No, no es un juego de palabras, el mundo del celuloide ha perdido precisamente eso, el celuloide tradicional sobre el que se filmaban las películas. Arri, Panavision y Aaton, que son los principales fabricantes de cámaras cinematográficas tradicionales, han abandonado definitivamente la producción de modelos con película física en favor de las formatos puramente digitales, más baratos y cómodos.
Aún quedaban grandes figuras entre las major de Hollywood que gustaban de filmar sus obras en película, pero las ventajas del cine digital son excesivas y la demanda de cámaras tradicionales había caído en picado en los últimos años.
Resulta curioso anunciar el cese del celuloide tradicional en un mundo en le que la guerra parece estar entre el 2D y el 3D, pero la industria del séptimo arte es más pausada en innovaciones de lo que parece.
El 3D ha sido precisamente uno de los grandes caballos de batalla del celuloide tradicional ya que alinear dos cámaras tradicionales para que filmen a la vez es un proceso muy complicado. Por otra parte la dura competencia en nuevos formatos de marcas como Sony, Red One o F35 también ha ido minando lentamente el mercado de cámaras tradicionales.
A día de hoy tan sólo se fabrican un puñado de unidades de estas cámaras por encargo y no tardarán en convertirse en piezas de museo. El fin del celuloide supondrá un gran ahorro de costos en la distribución de films que ahora se descargan mediante uplinks seguros de satélite. Con todo, la vieja película merece nuestro agradecimiento por haber soportado tan buenos y malos ratos durante décadas.
Vía| Gizmología