Lo más divertido del fenómeno 'Barbenheimer' está, sin duda, en lo radicalmente opuestas que son las dos propuestas que lo conforman. La seriedad (más allá: la solemnidad) de 'Oppenheimer' está en el rango contrario al festivo colorido de 'Barbie'. Y por eso precisamente encajan a la perfección: las zonas que no cubre una están controladas por la otra, y viceversa. Ve a verlas la misma tarde y pasarás como una exhalación (bueno: tres horas de Nolan y dos de Gerwig) por todo el espectro de sensaciones que puede generar una película.
La sorpresa es que esto no termina de ser cierto. Aquí ya hemos catado ambas experiencias, y garantizamos sorpresas... en ambas. Si sobre 'Oppenheimer' comentábamos que hasta el fan más recalcitrante del poderío visual de Nolan puede verse sobrepasado por una película de juicios (con el volumen a tope, eso sí: las comparecencias ante comisiones de investigación más atronadoras de la historia)... sobre 'Barbie' merece la pena destacar que los espectadores que esperen una sátira más o menos ácida de la industria juguetera se van a encontrar una bomba de feminismo pop más corrosiva de lo que aparenta.
Ambas películas son artificio visual de primera categoría. El plantel técnico en las dos es absolutamente impresionante, pero curiosamente, no da pie en ambos casos a películas tan jugosas en su interior. La película de Nolan a veces circula por las convenciones del biopic telefílmico por mucho que venga con gran aparato de fanfarria sonora y abstracción atómica para subrayar los interludios. El fuerte de Nolan nunca ha sido el trasfondo de su cine, pero es la primera vez que cae en ciertos abismos propagandísticos para vender la moto del belicista concienciado y del genocidio como mal menor gracias a su desbordante talento para la imagen.
'Barbie', mientras tanto, tiene detrás un equipo comparable de magos de lo visual (fotografía de Rodrigo Prieto -nominado al Oscar tres veces-, diseño de producción de Sarah Greenwood -seis veces- y vestuario de Jacqueline Durran -ganadora en dos ocasiones-), pero la trayectoria previa de Greta Gerwig es muy distinta a la de Nolan. Es una directora indie, combativa y con dos películas ('Mujercitas' y 'Lady Bird') que hablan de lo mismo que 'Barbie': de mujeres que toman consciencia de sí misma
Girls just wanna have fundamental rights
'Barbie' arranca (con más gracia de lo esperado, todo hay que decirlo) como una sátira de la imagen tradicional de la muñeca de Mattel. Desde ahí la película sigue un esquema de viaje de descubrimiento y posterior regreso para transformarlo todo que no se separa en ningún momento de los esquemas preestablecidos de una película al estilo Pixar, por ejemplo. Pero desde el primer momento va introduciendo contundentes cargas de profundidad en su discurso.
Por ejemplo, en la divertidísima voz en off de Helen Mirren que da la primera colleja maliciosa a Mattel: las Barbies viven en su mundo de plástico creyendo que gracias a su influencia las mujeres "reales" han podido convertirse en lo que quieran ser. Porque al final ese es el mensaje que siempre han enviado, desde los años cincuenta. ¿O no? Como Ken (tronchante Ryan Gosling, lo mejor de la película junto a Kate McKinnon) comprueba enfebrecido cuando accede a California, no del todo. Resulta que en el mundo real, el patriarcado es lo que se lleva. Y se puede adaptar a múltiples contextos.
La combinatoria de mujeres reales (como la adolescente que llama "fascista" a Barbie a la cara) con muñecas de plástico da pie a los mensajes más directos y combativos de la película, y los que sin duda generarán más controversia. Incluso entre las destinatarias directas de la película, poniendo el tema del "feminismo bimbo" sobre la mesa. En cualquier caso... ¿puede una película comercial, un producto basado en una IP para niñas contener un mensaje que enseña los dientes y, abiertamente, declara la guerra a los conceptos de feminidad que vemos en prácticamente todo el cine comercial?
Es un buen debate, y uno que merece la pena tener. Quien no lo plantea es Christopher Nolan, y sus dos personajes femeninos en 'Oppenheimer' que solo sirven (palabras suyas) para que veamos lo irresistiblemente magnético que es su protagonista. 'Barbie' podrá ser una película de plástico financiada por una major del cine y una multinacional juguetera, con todos los problemas que eso conlleva, pero de momento es la única de la cartelera que trata de problemas que afectan al día a día de sus espectadoras.
