James Cameron, director de 'Aliens', tuvo que analizar todos los elementos que convertían a la primera 'Alien, el octavo pasajero' de Ridley Scott en un hito del cine de terror. Vistos los resultados de su secuela, debió deducirlo más que correctamente, aunque su propuesta se orientó más a la acción bombástica que al exquisito ejercicio de tensión de la primera entrega.
Pero lo que está claro es que analizó al detalle qué convertía al xenomorfo en un monstruo tan aterrador. Lo cuenta en los extras del Blu-Ray de 'Alien': "Algo de lo que no se habla mucho es del diseño del alien. Es todo boca, no tiene ojos. No hay una sensación de estar ante algún tipo de consciencia a la que puedas enfrentarte. Es muy diferente a nosotros. Cuando miras la cara de un cocodrilo o un tiburón ves unos ojos, tienes la sensación de que, al menos un poco, es como tú Al menos es de este planeta".
El xenomorfo, según Cameron, es algo completamente ajeno a lo humano, y por eso da tanto miedo: "Cuando miras al alien, es lo desconocido. Tiene dientes, e incluso detrás de esos dientes tiene más dientes. Hay algo que aterroriza de un modo primario. Es un depredador reducido a su mínima esencia. Lo último que ves de un depredador cuando te ataca son los dientes, y con el alien solo ves dientes. Funciona a un nivel tan básico que casi ni lo entendemos".
Finalmente, Cameron también detalla qué tipo de miedos entran en juego cuando aparece un xenomorfo, y va más allá de los típicos (la oscuridad, los insectos, la asfixia): "El diseño no solo quería jugar con los miedos primarios. También hay un miedo psicosexual, un terror freudiano subyacente. El miedo a algo que te crece dentro, al embarazo y al sexo en general. Es algo que consiguieron los diseños que crearon conjuntamente Ridley Scott y H.R. Giger, esta imaginería tiene un componente sexual primario que la hizo fascinante para el público".
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