Estamos tan acostumbrados a la narrativa convencional y muy bien digerida y a los recursos visuales de segunda mano de todas las series (para dar paso a flashbacks, a elipsis, a cliffhangers) que cuando llega una producción que se distancia en parte de esas convenciones, sorprende por su atrevimiento. Es el caso de 'Watchmen', de 'Devs', de 'Undone', de 'Muñeca rusa', de las series más radicales de Adult Swim.
Apple TV+, pese a no tener el alcance ni el impacto de Netflix o HBO, está cuidando sus series de forma extraordinaria. Hasta las que se mueven bajo argumentos más previsibles, como 'See' o 'Para toda la humanidad' brillan en su apartado visual. Y junto a ellas, producciones como 'Calls', 'Mythic Quest' o 'Servant', entre otras muchas, que tienen como mínimo, capacidad para sorprender y deslumbrar con una planificación innovadora y arriesgada.
'La historia de Lisey' tiene como punto de partida un elemento que no puede ser más mainstream y accesible: Stephen King. Sin embargo, Apple TV+ ha puesto empeño (y dinero, que a veces las ganas no dan tanto de sí) para que esta sea una de las series de suspense y terror del año, y ha contratado al propio King para que escriba los guiones, algo que éste no hacía desde episodios puntuales de 'The Stand' y 'La cúpula', y antes de eso, en 2002 con la estupenda y ya olvidada mini 'Rose Red'.
A eso se añade un director caracterizado por lo cuidadísimo de su puesta en escena, Pablo Larraín ('El club', 'Ema'), firmando todos los episodios y dándoles un tono común. Y un reparto absolutamente espectacular y muy bien dirigido, lleno de estrellas entregadísimas a sus papeles: Julianne Moore, Clive Owen, Jennifer Jason Leigh y Joan Allen, a quienes se suman los menos conocidos pero también brillantes Ron Cephas Jones y Dane DeHaan.
Pasiones sumergidas
'La historia de Lisey' estrena hoy sus dos primeros capítulos, que seguirán llegando los viernes con cadencia semanal. Es una dosificación estupenda, porque conviene saborear poco a poco sus cautivadoras imágenes y lo pasional de las interpretaciones de su reparto, especialmente una Julianne Moore que parece estar siempre al borde de quebrarse como si estuviera hecha de vidrio.
La serie (que consta únicamente de ocho capítulos) cuenta la historia de la viuda (Moore) de un escritor de éxito, que muere asesinado de forma violenta (Owen). Años después, Lisey atraviesa problemas familiares con sus dos hermanas (Allen y Jason Leigh) mientras que va descubriendo cuestiones ocultas sobre el pasado de su marido, y tiene que enfrentarse a un fan desatado (DeHaan). Un argumento altamente kingiano, donde se detectan elementos de 'Misery', de las múltiples historias de King protagonizadas por escritores y de su también frecuente empleo de poderes sobrenaturales, como en 'La torre oscura', 'El resplandor' y muchas otras.
Todo esto cuaja en dos episodios iniciales que, gracias a un inteligente uso de las distintas épocas que vertebran el relato (los primeros éxitos del escritor, su infancia, los años felices con Lisey, el asesinato, la actualidad...) y en cómo se entrecruzan a golpe de sueños, alucinaciones e invasiones de unas líneas temporales en otras conforman una historia que sabe tanto a territorio conocido como a un bienvenido deseo de innovar.
Aunque aún quedan seis episodios por desvelar, estos dos iniciales plantean una atmósfera excelente, que no teme sumergirse en referencias pictóricas, en terror sin sustos baratos e incluso en ocasionales apuntes grotescos. Puro Stephen king para una serie que sigue corroborando que, pese a su alcance más limitado en términos de audiencia, conviene seguir vigilando de cerca los estrenos de Apple TV+.
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