La precuela de 'Furia en la carretera' delata ciertos problemas a los que el cine tiene que poner solución
Aunque aún es pronto para calificarla de fracaso (no nos cansamos de recordar el caso de 'Elemental', una película que todos los medios se apresuraron a condenar tras sus primeras semanas en cartel y acabó siendo la película más taquillera de Disney el año pasado), 'Furiosa' ha arrancado su carrera con datos dudosos. Sobre todo teniendo en cuenta que el pasado fin de semana en Estados Unidos, el del Memorial Day, es uno de los más lucrativos tradicionalmente para las salas.
Furiosa, estás hecha una pena. La película de George Miller ha recaudado apenas 32 millones de dólares en los cuatro días festivos, lo que convierte este fin de semana del Memorial Day en el peor de los últimos 29 años, con una bajada en recaudaciones de nada menos que el 36% si lo comparamos con el mismo fin de semana del año pasado. En términos mundiales, 'Furiosa' llega a la marca de los 65 millones, pero sigue muy lejos de los 168 que ha costado.
Asistencia mejorable. La cuestión es que no se trata de un fenómeno aislado: la propia 'Garfield', que también se esperaba que fuera un éxito, ha quedado a su vez por debajo de las previsiones, con 31'1 millones recaudados en los cuatro días. No son las únicas películas que han decepcionado recientemente en taquilla: ahí están 'Madame Web' (que es parte de otra debacle particular, la de el Spider-verso de Sony) o el relativo pinchazo de 'Cazafantasmas: Imperio helado'.
Por otra parte. El pinchazo de 'Furiosa' en su primer fin de semana puede ser un fenómeno aislado: hablábamos hace poco de la excelente racha que vive Warner, encadenando éxitos sin parar desde 'Barbie', como 'La monja II', 'Wonka', 'Dune: Parte dos' o 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio'. A ellas se suman éxitos como 'Kung Fu Panda 4' o 'El reino del planeta de los simios', que permiten hablar de un buen rendimiento en taquilla de las franquicias.
Algunos motivos. El motivo clave parece ser que la gente, en general, va menos al cine: la pandemia, sumada a la explosión del streaming que trajo de la mano, motivó una caída de la asistencia entre 2019 y 2022: de ir una media de 5'2 veces al año, el público pasó a ir 3'5 veces por año. En 2023 se siguió experimentando la inevitable recuperación después de los niveles abismales de 2020 a 2022 motivados por los encierros del COVID, pero la tendencia general es aún baja, con una disminución del 31% en comparación con 2019. Las previsiones de 2024 apuntan a una reducción del 5% con respecto a 2023.
Precios desorbitados. La situación es demasiado compleja como para achacar las malas cifras que acaban facturando algunos estrenos a una sola variable. Pero los precios de las entradas son una de las que más preocupan a la industria. El presidente y CEO de Sony Motion Pictures Group Tom Rothman observa dos grupos diferentes: "los jóvenes están tratando de pagar el alquiler y no tienen muchos ingresos. Y el segundo segmento muy sensible al precio es el público familiar. Es demasiado caro llevar a toda la familia al cine en este momento, incluso si los niños entran a mitad de precio (...) Nos haríamos querer mucho más, sobre todo por ese público familiar, si se moderara un poco el precio".
La industria despierta. Rothman no es el único directivo que ha llamado la atención sobre los precios. Tanto AMC como Regal, las dos cadenas principales de cines en Estados Unidos, se enfrentan a severos problemas económicos. AMC, intentando capear el temporal, introdujo un modelo de precios basado en la ubicación de los asientos dentro del cine. Esta estrategia, denominada "Sightline", establecía precios diferentes dependiendo de la proximidad a la pantalla, con asientos en el centro de la sala más caros, y asientos frontales a un precio reducido. Está claro que las propias salas son conscientes de que tienen que hacer algo para amortiguar la sangría de espectadores.
No es el único problema. Además de eso, está claro que hay otros problemas en los cines en particular y en la industria en general, acentuados desde la pandemia. Por ejemplo, las ventanas de estreno cada vez más cortas, con las películas llegando a las plataformas pocas semanas después de los estrenos (el último ejemplo, la recién estrenada 'El especialista'). O la saturación de franquicias que llenan las salas de precuelas, secuelas y spin-offs, con poco espacio para la oxigenación de los estrenos. Y a eso se suma la amenaza imbatible del streaming y sus producciones exclusivas, y el exceso de oferta que trae aparejados sus propios problemas para las plataformas (una burbuja y un agotamiento que va por otro lado).
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