Este suele ser uno de los temas tabú de Tesla. Pese a ser uno de los grandes actores del futuro de la industria de los metales, la compañía fundada por Elon Musk no suele hacer declaraciones sobre ella. Sin embargo, como informa Reuters, están preocupados. Y mucho.
Las cadenas de suministro de níquel, cobre, litio u otros minerales relacionados con la fabricación de baterías de vehículos eléctricos no atraviesan su mejor momento, ni parece que vayan a estarlo en el futuro y eso va a poner a muchas empresas tecnológicas es problemas. Según parece, Tesla ya está preparándose para ello.
Caminamos hacia un 'cuello de botella' de materiales básicos
"Escasez global" Este jueves, 2 de mayo, Sarah Maryssael, directora mundial de suministro de metales para baterías de Tesla, reconoció en una conferencia industrial (frente a compañías mineras, reguladores y legisladores) que la inversión en el sector minero parecía a todas luces insuficiente y que sus proyecciones señalaban que nos dirigimos a una escasez global de todos estos materiales.
No es una sorpresa. Durante años hemos hablado de lo problemáticas que eran las entrañas de las baterías sobre las que se levantaba el mundo digital. Daba igual qué material miráramos: litio, niquel, cobalto... todos los mercados de suministros llevan años dando señales de alarma.
Incluso los más clásico. Y cuando digo todos, digo todos. Industrias tan básicas como la del cobre lleva años sumida en una enorme depresión de inversiones y, aunque ahora trabajen para desarrollar nuevas explotaciones de yacimientos, las previsiones dicen probablemente no lleguen a tiempo de responder a la demanda creciente. Solo un coche eléctrico, necesita el doble de cobre que su equivalente de combustión interna.
Y, por supuesto, no está solo. Además, el mercado mundial de almacenamiento en baterías crecerá un 7% y alcanzará los 13.130 millones de dólares en 2023. Eso, junto al resto de desarrollos tecnológicos (la consultora BSRIA señala que solo entre termostato Nest y los altavoces de la familia Alexa se consumirán un millón y medio de toneladas de cobre para 2030 frente a las 38.000 actuales), pintan una situación muy negra. Esta es una de las dinámicas que preocupan a Tesla (y a todo el mundo del sector). Tendremos que estar pendientes para qué nos depara el futuro de estos mercados.
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