Nada más divertido que una comedia inteligente haciéndose la tonta. En este caso, 'Mega Time Squad' (que puedes ver en Filmin) es una farsa de atracos y viajes en el tiempo consciente de que el material del que parte, por muy en serio que se lo quisiera tomar no dejaría de ser una monumental chorrada. Sacar partido de ello es la apuesta del director y guionista Tim van Dammen (casi debutante, antes solo había firmado una ignota actualización musical de 'Romeo y Julieta'), y le sale francamente bien.
Para ello retrata a absolutamente todos sus personajes como tarados (a grandes rasgos, casi todos de buen corazón, aunque sus limitaciones les hagan cometer torpezas), incapaces de ver más allá de dos palmos de sus narices. La ambientación extremadamente local en el pueblecito de Thames, Nueva Zelanda (es decir, ojo aquí: comportamientos extravagantes y acentos inexpugnables por doquier) redondea el punto de partida.
En uno de los mejores running gags de la película, todos los personajes se tapan los oídos doloridos cada vez que alguien dispara un arma de fuego. Así de poco acostumbrados están a los jaleos en Thames, y de algún modo, se entiende que los planes de los ladrones sean tan inseguros y a cortísimo plazo: robar a las triadas sin pensar en las consecuencias, atracar bancos de tres al cuarto... de algún modo, la soleada y silenciosa ambientación neozelandesa justifica las torpezas de estos delincuentes que convierten a los protagonistas de 'Fargo', por comparación, en intelectuales.
Pero hay más, claro. Uno de nuestros protagonistas tropieza con una pulsera china que le permite viajar en el tiempo. Un par de minutos atrás en el tiempo, concretamente. Lo que hace que se desdoble y se pueda encontrar a sí mismo. Pero 'Mega Time Squad' no se entretiene con paradojas ni contradicciones de los viajes en el tiempo y va a lo que va: ¿qué pasa cuando un idiota se encuentra con otros idiotas que son idénticos a él?
Las Tortugas Ninja de los viajes en el tiempo
Lo más curioso de 'Mega Time Squad' es que no hay elementos de ciencia-ficción en la justificación de los viajes en el tiempo, sino que se trata de una sencilla pulsera mágica proporcionada por un dependiente chino que es pura hilaridad con cara de palo. Y aún así, sabe que el espectador conoce las convenciones del género cuando se abrazan enfoques, digamos, más realistas, y juguetea con el humor que se extrae del encuentro de alguien consigo mismo.
Y esa es la base de 'Mega Time Squad', que se resume perfectamente en el título de la película, el nombre que el protagonista multiplicado da a su propia banda compuesta íntegramente por clones temporales: es decir, una aventura de humor idiota, pero a la vez muy consciente de las posibilidades de su propia tontería. Otro ejemplo: la secuencia en la que los clones entran en una casa y siembran el caos, simplemente estando ahí.
Todo ello viene reforzado por un empleo adecuadamente grotesco de la ambientación (Nueva Zelanda, ese lugar donde una anciana con un rifle haciendo la cola en el banco es algo verosímil) y por estupendas interpretaciones siempre en el límite de la caricatura. Al estupendo protagonista (Anton Tennet) se suma gente como el jefe mafioso Shelton (al que recordarás como Jonny Brugh en 'Lo que hacemos en las sombras').
El resultado es perfecto para un rato breve (79 minutos que pasan como una exhalación) de humor y retorcimiento de los códigos de los viajes en el tiempo y con efectos especiales modestos pero más que funcionales. Nueva Zelanda sigue siendo un lugar feliz si buscas la comedia más sorprendente y estrafalaria.
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