La fiesta del cine y el precio de las entradas: ¿de qué elasticidad de la demanda me hablan?

Durante esta semana, se ha celebrado en España la fiesta del cine, evento que persigue potenciar la asistencia a los cines colocando el precio de las entradas a 2,90 euros durante 3 días. Como suele pasar en todos los casos que se lanzan campañas publicitarias apoyadas en bajadas de precio, la demanda se incrementa sustancialmente por la oferta comercial y de manera muy precipitada, muchas voces se aventuran a diagnosticar que el problema del cine en España y la afluencia a las salas se apoya en el factor precio como pilar fundamental.

Esta premisa parte de la elasticidad de la demanda en el precio, concepto de economía que explicado rápidamente clasifica a los bienes en elásticos (variaciones en los precios hacen que aumenten o disminuya su consumo) o inelásticos (estas variaciones en precios al alza o a la baja, no afectan a su consumo). Por ejemplo, como bien elástico podemos hablar de las copas en los pubs (a mayor precio, menor venta) y como bien inelástico, la insulina. Ahora, hablar de que las entradas del cine son muy elásticas por el efecto de una campaña publicitaria es erróneo tal y como demuestran los datos en España.

Evolución de los espectadores en los últimos cinco años en España

Durante esta crisis, hemos sufrido varias subidas de IVA (julio del 2010 colocando el IVA en las entradas de cine del 7% al 8%) y la subida de septiembre de 2012, que en teoría les afecta fuertemente dado que el IVA de las entradas a cines pasó del 8% al 21%. ¿cómo se ha comportado la afluencia y recaudación de los cines en los últimos cuatro meses del año desde 2007?

Tal y como vemos en el cuadro superior, nos encontramos con un récord de espectadores en el año 2009 con 39,6 millones de espectadores en el 3º cuatrimestre el año, con cifras muy próximas a la afluencia en 2007, dos años malos, como son 2010 y 2011 con 30,7 y 31,7 millones de espectadores y un año 2012 cuya asistencia a los cines aumenta casi un 7%.

¿Qué pasa aquí? Que tal y como vemos en los datos mostrados, la afluencia de espectadores a los cines presenta un comportamiento con correlación nula frente al precio de las entradas puesto que los incrementos sucesivos de precios de las entradas, no muestran una correlación directa ni inversa con el número de espectadores. Es decir, el precio de las entradas de los cines es bastante inelástico y las variaciones prolongadas en precios, no repercuten en la asistencia a los cines y a las recaudaciones del sector y afluencia de espectadores en los cines me remito.

Por qué las entradas de cine son muy poco elásticas

Para definir la elasticidad de un servicio, tenemos que ofrecer el mismo servicio siempre. Esa es la premisa errónea en la que se apoya por ejemplo el profesor Dans. Es decir, la elasticidad en el precio de una entrada de cine, se puede medir siempre y cuando hablemos del mismo servicio, que se traduce en pasar la misma película en la misma sala a diferentes precios. Que un servicio individual sea elástico no significa que la agregación de servicios diferentes lo sean en relación con el precio global de diferentes servicios. Por eso, yo puedo medir la elasticidad de la insulina o de un Four Roses con cola, pero no la elasticidad conjunta de Torrente 4, la Guerra de las Galaxias y Lo que el viento se llevó en tres cines diferentes.

¿La prueba de fuego para demostrar que el cine agregado es casi inelástico? El mercado y la calidad de las películas porque tal como podemos ver en la captura superior, la cartelera de 2012 fue sustancialmente mejor para el mercado puesto que aumentó la asistencia a las salas en casi un 6,5% con un incremento en precios en torno al 5,8%. Si el precio de la entrada a los cines de manera agregada fuese elástico, durante el 2012 y la subida del IVA del 8% al 21%, causa del aumento sustancial en el precio, debería haber tumbado la asistencia y ocurrió justo lo contrario.

El futuro digital del cine, ahí está el nicho

Tal y como se concluye, la asistencia a las salas de cine se ve mermada por la sustitución de productos complementarios cuando las preferencias de calidad o precio no convencen a los espectadores y aquí es donde la industria del cine tiene que cambiar el chip y abrir realmente nuevos canales de explotación.

España tiene un serio problema en los servicios online de cine, servicios que tal y como demuestran otros mercados como el americano o sueco, sí son capaces de demandar sus productos mediante soportes tecnológicos y a demanda. El caso de Netflix por ejemplo, es un caso claro de venta masiva de productos audiovisuales complementando un sector como son las salas de cine.

¿Qué tienen que hacer en España? Facilitar y favorecer de verdad la creación de plataformas de vídeo online, tanto películas como series cuyos catálogos sean lo suficientemente grandes para lograr una captación masiva de usuarios. La experiencia de ir al cine no es igualable al cine en casa, pero lo que yo no estoy dispuesto a pagar en el cine por un solo producto (por ejemplo Torrente 4), si podría consumirlo desde casa, bajo mi demanda a un nivel de precios aceptable.

Por contra, si es probable que siga acudiendo a salas de cine para producciones que yo considere que sí lo merecen, citando por ejemplo el éxito del año pasado de Lo Imposible. O el segmento del cine abre los ojos a la demanda del espectador y al consumo doméstico masivo o ellos mismos seguirán cavando su tumba con las ventanas de explotación restringidas en el tiempo, tal y como ocurre ahora.

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