Hay varias películas que han conseguido acaparar la adoración casi unánime de los entusiastas de la ciencia ficción. 'Blade Runner', '2001: Una odisea del espacio', 'Interstellar' o 'Alien: el octavo pasajero' son solo algunas de ellas, pero hay muchas más. Todas ellas tienen en común una historia apasionante, una atmósfera sobrecogedora, unas interpretaciones creíbles, y, sobre todo, una dirección inspirada. De hecho, la combinación de estos ingredientes ha provocado que algunas de ellas alcancen el estatus de obra maestra.
Sin embargo, también hay otras películas de ciencia ficción mucho más pequeñas y realizadas con unos medios más modestos que consiguen atraparnos por su originalidad. Y también porque consideran que los espectadores somos seres inteligentes, y, por tanto, capaces de afrontar el visionado del metraje de una forma activa. Realizando cierto esfuerzo para interpretar la trama y llegar a unas conclusiones que no siempre tienen que venir impuestas de una manera inflexible por el hilo argumental.
Las tres películas que os proponemos en este artículo encajan bastante bien en esta filosofía. Nos proponen una ciencia ficción respetuosa y razonablemente seria, aunque, honestamente, ninguna de ellas tiene la ambición de ser popular. Su ritmo pausado y reflexivo probablemente resultará pesado para algunos aficionados a este género, pero quien no se desanime fácilmente probablemente encontrará en ellas tres joyitas que no olvidará.
Ahí va una declaración de intenciones antes de seguir adelante. En este artículo no vais a encontrar espóileres; tan solo una descripción breve que pretende ayudaros a intuir si os apetece dedicar vuestro tiempo a alguna de estas películas. Y, en lo que se refiere a la ciencia, como es habitual, las tres se toman licencias y no renuncian a una buena dosis de ficción, como cualquiera de las producciones que he mencionado en el primer párrafo, pero han interiorizado la integridad y el equilibrio que solo están al alcance de las mejores películas de este género.
'Upstream Color' (2013), de Shane Carruth
'Primer', la primera película de Carruth, nos sorprendió en 2004 con una visión de los viajes en el tiempo más compleja y madura que la que suele proponernos buena parte de las películas de ciencia ficción. 'Upstream Color' es su segunda película, y, aunque recorre un camino muy diferente al que siguió con su ópera prima, ambos filmes comparten un coqueteo con la abstracción que ha llevado a algunos críticos a considerar a Carruth un muy digno heredero del cine de David Lynch.
El punto de partida de su segunda propuesta es la relación a la que se ven abocadas dos personas, Kris, interpretada por Amy Seimetz, y Jeff, encarnado por el propio Carruth, en cuyas vidas se ha cruzado un organismo parasitario que crea entre ellos un vínculo vital y emocional del que no pueden desprenderse. 'Upstream Color' está repleta de imágenes hipnóticas y catárticas que evocan algunas de las secuencias que nos propone en sus películas Terrence Malick, aunque, sobre todo, exuda originalidad. Actualmente está disponible en Filmin.
'Solaris' (1972), de Andréi Tarkovski
Esta es, probablemente, la más conocida de las tres películas que os proponemos en este artículo. Al fin y al cabo el cineasta ruso Andréi Tarkovski es objetivamente uno de los realizadores más influyentes y respetados de cuantos desarrollaron su carrera cinematográfica durante la segunda mitad del siglo XX. 'Solaris' no es su propuesta más personal, pero, aun así, es una cinta de ciencia ficción compleja, reflexiva y emocionante. Muy emocionante.
Curiosamente, este cineasta afirmó durante su vida en varias ocasiones que este es el largometraje que menos le gustaba de los siete que había realizado. Stanislaw Lem, el autor de la novela en la que está inspirada esta película, tampoco quedó satisfecho con el resultado. Más allá de la opinión de sus responsables, 'Solaris' consigue retratar con una precisión quirúrgica la crisis psicológica por la que se ve subyugado un astronauta destinado a una estación espacial que orbita en torno a un misterioso planeta acuático. Está disponible en Filmin.
Un último apunte: la adaptación dirigida en 2002 por Steven Soderbergh y protagonizada por George Clooney y Natascha McElhone es quizá una simplificación excesiva de la obra original de Tarkovski, pero, eso sí, respeta su espíritu original y es más asequible. Mucho más asequible. Podemos ver esta reimaginación en Disney+.
'El planeta salvaje' (1973), de René Laloux
La tercera y última película que os proponemos en este artículo es una cinta francesa de animación para adultos que coloca con una pericia asombrosa al ser humano como el objeto de juego y experimentación de una civilización extraterrestre conocida como Draag. Su potencia estética, que está claramente influenciada por la obra de Salvador Dalí, y la profundidad de su mensaje están fuera de toda duda. En mi opinión no sobra ni uno solo de sus 71 minutos de metraje. Si os apetece darle una oportunidad la tenéis en el canal de suscripción MUBI, que está integrado en la plataforma Prime Video.
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