Pocas veces la definición de un adjetivo define a la vez una serie con tanta precisión.
Esta noche se estrena en HBO la tercera y última temporada de 'The Leftovers', uno de los dramas de ciencia ficción más intensos y brillantes de los últimos años. Literalmente significa Las Sobras, y es que su planteamiento parte un evento traumático y catastrófico llamado La Ascensión, o Sudden Departure, en el que se produjo la inexplicable y simultánea desaparición del 2% de la población mundial.
140 millones de personas se esfuman de la tierra dejando al resto, a las sobras, preguntándose ¿por qué? ¿a dónde? ¿cuándo les llegará a ellos, si es que les llega? La humanidad queda sumida en la tristeza y la frustración. También hay mucha culpa, soledad e incluso locura. La historia está basada en la novela homónima de 2011 de Tom Perrota, autor que es creador de la serie junto a Damon Lindelof ('Perdidos').
¿Cómo se siente un apocalipsis emocional? Estaba leyendo ‘La Carretera’ de Cormac McCarthy y pensaba: ¿Cómo puedo tomar el sentimiento tras estas historias post-apocalípticas de gente buscando latas de CocaCola y sardinas bajo el cielo cenizo? ¿Cómo lo traslado al mundo de hoy en día? ¿Puedo crear un apocalipsis existencial? - Damon Lindelof.
Contundente y desasosegante cabecera de la primera temporada. Representa a la perfección la tragedia que supuso La Ascensión.
'The Leftovers' arranca tres años después de ese momento y la historia se centra principalmente en la familia Garvey y otros habitantes de su ciudad, Mapleton. Kevin (Justin Theroux) es el padre de familia además del jefe de policía local. Su mujer, Laurie (Amy Brenneman), abandonó a la familia y se unió a una de las sectas que surgieron tras La Ascensión, los llamados Culpables Remanentes (Guilty Remnant). Su hijo Tommy (Chris Zylka) se ha ido a la universidad mientras que su hija Jill (Margaret Qualley) está en una permanente actitud desafiante y con poca intención de hacer "vida normal".
También forman parte de los personajes principales Matt Jamison (Christopher Eccleston), un reverendo retirado que se pregunta por qué no se lo han llevado a él al paraíso, su hermana Nora Durst (Carrie Coon), una mujer que perdió a toda su familia -marido, hijo e hija- en la Ascensión y Megan Abbott (Liv Tyler), una mujer que se convierte en uno de los objetivos de los Culpables Remanentes, que están liderados en la zona por Patti (Ann Dowd).
Pese a ser una producción de HBO que rebosa talento, autoría, intención y trascendencia, no ha sido una serie con demasiada visibilidad. La crítica la aplaude pero apenas ha recibido atención en premios específicos; y el público no la respalda en cuanto a audiencias se refiere. ¿Por qué un drama tan cuidado y que trata temas tan identificables y humanos no ha llegado a calar? Quién sabe, pero seguramente el tono tenga mucho que ver.
'The Leftovers' es un drama intenso y arriesgado que pocas veces abre grietas por las que pase algo de luz. Su relato es tan profundamente deprimente que puede llegar a alienar al espectador. Esta capacidad empática de absorberte en su universo ha expulsado a algunos espectadores, que argumentan no tener fuerza anímica suficiente para afrontarlo.
Es comprensible. Hay ficciones que te nublan el corazón y hay que encontrar el momento adecuado para dejarte llevar por ellas. El propio Damon Lindelof hablaba de cómo le había afectado la serie en una intensa y honesta entrevista que publicó el crítico norteamericano Alan Sepinwall.
Estaba muy deprimido cuando escribí la primera temporada de la serie. No sé si estamos ante eso de si fue primero el huevo o la gallina; no sé si la serie me deprimió o yo estaba deprimido y lo trasladé a los guiones. Cuando Pete [Peter Berg ('Friday Night Lights'), el director del primer capítulo] lo leyó por primera vez me dijo que había pensado en la masacre de Sandy Hook, en lo que se siente al enterarte de algo tan horrible, en cómo un acto devastador de violencia completamente inexplicable como ese rompe las reglas porque se supone que la muerte no tendría que ocurrir así en ese lugar.