Cabecera: Warner
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franciscocantoni
Pues me esperaré a "Sound of Freedom" pues me parece que ataca frontalmente un verdadero problema de la actualidad, mientras tanto veré Oppenheimer.
thejosetree
Mucho más corrosiva una sátira sobre una muñeca de juguete que la historia de la creación de un arma que definió el devenir de la segunda mitad de siglo XX y aún lo sigue haciendo. Dónde va a parar.
vladimircastellanos_1
Otra película de emancipación de la mujer... 40 años después de que ya se habían emancipado.
mlax
Un artículo que parece escrito por un abuelo carca y cascarrabias.
Gody
La nota falla, desde el punto en que se trata de comparar peras con manzanas.
Y cae en esta estupida sensacion del "Barbiehaimmer" como si tal cosa existiera. Es un delirio tal cosa.
Comparar y buscarle el pelo al huevo, en el contraste de una pelicula que seguramente sea inquietante y triste, porque nada belico puede ser alegria; contra una critica satirica sobre el mercado y el feminismo actual; no tienen sentido alguno.
Para la proxima, comparemos Matrix con Forrest Gump, a ver si es mas moderno hablar de la tecnologia y las IA, contra un muchacho con problemas madurativos.
celduques.ulrikvonca
Yo solo sé que después de ver las dos seguro que preferiré volver a ver Barbie antes de sufrir un segundo round con las paranoias de Noland.
pluis123
Con respeto, pero este artículo no vale nada. Está comparando peras con salchichas = dos cosas que no tienen ninguna relación entre ellas. Es comparar basurita con un diamante.
Para limpiar un poco tu nombre, John, haz un comentario sensato sobre Sound of Freedom.
forttachon
Si eres hombre mayor de 15 años y te interesa ver esta película... tengo una mala noticia para ti.
jozeico
Una película con muchísimas cosas maravillosas y muchísimas cosas ofensivas o directamente de vergüenza ajena. Una obra maestra en la fotografía, la apuesta visual, el diseño de escenarios, las interpretaciones. Pero lo que de verdad va a otro nivel es el rebranding de la muñeca, y el marketing, han llegado hasta el extremo de que si no te gusta resulta que eres machista o misógino o nose cuántas cosas más. Jaque mate.
Luego falla estrepitosamente en la historia, creo que es lo más superficial y de mal gusto que he visto en mi vida.
-SPOILERS-
El incidente incitador es súper interesante, Barbie empieza a pensar en la muerte. Maravilloso. Peeeeeeeeero después descubre que tiene celulitis, y claro, qué es la muerte comparada con tener celulitis? Antes muerta que celulítica.
Ken lo que quiere es ser amado, que le valoren por quién es, un deseo fantástico para la interpretación y para el cine. Es decir, una peli feminista donde la mujer quiere ser perfecta sin celulitis y con posesiones materiales (vestidos, casa, coche) mientras que el hombre lo que busca es el amor. No entiendo cómo gusta tanto en vez de llevarse tomatazos en el cine. "Pero no generalices", me diréis, "no va de hombres y mujeres, va de Barbie y Ken". Pues no, la peli generaliza, es un mundo donde todas las mujeres son Barbie y todos los hombres son Ken. "Pero es una preocupación verdadera de la mujer la celulitis". Efectivamente. Y del hombre es una preocupación quedarse calvo y no por ello sale en la película.
Lo verdaderamente interesante, como la muerte o la relación entre una madre y una hija adolescente (conflicto potencial que ni se menciona: cada una tendría una visión y vivencia diferente de la muñeca), o también la relación entre la creadora de Barbie y su creación, todo desperdiciado.
Hay un momento con Barbie en una parada de autobús y una abuela a su lado. Barbie se gira y le dice que es hermosa. La abuela sonríe, alagada, le acaba de regalar un gran día. Pero no os engañéis, la verdad y hermosura de ese fugaz momento no es más que la excepción que confirma la frivolidad de la película.
Con una peli tan superficial, el cuerpo me pedía que en la resolución se llegase a la moraleja de que no importa lo material, sino quien eres en realidad en tu interior. Efectivamente, Barbie dice "ya no sé quién soy ni lo que quiero" o algo así, que es súper interesante, ahí es donde debería haber empezado la película. ¿Y qué hace para descubrirse a sí misma? ¡¡¡Ir al ginecólogo!!! En serio, es que de la mala ostia me da hasta la risa floja pero es por no llorar.
Es una peli divertida con chistes divertidos. El problema es cuando te obligan a que te guste, y si no, te conviertes en un mal hombre. Es posible que haya muchas cosas que no haya entendido, soy un hombre blanco heterosexual de entre 30 y 40. Pero desde luego Barbie no es el prototipo de mujer que me gustaría para nuestra sociedad.