Una tarde más, Laura Leland regresa del trabajo a su pequeño apartamento situado en la esquina entre Madison Avenue y la calle 42: un gran rascacielos conocido como "Edificio Baxter" que perfila, como otros tantos, el cielo neoyorquino. La sorpresa es mayúscula cuando se encuentra con un solar en su lugar. Los bomberos intentan calmar a los vecinos y apartar a los curiosos. Laura ve a Mr. Collins, el dueño del edificio, fuera de sí: "¡¡La última vez!!, ¡esta vez sí que les echo!", exclama y explica a los inquilinos recién llegados que el Doctor Muerte y Namor han lanzado el cuartel de los 4 Fantásticos, junto con el resto del edificio, al espacio.
Con su combinación de fantasía, ciencia ficción y aventuras puras, las películas, series y cómics de superhéroes nos deslumbran. Nos encanta ver a Superman salvar al mundo o a Daredevil pegar toñas como panes. Aventuras grandes y esplendorosas, pero ¿qué hay del "pueblo llano"? Vivir en un mundo lleno de superhéroes puede ser tan fascinante como catastrófico y desesperante, una cuestión que aborda la nueva serie de NBC 'Powerless'.
La nueva propuesta salida desde DC Entertainment, el sello audiovisual de una de las grandes editoriales del género, es una "comedia laboral" que tiene lugar en una subsidiaria de Wayne Enterprises que se dedica a elaborar productos para víctimas de batallas de superhéroes. Aunque aquí no vamos a hablar de la serie en sí, que es bastante entretenida, sí que toca un tema a menudo relegado a un segundísimo plano por los creadores de estas historias: cómo es vivir en un mundo lleno de superhéroes.
De héroes del pueblo a dioses en la Tierra
En los primeros años de Superman, el personaje fundacional del género, encontramos la completa evolución del superheroismo: de un héroe super poderoso que se dedicaba a resolver crímenes y parar injusticias sociales (desde maltratos hasta explotación laboral) pasaba con el paso de los años a frustrar planes de científicos locos y a detener invasiones extraterrestres.
El paso de las épocas han marcado las tendencias en el cómic de superhéroes, del equilibrio entre las aventuras espaciales y las "callejeras" y sociales. Durante los años sesenta y setenta era habitual ver en los cómics a manifestantes en la calle y a los héroes posicionándose en favor de las clases oprimidas (como bien indica 'Superman es Socialista').
Los héroes, cada vez más separados del "99%", son asediados en la calle: Tony Stark era boicoteado por haber fabricado armamento; famosa es la escena en la que a Green Lantern le preguntan que si ha defendido a aliens de todos los colores, de cuánta gente de raza negra se ha preocupado; cada pocos meses hay protestas frente a la mansión de Los Vengadores porque no están de acuerdo con los últimos fichajes o por cierta actuación; incluso los ciudadanos de Latveria salieron a la calle a recriminar a Los 4 Fantásticos el haber echado a su querido dictador.
En su transformación de "héroes de la calle" a "casi dioses", el apoyo del público pasa de incondicional a dubitativo. Quitando la proliferación de legislaciones y creación de cuerpos paramilitares que en su momento puedan servir para la contención de "súpers" (como la DEO que vemos en Supergirl) la representación del ciudadano de a pié parece muchas veces reducida a mirar por la ventanilla del coche, rezar para que eso que se acerca se desvíe cientos de kilómetros y a posicionarse a favor o en contra de estos seres mientras lee la columna de "¿Héroe o Amenaza?" de J. Jonah Jameson en el último Daily Bugle.
Vida en la gran ciudad
Kurt Busiek es, quizás, el guionista más preocupado por la influencia de los héroes en la "gente corriente". 'Marvels' es una obra maestra magistralmente ilustrada por Alex Ross que sigue a Phil Sheldon, fotógrafo fascinado por vivir en la misma ciudad que los grandes héroes de Marvel. La historia da un peso importante a los devenires de su protagonista mientras es testigo de los grandes hitos heroicos que tienen lugar.
En la magnífica 'Astro City', Busiek crea todo un panteón de superhéroes originales (aunque fuertemente inspirados en los "de toda la vida"), pero los auténticos protagonistas de esta antología urbana son los que ocupan sus calles: desde el "astro-citero" de toda la vida que ya ni mira al cielo, hasta el turista entusiasmado por la imagen del Samaritano.
Es un cómic en el que se habla de dónde se traza la línea entre la "realidad" y la fantasía a la hora de hacer periodismo; de qué es lo que pasa con aquellos niños a los que un villano ha dejado huérfanos y sin hogar en una tremenda batalla; sobre qué pintan bomberos, policías (aspecto muy explorado en 'Gotham Central') e incluso médicos en situaciones que claramente les superan...
Vivir en un mundo de superhéroes sale caro (cuando no es letal)
Una de las muchas corporaciones del Universo Marvel es Control de Daños: una empresa dedicada a reconstruir lo destruido durante la última gran batalla superheroica. Un concepto que, por cierto, se barajó para ser adaptado por ABC y que indica uno de los mayores problemas de vivir en un mundo así: hasta qué punto es efectivo un seguro de hogar cuando vives a dos manzanas de la Torre Stark o encima de un club regentado por El Pingüino... y, al igual que pasó con el Katrina en su época, las compañías de seguros pueden lavarse las manos en estos supuestos.
La reconstrucción de Manhattan tras los acontecimientos de la película de 'Los Vengadores' hubiera tenido un coste aproximado de 160 mil millones de dólares (el PIB de Argelia). Para poner este dato en perspectiva estaríamos hablando del doble de lo que costó reparar la Zona Cero del 11S. Y esa gran batalla en la película de Whedon es el pan de cada día en el género cuando no les da por borrar ciudades enteras del mapa como Coast City por parte de Cyborg Superman o el terremoto que asoló Gotham y no pudo ser subsanado ni por Bruce Wayne.
La seguridad es cuestión también importante, depende del nivel de "paranoia" metahumana puede que vivas en un mundo en pánico: Centinelas detectando mutantes y llevándose a tu amigo de los ojos saltones; redadas indiscriminadas a bares frecuentados por alienígenas; o puede que tengas que llevar una pulsera detecta "metas" como en la Tierra 2 de 'The Flash'.
Un lío de ciencia, magia y religión
Por otro lado debe ser "interesante" vivir en mundo en el que puedas creer en Dios Padre Todopoderoso, creador del Cielo y la Tierra y que de vez en cuando Thor aparezca por ahí. Las creencias religiosas se vuelven más y más confusas cuando seres de todas las mitologías aparecen y desaparecen, ya sean héroes o villanos.
Luego está el tema de la ciencia y tecnología. Ya puedes ser un Sheldon Cooper de la vida que, de repente, viene Reed Richards y te destroza todos los esquemas descubriendo (y explorando) la Zona Negativa o el microverso. O el hecho de que la magia exista y que haya gente como Zatanna o la Bruja Escarlata que altere la realidad a su antojo.
O, en resumen de todo: vivir en un mundo de superhéroes es que la Liga de la Justicia tenga una tecnología punta de teletransporte y tú debas seguir viajando en metro para ir a trabajar (si no fue destruido el lunes).
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