficientes, los coches híbridos un primer paso hacia la electrificación (pues combinan un motor térmico con uno eléctrico) totalmente funcional hoy en día y a precio razonable, los híbridos enchufables y los coches eléctricos de rango extendido son opciones muy a tener en cuenta.
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