Las nuevas tendencias en el cine de ciencia-ficción, especialmente las relacionadas con los bajos presupuestos y su replanteamiento de los códigos narrativos y visuales del género, llegan avasalladores, imponiendo su insolencia indie incluso en los grandes presupuestos. De ese modo, hasta películas como la última de Christopher Nolan, 'Interstellar', que ha precisado de la movilización de tres productoras para conseguir ser financiada, se empapa de ese ritmo cadencioso y contemplativo de los independientes. Y a la vez, tal y como demostró Gareth Edwards con 'Monsters' y como hacen algunos de nuestros nueve nombres destacados, el cine independiente se deja contagiar por el coqueteo con la grandilocuencia del CGI.
Vivimos tiempos convulsos para los resortes narrativos de la ciencia-ficción: estos nueve nombres te pueden ayudar a atisbar por dónde se moverá ese futuro.
William Eubank
Dueño de un estilo estético altamente estilizado, con una fotografía o composición de planos cuidadosísima, ha sido director de fotografía de una buena cantidad de películas de todos los géneros, que siempre se han movido en los márgenes de los presupuestos mínimos. Su debut en la dirección, 'Love', fue un encargo de la banda de rock alternativo Angels & Airwaves, que también produjeron la película y compusieron la banda sonora.
Se trata de una reflexión sobre las conexiones emocionales entre los seres humanos, desatadas cuando un astronauta se pierde en el espacio. Se trata de una peculiar y tranquila muestra de ciencia-ficción metafísica, influída por clásicos como 2001: 'Una Odisea en el Espacio', la reciente 'Moon' y los propios estudios universitarios de cosmología de Eubank.
Su segundo largometraje, estrenado en 2014, es 'The Signal', otra muestra de ciencia-ficción indie excelentemente recibida en Sundance y que cuenta cómo tres amigos son aislados en una zona cerrada por un agresivo hacker. Pronto comienzan los experimentos mentales, los contactos con alienígenas y el no saber qué es real y qué no. Eubank es el ejemplo perfecto de que, gracias a las nuevas tecnologías de filmación y edición digital, el cine indie de género ha dejado de ser sinónimo necesario de estéticas descuidadas.
James Ward Byrkit
Con solo una película dirigida (aunque escribió la historia de 'Rango' y un interesante corto de ci-fi meditabunda llamado 'Fractalus'), ya se ha convertido en un nombre imprescindible para la ciencia-ficción de los próximos años: su 'Coherence' cuenta cómo un grupo de amigos que están en una apacible (aunque algo tensa) cena notan que la realidad no es lo que era después de que un cometa pase sobre ellos.
Pronto empiezan a recibir pistas de que podrían estar sumergidos en una realidad paralela. Aclamada en el Austin Film Fest del año pasado, 'Coherence' no tenía previsto ser una película de ciencia-ficción: los actores fueron improvisando la historia según avanzaba el rodaje.
Una prueba del potente poder evocador de una buena y sencilla historia de ci-fi sin necesidad de efectos especiales.
Neil Johnson
¿No sabes quién es el fascinante Neil Johnson? Es uno de los autores más hiperactivos y prolíficos de la industria, pero sigue siendo un casi total desconocido. Obseso de la ciencia-ficción, subsección space opera, desde muy temprana edad, rodó cuarenta videoclips llenos de efectos digitales rudimentarios, la mayoría de ellos sin cobrar, para hacerse un nombre y empezar a crear sus propios largometrajes, seis hasta la fecha.
Todos ellos rebosan razas alienígenas exóticas, planetas de colores, naves espaciales digitales, explosiones en el espacio y muchos, muchos efectos figitales. La primera, 'Demons in My Head', de 1997 está acreditada como la primera película con efectos digitales de la historia. Su 'Battlespace', de 2003, incluía más de quinientos planos de sofisticados efectos CGI antes de que Hollywood se lanzara en plancha sobre ese nuevo canon. Ha creado un universo fictio propio por donde pululan los Nephilim, una maquiavélica raza alienígena que quiere acabar con la humanidad.
Solo en 2014 ha arrancado la saga 'Starship', con dos entregas ('Rising' y 'Apocalypse') mientras ultima una película más, 'Death Machine', y filma su película más sofisticada y compleja hasta la fecha, 'Nobility', siempre dentro de los límites de la ciencia-ficción rebosante de efectos especiales y con presupuestos ridículos.
Los Wachowski
Ya, ya, estos no tienen nada de recién llegados, pero si hay un par de directores que película a película han ido demostrando una creatividad estética y temática fuera de toda duda, esos son los Wachowski. Y no solo como directores: produjeron una digna adaptación de 'V de Vendetta' cuyo impacto social está fuera de toda duda y revitalizaron el cine de ninjas con 'Ninja Assassin', cosa por la que ya merecerían todos nuestros respetos.
Pero además dieron el campanazo con la monstruosa franquicia 'Matrix', que supervisaron en todas sus encarnaciones, y que a pesar de sus altibajos es un extraordinario ejemplo de narrativa transmedia, experimental y con múltiples aciertos a todos los niveles (ya, que no te gustó la tercera; igual el problema es tuyo, ¿eh?... podría ser). Y crearon con 'Speed Racer' un experimento plástico absolutamente único y que aún espera el reconocimiento que merece.
Tras un leve traspiés con 'El atlas de las nubes', los Wachowski regresan a la ciencia-ficción más canónica con 'Jupiter Ascending', cuyo flamante trailer pone sin miedo las cartas de la space opera más desfasada sobre la mesa: extraterrestres, naves, trajes disparatados, acción más grande que la vida... y una mujer haciendo el papel del clásico Elegido. Si la jugada les sale a Andy y Lana Wachowski tan bien como 'Matrix', podemos estar a las puertas de un estimulante cambio de paradigma en el género.