En la pre-producción del piloto fuimos a localizar a New York y […] me dijo: “vamos a cenar en Newtown. Es importante”. Había pasado más o menos un año desde el tiroteo pero la ciudad se sentía muy triste y trágica. Había lazos por todas partes y habían construido un monumento al que la gente hacía fotos. Habían decidido tirar el colegio y construir uno nuevo, una reacción muy primitiva para eliminar la mala energía. Todo esto acabó permeando en la serie.
Una de las grandes virtudes de 'The Leftovers' es consecuencia de lo que Berg le decía a Lindelof: no importa el origen ni el porqué de La Ascensión. Hay sucesos inexplicables que escapan a nuestro control, al igual que las consecuencias en el comportamiento de los afectados pueden no ser racionales. La serie nos presenta diferentes formas de enfrentarse a esto.
El universo de Mapleton nos muestra dos formas esenciales de reaccionar y que se explican muy bien con dos formas diferentes de traducir Leftovers: Sobras o Paluegos. Algunos responden con un de perdidos al río, se entregan a la vida disoluta por estar convencidos de que no tiene sentido seguir un orden o tener objetivos cuando puede llegar algo externo y arrebatarte la existencia. No sabes cuándo van a volver a por ti así que aprovecha mientras puedas. La incertidumbre les carcome.
Cabecera de la segunda temporada. Esta vez en un tono completamente distinto a la anterior pero que recalca sentimientos más dolorosos. Esos momentos felices y cotidianos de la vida (subrayado con la música) cuyo recuerdo ha quedado empañado por el dolor de la pérdida.
Otros recurren al misticismo y la superstición. Intentan dar una explicación a lo ocurrido, algo muy humano, e incluso se castigan por creer que ese 2% ha sido el elegido para ir a un lugar mejor. Estos no son paluegos, son sobras. La versión extrema de esta conducta la vemos en los Culpables Remanentes, grupo cuya finalidad es que nadie olvide ni supere lo ocurrido en La Ascensión. Son recuerdos vivientes, como ellos se auto denominan. La culpa constante del que se auto flagela.
Con todo esto, ‘The Leftovers’ hace un drama psicológico intenso, atrevido y dolorosamente consecuente que reflexiona sobre nuestra actitud ante la pérdida, ante la falta de control o sobre lo difícil que es superar la culpa del superviviente. Explora los lugares más oscuros y profundos de la humanidad a través de lo individual y lo íntimo.
Pero no sólo en lo argumental y emocional es exquisita. Su narrativa visual es potente; de una fuerza única. La atmósfera y los ambientes están en consonancia con su relato nihilista, pero además su puesta en escena y su edición recalcan el mensaje con poderosas alegorías visuales que hacen crecer el relato. Todo el empaque visual se acompaña además de la melancólica y dramática banda sonora de Max Richter.
‘The Leftovers’ es un drama exigente en muchos sentidos. Ya ha quedado claro que anímicamente puede incluso provocar rechazo, pero la sensación es la misma en cuanto a tono y argumento. Es intenso y se toma en serio su relato; no hay alivios y el ritmo de la historia pocas veces es frenético. Es un estudio de personajes y sentimientos concienzudo y consecuente que evita tanto caer en efectismos como mascar las cosas al espectador.
La temporada que se estrena esta noche en HBO -y que mañana llega a España, México y el resto de Latinoamérica a través de su servicio de streaming- será la última. Una que promete entrar en terrenos algo más místicos pero sin perder de vista el peso de todo lo que está en los hombros de sus personajes. Es una buena excusa para asomarse a ella. Esperemos que la perspectiva que da el tiempo coloque a The Leftovers en el lugar que se merece: como una de las series más brillantes, honestas y arriesgadas de los últimos años.
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