Ojo: Esta crítica tiene spoilers leves de toda la Temporada 1 de 'Bruja Escarlata y Visión'
Echando la vista atrás a lo que ha sido su primera temporada, la sensación general es que 'Wandavision', finalmente, no ha resultado ser tan extraordinariamente distinta a las propuestas del resto del MCU, tal y como prometían sus primeros compases. Pero aún así, lanza unas cuantas propuestas temáticas a tener muy en cuenta, y también otea el futuro de las ficciones Marvel, planteando un interesante entramado de interconexiones entre cine y televisión.
Cualquier espectador mínimamente avezado sabía que el desconcertante mundo ficticio de homenajes a sitcoms de los primeros episodios tendría una duración limitada. Las pistas estaban claras desde el inicio: para empezar, la velocidad a la que evolucionaban los homenajes, saltando de década en cada capítulo. Para seguir, las constantes irrupciones del mundo "real" en cada episodio. Estaba bien claro que aquello era un homenaje circunstancial, y que habría una explicación.
Esa explicación ha tenido una cara más simpática (la aparición de Agatha Harkness, obvia si se sabían leer las pistas, como que su conejo se llamara Señor Scratchy), llena de humor, capaz de otorgar un trasfondo de genuina "brujería" al personaje de Wanda, ya que de momento nos resistimos a calificarla de mutante. Y otra cara más plomiza, desarrollada en el peor episodio de la serie, el octavo, donde a golpe de flashback conocemos el porqué de tanta sitcom. Claramente, una explicación creada a rebufo de la brillante idea de homenajear series de televisión clásicas y modernas.
A partir de la mitad de la temporada, el fan medio de Marvel puede respirar tranquilo, porque llega la inevitable ración de agencias gubernamentales para el control superheroico, hangares, pasillos, conspiraciones y secundarios carismáticos. A partir de ese momento, y pese a destellos de excentricidad (la cabecera protagonizada por Agatha Harkness es deliciosa), 'Bruja Escarlata y Visión' encaja perfectamente con el MCU, y no tanto con quienes buscamos algo del delirio, el colorido, el humor y la desvergüenza de los tebeos de superhéroes.
La serie, además, se permite frustrar unas cuantas expectativas salidas del original en papel, bien simbolizadas en ese irritante momento carnavalesco de "disfraces ridículos casualmente idénticos a los que conoces de los cómics". Entre las esperanzas frustradas más notables, escamotearnos -al menos de forma explícita- la presencia de Mephisto o un villano mayor que Harkness, certificando la categoría de esta serie como "evento menor". O sugerir que el cast para el personaje de Mercurio podía ser una referencia meta para... no serlo en absoluto. O desaprovechar un personaje interesantísimo como la segunda Visión, que queda al final para dos zurriagazos y poco más.
'Wandavision' mantiene el tipo ante la perspectiva de lo que esperamos que sea una serie Marvel: buenos efectos, humor amable, guiños, estupendo reparto, personajes atractivos. Al mejor estilo de esa 'Ant-Man' que prometía una película de atracos con superhéroes o aquella 'Doctor Strange' que garantizaba misticismo a raudales para el MCU. En ellas, como en 'Wandavision', algo de las promesas iniciales de traer cierto tono distintivo a Marvel se mantienen, pero en conjunto acaban siendo otros productos de la franquicia. En 'Wandavision' pasa justo eso, pero no es nada que vaya a molestar a los fans de Marvel, más bien al contrario.
Qué caminos abre 'Wandavision'
Más allá de las lógicas vías argumentales que despliegan un par de secuencias post-créditos, ambas bastante predecibles (una relativa al personaje de la serie que tiene garantizada la continuidad en el MCU, la otra dando pie a una segunda temporada o a una prolongación de las peripecias de Wanda en otras series o películas), lo más interesante de 'Wandavision' es qué futuro plantea para el MCU. Y está claro que buena parte de ellas está en las series.
La mejor línea de diálogo del último episodio, paradójicamente, hace referencia a las películas del MCU (cuando le dicen a Monica Rambeau que la esperan en el cine), pero está claro que el éxito de 'Wandavision' deja claro que la narrativa serial encaja con la superheroica. El papel, heredero de los enmascarados del pulp desde los años cuarenta, hace décadas que es consciente del poder de un buen cliffhanger, pero ahora Disney lo tiene más claro que nunca en términos audiovisuales (aunque sus diez años de películas entrecruzadas también apuntaron claramente al camino). Por eso es poco probable que Disney abandone esta nueva-vieja forma de dosificar las series, con capítulos semanales. Quién sabe si, ahora, el binge-watching se pasará de moda.
La estructura de serial clásico benefició al aire vintage de la narrativa de 'The Mandalorian', y sin duda ha sentado bien a 'Wandavision'. Solo así se han podido plantear tres episodios iniciales en los que se mantenía el misterio sobre qué pasaba en esta temporada, desatando en internet teorías y conjeturas. De momento no hay cifras de audiencia, pero lo que importa es la percepción de que se está hablando de ella, lo que sin duda dispara las suscripciones y los espectaculares datos aislados (por ejemplo, la sintonía de la villana, 'Agatha All Along', fue número 1 en iTunes).
En este momento, lo único que le importa a Disney+ es no perder impulso, y casi encadenar un producto con otro. En quince días tendremos el estreno de 'Falcon y el Soldado de Invierno', que promete un tono más 'Vengadores', es decir, más de UMC clásico y con menos espacio para excentricidades. Sin duda, probar diversos tonos, ensayar posibilidades para distintos personajes y cimentar los arcos narrativos de las próximas fases del MCU son aspectos prioritarios para Disney, cuestiones que nunca habíamos visto desarrollarse a esta escala. Por eso mismo, quizás, es un empeño algo ingenuo pedir más sentido del riesgo a las series del MCU.
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