Mike Cahill
Jovencísimo pero ya experimentado director que después de grabar un par de documentales sobre música para Sundance (acerca de Leonard Cohen y The Police), se embarcó en una de las películas de ciencia-ficción más comentadas de los últimos tiempos. Se trata de 'Otra Tierra', una apacible fábula sobre la posibilidad que una Tierra paralela nos ayude a enmendar nuestros errores. Planteado como un drama romántico ligero, el componente de ciencia-ficción es sutil, casi imperceptible, lo que sin duda define muchas de las recientes producciones indies de género.
Su nueva película, 'I Origins', parte de un acercamiento ciertamente distinto a los códigos de la ciencia-ficción, aunque también contiene trazas de drama romántico: un biólogo molecular hace un descubrimiento en las retinas de los ojos humanos que le puede dar la razón definitiva que acabe con los argumentos creacionistas, lo que le sumerge en una espiral de teorías y discusiones que la película va desgranando con todo detalle. Con el ritmo propio del cine independiente más verbal, las primeras películas de Cahill conforman una de las voces más singulares de la nueva ciencia-ficción independiente.
Aeneas Middleton
Otro misterioso estajanovista de la animación digital y los presupuestos infrahumanos, que prepara una cantidad absolutamente enloquecida de proyectos para los próximos años: acabar su franquicia de minicortos Defusion, que consta de cinco partes, e iniciar la saga de largometrajes Cranium Intel, basada en una serie de novelas autopublicadas y que se extenderá con Cranium Intel (2016), Cranium Intel: Magnetic Contamination (2018) y Cranium Intel: Magnetism X.3 (2020), a la que se sumará una cuarta aun sin fecha.
Sabemos lo que estáis pensando: esto no tiene ningún valor, no es más que un demente encerrado en casa y generando CGIs baratos con After Effects. A lo que nosotros respondemos: en efecto. Tiene exactamente esa pinta. Pero estamos aquí para advertir sobre posibles futuros iconos de la ciencia-ficción y, eh, aún no podemos juzgar sobre su talento, pero... ¿una trilogía de space operas en cinco años? ¡Al chico no le falta entusiasmo!
Veronica Roth
Podría ser la próxima creadora de fantasías generacionales gracias al éxito de su serie de libros 'Divergente'. De momento, esta joven novelista nacida en 1988 ya ha vendido una trilogía de tochos a Hollywood que cumplen todos los requisitos oficiales: títulos rimbombantes, prosa muy digestiva, romances para adolescentes, ritos iniciáticos, repartos corales y jugueteo temático con la ciencia-ficción distópica. Nos suena, ¿verdad?
En este caso conocemos una Chicago del futuro que agrupa a las personas en cinco facciones que intentan erradicar los males que llevaron a la sociedad a una terrible guerra: Cordialidad, Erudición, Verdad y Osadía, enfrentados respectivamente a la agresivididad, ignorancia, engaño, egoísmo y cobardía. Una ceremonia a los 16 años obliga a los adolescentes de la ciudad a elegir facción o convertirse en un paria.
Neil Burger, director de 'Sin Límite', se ha encargado de adaptar la primera entrega en una trilogía que no está arrasando en taquilla tanto como 'Los Juegos del Hambre', pero sí lo suficiente como para que la industria literaria y cinematográfica estén muy atentas a los próximos pasos de Victoria Roth.
Christopher Nolan
Otro nombre que no es precisamente un desconocido, aunque sí un recién llegado a la ciencia-ficción más pura. Aunque 'Memento' e 'Inception' tenían algo de la fantasía cerebral de los buenos relatos del género, carecían de su parafernalia visual, y Nolan ha decidido dar ese salto con 'Interstellar', una producción que muchos dicen que podría cambiar la faz del género si se convierte en un éxito que trascienda más allá de los círculos de fans.
Con trazas de ciencia-ficción dura y el manejo de conceptos que nunca se han tratado en el cine, 'Interstellar' cuenta cómo el descubrimiento de un agujero de gusano que podría conectar distintos puntos del espacio-tiempo revoluciona a un grupo de exploradores, que sienten que podría cambiar nuestro mismo concepto del cosmos, y de ese modo, salvar a una humanidad enfrentada a la extinción. Protagonizada por Matthew McConaughey y Anne Hathaway, Nolan llegó a cursar estudios universitarios sobre relatividad para documentarse escribiendo el guión, así que, guste Nolan o no, podemos estar ante un golpe de timón sin precedentes para la ciencia-ficción.
Gareth Edwards
Con una carrera aún incipiente, su salto de los márgenes de la independencia mediana a primerísima fila de los prespuestos mastodónticos ha sido espectacular, y sin duda está ayudando a perfilar una ciencia-ficción blockbuster con cierta clase.
Después de su 'Monsters', en la que encuadraba un romance en un apocalipsis kaiju que casi siempre transcurría en segundo plano, se ha encargado de 'Godzilla', un remake complicado, lleno de concesiones, pero que logra finalmente su propósito de presentar monstruos gigantes curtiéndose el lomo, personajes humanos que interesan mínimamente y experimentación plástica con algo de sustacia.
Su siguiente paso, aparte de la inevitable secuela de Godzilla para 2018: dirigir un spin-off de la renovada franquicia de Star Wars, aún sin título, y en la que si inyecta su indudable sello personal, puede servir para que corra un poco el aire en una de las sagas más codificadas y poco receptivas a la innovación dentro del género.
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