Ha fallecido a los 83 años de edad uno de los grandes configuradores de la imagen moderna de la ciencia-ficción. Suyos son diseños tan reconocibles como el Nostromo, la nave de 'Alien el octavo pasajero' o el Delorean tuneado para viajar en el tiempo de 'Regreso al futuro'. De Cobb fue la idea de que la criatura de la película de Ridley Scott tuviera ácido en vez de sangre, lo que hiciera casi imposible el eliminarla.
Pero hay más en su abultado curriculum: en 'Regreso al futuro' se encargó de añadir detalles al Delorean que dieran la impresión de que se trataba de un invento prácticamente casero, casi hecho con piezas de deshecho. También creó a varias criaturas de la cantina de Mos Eisley de la primera 'Star Wars' o decorados y armas para la película fundacional del género de espada y brujería moderno, 'Conan el bárbaro'.
Su carrera arrancó en Disney con 18 años, como ayudante haciendo fotogramas de transición. Su trabajo más importante allí fue en 1959, en 'La Bella Durmiente'. Tras volver de Vietnam, su carrera se orientó a la ilustración en publicaciones underground de fuerte carga política, y se ganó una notable fama como ilustrador satírico hasta principios de los setenta. Pero buscando formas más sencillas de ganarse un sueldo, reorientó su trabajo al cine. Su primer trabajo de importancia como diseñador fue la icónica y muy de culto nave de la primera película de John Carpenter, 'Dark Star', que dibujó en una servilleta.
Icónicas creaciones
Desde ahí su trabajo se dejó ver en algunas de las películas de ciencia-ficción y fantasía más relevantes de los setenta y los ochenta. Aparte de las mencionadas, trabajó en el diseño de producción de películas tan variopintas como 'Starfighter: La aventura comienza', 'Leviathan', los tanques de respiración de 'Abyss', el interior de la nave nodriza de 'Encuentros en la tercera fase', 'Desafío total' o las bombas H de 'Mentiras arriesgadas'.
También es suyo uno de los primeros tratamientos de guión de 'Night Skies', una historia de invasiones extraterrestres estilo años cincuenta y de tintes terroríficos que, basada en un hecho "real", contaba la llegada de cinco extraterrestres a la Tierra. La amenaza de demanda de la familia protagonista y la complicación de los efectos especiales hizo que el proyecto abandonara su naturaleza de pseudosecuela de 'Encuentros en la tercera fase' y se convirtiera en la más familiar 'ET el extraterrestre'. Cobb siempre repudió el tono amable y de parábola cristiana de la película de Spielberg.
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